El final y un comienzo

Ya había pasado una semana desde que Saga lo encerró ahí, estos días han sido un martirio para él, sin poder hablar con alguien, sobrevivir cada dia, no poder dormir por como subia la marea, no ha sido nada fácil.

Pero aun asi seguia ahi intentando vivir, porque a pesar de todo aún había algo que lo mantenía con vida, algo que le hace luchar por su vida.

-Kanon-escucho la dulce voz de aquella persona.

-Aioros, me alegro verte-dijo con una sonrisa mientras se acercaba a los barrotes de la celda.

-A mi tambien y traje comida-dijo mientras le enseñaba una canasta de comida.

Ambos comieron de los alimentos que tenía la canasta mientras que el castaño le contaba todo lo que ocurrió en el santuario, le dijo que los dorados más jóvenes fueron de viaje de entrenamiento para mejorar sus habilidades.

-¿Y qué has sabido del idiota de mi hermano?-preguntó sin mucho interés mientras le daba una mordida a su pan.

-No le digas así-dijo frunciendo el ceño, pero Kanon lo vio tierno en vez de amenazante.

-Ya tranquilo fierecilla solo quiero saver, si no ha hecho una idiotez en mi ausencia-.

-Bueno el…-pronto la mirada verdosa se oscureció alertando al géminis menor-Desde que te encerró no supe nada de él, se fue sin dejar rastro-.

-Seguro que fue una misión él solo, ya sabes como es-dijo sin darle mucha importancia.

-¡Me lo hubiera dicho! Nunca nos ocultamos nada, o seguirá enojado por…-murmuró lo último llamando la atención del peli-azul.

-¿Enojado de que?-pregunto serio.

-Na-nada solo peleamos un poco ese dia-dijo nervioso.

-Aioros eres malo mintiendo y lo sabes-.

-Si-suspira con resignado-Saga y yo tubimos una discucion fuerte….muy fuerte y él….iba a golpearme-.

-¡¡¿QUE EL QUE?!!-gritó enojado.

-¡No paso nada grabe! ¡No me golpeo ni me hizo daño!-dijo rápidamente-El después de la pelea se disculpó conmigo y me quede con él toda la noche en su casa, creí que todo estaba bien, pero...al despertar vi que él se había ido y no se adonde-dijo bajando la mirada con tristeza.

-Ese idiota-murmuró con odio en su voz.

-Bueno creo que es mejor que me valla antes de que pregunten por mí-dice mientras se levanta.

-Aioros-lo llamo haciendo que el caballero de sagitario detuviera su camino-¿Qué harás si el intenta golpearte de nuevo?-.

-No lo hará confío en el-.

-Tu confianza te dará problemas-.

-Talvez, pero tratándose de la persona que amo valdrá la pena-.

Luego se fue devuelta al santuario dejando a Kanon preocupado sin saber qué hacer.

-Maldición-dijo mientras soltaba un suspiro-¿Fue buena idea decirle todo eso a Saga?-se preguntaba ya no muy seguro de sus acciones.

-Ya te arrepientes-dijo una voz femenina desconocida que alertó el géminis menor.

-¡¿Quien es?!-pregunto mientras veía a través de las rejas.

Cerca de donde estaban las escaleras que iban al santuario, pudo ver a una chica muy extraña que llevaba una armadura negra.

-Mi nombre es Kler-dijo la chica con una sonrisa burlona-Y puedo sacarte de aquí Kanon solo si me contestas esta pregunta-.

-¿Cual?-.

-¿Estás dispuesto a matar a Athena?-.

-¡¿Que dices?! ¡¿Como sabes eso niña?! ¡¿Contesta?!-.

-Ya veo solo dices ser malo pero en realidad no lo eres-.

-¡¡¿QUIEN DEMONIOS TE CREES?!!-dijo el peli-azul ya molesto.

-Al parecer el espectro que envíe entró al cuerpo de Saga y no al tuyo…-dijo pensativa-Aunque no esperaba que tardara mucho en tomar el control del cuerpo de géminis, tal vez si sagitario desaparece podría…-pero no pudo seguir en sus pensamiento ya que la voz de Kanon la llamaba.

-¡¿Como que un espectro está dentro de Saga?! ¡¿De qué demonios hablas?!-.

-No, aun no puedo utilizar a sagitario aun-pensó con una sonrisa burlona.

Luego de pensar su plan se fue de ahí sin prestar atención de los gritos de Kanon, el cual desesperado intentaba romper las rejas inútilmente, solo esperaba que Aioros estuviera bien.

….

Son las 10 de la noche, ya todos los guerreros del santuario descansaban en sus casas, algunos estaban despiertos para vigilar el lugar.

En el pasillo que guiaba hacia el templo de Athena donde la bebé dormía tranquilamente, una persona pasaba por ahí, por sus ropas se trataba del patriarca, pero había algo diferente en él y lamentablemente nadie más se había dado cuenta de ello.

Al llegar al cuarto donde se encontraba la pequeña Athena, se acercó a la cuna donde esta dormía, mirándola seriamente also una daga dorada dispuesto a clavársela en su pecho, cuando la punta de la daga estaba a unos centímetros de la bebé una mano morena la detuvo mientras que gotas de sangre se derramaba.

La pequeña Athena al sentir la sangre salpicar comenzó a llorar, mientras que el patriarca miraba de quien era la mano, se encontró con los ojos verdes azulados de Aioros.

-¡¿Patriarca que está haciendo?! ¡¿Se ha vuelto loco?!-decía el castaño mientras forcejeaba con el mayor.

-¡Aun lado Aioros no te entrometas-dijo mientras empujaba al sagitario.

Rápidamente encajo la daga en la cuna, pero el caballero de sagitario fue más rápido y tomo a la pequeña en sus brazos.

-¡¿Que pretende hacerle a Athena?! ¡Usted más que nadie sabe que esta niña es la salvación de la tierra! ¡¿Porque intenta matarla?!-.

-¡¡TE DIJE QUE NO TE METIERAS!!-decía furioso lanzándose hacia el castaño.

Aioros rápidamente le asestó un golpe en el estómago lanzándolo hacia la pared, pudiendo así derivando, pero no solo eso la máscara que ocultaba su rostro cayó mostrando la cara del patriarca.

Los ojos del sagitario se abrieron como platos sin poder creer lo que veía, comenzó a sudar frío mientras un nudo se formaba en su garganta.

-¿Sa-Saga?-preguntó con dificultad aun sin poder creer lo que veía.

-Así que me descubristes Aioros, entonces tienes que ¡¡MORIR!!-.

Le lanzo una rafaga de poder al caballero de sagitario que rápidamente cubrió a la bebé en sus brazos y saltó de la ventana, cayó al suelo adolorido, un poco del ataque lo daño, pero no lo suficiente, rapidamente salio corriendo de ahí mientras escuchaba el rito del que parecía ser Saga.

-¡¡AIOROS INTENTÓ MATAR ATHENA!! ATRAPEN AL TRAIDOR!!-se escuchó el grito, y sintió muchos cosmos acercándose hacia el.

-Esto no es bueno, tengo que salir del santuario cuanto antes-pensó mientras miraba a la bebé que llevaba en brazos-No puedo creer que Saga…-Sacudió su cabeza rápidamente alejando esos pensamientos-No, no puede ser Saga, sus ojos y cabello no eran iguales, el jamas  seria capaz de esto-.

Pronto llegó donde comenzaban las doce casas, se detuvo un momento para recuperar aire mientras pensaba en una estrategia.

-No puedo pedirle a cualquiera que cuide de Athena, la mayoría piensa que soy un traidor, tal vez el maestro Dohko pueda ayudarme-.

Sin más que pensar volvió a correr hacia las doce casas, esperando que pueda hacer cambiar de opinión a uno de sus compañeros.

….

(Y todo ocurre como en la historia original)

Kanon despertó en medio de la noche al sentir el cosmos de Aioros estar al máximo y no solo de el, tambien el de Shura, DeathMask y Afrodita, también sintiendo a los demás guerreros que también parecían haber peleado, estaba preocupado, y aun que fuera algo hipócrita de su parte le rezaba a Athena para que el sagitario estuviera bien.

Pero una sensación horrible llegó a su cuerpo, su sangre se helo, la boca se le secó, sus piernas flaquearon y cayó arrodillado en el mojado suelo, mientras que un mar de lagrimas recorrían su rostro mientras que sentía el cosmos del caballero de sagitario apagándose poco a poco hasta que desapareció.

-¡¡AIOROS!!-grito con dolor y frustración-¡¡MALDITO SEAS SAGA!! ¡¿Como se te ocurre haber matado a la persona que amamos?! ¡¡MALDITO ME VENGARE!! ¡¡YA LO VERAS SAGA!!-.

Gritaba de dolor y frustración mientras golpeaba el suelo, no noto como la diosa hermana de los dioses gemelos observaba todo con una sonrisa.

….

En la estatua de la diosa de la guerra y sabiduría se encontraba un hombre llorando con dolor y arrepentimiento, mientras que su mano tenía la daga dorada con la que atentó contra la vida de su diosa.

-Aioros….Athena….perdondeme, yo jure protegerlos, pero sucumbi a mi lado maligno-decia mientras miraba la daga-Kanon tenía razón….no merecía el amor de Aioros-.

Tomó el arma en sus manos dispuesto a encargarse y cuando estaba apunto de clavársela en su estómago de un rápido movimiento alguien se lo arrebató de las manos.

-Lo siento, pero mi plan va muy bien como para que lo arruines-decía la diosa Krel mientras estaba al frente del géminis mayor.

-¡¿Pero qué demonios?!-pero antes de que pudiera hacer algo la diosa lo dejó inconsciente mientras lo borraba de sus recuerdos.

-Esto fue muy divertido, y aunque Athena siga con vida tu podrás ayudarme a desmantelar el santuario-decía con una sonrisa de burla.

Pero lo que no sabía la diosa es que Aioros dejo un ultimo mensaje para los que seran los proximos caballeros que protegerán a la diosa Athena, que sin duda pondrán en ruina sus planes.

FIN.

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