009

SENTIMIENTOS

Maratón 1/2

         ↬†ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡    ¿Quién dijo que nada daña a Aenarys? Todo le duele y mucho.

         El primer miedo que experimentamos los seres humanos es perder el cariño y el calor humano que transmite una madre. Pero Aenarys jamás recuerda haber sentido aquel calor y cariño. Tal vez lo llegó a sentir cuando ella era una bebe, pero ahora no hay ningún atisbo de recuerdo en ella. Así que, ¿Cómo puede sentir miedo de perder algo que nunca llegó a sentir?

         Si bien tenia a su padre al principio, no llenó ese vacío que sentía cuando veía a los niños con sus madres. Incluso llegó a sentir sienta envidia de Aegon, quien a pesar de que la Reina no le tenia un cariño desbordante, tenía una madre a la cual acudir.

         Mirar la forma en la que su prima Rhaenyra cuidaba y amaba a sus sobrinos era aún más desgarrador, porque cada vez que miraba alguna muestra de afecto entre ellos la hacia sentir tan miserable. Y no ayudaba en nada el hecho de que su padre la haya abandonado en King's Landing.

         Aenarys ni siquiera fue consciente, pero de niña sufrió a medida que crecía, porque tendía a cuestionar su propia vida y su propio valor como persona. Su pregunta más recurrente fue: ¿Por qué no soy digna de amor?

         Hasta que apareció Aemond. Un niño que le sacaba ventaja de un año; un niño con padres ausentes. Ambos abandonados por sus padres de manera diferente, pero a fin de cabo abandonados.

         Ambos Targaryen se adecuaron a la vida del otro, creciendo juntos y apoyándose mutuamente sin necesidad de recibir más cariño de lo que ellos se demostraban. Se fue construyendo una relación que con él tiempo se volvió una necesidad, y es que los dos Targaryen no podían estar demasiado tiempo separados porque nadie estuvo ahí para poner limites en su relación.

         Después de todo solo eran dos niños que buscaban de manera desesperada sentirse amados por sus familiares.

         Es por eso que Aenarys sufrió mucho cuando la obligaron a separarse de Aemond. No solo le impedían ver a su compañero de travesuras, sino que también le estaban privando del único cariño que había estado recibiendo durante los cuatro años que fue dejada en King's Landing.

         —Sé que no quieres estar aquí—le dijo su prima mientras dejaba al bebe Aegon en los brazos de las nodrizas encargadas del bienestar del bebe y les pedía que las dejara a solas—. Debió ser difícil haber dejado todo lo que habías logrado en King's Landing y mudarte con nosotros.

         Aenarys asintió ante lo dicho por su prima, manteniendo aquella postura dominante que llamaba la atención. Con lo brazos a sus espaldas, esperó a que su prima prosiguiera con lo que decía.

         —... quería que nuestra familia se llevara bien. Pero no veía ningún avance en cuanto a la relación que tenias con el príncipe Lucerys, y cuando vi los golpes que portaba mi hijo en su rostro me di cuenta que jamás llegaríamos a ser una familia si usted no colaboraba.

         —Me disculpo por los inconvenientes que causé aquel día. No quiero decir que mis conductas están justificadas con mi primer sangrado—verbalizó al recordarse que el maestre le había dicho que cuando la mujer sangra hay cambios constantes en el estado de ánimo—; pero estoy segura que, tanto mi padre como usted, sabían que algo como esto llegaría a pasar tarde o temprano.

         Rhaenyra sabía que sí, pero en ese entonces albergaba la esperanza de que el rencor que sentía su prima por Lucerys se apagara si lograba pasar más tiempo con su hijo, si tan solo conociera lo dulce y caballeroso que era su retoño.

         —Deseo que, por favor, aprueben mi petición de volver a entrenar con Baela para no causar más conflictos en su familia—siguió hablando Aenarys.

         —La petición será aceptada—responde la heredera—. Pero no es el único motivo por el cual se encuentra aquí, prima.

         La oji-violeta miró con confusión a la esposa de su padre, hasta que a su mente le llegó una idea sobre lo que se trataría la charla.

         —Supongo que hablaremos de lo que puedo ofrecer a la casa Targaryen—resopló sin querer.

         —Si bien las alianzas entre casas es un deber, no quiero que lo veas así, prima.

         —Padre me casará con un Lord respetable, no tengo duda de eso, princesa Rhaenyra—le expresa Aenarys—. Lo que me desagrada es que no lo estaré haciendo por amor.

         Algo bastante ilógico para alguien que jamás vio aquel sentimiento en su máximo esplendor, pero que a pesar de eso soñaba con cuentos de hadas.

         —Habrá amor, prima.

         —Pero eso será porque no me permitirán amar a alguien que no sea mi esposo—refutó la menor—. Puede que su anterior matrimonio y antiguas relaciones haya salido bien—expresó, refiriéndose a Lord Laenor y Sir Harwin Strong—, pero eso se debe a que es la heredera. Tiene poder ahora, y lo tendrá aún más cuando sea coronada como Reina de los siete reinos—la menor se acercó hacia su pariente—. Sin embargo, la mayoría de las mujeres no tienen ese privilegio.

         —Aenarys—suspiró por lo bajo. La princesa dudó en acariciar el rostro de la menor, pero juntó su valentía para posar su mano en la mejilla de Aenarys—. Tengo una propuesta para usted.

         La Targaryen menor escuchó atenta, muy a pesar de que el toque de su prima en su mejilla se le hiciese raro. ¿Alguna vez una mujer le había acariciado de esa manera?

         —Será usted quien hará la lista de sus pretendientes y posibles prometidos.

         —Padre no lo permitirá.

         —He hablado con su padre, y lo he convencido. Pero, una vez que tenga la lista, mi esposo lo revisará y eliminará algunos pretendientes si no es de su agrado.

         Los ojos violetas brillaron de emoción. Al fin un rayo de luz pasaba sobre las nubes grises.

         —Le agradezco mucho, princesa—manifestó la menor mientras se alejaba del toque de su prima—. Es mucho para mí esta acción que ha hecho.

         Rhaenyra asintió ante las palabras de Aenarys.

         —Si me permite-

         —Un momento—interrumpió la heredera antes de que la menor se retire de sus aposentos—. ¿Quisiera hacerle una pregunta?—Aenarys asintió como respuesta—Antes de que uniera alianzas con mi tío, ¿Por que odiabas a mis hijos?

         Aenarys sonrió ligeramente. No se mostró amenazante, ni siquiera aquel gesto se mostró malvado.

         —No los odiaba, princesa—reveló la menor—. No voy a negar que prefería tenerlos lejos, pero a pesar de eso les tenia cierto aprecio. Después de todo eran mis sobrinos.

         —¿Por qué...?—cuestionó Rhaenyra—¿Por qué querías mantenerlos lejos?—temiendo que sea por la razón de que sus hijos tuvieran el cabellos castaño y los ojos marrones.

         —Creo que no era raro saber que sus hijos seguían a su hermano Aegon como dos patitos—Rhaenyra asintió—, ¿pero alguna vez le contaron sobre las bromas de mal gusto que nos hacían a Aemond y a mi persona?

         Rhaenyra abrió los ojos por la sorpresa. Sus hijos jamás habían hablado de aquellas travesuras.

         —Pero a pesar de todas las bromas que me hicieron jamás los llegué a odiar—hubo una breve pausa antes de que su voz saliera más grave de lo normal—. Hasta que lastimaron a Aemond.

         —Aenarys—el rostro de Rhaenyra se suavisó.

         —Ahora no puedo negar que les tengo un cierto odio a los dos hermanos—Rhaenyra caminó hacia Aenarys; sin embargo, se detuvo en seco cuando la menor levantó su mirada—. Jamás deben de tocar a las personas que yo amo.    ۣۣ፝ۜ͜͡ஓீ†↫

         ↬†ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡     Rhaenyra jamás había visto a su hijo tan enojado como hace unos momentos.

         Después de decirle la noticia de que Aenarys no iba a volver entrenar con él, se ha ido como alma que vaga por los siete infiernos.

         El Velaryon no suele enojarse seguido; es más, solo pocas veces ocurre. Cuando está muy enojado sus ojos brillan de rabia y sus puños los tiene apretados.

         Da puñetazos al aire y corre de lado a lado en sus aposentos; grita, llora y patalea porque está muy enfadado.

         No quiere ponerse así, porque asusta a los demás y tiene que aprender a controlarse porque se lo ha prometido a su mamá.

         Le parece injusto. El día anterior había entablado la conversación más decente con Aenarys, y ahora su madre a decidido alejarla de él.

         Ya no era un niño que tenía que ser defendido por su mamá cuando algún peligro se acerque. Su madre debería saber que dentro de 12 lunas se iría a Driftmark a seguir sus estudios para algún día ser el Lord de Driftmark.

         Sale de su habitación para despejar su mente. Camina por los pasillos de su hogar sin casi levantar la mirada del suelo. Ve por el rabillo de su ojo tres siluetas femeninas caminar hacia el jardín. Son Aenarys, Rhaena y Baela.

         Aenarys.

         Tal vez debió ser más insistente y no temer en acercarse a Aenarys y así no hubiera perdido el tiempo.

         Ahora tenía que volver a empezar de nuevo.

         Lucerys se siente decepcionado de sí mismo, y cuando nos sentimos decepcionados es difícil reflexionar sobre los errores que hemos cometido sin cesar, porque en una decepción hay dos partes implicadas, teniendo que saber cómo valorarlas.

         El menor no es consciente del brillo que ha adoptado sus ojos cuando mira la sonrisa de Aenarys que le dirige a sus hermanas. Se pregunta con desencanto si algún día una de esas sonrisas será dirigida hacia él.

         Cuantas veces había pensaba en ella, en tus cabellos plateados que el mundo de la sombra envidiaría, y puso un punto de su vida en ellos y quiso él soñar que ella era suya. Sin embargo, tiene un deber que cumplir, y aceptará con tristeza la decisión que tome su madre en cuanto elija a su futura prometida.

         Ella solo es un sueño imposible.

         Un dulce y cálido sueño cuando no está cerca mío, porque estoy consciente de que mi destino es mirarte de lejos y nada más.

         El joven Velaryon tuvo que tener fuerza de voluntad para despejar su mirada de la doncella de ojos violetas. No pudo resistir más al ligero cosquilleó que presentó las puntas de sus dedos, así que con pasos presurosos se dirigió a sus aposentos para abrir aquel libro donde se encontraban plasmados sus sentimientos hacia una sola persona.    ۣۣ፝ۜ͜͡ஓீ†↫

A veces me pregunto si sabes que existo, que lloro cada noche por ti, que cuando te veo cada mañana se dibuja una sonrisa en mi alma, que cuando me diriges tu mirada, así sea sólo por equivocación me lleno de amor, y que decir... tu voz que enloquece mi interior.

┎─────«❀»─────┒
¡Annyeonghaseyo!
❝안녕하세요❞
┖─────«❀»─────┚

WAAAAA ahora sabemos los sentimientos de Lucerys

¿Podrá llegar a conquistar el corazón de Aenarys?

¿Se han dado cuenta que Lucerys tiene las costumbres de su madre? Se ha enamorado de su tía

La historia se vuelve a repetir. ¿Tendrá el mismo final?

[•••]

Este capítulo está dedicado a Cherrryyylxd_

Gracias por comentar y votar en mi historia, linda ❤

SÍGUEME • COMENTA • VOTA

Instagram: Kriss.sama

© Kriss-sama

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top