Capítulo XIV

Y así, Moly y yo emprendimos nuestro viaje hacia una posible reunión familiar.

No decía absolutamente nada mientras veía el mapa.

Parecía muy concentrada, y no tenía ni la más mínima idea de cómo se leía un mapa.

No sabía qué decir para romper el silencio.

Pero no fue necesario.

Moly se detuvo de golpe bajó el mapa para poder ver el camino.

-Si seguimos por este camino, no deberíamos tener problemas. Cruzaremos los pueblos y ciudades que nos queden de paso. Y si nos alcanza la noche en el camino, tendremos que acampar. ¿Has dormido a la intemperie alguna vez?

No sé si se dio cuenta de lo que dijo, o qué expresión puse al recordar todas esas veces que había dormido fuera como castigo de algo que no entendía, o simplemente notó mi tono de voz cuando respondí "muchas veces".

-Lo siento.

-No te precupes. Está bien, de verdad.

-Si tú lo dices... -se acuclilló y colocó el mapa sobre el suelo y posicionó una brújula en la esquina de este -. Mira, nosotros estamos aquí. Si seguimos llegaremos a este pequeño pueblo llamado "Thier" durante la noche. Si tenemos suerte podremos encontrar un lugar en donde dormir.

Dicho eso, redució hábilmente el mapa a un papel ordenadamente doblado para luego guardarlo en su alforja.

Había algo en ella que me parecía muy diferente.

No se parecía en nada a la Moly que conocí en la casa.

Esta Moly era diferente.

Y me gustaba un poco más.

-Andando o tendremos que pasar la primera noche de viaje durmiendo afuera.

Retomamos la marcha, claramente con Moly como guía.

Durante el camino, Moly me fue explicando a grandes rasgos todo lo que posiblemente nos esperaría en el camino. Me dijo que nunca debía bajar la guardia ante a nadie que se presentara frente a nosotros.

Veintiséis años viviendo con mi peor pesadilla y ahora tenía que preocuparme de extraños, independientemente de que fueran humanos o bestias. Aunque todo se escuchaba mucho mejor que mi antigua vida, pero no mejor que haberme quedado en casa.

Ya era tarde para arrepentirse, la tarde caía sobre nosotros y no me creía capaz de volver por mi cuenta. Además, de haberlo hecho, de seguro tendría a Thomas y Mizzy sobre mi recordándome lo cobarde que soy.

Realmente no era un opción pasar por eso.

***

Luego de horas caminando sin detenernos, Moly me señaló a lo lejos lo que parecía una ciudad, pero bastante pequeña.

Un pueblo.

Claro, qué idiota soy.

-¿Te parece si descansamos aquí? No pareces muy acostumbrado a caminar largos tramos.

Quería ocultar mi cansancio y decirle que estaba bien y que podía seguir. Pero en lugar de eso, me dejé caer sobre el primer lugar en que puediera colocar mi trasero para recuperar el aliento y descansar mis piernas. Me dolían las patas y estaba algo mareado por el constante sol en mi cabeza.

Moly parecía algo devertida viéndome.

Me sentí muy avergonzado sin saber exactamente por qué.

-Espera aquí, Rex. Y no hables con nadie -dijo con una mirada seria mientras me apuntaba con una de sus garras.

-Está bien.

Claro que no me moví de mi lugar. Thomas y Moly estaban seguros de que no los oí cuando él le dijo al oído que no me perdiera de vista.

Me sentí tan infantil al ver que cada cierto tiempo Moly volteaba para ver si seguía sentado en mi lugar, pero no estaba tan interesado en eso, solo quería descansar un poco mis patas.

Comencé a mirar a mi alrededor. Humanos y bestias caminaban sin parar hacia sus diferentes destinos. Humanos caminando con humanos, bestias con bestias, humanos con bestias, bestias con humanos...

Nadie llevaba cadenas.

Nadie era obligado a nada.

Nadie estaba siendo humillado por ningún amo.

Vi una bestia pantera caminar con su cachorro sin preocupación alguna. El pequeño me miró algo sorprendido.

De hecho, en ese momento me di cuenta de que varios me miraban de la misma manera al pasar junto a mí. Como si fuera una atracción o algo por el estilo.

Claro, supuse que debía de ser tan raro ver un lobo, que no podía ser más que eso para ellos. Una atracción. Aunque no entendía el porqué no miraban de la misma forma a Moly. Ella también era un lobo, se veía como yo pero linda.

No podía creer que pensara eso.

Moly volvió y colocó algo sobre mi cabeza. Un sombrero.

-Eso te protegerá del sol durante el camino -notó que los que pasaban junto a nosotros me miraban -. Descuida, en algún momento deja de importar el que siempre te vean con esa expresión.

-¿Esto es por...?

-En parte. Pero más para protegernos del sol. El camino puede ser bastante agobiante si no estamos preparados. Más ahora que estamos en primavera. Aún faltan lluvias por caer.

-Entiendo.

-En cuanto a lo otro, es normal. Somos muy raros de ver en varios lugares.

-¿En dónde hay otro lobo?

-En Zhia, una ciudad que está a tres días de aquí. Hay vive Sam. Es el herrero del pueblo. Es agradable y le va bastante bien.

No sé exactamente por qué, pero me molestó un poco oír la forma en cómo se refería a él.

-Ya veo.

-¿Seguimos?

-Claro.

El resto de la tarde nos quedamos en el pueblo para asegurarnos de tener un lugar en donde pasar la noche.

Estaba seguro de que creía que no duraría mucho si dormiamos a la intemperie. Pero, la verdad era, que no era duro para mi una noche sobre la tierra.

-Es... increíble.

Estaba fascinado por las luces del pueblo y por la cantidad de humanos y bestias que caminaban por el camino.

-Pareces un cachorro, Rex.

La voz de Moly me tomó por sorpresa, al igual que el olor de lo que fuera traía en esa bolsa de papel.

-Apuesto a que nunca has comido esto.

-¿Qué es esto? Huele muy...

-Es comida callejera. Siempre compro al anciano de este pueblo porque cocina delicioso a pesar de que solo se trate de algo que hay en casa.

Moly sacó un bollo de pan humeante con lo que parecía ser queso derretido en su interior. No entendía porque parecía ser tan diferente si era tan común.

-Hay personas que destacan haciendo algo que todos pueden hacer.

No esperaba disfrutar de algo tan simple. Pero, siendo sincero, también tenía mucha hambre por el viaje del día. Luego me sentí avergonzado por haber comido eso con tanto entusiasmo.

-Será mejor que te duermas. Saldremos de aquí en la madrugada y conseguí que nos llevaran.

-¿Humanos?

-No, una bestia que vino a comprar una carreta para su negocio y ya que la tiene se devuelve en dirección al sur.

-Ya veo.

Moly y yo compartimos una habitación con dos camas separadas

Apenas pude dormir esa noche. Cada vez que cerraba los ojos, tenía una pesadilla diferente, con las mismas personas, y en el mismo lugar. Aunque, más que pesadillas, eran recuerdos...

-Ya, ya, mi pequeño cachorro -decía Danna siempre que lloraba en su regazo -. Tranquilo, pequeño.

-El amo... el amo me pegó de nuevo porque me tropecé, mamá. Dijo que era un tonto y...

-Shh...

Ella no dejaba que repitiera las palabras del amo. Decía que si lo hacía me tiraría las orejas, y no quería eso porque me gustaba que me las rascara.

El amo no me buscaba cuando estaba con Danna, pero sabía que no podía esconderme detrás de ella por siempre.

Los días que el amo Reginald salía solo, Danna me enseñaba a leer y a escribir durante la mañana, cocinaba mi comida favorita y durante la tarde íbamos al jardín para regar las flores y quitar la maleza.

-Rexy -dijo mientras regaba las últimas plantas -. A veces me gustaría que pudieras huir de este lugar para que no tuvieras que soportar sus maltratos.

-Pero solo tengo seis años. No puedo salir de aquí yo solo.

-Yo te ayudaré y te diré hacia donde ir.

-¿Vendrás conmigo?

-No, hijo.

En ese momento, no sabía lo que significaba todo lo que Danna me estaba diciendo. Pero estaba completamente seguro de que si me lo hubiera dicho cuando fui un poco más grande, hubiera respondido lo mismo.

-No puedo irme. No quiero dejarte sola aquí.

-Serías libre y el amo ya no te golpearía ni te gritaría.

-Pero ya no te vería. Si me voy, el amo te gritaría por mi culpa y no quiero eso.

Los ojos de Danna se volvieron brillantes y llorosos.

-Me portaré bien, y el amo ya no me regañará. Y quizás, algún día llegue a quererme si hago las cosas bien.

En ese momento, Danna me abrazó y comenzó a llorar mientras decía que me amaba y que era un cachorro bueno. Me mostraba una sonrisa, pero sabía que no lloraba de felicidad.

Ojalá me hubiera dado cuenta de todo eso. Aunque, quizás nada hubiera cambiado; porque nunca me habría atrevido a dejarla sola en ese lugar.

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Hola, manada!!
Me gustaría saber su opinión de esta historia hasta el momento 😁

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