Prueba 2
Tema: Vampiros (Fase 2)
—No salgas cariño... Hazme caso ¿sí...?
—No quiero estar sola...
—¡Viviana no tenemos todo el día!
—¡Espera un segundo! —No llores más...—. Mira, por nada del mundo salgas, mírame... Por nada del mundo salgas.
—Viviana... No tengo 6 años.
—Como tu hermanastra te exigiré que te quedes en ese jodido cuarto y no salgas ni aunque el mundo dependiese de ello. ¡Oíste!
Por un largo tiempo nos miramos sin hablar y puedo decir que me rompí por dentro. De nuevo escuche los gritos.
—Ve. Te esperaré sin moverme de aquí.
—Yo de ti no esperaría nada.
Yo de ti no esperaría nada... No volverían...
Sin ni siquiera despedirse se marchó de la azotea, y me dejo al otro lado de la puerta mirando su cuerpo desvanecerse en el lente de la cámara.
Alrededor de unas cuantas horas mi hermanastra y yo disfrutábamos con su novio del concierto de Epica y en sólo treinta y ocho minutos una plaga apareció. Centenares de súcubos y vampiros sobresalieron de por medio de la gente y yo... Y yo, tenía miedo.
Un día me mencionaron que los demonios son seres salidos del cielo... caían en la tierra como vampiros, en sí; que son ángeles castigados... Ángeles que toman la vida humana para subsistir. Hay algo que siempre me preguntaré: ¿los demonios sienten?
—Viviana... —Comencé a sollozar.
Por más odio, asco, y fastidio le tuviese, mi hermana no merecía esto. Yo tenía que ser la carnada. Yo...
—¡Viviana! ¡No vayas!
Verla girarse por una de las cámaras me hizo denotar lo niña que era, al fin y al cabo; ella tenía 13 años. Y yo 26.
Con el camino totalmente obstaculizado vi como giraba en un mismo sitio en busca de ayuda, toque la cámara derramando lágrimas. Y el resto no pude verlo, cerré los ojos oyendo los gritos provenientes de mi hermana... cada vez la oía tan lejos y ni Jonathan se salvaba; pronto lo oí.
—¡Suéltenla! ¡Suélten... la!
El crujido de algo me hizo abrir los ojos para verlo con los ojos prácticamente salidos tratando de tomar la mano de Viviana, ellos si que se amaban...
(Dos días después)
"Se pide que por favor ninguna persona salga de su casa y/o escondites. Todos los sectores de San Victorino se hallan poblados por... estos seres... Se pide total discreción. Cambio y fuera, hasta un nuevo día y una nue..."
—Tengo hambre...
"¡Les pedimos que no salgan! ¡No es seguro!"
—El cielo infinito contempla el despertar de una nueva era, aquella en que todo lo bello renacerá para no morir...
"Repetimos: No salgan"
— Jamás pude imaginar que vería el fin de los tiempos; hoy ya no hay dolor, pena o maldad...
"Las calles se observan miles de cuerpos en aparente estado de descomposición..."
— Tan sólo siento la calma que asola la ciudad donde nadie habita ya... y en mi corazón, la nostalgia recuerda viejos tiempos...
"Pedimos que la persona que posee música a todo volumen apague su radio. Ahora"
—No... Ésto no es real... es una visión o tan sólo un sueño. Calma no es tranquilidad, sólo hedor a muerte.
"Apaguen la radio"
—Hoy, las estrellas son la única luz que alumbra mis miedos. Sé que ya no hay nada a lo que temer, porque todo ha muerto. Señor... si es tu voluntad, mándame al mismo infierno.
"Informamos que se acercan estos... ¡Por lo que más quiera, quita esa música!
— No... Ésto no es real... es una visión o tan sólo un sueño. Esta calma no es tranquilidad, sólo hedor a muerte.
(Dos semanas después)
Miro por las cámaras del cuarto observando con detenimiento como varios de ellos miran los lentes y me contengo para no gritar... Sus ojos son un rojo llameante, sus caras son largas y chupadas... Su nariz muy grande, y son una forma exagerada de sus rasgos... Uno acerca su ojo al lente tratando de mirar más adentro, aguanto el aire, aleja su ojo y enseña sus dientes.
(Dos semanas después y tres días)
¡No paran, no paran! Siguen hay esperándome, he hecho ruido y lo saben. Escucho piedrazos y ruego que por Dios esta pesadilla acabe de una vez por todas.
(Tres semanas)
Si salgo moriré... pero lo haré con estilo.
(Tres semanas y un día)
Las calles están más solitarias de lo que recuerdo, no hay ni un alma y la voz de la chica por la radio ya no se encuentra.
(Tres semanas y dos días)
Hoy o nunca, no tengo fuerzas así que no les seré de alimento. Lanzó un zapato a la puerta junto con mis joyas.
(13 años antes)
—Un día moriré como toda una mujer.
—¿A quién le hablas amor?
—A Viviana.
—Pero...
—Viviana me entiende mamá.
(Tres semanas, dos días y cinco minutos)
Toman sangre, entonces yo seré su sangre y así podré... ¡Despertar! Estoy muy abatida... Debo cortar... cortar.
La entrada se abre... y no siento mi cuerpo, creo que me voy... Siento unas miradas en mí. Hay sangre y estoy bañada en ella. ¿Qué he hecho?
Arranco el cuchillo y admiro como la puerta cede y esos cuerpos hambrientos me ven exasperantes... Ahora que miro el cielo, noto que ahora ya no hay día... Ni noche.
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