23 - FINAL.
Hola, mis bellxs y pequeñxs hanyou's!
Aquí les traigo la ultima parte de esta hermosa historia. No sera nada larga, solo para cerrar los puntos que todos estábamos esperando. Les soy sincera, la quise hacer mas larga pero me pareció que iba a quedar muy relleno, algo que no quería que pasara, pero luego de pensarlo mucho, de hablarlo con una de mis lectoras que cada tanto me ayuda a salir de mis lagunas mentales, llegue a la conclusión de que menos es mas.
De verdad me gusto como quedo, espero que a ustedes también.
Así que nada, aquí despedimos a otra historia de mi feed. Muchas gracias por el apoyo, la compresión y el cariño de siempre.
Nos leemos en una nueva historia!
Lxs quiero!
Lin ❤
***
Tanto Inuyasha como Kaghome se miraban fijamente en la mesa, mientras esperaban que sus padres llegasen de su viaje junto con Souta. Ya los habían llamado, informándoles que, una vez dejado los gemelos en su casa, llegarían a su hogar.
Esa misma tarde se habían puesto de acuerdo para decirles sobre su relación y, aunque estaban sumamente asustados, tenían que hacerlo. Por las dudas, Inuyasha ya había preparado un bolso con ropa y algo de dinero, se iría de Miroku si era necesario.
Sus padres eran las personas mas bondadosas sobre la faz de la tierra, lo sabia, pero con respecto a Kaghome eran sumamente sobre protectores y no tenia idea de como se tomarían la noticia de que ellos eran pareja, cuando se suponía debían de ser hermanos y nada mas.
-¿Por qué no esperamos un poco mas, Inu? No es necesario que se lo digamos ahora mismo – Murmuro la azabache, mientras veía fijamente sus ojos. Podía sentir su nerviosismo, tanto como el que ella tenia.
- No, Kag. Tenemos que hacerlo. Ya junte coraje, si no se lo decimos ahora, no se lo diremos mas... - Cuando escucharon la puerta abriéndose, el estomago de ambos se retorció. Rabia llegado el momento de decirles. Se pararon para ir a recibirlos, pero grande, y no grata, fue su sorpresa cuando vieron a su familia junto con Kikyo que, detrás de todos, sonreía como si fuera la ama del mundo.
- Tenemos que hablar en este mismo momento, Inuyasha – Inu No lo miro fijamente e Inuyasha supo que estaba en problemas. Kikyo se había adelantado a sus planes.
*15 MINUTOS ANTES*
Una vez que los Taisho dejaron a los gemelos y a Souta, que no quería separarse de sus amigos, emprendieron viaje hacia su hogar.
-Estoy realmente exhausta – Murmuro Izayoi, mientras apoyaba su cabeza en el hombro de su esposo – Quiero llegar a nuestra casa y besar a mis niños. Estará todo bien, ¿No?
- Si, cariño – Beso su cabeza e intento respirar con tranquilidad. La verdad era que estaba tan preocupado como su esposa. La ultima vez que se habían ido lejos de ellos...
- Kikyo – Inu No miro fijamente a Izayoi sin comprender que decía. ¿Qué tenia que ver la ex novia de su hijo en todo esto? – Allí. Esta Kikyo – Señalo la entrada de su casa. ¿Qué sucedía?
- Deten el coche aquí, Michael – Murmuro a su chófer, el cual se detuvo en la calle, antes de entrar a su hogar. Ambos se bajaron, acercándose a esa muchacha que tenia una mezcla de llanto y confusión en su rostro – Kikyo, ¿Qué andas haciendo por aquí?
- Inu No se que no es la manera de presentarme aquí, pero tengo que hablar con ustedes. Con suma urgencia – La pareja se miro fijamente temiendo lo peor, pero solo asintieron con su cabeza, dándole lugar a la pelinegra a que les dijera que sucedía – Se que sonara raro y algo obsceno, pero tengo que decírselos.
- Habla de una vez, por favor, Kikyo – Apuro Izayoi, sumamente preocupada.
- Inuyasha me confirmo que tiene una relación con Kaghome – Los esposos se miraron fijamente, sintiendo como su pulso se aceleraba – Una relación romántica.
*DE NUEVO AL PRESENTE*
-Por favor, Kikyo, vuelve a repetirnos lo que acabas de decirnos – La pelinegra, volviendo a adoptar su rostro lloroso, dio un paso al frente.
- Cuando Inuyasha me dejo, me dijo que lo hacia porque estaba enamorado de Kaghome y que, si tenia la oportunidad, le pediría que fuese su novia. Se por buenas fuentes, que así fue. Kaghome le correspondió – Los padres miraron fijamente a la pareja que solo podía mirar al suelo. Ninguno de los dos podía siquiera respirar, sus cuerpos temblaban y mil excusas corrían por sus mentes para negar lo que esa maldita estaba diciendo. Si, era verdad, pero no tenían que enterarse así.
- Inuyasha, ¿Es cierto esto? – Hablo Inu No, acercándose a él - ¿Tienes una relación amorosa con Kaghome? – A pesar de ser alto, nunca se había sentido tan insignificante como en ese momento. Su padre lo miraba con decepción y estaba seguro que, apenas dijera que si, lo golpearía y lo echaría de su casa. Miro a la azabache, la cual tenia sus ojos llorosos y podía notar como temblaba levemente. Tenia que ser fuerte y decir la verdad.
- Yo... Padre...
- Si, es verdad – Kaghome se adelanto, colocándose entre Inuyasha y su padre. Todo su cuerpo temblaba como si fuera un terremoto, pero no podía dejarlo solo. Aun bajo la severa mirada de su padre, tomo la mano del peliplata, apretándola con fuerza – Es verdad, padre. Inuyasha y yo tenemos una relación.
Un silencio eterno se formo entre los presentes. Kaghome no podía respirar, sus pulmones ardían por la falta de oxigeno. Inuyasha tenia un fuerte dolor de estomago, lo que provocaba unas fuertes nauseas. ¿Qué pasaría ahora? ¿Por qué sus padres no decían nada? ¿Acaso estaban pensando la mejor forma para castigarlos?
-Por fin – Murmuro Izayoi, acercándose a sus niños con una enorme sonrisa. Los abrazo a ambos con mucho cariño, dejándolos estupefactos, sin entender que sucedía – Era hora de que por fin confiaran en nosotros.
- ¿Qué? – Jadearon Inuyasha y Kaghome al mismo tiempo.
- Ya sabíamos sobre esto – Aclaro Inu No, mientras abrazaba a su niña por los hombros – Desde el primer momento lo supimos.
- ¿Cómo que lo sabían? – Esta vez fue el turno de Kikyo de jadear. No era posible. Tenia que ser una jodida broma, ¿Cómo era posible que aceptaran su relación como si nada? - ¡¿Qué clase de mala broma es esta?! ¡Son hermanos! ¡No pueden aceptar su maldita relación! ¡Están enfermos!
- Suficiente, Kikyo – Hablo Inuyasha, pero se detuvo al sentir la mano de su padre sobre su hombro.
- No están enfermos, Kikyo. Ellos de verdad no son hermanos, lo sabes. Todos lo saben. Es cierto que amamos a Kaghome como si fuera nuestra, y que los papeles de adopción están listos, pero eso no quita el hecho de que, hasta hace un año atrás, ellos eran unos completos desconocidos. Y te voy a ser completamente sincero, no podría elegir a mejor mujer que Kaghome.
- Pero... Ellos son hermanos. Siempre lo dijeron.
- Así es, pero si son felices juntos, que así sea – La pelinegra miro a los presentes sintiendo como un fuego de odio crecía en su interior.
- ¡No! ¡Jamas lo aceptare! – Grito con desesperación y sin mas, salio corriendo por la puerta con rapidez.
- Pobre, quería hacer daño a la familia y solo consiguió dañarse a si misma – Se lamento Izayoi y luego se giro para mirar a sus niños - ¿Cuándo pensaban contarnos esta gran noticia?
- En este momento, pero Kikyo se nos adelanto – Aseguro Inuyasha, mientras abrazaba por la cintura a su novia.
- Estoy muy feliz por ustedes, pequeños – Inu No los miro sonriente, pero al instante se puso serio – Pero desde hoy, las reglas cambiaran en esta casa – Miro a su hijo fijamente e Inuyasha sintió por segunda vez que su padre lo mataría – Si me entero que te cruzas en mitad de la noche al cuarto de mi pequeña, te enviare a estudiar a Rusia – Amenazo, logrando que las mujeres rieran – Solo dime que aun no has tocado un solo cabello de ella – Y la risa de Kaghome se corto en ese instante. Inu No comprendió todo y una ira comenzó a invadirlo. El peliplata menor, como cuando era un niño, corrió hacia la casa de Kaede y Myoga. Tenia que huir de allí - ¡Vuelve aquí, maldito cobarde! ¡Te asesinare por tocar a mi pequeña niña!
***
Luego de tanto tiempo esperando, la gran sorpresa por fin llegaba.
Era tan gigante que lo tenían que cargar entre varios hombres y no solo eso, tardaron horas en volver a colocarlo en su sitio sin riesgo a que se desmoronara contra el suelo.
Una vez listo la familia se reunió en la entrada, observando con felicidad y cariño esa hermosa obra de arte. En lo alto del recinto, se dejaba ver, omnipotente y majestuoso.
El cuadro que el artista italiano había tardado meses en pintar por fin se encontraba en su casa. En él se podía ver a ambas mujeres sentadas en un hermoso sillón negro con arabescos dorados. Tras ellas estaban Inu No, Sesshomaru e Inuyasha y a sus pies, sentado con una enorme sonrisa, se podía ver a Souta. Era la viva imagen de la perfección, lo que llenaba de dicha no solo al matrimonio, si no que también a los niños de la familia.
No era mas que un simple cuadro, pero su valor sentimental los llenaba muchísimo mas. Eso representaba que de verdad eran una familia unida y llena de amor.
Una familia que había ayudado tanto a Souta como a Kaghome a superar sus padecimientos y encontrar, dentro de todo lo malo, la capacidad de la fortaleza y eso, por el bendito Ángel, los llenaba de dicha.
FIN.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top