7. Raphael Santiago es un idiota
El sonido del timbre se escuchó en todo el departamento.
Alec estaba leyendo cuando en la sala cuando lo escuchó, esperaba que fuera Magnus. Pero su novio salía a las seis del trabajo y apenas eran las dos de la tarde.
Le gustaba la palabra novio y en más si era Magnus. Ambos habían confirmado la relación durante su cita de ayer. Se habían quedado despiertos en el departamento hasta tarde durante una de sus sesiones de besos.
Pero cuando despertó, lo hizo en el sillón y sin Magnus. Alec suspiró.
El timbre volvió a sonar, trayéndolo al presente. Caminó hacia la puerta y la abrió.
Del otro lado, estaba la asistente de Raphael Santiago, Lily Cheng.
-El señor Santiago quiere verlo por el asunto de su libro- dijo la mujer- Inmediatamente.
Alec fue hacia la mesa y recogió las llaves. Tres minutos después, ambos estaban dentro de una limusina.
-Por qué el señor Santiago mandó a recogerme en limusina?
-Ese es un lujo que a pocos se les da, señor Lightwood. Imagino que no hay de estas de donde viene.
-La verdad, no. Es la primera vez que viajo en una de estas.
-Entonces, vaya relajándose y disfrute.
Alec intentó hacerlo, pero aún se sentía extraño. Mientras estaba distraído, Lily sacó una botella de sidra escondida en el vehículo. Sirvió dos copas. Alec la miró, extrañado.
-Brindemos por su seguro éxito.
-Pero el alcohol está prohibido.
-Claro que lo está, pero eso sólo lo hace más divertido. La gente cómo nosotros sabe donde conseguir.
-Nosotros?
-Claro, gente que puede pagar por ello.
Ella le guiñó un ojo y bebió de su copa.
***
La oficina seguía cómo igual, pero Raphael estaba sentado en su escritorio. Parecía que había regresado en tiempo al momento en el que conoció al jefe de la editorial Dumort, recordaba lo nervioso que estaba y lo intranquilo que se sentía.
-Muchos han estado en tu lugar, señor Lightwood- le dijo Raphael- Pero sólo los mejores han llegado a lo más alto.
Alec guardó silencio, esperando el veredicto.
-Quiero felicitarte por ser uno de ellos. En unos meses, tu libro estará en las librerías del país.
Acaso había escuchado bien?
-No...no sé que decir.
-No es necesario. Mejor te dejaré libre para que lo célebres con tu novio.
-Sabes que Magnus y yo...?
-Es el chisme del momento. Magnus Bane es un hombre de muchos secretos, pero yo no soy nadie para revelarlos. Estoy seguro que te preguntarás cómo consiguió esa mansión que llama departamento, pero mejor se lo preguntas tu.
-Magnus tiene una mansión?
-No, tiene edificio que lo parece. No lo sabías?
Alec se quedó callado, perdido en sus pensamientos e incredulidades.
-Lily te llevará a tu casa.
***
Esa tarde, Alec no fue a la cafetería. No sabía cómo sentirse.
Pensaba que si lograba publicar en la editorial, se iría a celebrar con Magnus. Ambos se habrían quedado en departamento hasta tarde, celebrando juntos.
En cambio, se había quedado encerrado en su departamento leyendo las cartas de sus amigos y familiares de Montana. Eso era lo único que lo distraía de Magnus y de lo que había dicho Raphael.
Mi editor es un idiota, pensó Alec, De donde conocerá a Magnus?
Las cartas lo animaban. En ella, Isabelle hablaba de las travesuras de Max y las escapadas románticas de Jace y Clary (y de los regaños que Jace recibía de la madre de la pelirroja) y de su relación con Simon que cada día avanzaba más. A Alec lo hacía feliz.
Entonces, el timbre sonó. Se quedó en silencio, sabía de quién se trataba. El timbre volvió a sonar y luego se escuchaban golpes.
-Alec- gritó Magnus- Alec, sé que estás ahí. Por favor, abreme.
Pero Alec no contestó.
-Alec, si no abres la puerta, entonces la tiraré.
El ojiazul no sabía que hacer. Magnus seguía golpeando y fue a abrirle.
Cuándo la puerta quedó abierta, Magnus corrió a sus brazos. Se aferró a él cómo si temiera perderlo si lo soltaba.
-Creí que te había pasado algo, no fuiste a la cafetería.
La preocupación de Magnus lo venció. Puede que le ocultara cosas, pero sabía que Magnus lo quería.
-Yo estuve todo el tiempo aquí- le respondió Alec.
-Y por qué no fuiste a la cafetería?- preguntó Magbus, mirándolo a los ojos sin romper el abrazo.
-La secretaria de Raphael Santiago vino a buscarme y me llevó a la editorial. Me dijo que va a publicar mi libro.
-Y por qué no me dijiste? Pudimos haber celebrado.
-Por qué Raphael dijo que te conocía y que guardas muchos secretos. Me dijo que tenías un departamento que parece mansión. De donde lo conoces?
Raphael Santiago es un idiota, pensó Magnus.
-No creí que fueras alguien a quién le importara el dinero.
-No es eso. No me importa si eres rico, pobre o clase media. Me escondes secretos y sé que tienes derecho a tenerlos, pero también me mientes.
-Es complicado, Alexander. Pero no dudes que te quiero.
Los secretos que tengo...son peligrosos. No quiero arriesgarte y tampoco quiero que pienses mal de mí. Sólo, que aún no estoy listo.
Alec no sabía si podía entender eso, pero podía entender que Magnus era una persona complicada y a la vez, una que valía la pena esperar. Porque lo quería.No dudaba en su palabra.
-Me prometes, que cuando estés listo, hablarás conmigo?
-Te lo prometo.
Gracias por leer y espero que les haya gustado el capítulo.
El capítulo de hoy de Shadowhunters me ha destrozado el cora😭
Y la promo del próximo me hace sentir bipolar.
Magnus escucha a Luke que por algo te sirve de Pepe Grillo😭
Posdata: El título del próximo capítulo de Shadowhunters se llama "Awake, arise, or be forever fall'n." (Despierta, surge o termina cayendo por siempre). Es una cita del paraíso perdido de Jhon Milton.
(sólo por si les interesa saber)
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