14.
Para alivio de la familia Taisho, el juicio habia pasado mas rápido de los que ellos creían. El trio de jóvenes habían recibido cadenas de varios años. Kouga y Hakkaku 30 años de prisión, sin posibilidad de libertad condicional, mientras Ginta, luego de defenderse, alegando que los hermanos lo habia obligado, recibió 10 años, con posibilidad de libertad condicional.
Para Inu No eso no era suficiente, y jamas lo seria, pero no le quedaba otra opción mas que aceptarlo. Ya se ocuparía de ese problema cuando pasaran los 30 años que esos malditos insectos estarían encerrados.
El que mas habia sorprendido a todos, era Myoga que, callado y sin siquiera decirle a su mujer, habia ido hasta la cárcel a visitar a los tres jóvenes, solo para decirles en el rostro que si se atrevían a volver a tocar un solo cabello de su nieta, los asesinaría con sus propias manos. Ese mensaje habia logrado llegar, gracias a la intervención de Totosai, que tenia la suficiente influencia como para dejar entrar a ese anciano sin ningun tapujo.
Y, a pesar de que fue muy difícil para Kaghome volver a enfretarse a esos tres, logro hacerlo con la frente en alto, sorprendiendo a su familia. Era una mujer fuerte, y lo habia demostrado al relatar lo ocurrido, con lujo de detalles, y no detenerse en ningun momento, a pesar de que sus lagrimas fluían con rapidez por sus mejillas.
En el juicio, también habían participado las familias de las otras chicas abusadas, incluida la de Ayame.
Pero en ese momento, a pesar del poco tiempo que habia pasado, todo habia quedado en el pasado. Aunque ahora una nueva preocupación pasaba por la cabeza de la azabache: Su pequeño hermano.
A pesar de haber ido a Alemania para atenderse con un medico especializado, aun no emitia palabra alguna y eso lo entristecia por demás, ya que las esperanzas de que, por fin, Souta lograra hablar, la habían invadido por completo. Y ahora se enfrentaba con la dura realidad.
-¿Cómo quieres festejar tu cumpleaños, Soso? – Pregunto la joven mujer, mientras merendaban. El niño lo pensó y luego, con señas, se lo comunico a su madre, que lo entendio perfectamente. En ese tiempo, toda la familia habia hecho un curso intensivo de lenguaje de señas, incluyendo a Sesshomaru y a Inuyasha – Me encanta la idea, cariño. Tan solo faltan dos días, asi que tenemos que preparar todo. Como hace frio, pondremos una carpa térmica en el jardín, con muchos juegos, para que puedas disfrutar con tus amigos, ¿Quieres? – El jovencito asintió con alegría, mientras movia sus manos hacia todos lados, anunciando su contento.
- Bueno, Soso. Ya es hora de ir al colegio – Lo interrumpio Sesshomaru, que en ese poco tiempo se habia ganado el completo cariño y admiración del niño – Ve a buscar tus cosas para el colegio. Hoy te llevare yo – Sin tener que volver a decirlo, el peli marron corrió con velocidad hacia su habitación. El peli plata camino hacia la entrada para buscar su abrigo, pero en el camino se cruzo a Kaghome, que bajaba a desayunar – Kaghome – La llamo con su voz fría.
- Buen dia, Sessh – Lo saludo con una enorme sonrisa - ¿Qué sucede?
- Se que no hemos tenido el tiempo suficiente para charlar luego de mi llegada, y que seguro es extraño para ti que yo te diga esto, ya que no debes recordar demasiado de mi, pero solo quiero que sepas que me alegra que formes parte de la familia, y que, asi como Inu No e Inuyasha te protegen y cuidan, yo también lo hare – La azabache se quedo tiesa al escuchar eso. Nunca hubiese esperado tal demostración de afecto de parte de él – Eres mi pequeña hermana. Es mi deber.
- Mu... Muchas gracias, Sessh – Agradecio la azabache, acercándose a él, dudando en abrazarlo, para luego hacerlo – De verdad, no podría estar mas agradecida de tener tantos hombres que me cuiden – Permanecieron asi unos segundos, bajo la mirada de Inuyasha que sonreia al haber descubierto el lado tierno de su hermano, y luego se separaron.
- ¿Quieres que te espere para ir al colegio?
- No te molestes. Hoy entramos algo mas tarde, y no quiero que Soso llegue tarde – Miro hacia el suelo, sonrojada – Me llevara Inuyasha – Murmuro con vergüenza.
- Tu tampoco lo quieres como un hermano – Susurro para si mismo, pero Kaghome lo escucho sonrojándose aun mas. ¿Qué queria decir con ese "tu tampoco"? ¿Acaso Inuyasha también la veía como algo mas que una hermana? ¿No era solo por deseo? – Nos veremos en la cena, pequeña – Beso se frente, y miro a Souta que bajaba las escaleras – Vamos, campeón – El niño beso la mejilla de su hermana y tomo la mano del peli plata, para alejarse hacia el auto.
- Buen dia, princesa – Saludo con una enorme sonrisa Inuyasha, logrando que el corazón de ella lata con rapidez.
- Buen dia, Inu – Saludo tímidamente, ya que las palabras de su hermano mayor le habían afectado - ¿Cómo dormiste? – Pregunto, luego de besar su mejilla.
- Esplendido – Tomo su cintura, colocando su mano sobre su baja espalda – Vayamos a desayunar. No quiero que lleguemos tarde.
- Claro – Al entrar en el comedor, sus padres estaban charlando amenamente sobre el cumpleaños de Souta – Buen dia – Saludo la azabache, besando a su madre y luego a su padre.
- Buen dia, pequeña – Saludo Inu No, tomando su mano con cariño.
- Buen dia, mi niña – La miro luego de que ella tomara asiento a su lado – Estabamos hablando sobre el cumpleaños de Soso. Me dijo que desea hacer un cumpleaños de carreras de autos, asi que contrataremos unos carting, para que puedan correr en el patio con los amigos.
- ¿Unos carting? ¿No es demasiado?
- Claro que no, tesoro. Nunca nada es demasiado para mis pequeños – Izayoi sonrio complacida – Ese dia cae domingo, no tienen colegio, asi que los invitaremos a almorzar y luego, podrán quedarse toda la tarde jugando. ¿Te agrada la idea?
- Claro que si, madre. Solo deseo que él sea feliz.
- El sábado en la noche, haremos una cena para la bienvenida de su cumpleaños. No invitaremos a nadie, solo será entre nosotros, y aprovecharemos a darle nuestros regalos. ¿Deseas que se haga alguna comida en especial?
- A Soso siempre le han gustado el tempura – Murmuro, recordando como lo hacia su madre, en su Japon natal.
- Entonces tempura será. – Aseguro, anotando ese dato en una pequeña libreta que siempre llevaba consigo – Y no falta mas que un mes y días para tu cumpleaños, princesa.
- Si, madre. Mis dieciocho – Murmuro sonrojada, al notar como su hermano la miraba fijamente.
- Pequeña, quiero hacerte una propuesta – Le comento su padre, obteniendo su completa atención – Se que hace ya tiempo que eres parte de nuestra familia, pero para tu cumpleaños, quiero presentarte formalmente en la sociedad.
- ¿Presentarme en sociedad?
- Se que suena a cosas del sigo pasado – Bromeo Inu No – Te has dado cuenta que tenemos un estilo de vida muy elevado, que nos podemos permitir ciertas cosas que solo la menor parte de la población puede, y por eso mismo, tenemos ciertos amigos con nuestro misma estatus social. Sin serlo, es lo mas parecido a un club. Por eso mismo, quiero que todos acepten abiertamente que ahora eres una Taisho, y que eres nuestra niña – Confirmo, tomando la mano de su esposa - ¿Qué piensas?
- Lo que tu creas que este bien, a mi me parece bien, también.
- Quiero que hagamos lo que tu quieras, pequeña.
- Si, quiero, padre – Se paro, para ir abarazarlo por detrás, besando su mejilla – Quiero que todos sepan que eres mi padre – Tomo la mano de Izayoi, sonriéndole – Que son mi familia.
- Todo esta arreglado – Inu No miro a su niña sonriéndole con cariño, mientras la tomaba de la cintura, como la peli negra – Come, princesa. No querras llegar tarde al colegio.
- Claro, padre.
Luego de un ameno desayuno, donde las mujeres terminaron de pulir los detalles del cumpleaños del niño de la casa, Kaghome partio hacia el colegio con su hermano.
-Pequeña – La llamo, mientras tomaba su mano con algo de fuerzas – Sabes que todos comentaran lo ocurrido, ¿No? Que algunos te apoyaran y otros...
- Lo se, Inu – Se llevo su mano a sus delicado labios para besarla y asi calmar a su hermano – Se a lo que me puedo llegar a enfrentar, pero estare bien. Sango estará a mi lado.
- Y yo también. Cualquier cosa que ocurra, solo tienes que llamarme. Estare en clases, pero podre venir en pocos minutos.
- Tambien lo se, Inu – Estacionaron frente al colegio, donde la azabache se arrodillo sobre su asiento para abrazar a su hermano con fuerzas – Se que eres mi perrito guardian – Se separo de él, viéndolo fijamente, sintiendo su respiración mezclarse con la suya.
- Nos veremos luego – Murmuro sobre sus labios, batallando contra si mismo para no besarla con pasión. Una de sus brazos se prendio de su cintura, notando esa leve curva donde comenzaba su trasero, logrando que su respiración se agitase. Estaba tan cerca, y ya la habia devorado en la fiesta que hicieron, ¿Por qué no podía besarla en ese momento? Necesitaba hacerlo.
- ¿Podemos ir por un helado? – Pregunto, hipnotizada por su mirada.
- Por lo que tu desees, pequeña – Se mordio el interior de sus labios, y poco a poco se alejo de ella, sonriéndole – Sabes que cumpliré todos tus caprichos.
- ¿Todos? – Pregunto solo para asegurarse.
- Claro, princesa – Tomo su mano y la llevo a su boca para besarla – Todos.
- Gracias, Inu – Murmuro sonrojada, beso su mejilla y se bajo del auto con una sensacion extraña en su pecho. Su hermano, ese joven del cual estaba enamorada, cumpliría todos sus caprichos – Solo tengo que pedírselo, y lo hara – Sonrio para si mismo, mientras los recuerdos de su beso en el auto, o dentro de la despensa de la cocina, comenzaban a pasar por su cabeza. No importaba si solo era una calentura para ese peli plata. Ella definitivamente volveria a perderse entre sus caricias y besos.
- ¡Kaghome! – Llamo Sango, abrazándola con fuerzas – Te extrañe.
- Hola, San – Murmuro, prendiéndose de su brazo, para comenzar a caminar hacia el salon de clases - ¿Has logrado sobrevivir sin mi estos días?
- Casi que no – Comenzaron a reir ambas, hasta que se vieron interrumpidas por el trio de mininas que caminaban hacia ella con la ira emanando de sus ojos. Sango dio un paso hacia delante, cubriendo a su amiga que, a pesar de no temerles, se amilano un poco, sabiendo lo que venia.
- Tu, maldita perra – Siseo Rosette, parándose delante de ella, impiendole el paso, junto con sus dos amigas – Por tu maldita culpa, Kouga esta preso.
- Bien merecido lo tenia – La enfrento Sango, tapando a su amiga con su cuerpo, para que la dejara en paz.
- ¡Claro que no! – Grito Lila – ¿Te piensas que somos estúpidas? No nos creemos que la hayan obligado a hacer eso. ¡Estoy segura que ella, como buena ramera, se dejo hacer y ahora no quiere quedar mal delante de su familia!
- ¡Eres una maldita zorra! – Se avento sobre ella, pero antes de poder tocarla, la azabache tomo su brazo, deteniéndola. La peli negra la mira como si tuviera dos cabezas, intento soltar su agarre para poder tomar de los cabellos a esa maldita, pero el apreté de la azabache se hizo mayor
- Dejalas, San. Son libres de creer lo que quieran – Intento disuadirla, pero la peli negra, arta de las cosas que le sucedían a su amiga, se negaba a dejarlas. Se solto, enfrentándola con sus ojos agobiados por las lagrimas. Toda la ira que corria por sus venas le hacia imposible razonar. No queria que nadie mas lastimara a su amiga, no se lo merecia.
- ¡No, Kag! Solo Inuyasha, Miroku y yo sabemos todo lo que sufriste y lloraste por esos malditos hijos de puta. ¡No es justo que estas tres estúpidas vengan a juzgarte sin saber lo que sucedió! – Se prendio de su remera, como si con eso fuera a convencerla, pero la azabache solo sonrio, acariciando su rostro, mientras besaba su frente.
- Lo se, Osita – La abrazo, conteniéndola como si fuera su madre, intentando ignorar a esas tres que la seguían mirando con rabia – Pero no se puede hacer nada. Dejalas.
- ¡No te hagas la mosquita muerta con nosotras! – Grito Cata, tomando el brazo de la azabache y, logrando que suelte a Sango, le propino una bofetada – ¡Eres una maldita puta, que le gusta jugar a que la violen, y no lo soportas!
- ¡Dejala en paz! – Sango la empujo con fuerzas, logrando que caiga al suelo con brusquedad - ¡No te atrevas a tocarla otra vez! – Los nervios sobre pasaban el raciocinio de la peli negra que, mirando a su amiga como se tomaba su mejilla golpeada, negaba con su cabeza, para que no siguiera con esa pelea.
- Tu, maldita perra – Gruño Cata, parándose para golpear a Sango, seguida de sus amigas, que tomaron sus brazos, deteniéndola.
- ¡Dejenla en paz! El problema es conmigo – Se interpuso Kaghome. Eso se le estaba yendo de las manos. ¿Por qué habia sido tan ingenua de creer que nada mas pasaría? ¿Qué todo podría ir bien a partir de ahora? – Cata, dejala.
- Tranquila, querida – Sonrio la rubia, acercándose con paso calmo hacia Sango que no lograba separarse de esas dos – Luego seguiras tu y, creeme, te dolerá – Amenazo con una sonrisa burlona y enfoco su atención hacia la peli negra que la miraba con ira.
- No la toques – Grito Kaghome, dando un paso hacia ellas, pero antes de poder dar otro, sintió unos brazos que tomaban los suyos con fuerzas - ¿Qué...? – Miro hacia su lado, encontrándose con la sonrisa de un joven que nunca habia visto antes, ¿De donde demonios habia salido?
- Bien hecho, Jeff. Mantenla ahí – Sonrio Cata y giro hacia Sango, tomándola de los cabellos – No volveras a tocarme jamas en tu vida – Levanto su mano para golpearla y la peli negra cerro con fuerza sus ojos, esperando el impacto que nunca llego.
- Suficiente, Cata – Se dejo oir una voz que ninguna de las dos reconocia, pero cuando Sango abrió sus ojos se encontró con otros verdes, que la miraban sonrientes.
- Sueltame, Alfredo. Esto no tiene nada que ver contigo – Intento soltar su brazo que el joven rubio tenia entre su mano, pero fue en vano.
- Tiene mucho que ver conmigo, y con ellos – Señalo con su cabeza hacia el grupo de personas, hombres y mujeres, que se habia conglomerado a su alrededor – No se que se les cruza por esa cabeza hueca que tienen, pero no se atrevan a dañar a Kaghome ni a Sango – Sin utilizar mucha fuerza, movio a la rubia hacia atrás, interponiéndose entre ella y la peli negra, que se vio liberada por obra de sus compañeros, al igual que la azabache.
- Sango – Llamo Kaghome, abrazándola con fuerzas contra su cuerpo.
- ¿Ustedes también le creen a esta maldita perra mentirosa? – Gruño Lila, mirando fijamente a Alfredo.
- Claro que si – Contesto otra compañera, mientras ponía su mano en el hombro de Kaghome y le sonria con ternura – Ella es la victima en todo esto. Como lo fue Ayame en su momento.
- Asi que aléjense de ellas – Gruño Mike, quien era mas de acción que de palabras. Kaghome sonrio para si misma, le hacia acordar a su hermano – No vuelvan a molestarlas porque me olvidare que son mujeres.
Las tres mujeres abrieron sus bocas, sin saber que contestar. ¿Por qué demonios todos defendían a esa zorra que se habia atrevido a difamar el nombre de su amado Kouga?
-¿Cómo es posible que le crean a esa maldita? – Volvio a gritar, completamente fuera de si, la joven rubia, que apuntaba con su dedo hacia Kaghome - ¡Ella quiso hacerlo y, cuando se vio descubierta por su familia, lo invento todo sin importar quien caiga con ella!
Todos, absolutamente todos sus compañeros se tensaron ante esa declaración. Cada uno comenzó a gritar distintas respuestas, nada agradables, para la rubia que solo abria sus ojos antes cada declaración, pero el silencio se hizo presente cuando Kaghome, con su frente en alto y una sonrisa en su rostro, camino sin miedo alguno hacia ellas, enfrentando a Cata como si fuera la peor escoria del mundo.
-¿Quieres saber que le sucedió a la ultima persona que dijo eso, Cata? Ve a la prisión y preguntale a Ginta que es lo que le hizo mi padre cuando él, ingenuo y estúpido como es, le dijo que me hicieron esas atrocidades porque yo lo habia pedido – La rubia la miro, amilanándose ante la intensidad de su mirada. Lo podía notar, no mentia para nada, pero aun asi no le temia, entonces, ¿Por qué estaba dando leves pasos, retrocediendo, para alejarse del fulgor de esos ojos azules? – No solo tengo un padre celoso, tengo dos hermanos que serian capaz de matar por mi, y lo digo sin miedos ni culpas. ¿Qué piensas que harán si se enteran que tres de mis compañeras me golpearon e insultaron? Y, como si eso no fuera suficiente, son las mismas tres jóvenes que me amenazaron a principio del ciclo escolar. Porque, creeme, Inuyasha esta muy bien enterado de todas las estupideces que me dijeron en el baño – Se callo, esperando una contestación de parte de alguna, que nunca llego. Solo podía ver el terror invadir sus rostros y eso, aunque estuviera mal, la llenaba. No queria que la molestasen mas con ese tema que para ella ya estaba cerrado – Siempre supe que eran unas mujeres inteligentes – Se complacio la azabache. Camino hacia su amiga, tomando su mano, sonriéndole a todos sus compañeros y luego, sin temor alguno, paso por el medio de esas tres, que no volvieron a molestarla mas.
Luego de ese incidente, Kaghome le comento lo sucedido a su hermano, sin que este creyera que esas niñas aun podían defender a Kouga. La ira invadia su ser cada vez que lo nombraba, pero sabia que estando dentro de la cárcel, no podía hacerle daño a nadie mas, especialmente a su hermanita.
Aunque, no contento con lo que su hermana habia hecho a esas tres, a la salida del colegio se paro en la puerta y, sin decir palabra alguna, se acerco a las tres jóvenes que casi se orinan del miedo al verlo allí parado. No hizo falta conversación alguna para que entendieran que, si volvían a molestar a Kaghome, él mismo se haría cargo de la situación.
-Vamos, pequeña – Abrazo a su hermana por la cintura, sin dejar de mirarlas con odio y comenzó a caminar hacia el auto.
En ese momento, se dio por finalizado el tema de Rossette, Lila y Cata.
A pesar de eso, Kaghome disfruto mucho del cumpleaños de su hermano menor, intentando que la frustración de saber que el tratamiento no habia funcionado, no opacara ese dia. Souta se veía sumamente contento, y eso era lo que mas importaba.
Habia niños por todos lados, de la misma clase de Souta, y hasta de otros salones ya que, sorprendiendo a la azabache y a su familia, Souta era un niño muy popular y querido en el colegio. Todos los días tenia una invitación nueva, de algún amigo diferente, y las madres de estos solo tenían elogios para el mas pequeños de los Taisho/Higurashi. Eso no lograba mas que inflar de orgullo el pecho de Kaghome, de sus padres y sus hermanos.
-Eres un niño tan bueno, Soso. Estamos orgullosos de ti – Le habia dicho su padre, mientras despeinaba sus cabellos, y eso lograba que el niño sonriera con mas animos.
A su modo, y sin palabras, lograba demostrar lo feliz que se encontraba en esa familia.
Luego de un dia lleno de diversión, el cumpleaños habia terminado algo temprano, ya que el frio clima no les habia permitido disfrutar mas.
Todos los amigos de Souta se habia ido, y solo quedaba la familia, que se habia sentado en la sala de estar para disfrutar del calor de la estufa, junto con un chocolate caliente.
-Ha sido un dia largo – Bufo Inu No, mientras recostaba su cabeza en el espaldar del sillón.
- Me duele la cabeza – Se quejo Sesshomaru, acariciando sus sienes - ¿Cómo puede ser posible que griten tanto esos niños?
- Sucede que no están acostumbrados a los pequeños – Miro a Souta y tomo su mano con cariño – A partir de ahora, tendrán que hacerlo, porque este chiquito piensa hacer muchas mas fiestas, ¿No es asi, Soso? – El niño asintió con alegría, mientras comenzaba a mover sus manos con rapidez, intentando explicar que su próximo cumpleaños lo queria sobre super héroes – Claro, corazón. Todo lo que tu quieras.
- ¿Te has divertido? – Pregunto la azabache, sentándose a su lado, para sentarlo en sus piernas. El niño volvió a asentir con su cabeza, y con señas, logro decirle algo que hizo temblar el corazón de Kaghome – Lo se, Soso. Yo también extraño a mamá – Lo abrazo con fuerzas, sintiendo como todos los miraban, e intento no llorar – Pero estamos juntos. Y es lo que importa.
Y tras eso, sucedió algo que dejo a todos en blanco. Contra todas posibilidades que la familia habia barajado por su mudez, Souta volvia a sorprenderlos, superando todas y cada una de las expectativas que habían puesto sobre él...
***
Muajajajaja se las clave al angulo y las dejo ahí esperando la continuación, soy re malota, lo se 😎
No es mucho, solo tendrán que esperar uno o dos días... O quizás mas, todo depende de mi humor 😆
Lxs quiero, mis pequeñxs y bellxs hanyou's!
Lin! ❤
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