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No era fácil cuidar a un adolescente cuando de por sí él ya lo era, pero tampoco imposible, o bueno no, SeHun sí era un caso imposible para LuHan. No parecía que estaba cuidando de un chico con mente de trece años sino a uno de veinte con cuerpo pubescente y pensamientos de adulto pervertido, algo así como su abuelo JinKi pero con menos arrugas y colgajos. LuHan estaba llegando a la conclusión de que el menor o bien había aprendido de la perversión de su abuelo, o peor aún, era hereditario y no tenía marcha atrás.

Cada vez que el viejo JinKi tenía que ir a una sesión nueva de masajes para estimular sus huevos pasados por agua, LuHan tenía que ir a cuidar a SeHun, o sea algo así como tres veces por semana, porque el abuelo estaba algo obsesionado con las manos mágicas de Kim JongIn, y eso tampoco era bueno, porque en las últimas visitas se había quejado de que no tenía privacidad, de que el enano ojón y ahora noviecillo de su masajista favorito se aparecía en medio de la sesión para corroborar que las manos de él no se escaparan hacia las nalgas del profesional.

Temas que a LuHan no le interesaban en lo absoluto.

— ¿Por qué siempre acaba contándome esas cosas? —le observó con cierto disgusto mientras JinKi ya se acomodaba su sombrero y tomaba el bastón en la entrada para retirarse.

— Porque tu cara de traumado es divertida —le apuntó con el bastón y se marchó no sin antes dar sus recomendaciones de siempre—. SeHun está bañándose, si quieres entrar a ducharte con él procura que no le entre shampoo en los ojos o llorará como niñita, también que no se te caiga el jabón o te la meterá en un parpadeo, ese chiquillo está hecho un completo desastre, pero no lo culpo, yo también estaría así de caliente con una niñera como tú Juanita. En fin, que SeHun no salga desnudo o se enfermará, ah, y fíjate de que se ponga bien los calzoncillos, suele ponérselos al revés y le queda el pitulín aplastado.

El abuelo JinKi cerró finalmente la puerta y LuHan con su rostro como tal había dicho el viejo, deformado por el trauma que le generaban las imágenes mentales de todo lo que oía, sacudió su cabeza y se giró para preparar algo de almuerzo, SeHun tenía un nuevo hobbie por las tardes y mejor que se fuera con algo en el estómago.

Mientras preparaba un poco de arroz y unos huevos hervidos, porque eso era todo lo que podía hacer decentemente, el menor se apareció envuelto en una toalla, con el cabello húmedo y el torso desnudo.

— Hola cothinero, ¿qué cothinaz de zabrotho? —se paró a un costado apoyando su mano en la mesada.

LuHan se sobresaltó asustado y se alejó de él a sabiendas de que podría intentar robarle otro beso o tocarlo en lugares que un niño todavía no debería tocarle.

— ¡SeHun! ¿Qué haces en paños menores? Ve a vestirte o llamaré a tu madre —ordenó apuntándole con el cucharón de madera.

— Ay por favor, thólo quiero ver que voy a comer... —se acercó a la cacerola con la comida hirviendo pero le dirigió una mirada traviesa que provocó escalofríos en el mayor.

— Arroz y huevos...

— Mira ethoth huevoth, ethán hirviendo como loth míoth... —murmuró.

— ¿Qué? —exclamó LuHan con sorpresa.

— ¿Quiereth verloth? —SeHun amagó a tirar de su toallón.

— ¡No!

Pero fue muy tarde, SeHun se quitó el mismo y LuHan se tapó los ojos con el cucharón. Pronto la risa del menor estaba acompañando el ruido del hervor.

— La comida the va a quemar, loth huevoth van a ethplothar.

— ¡¿Cuáles huevos?! —exclamó LuHan inseguro.

— No lo thé, tú fíjate —sonó la voz divertida.

— ¡Ve a vestirte!

— ¿Quién dithe que no ethoy vethido?

Entonces LuHan entreabrió los ojos con cuidado aún siendo tapados por el cucharón y bajó lentamente hasta la parte inferior del cuerpo de SeHun, notando que efectivamente tenía un par de pantalones hasta las rodillas.

— ¡Me engañaste maldito mocoso descarado! —le apuntó con el utensilio hacia la entrepierna.

— ¿Acatho queríath verme chorrear clara batida? —se cruzó de brazos y sonrió con travesura.

— ¡Cochino! —LuHan estiró su brazo para pegarle con el cucharón en la cabeza pero SeHun salió corriendo entre risas hacia su cuarto.

Apagó la hornalla y bufó molesto, el chiquillo siempre estaba provocándolo y poniendo sus nervios de punta. Acabó sirviéndole la comida pasada por agua y sin colar en un plato y cuando SeHun regresó ya vestido adecuadamente con remera y jeans, se sentó para observar con asco aquel platillo tan impresentable.

— Etho eth un athco, cothinath para el culo LuHan.

— Pues tu culo no está mal, así que podrías comer sin problemas, ¿cierto? —le amenazó alzando un cucharón en su mano.

— ¿Ethath dithiendo que te gutha mi trathero? —alzó una ceja con una sonrisita suficiente.

— Estoy diciendo lo que tu dices cuando te pruebas un pantalón y me pides que te de una opinión, señor narciculisista.

— Jum —SeHun se levantó ofendido para retirarse—. No voy a comer tu bathura, parethe popó de paloma, me haráth vomitar mientrath toco la guitarra.

— ¿Guitarra? —LuHan ahora sí estaba asombrado del nuevo hobbie.

— Thí, lo ethoy hathiendo thólo por ti, el orejón que vive en nuethro pitho me ethá entheñando.

— ¿Pito?

— Piiithzo —rodó los ojos intentando pronunciar mejor—. ¡No me hagath pathar vergüentha! Hay una canthión que ethcribí ethpiándothe en mith tardeth zolithariath... —comunicó con algo de pena y se encaminó hacia la habitación para calzarse y tomar su guitarra.

LuHan asombrado no pudo negar que era algo tierno aquello en cierta parte, porque lo de ser espiado no era para nada agradable, aunque él había sido el primero en hacerlo con MinSeok, pero eso no venía a su caso, porque él no era tan evidente como SeHun al comportarse tan descarado. O bueno, esa era su justificación de adolescente acosado.

Ya había tirado a la basura la comida fría y aguada, y se estremeció cuando sintió la voz en su oído mientras lavaba el plato, giró apenas su rostro y SeHun estaba de puntitas de pié estirando sus labios para hablarle.

— Thólo ethpérala LuHannie, te vath a enamorar irremediablemente de Oh TheJún —besó fugazmente sus labios en un piquito y huyó corriendo para salir a los pasillos del piso.

LuHan otra vez estaba allí anonadado, el agua de la canilla corriendo y él incrédulo de que acababa de ser besado por segunda vez en el mes por el chiquillo.

Después de dos horas SeHun había regresado, LuHan se había esmerado en preparar una merienda un poco más pasable que el almuerzo precario, pero no iba a quedarse a disfrutar de ver la cara del menor deleitándose con su sabroso pastel, no malentiendan, estamos hablando de un pastel de crema, crema de leche, pero no ésa leche. ¡Un pastel real! Hecho con harina, azúcar, más y leche y más huevos. En fin, no se iba a quedar a que le dieran cumplidos porque el abuelo JinKi acababa de regresar de su sesión, cada vez que llegaba estaba con el bastón bajo su brazo, no sabía qué era lo que hacía ese JongIn, pero definitivamente el viejo podía caminar con normalidad.

— ¡Juanita! ¡Volví! —exclamó dando una vueltita en la entrada como calesita aceitada—. Ya te puedes rajar, yo me encargaré de meterle en el culo el bastón a SeHun por lo mal que se haya portado.

— Señor JinKi, él recién llega de su clase de guitarra...

— Ah... Cierto, no habrán castigos entonces, márchate nomás, espera que te pago por estas horas —expresó mientras rebuscaba el dinero en su billetera peludita con forma de pollito.

Una vez que LuHan cobró por su trabajo, se marchó a su casa, SeHun se había encerrado en su habitación y lo único que se oían salir eran notas distorsionadas de la guitarra, LuHan creyó que estaba asesinando al instrumento sádicamente.

Pero un mes después vería los resultados de sus arduas prácticas, se acercaban las vacaciones de verano, y con ellas el final de cursada, SeHun lo había invitado al festival que estaba organizando su secundaria, y como se negó al inicio, el abuelito JinKi con su cara de pollo degollado le pidió que lo acompañe ya que su adorado nieto expondría sus habilidades en el escenario. Y LuHan como el joven solidario que era no pudo decirle que no, no cuando JinKi le pagaría como horas de trabajo, ahora resultaba que no era sólo niñero, sino también acompañante de abuelitos depravados.

— ¡Ah, qué bueno que accediste Juanita! SeHun hace rato que quiere mostrar sus habilidades en mover el totó, y hoy por fin lo hará, ¡tantos años de golpearlo en el trasero han dado resultados! —exclamó alegre mientras se acomodaban entre la pequeña tribuna que se formaba delante del escenario.

— ¿SeHun va a bailar? Creí que tocaría la guitarra... —expresó con sorpresa y no sin un dejo de desilusión, de sólo recordar que el menor le había dicho que tenía una canción inspirada en él, lo había hecho sentir algo importante, no todos los días alguien escribía una canción pensando en ti... O bueno, mejor dicho espiándote.

— Pff, ¿guitarra? Lo único que sabe tocarse bien es el pene.

— ¡Abuelo! —espetó LuHan, nunca se podría acostumbrar a la desfachatez del viejo.

No había mucha gente prestando atención al escenario realmente, pero cuando por los altos parlantes se anunció que comenzarían el concurso de talentos varios giraron sus rostros.

"Ahora presentaremos a los participantes de este año, nuestro primer estudiante es ¡Oh SeHun!", exclamó la joven en el centro del escenario y retirándose para dejarle lugar.

El abuelo JinKi lo observó estupefacto y comenzó a apretar el bastón con furia para luego alzarlo por los aires. LuHan intentó calmarlo bajándole el brazo pero nada parecía surtir efecto ante la ira de un abuelito encolerizado y con los huevos contracturados por culpa de las vacaciones del masajista JongIn.

— ¿¡Qué mierda haces con la mugrosa guitarra!? —gritó JinKi sin dejar de agitar su palo de confianza.

— JinKi, haga silencio —dijo entredientes LuHan.

— ¡No le di tundas en el trasero durante toda su infancia para que me pague con esta babosada! —renegó—. ¡Suéltame prostiniñera de ancianos, iré a clavarle el bastón en el ano a ver su así sacude las nalgas!

Pero entonces la voz de SeHun hablando en el micrófono lo hizo callarse por un momento.

— Etha canthión ethá dedicada al amor de mi vida, pero etho no eth todo, grathiath a mi viejito ThinKi, quien pagó lath clatheth de guitarra —SeHun alzó la voz y sonrió contento,  JinKi disgustado le alzó el dedo medio—. Zé que tuth huevoth duelen, pero ¡arriba la ezperantha abuelito!

Comenzó a tocar las primeras cuerdas de la guitarra desafinada y se acercó al micrófono.

— Lu, te amo y... —susurró para comenzar a cantar—. Tu beieeetha nada igualaraaaá jamaaaáthz...

— Oh no... —murmuró LuHan y sacudió a JinKi del brazo—. ¡Arrójele el maldito bastón!

— Olvídalo, esto es gracioso —se removió sin dejar de reír.

— Un milagro ereth y te voy a ethperaaaaar...

Pero para LuHan era demasiado y la arrebató el bastón al abuelo y lo lanzó al escenario, la guitarra de SeHun cayó al suelo haciendo ruidos aturdidores para el público y allí acabó la gloriosa presentación.

— Lo zé, thoy genial, ¡pero la próthima veth lánthame tu bombacha Lu! —exclamó al micrófono, le guiñó un ojo y chasqueó su lengua señalándolo.

La gente alrededor comenzó a reír por la situación y entonces LuHan en ese momento supo que su intento por salvar la reputación del menor era en vano, SeHun era definitivamente un completo sinvergüenza, y él parecía estar cada vez más prendido y sorprendido de un chiquillo que inclusive se exponía a la ridiculez, haciendo lo que sea para llamar su atención.

Y absolutamente lográndolo.







💐💐🐱💐💐

😂 Bueno, sé que muchos querían una continuación, aquí hay una pequeñita, falta una parte y definitivamente acabará, estoy planeando hacerlo con otro de los OneShots, pero no prometo que lo vaya a hacer con el de todas las parejas, probablemente sea sólo con este y el del KaiSoo que son a las historias que más cariño les tomé~💖 espero que lo hayan disfrutado, besitos enormes!~ 😘🌸

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