017
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SIEMPRE A TU LADO
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↬†ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡ Aenarys es muy intensa en todos los aspectos, incluso en el amor.
Y eso Daemon se había dado cuenta cuando el maestre Gerardys le dio una negativa en encontrar un antídoto de manera rápida; primero, porque el maestre no sabía qué tipo de veneno tenía la daga; y segundo, porque en Dragonstone no estaban capacitados ni estaban preparados para crear un antídoto.
La tez pálida de su hija lo alertó. Y peor aun cuando las piernas de Aenarys ya no pudieron soportar su peso y cedieron hacia el suelo.
—Te casaras con él—murmuró Daemon cuando sujetó el débil cuerpo de su primogénita.
—Gracias...
La cabeza de la familia miró como su hija guiaba sus manos hacia su collar y como desprendía uno de los cristales de esta misma. Dentro del pequeño frasco de cristal había un líquido casi transparente que fue tomado por Aenarys.
—Ya estoy bien, papá—soltó débilmente la menor, pero Daemon se negó a apartarla de sus brazos. Su pequeña dragón seguía teniendo la piel demasiado pálida y seguía temblando bajo de él.
—No vuelvas hacer algo así—advirtió Daemon, y no pudo evitar que su voz se quebrara en media oración—, ¿me entendiste?
—No lo volveré hacer—murmuró por lo bajo la oji-violeta, sorprendida por ver los cristalinos ojos de su progenitor que se negaba a soltarla a pesar de que su cuerpo ya había tocado su suave cama.
Daemon jamás en su vida se había sentido así. Desde que había nacido Aenarys, un temor se había instalado en su pecho.
Él no era el mejor padre. Él mismo lo reconocía. Había cometido un montón de errores, y estaba seguro de que seguiría cometiéndolos en un futuro, porque así era él. Un hombre que a veces solía dañar a las personas que amaba.
La adolescente que arropa ahora mismo fue la responsable de abrir inmensamente su corazón. Ella le enseñó lo que el incondicional, incontrolable y salvaje amor te hace sentir. Ella lo cambió todo. Ella le hizo papá.
Y aunque no es única hija, siempre será la primera.
Ella siempre será la primera que le hizo, por primera vez, dejar de pensar primero en sí mismo. Era la primera persona a la que le ha dicho "te amo" más de 15 veces en un solo día con su pensamiento. Era la primera que le ha hecho desear que él sufra en lugar de verla a ella sufrir.
Aenarys, ella y solo ella. Siempre será su primer amor.
—Te amo—susurró en voz alta, cuando los ojos violetas de su hija se encondieron tras sus parpados y su respiración tomó una velocidad calmada.
Y Aenarys se durmió sin saber que Daemon era capaz de mover cielo y tierra con tan solo verla bien. ۣۣ፝ۜ͜͡ஓீ†↫
↬†ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡ Para cuando Aenarys despertó, tenía a sus dos hermanas sentadas a cada lado de su cama.
Rhaena fue la que se abalanzó sobre ella cuando se dio cuenta que ya estaba despierta, lloriqueando y reclamándole que no vuelve a ser tan imprudente como para envenenarse a sí misma.
—Tonta—en cambio con Baela era diferente. Su pequeña hermana al parecer se había molestado con ella—. No vuelvas hacer eso—pero a pesar de eso, Baela solo seguía siendo una niña de 10 años. Aenarys extendió su mano hacia ella y Baela no dudo el acercarse hacia su hermana mayor y fundirse en un abrazo.
Cuando Aenarys vio los ojos rojizos de sus hermanas, recién tomó consecuencia de sus acciones.
—Lo siento tanto—las abrazó a ambas, ignorando el dolor de su cuerpo—. Prometo no volver a ingerir ningún tipo de veneno.
—Ni tampoco en ponerte en peligro—agregó Baela.
—Ni tampoco en ponerme en peligro—repitió Aenarys mientras acariciaba con dulzura la mejilla de su hermana menor.
La pequeña Rhaena se bajó de la cama de su hermana mayor y salió de los aposentos a toda prisa.
—¿Qué le sucede?—cuestiona Aenarys hacia su otra hermana.
Baela sonreí a medias.
—No somos las únicas que hemos estado preocupadas por tu salud.
—¿Así?—la niña asiente.
—Rhaenyra aceptó tu compromiso con Lucerys para que no vuelvas a atentar contra tu vida, en parte creo que se sintió culpable. Joffrey empezó a llorar cuando sé enteró de tu estado de salud e hizo berrinche para que lo dejaran verte. Hasta Jacaerys se preocupó.
Aenarys soltó una risa al imaginar a su sobrino mayor preocupado por ella. Sinceramente se veía irreal.
—Rhaena me dijo que tu compromiso con Jacaerys sigue en pie—Baela asintió—. ¿Quieres casarte con él?
—Creo que no hay mejor hombre que pueda tomar mi mano—respondió con seguridad la morena.
—¿Y lo quieres?
Las mejillas de Baela se tiñeron de rojo, causando ternura a su hermana mayor.
—Supongo que el sonrojo es una respuesta afirmativa.
Baela no pudo con la vergüenza que tomó una almohada y se tapó el rostro con ella.
Su conversación quedó ahí cuando por la puerta de sus aposentos pasaron los tres hermanos Velaryon.
Joffrey se permitió correr hacia ella y subirse a la cama sin su permiso.
—Joff ten cuidado—advirtió Lucerys con dulzura hacia su hermano menor.
—Lo siento—murmuró el pequeño.
—No te preocupes—le dijo Aenarys.
El niño se sentó a su lado y sujetó su mano con delicadeza.
Aenarys le dio una mirada a toda su habitación, centrándose en las personas que la acompañaban. Si bien ahí faltaban Daemon, Rhaenyra, el pequeño Aegon y el bebe Viserys; pudo decir que tenía a su familia y personas que realmente apreciaba en sus aposentos.
—Lucerys—lo llamó, y el castaño acudió hacia la mano extendida de la Targaryen.
Aenarys sonrió enternecida al ver como los ojos de su ahora prometido se encontraban hinchados. Y ella se sintió culpable por haberle preocupado, pero dichosa de que se angustie por ella.
—Arys—la llamó Baela, obligándola a despejar sus ojos violetas del Velaryon.
—Dime.
Aenarys se contentó y preocupó al mismo tiempo cuando Baela inconsciente —o prudentemente— se posicionó al costado de Jacaerys; sin embargo, a unos pasos más adelante de él, no dejándose opacar por el próximo heredero de Dragonstone.
—Ahora que estás comprometida con nuestro sobrino-primo, Lucerys—la morena le dio una leve mirada al susodicho—. Es necesario que sepas lo que está pasando con su proclamo a Driftmark.
Aenarys le dio una leve mirada a Lucerys para tratar de descifrar lo que estaba pasando, el susodicho no pudo hacer otra cosa que bajar la cabeza.
—¿Qué es lo que sucede con su proclamo, Bae?
—Hace unos días Vaemond Velaryon acudió a Dritfmark para decirle a mi abuela que él, por derecho, debería ser el siguiente Lord del lugar.
—Espera un momento, ¿Quién el Vaemond Velaryon?—arrugó su nariz al no recordar el nombre del hombre.
Rhaena estuvo a punto de reír, pero la mirada seria de su gemela la obligó a tragarse su carcajada.
—Es el sobrino de mi abuelo—respondió Baela.
—Y Corlys qué ha dicho sobre eso.
—El abuelo está delicado de salud por la ultima batalla que ha luchado—esta vez fue Lucerys quien respondió.
Aenarys soltó un resoplido, frustrada.
—¿Saben que planes va a ejecutar Vaemond?
—Baela fue la que estaba en la sala con nuestra abuela cuando Vaemond fue a reclamar a Driftmark—informó Rhaena.
Aenarys posicionó sus ojos violetas sobre su pequeña hermana para que empezara a hablar.
—Irá a King's Landing a hacer el caso público—Aenarys cerró los ojos al saber que la balanza iba a estar claramente a favor de Vaemond—. Además, dijo que en la fortaleza ya no gobernaba un Rey, sino que una Reina.
Aenarys sabía que el Rey estaba con una salud delicada. Durante sus viajes había estado escuchando rumores que era la Mano quien estaba a cargo de los siete reinos.
Lo que le hacía arder en rabia era que alguien ajeno a la casa Targaryen estara a cargo hasta que el Rey se encontrará dispuesto.
La Mano debería quitar su trasero del trono y cederla a la heredera para que la susodicha vaya aprendiendo como se manejan los siete reinos.
Además, que recordaba que Aemond le había dicho que tanto Otto como Alicent habían estado diciendo que Rhaenyra acabaría con ellos y que ya no se relacionaran con ella.
Era obvio que los verdes querían quedarse con el trono.
—Gracias por informarme de esto—agradeció y pidió que la dejaran a solas con su prometido, a lo que obedecieron a regañadientes, pues Joffrey y sus hermanas no querían despegarse de ella.
Cuando todos salieron de la habitación, Lucerys se permitió sentarse en el borde de la cama.
—¿Qué es lo que sucede?—preguntó ella al ver su rostro decaído.
—Todos empezaran hablar—murmuró apagado—. Si me reclamo es negado, los rumores sobre mí y mis hermanos se extenderán aún más.
Aenarys podía ver como el tema de la bastardía en Lucerys le afectaba mucho más a cambio de sus otros dos hermanos.
—Puede que no seas un Velaryon—el castaño bajó aun más la mirada, pero Aenarys se encargó que su mentón se alzara—, pero eres un Targaryen; eres un dragón. ¿Y qué si eres mitad Strong? Tú solo no bajes la cabeza y no te escondas.
—Pero reclamaré una tierra que no me pertenece—murmuró por lo bajo.
—Mírame—le ordenó, y él obedeció—. ¿Quieres tomar Driftmark a tu cargo? Estaré a tu lado. ¿Quieres tomar Harrenhal? También estaré a tu lado. Escúchame, Lucerys. Si tu quieres tomar los siete putos reinos, estaré a tu lado sin dudarlo. Siempre a tu lado.
—Pero los rumores no se detendrán.
—Y jamás lo harán. Tú solo escucha, sonreí, acepta y luego haz lo que ibas hacer de todos modos.
Lucerys da una leve sonrisa. Y sabe que en el futuro solo es a ella quien va necesitar. ۣۣ፝ۜ͜͡ஓீ†
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¡Annyeonghaseyo!
❝안녕하세요❞
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¿Yo? Yo le rezo a Aenarys
En el próximo capítulo se viaja a King's Landing y va a haber SANGRE
¡También volveremos a ver a Aemond!
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Este capítulo está dedicado a vernestein11
Gracias por comentar y votar en mi historia, hermosa ❤
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