7.

Parecia mentira que apenas dos semanas habían pasado desde ese dia en que su relación termino por quebrarse.

Kaghome habia pasado tres días enteros encerrada en su habitación, sin salir de allí, a tal punto que Inuyasha tuvo que llamar a Sango para que la obligara a comer, aunque sea, ya que toda comida que dejaba en su puerta, quedaba intacta. Y a pesar de sus insistencias por incitarla a comer, nada servia.

Pero a pesar de eso, mantenía su distancia.

Como antes, volcaba todo su tiempo libre de estudios en sus amigos, en Kikyo o el gimnasio. Dar unos buenos golpes a su saco de boxeo le servia mucho para descarga frustraciones, de todo tipo, ya que después de esa escena digna de una porno, su amigo no habia reaccionado ni una vez ante las caricias de Kikyo, y si lo hacia, acababa tan rápido que se daba risa solo.

Su vida era prácticamente una mierda.

-¡Basta! ¡Me cansaste! – Grito la peli negra, moviendo las cortinas de la habitación de su amiga para que entrase el sol – Levantate de allí en este mismo momento – Exigio al ver como su amiga casi se convertia en una ameba.

- No tengo ganas, San – Le susurro, con su rostro oculto en su almohadón de Charmander.

- Vayamos a la piscina.

- Esta Inuyasha – Se excuso, sin necesidad de decir mas nada. Su amiga sabia con lujos de detalles lo que habia ocurrido.

- Iremos a la piscina de un club, tonta – Le comento desde su cambiador, buscando un traje de baño – Toma. Pontelo – Tiro sobre su cuerpo un traje de dos piezas rojo. La parte de arriba tenia puntos pequeños de color blanco, y la parte de abajo, tenia unos volados negros.

- No quiero.

- Iremos igual – Tomo un bolso y comenzó a guardar lo necesario para ir a la piscina – Comienzas a oler a moho – Con fuerza también tiro su bolso en su cara.

- Duele – Volvio a contestar sin animos.

- Escuchame bien, Kaghome Sue Higurashi, yo ire a decirle la idea a Inuyasha, porque a pesar de ser un estúpido, estas a su cargo, cuando vuelva quiero que estes lista, ¿Entendiste? – Tomo su Charmander, tirándolo lejos.

- ¡No te metas con Char!

- Entonces contéstame.

- Si. Entendi – Murmuro como niña pequeña, inflando su mejilla derecha, cruzando sus brazos y mirando hacia otro lado.

- Te adoro, osita – Murmuro, besando su frente – Ahora, aprontate para salir – Y se fue para dejarla sola con sus pensamientos.

- Tiene razón. No puedo encerrarme en mi habitación solo por él – Miro su celular, encontrando 30 mensajes y 10 llamadas de Kouga, todo sin contestación – Seguro te odia – Susurro para si misma, riéndose.

Con poco animo, pero dispuesta a superar esto, se metio al baño para colocarse la bikini. No era muy de su agrado, ya que mostraría esa horrible cicatriz que tenia en su cadera, pero estaba segura que si no usaba eso, Sango la molestaría por el resto del dia.

Sobre ese traje, se coloco un vestido suelto de color rosa palido, se ato el cabello en una coleta alta, dejando unos pocos cabellos sueltos sobre su rostro y se extendió el protector por su piel. Para terminar, se calzo con unas sandalias de tacon bajo blancas y se cubrió su cabeza con una capelina también blaca.

-Sabes lo que es el miedo – Bromeo su amiga, mientras tomaba su bolso y el de la azabache.

- ¿Él... Él dijo algo? – Murmuro con suavidad.

- Solo que te cuide y me entrego esto – Estiro su mano, depositándole algo de dinero en la de la azabache – Dijo que procurara que comieras bien y que disfrutaras mucho – Miro fijamente a su amiga, sonriéndole con comprensión – Se que es un real imbécil, y que se propaso contigo, pero se nota que de verdad esta arrepentido.

- Pero, Sango, yo...

- No. No digas nada – Tomo su mano y comenzó a caminar hacia la entrada de su habitación para irse – Solo tenlo en cuenta. Él se ira a la casa de Miroku para estudiar.

- Claro – La casa se sentía muy grande y helada si no se encontraban sus padres o sus abuelos. Ni hablar que extrañaba horrores a su pequeño – Vamonos. Quiero meterme al agua fresca.

- Claro, osita.

Ambas morenas subieron a sus respectivas bicicletas y partieron hacia el club privado, donde solo las personas con buena posición económica podían entrar. Suerte para ellas que sus familias tenían dinero.

Al llegar, y luego de identificarse en la entrada, tomaron asiento en unas reposeras que estaban cerca de la piscina, pero bajo la sombra. No detestaban el sol, pero tampoco querían quemarse demasido.

Acomodaron sus cosas, y se dispusieron a meterse en el agua.

No faltaron miradas que se deleitaran con los cuerpos de esas amigas, ya que ambas estaban bien proporcionadas, aunque ninguna prestaba demasiada atención, ya que estaban perdidas en su conversación trivial. Desde chicos guapos del colegio, donde Kouga, junto a Kiokotsu, eran los ganadores, hasta los regalos de navidad que habían recibido de niñas. Todo valia en ese momento para despejar sus mentes.

-Vayamos a comer algo, Kag – Sugirio la peli negra, siendo seguida de su amiga. Se acercaron a un restaurante al aire libre que se encontraba allí mismo y tomaron asiento. Ambas pidieron las hamburguesas mas grandes y grasosas que tenían, mientras las mujeres a su alrededor las miraban con extrañesa. ¿Cómo podían permitirse comer eso, con las calorías que tenían?

-Entonces, ¿Ese trio de gatos no te volvio a molestar? – Pregunto la peli negra, luego de tragar el gran pedazo de comida que tenia en su boca.

- Me miran mal, como si fueran a asesinarme en cualquier momento, pero nada de otro mundo. Siempre crei que solo eran malas de la boca para afuera.

- Desde que las conozco que son asi – Dijo pensativa, mientras comia sus patatas fritas – En la secundaria se habían obsesionado con otro joven. No recuerdo el nombre.

- Tienen serios problemas mentales – Bromeo, haciendo reir a su amiga.

- ¿Qué piensas hacer con Wolf? – Pregunto de repente Sango, esperanzada de que hacia muchos días que no los veía juntos.

- No lo se – Tomo su celular, dejándolo frente a la vista de su amiga – Tengo muchos mensajes y llamadas de él, pero no conteste ninguno. Seguro esta furioso – Ante ese comentario, la peli negra se tenso. Ayame le habia comentado el mal carácter de Kouga cuando se enojaba.

- ¿Por qué no terminas con él? No te noto con muchas ganas de seguir siendo su novia.

- No lo se – Suspiro, tomando su cabeza. Esos días se habían basado en una nebulosa de dudas en su mente – Sabes que si estoy a su lado es para olvidarme de Inuyasha, y ahora quiero hacer eso mas que nunca.

- No es buena idea, amiga – Tomo su mano con fuerzas, queriendo convencerla – Menos con Wolf – Kaghome la miro fijamente, muy seria. Queria saber las razones por las cuales estaba tan reacia a que estuviese con Kouga.

- ¿Me diras de una vez porque no quieres que este con él? ¿Qué te hizo? – La peli negra se amilano ante los ojos chocolates de esa niña. De verdad podía meter presión suficiente sobre ella, si lo deseaba.

- Yo... No me ocurrio a mi. Le ocurrio a una amiga – Sin soltar su mano, la apretó con mas fuerzas. Que Ayame la perdonase, pero no podía dejar que su amiga corriera peligro – Ocurrio hace unos años. Una amiga mia salio con él un tiempo, y todo marchaba bien. Era muy dulce, la trataba con cariño, hasta le hacia varios regalos. Se podía decir que era casi el novio perfecto, pero...

- ¡Kaghome! – Se dejo oir tras la espalda de la azabache, que se quedo helada sin querer girarse. No ahora.

- Kouga – Murmuro y se giro sobre la silla, con su mejor sonrisa forzada - ¿Cómo te encuentras?

- Mejor ahora que te veo – Sin permiso, tomo una silla vacia, sentándose al lado de su novia, mientras veía fijamente a la peli negra con odio - ¿Por qué no has contestado mis mensajes?

- Lo lamento, Kouga, pero luego de la fiesta necesitaba pensar – Se removio incomoda en su lugar, queriendo que ese joven deje de abrazarla asi.

- Sabes que fue un error. Solo estaba un poco abrió, bella – Beso su cuello, logrando que un escalofrio de repulsión recorra el cuerpo de Kaghome – No volverá a ocurrir.

- Estabamos hablando – Interrumpio Sango, sin apartar la mirada de ese oji azul.

- Lo se – Le sonrio con soberbia, logrando que la vena de Sango comience a hincharse – Pero quiero estar con mi novia – Se paro, tomando el brazo de Kaghome – Vamos – Le dijo sonriente.

- No, estoy con Sango – Se resistio, soltándose.

- Vamos, Kaghome. Eres mi novia, tengo derecho a estar contigo a solas – Volvio a insistir, pero esta vez, muy serio.

- Dejemos en claro algo, Kouga, a mi nadie me dice que hacer, solo mis padres, ¿Entiendes?

- Lo se, bella. Disculpame – Sonrio nuevamente, luego de unos segundos. Tomo su mano, besándola – Es que de verdad te extrañe. Estaba realmente preocupado. No contestabas mis mensajes ni mis llamadas, y luego de la amenaza de tu hermano, temi que pudieras alejarte de mi – Dio un paso hacia ella, tomando su cintura con delicadeza – Ven conmigo, solo por hoy. Por favor – La azabache dudo, pero al instante la culpa comenzó a carcomerla por dentro. Ella era la egoísta que lo utilizaba para olvidarse de su hermano, era justo que le dedicara solo un par de horas.

- Sango – La llamo, notando como ella negaba con su cabeza – Por favor – Rogo como niña, logrando que la peli negra sisee en silencio.

- Llamame cuando llegues a tu hogar – Respondio entre dientes, sin dejar de mirar a ese peli negro.

- Si, panda – La abrazo con fuerzas, besando su mejilla – Te adoro.

- Y yo a ti, osita – Bajo la desesperada mirada de la peli negra, la azabache tomo su bolso y la mano de su novio, para comenzar a caminar hacia la salida. ¿Por qué se sentía mal? Tenia un terrible presentimiento, pero no queria asustarla por una corazonada. ¿Qué haría? – Controlate, Sango – Se dijo a si misma, mientras tomaba sus pertenencias – No hara nada. Ya podras contarle toda la verdad mañana – Comenzo a caminar hacia la salida, para tomar su bicicleta – Tengo una hora para llamar a los mellizos antes de que sea la hora de dormir alla, del otro lado del mundo. Como los extraño – Sonrio para si misma, mientras subia a su vehiculo y comenzaba a andar hacia su hogar. Su casa se sentía extremadamente desolada ahora que sus padres y sus hermanos no se encontraban en ella.

***

Luego de unos minutos de viaje en el auto de Kouga, llegaron a una pequeña casa, muy bella. Kaghome sonrio con nostalgia al verla. Le recordaba a su hogar, antes del accidente.

-Llegamos, bella – Anuncio el peli negro, mientras abria la puerta del auto.

- ¿Dónde estamos, Kouga? – Pregunto con algo de desconfianza. Estaba mas que segura que esa casa no era de él.

- Es una casa que tengo cuando quiero venir a despejarme con mis amigos – Tomo su mano, casi arrastrándola hacia dentro – No temas. Prometi que no haría nada que no quisieras. Solo quiero que pasemos un momento a solas, sin que nadie moleste – La miro con ternura, besando sus nudillos - ¿Acaso esta mal que quiera tiempo con mi novia?

- Claro que no – Devolvio su sonrisa e intento relajarse. Estaba por demás de paranoica – Solo que extraño a Souta y me pongo algo nerviosa.

- Lo se, bella – Del bolsillo de su pantalón saco unas llaves, abriendo la puerta – Yo también extraño a mi hermano. Esta en el extranjero, estudiando economía mundial y hace cerca de un año y medio que no lo veo.

- No sabia que tuvieras un hermano.

- Asi es. Hakkaku. Mi hermano mayor. El inteligente – Bromeo, haciendo reir a la azabache - ¿Quieres una cerveza?

- Claro – Acepto, sentándose en un sillón – Es muy linda tu guarida.

- Gracias – Tomo asiento a su lado, entregándole una botella – La compre con lo que iba quedando de mis mesadas – Beso su cabeza, mientras cruzaba su brazo tras ella, apoyándolo en el espaldar del sillón - ¿Ves que no pienso solo en fiestas? – Bromeo, haciéndola reir otra vez – Siempre desee tener una casa pequeña, ya que la mia es innecesariamente grande y, como mis padres nunca están, se siente enorme.

- Te entiendo. Ahora que mis padres y Souta tampoco están, me siento muy sola.

- Puedes venir a quedarte conmigo aquí cuando lo desees, bella – Acerco su botella a la de ella, golpeándolas levemente en forma de brindis – Por nosotros.

- Por nosotros – Susurro con algo de vergüenza y bebio un buen trago. Kouga sonrio con maldad, viendo como poco a poco los ojos de ella comenzaban a cerrarse.

***

Mis bellxs y pequeñxs hanyou's! 

Tuve unos días complicados, por eso no pude subir un capitulo antes. Tengo que ir a hacerme unos estudios porque, quizás, tenga que operarme del apéndice, lo cual no quiero porque eso implica que me tengan que operar y eso. 

Soy super maldita, por eso los dejo con la intriga. Que pasara ahora? Mmm. Los bancos de apuestas están abiertos. 

Espero leer sus comentarios!

Lxs quiero!

Lin ❤

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