008

¿MATRIMONIO?

         ↬†ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡    Fueron tres días que pasó Aenarys castigada por órdenes de su padre. Cuando acabó su penitencia se dio con la sorpresa de que su padre la esperaba con un regalo.

         Cuando fue llamada a los aposentos de su progenitor jamás pensó que iba a ser para darle un presente, más bien por su mente rondaba la idea de alguna riña o algún regaño.

         —Es hermoso—murmura Aenarys con sinceridad a la vez que se acerca para observar más de cerca la silla de montura que le ha hecho su padre.

         —Soy consciente de que mi primogénita adora tocar el cielo con sus manos—expresa Daemon mientras se acerca a Aenarys—. Así que mande a construir una silla para que montes tu dragón. ¿No es hermosa? Está hecha de acero valyriano.

         —Debe de haberte costado un montón de oro, padre.

         —Así fue, pero la discusión que tuvimos hace unos días me hizo darme cuenta que fallé a mi deber como padre—las manos del Targaryen se posaron en el rostro de su hija, acunando su rostro con una dulzura poca característicada en él—. Jamás debí dejarte a cargo de mi hermano. Debí llevarte conmigo cuando me casé con Laena y tomar las responsabilidades que conlleva ser tu padre. No pido que me perdones por el presente que te he hecho—señaló con un movimiento de cabeza hacia la silla—, pero espero que en algún momento me puedas absolver de haberte dejado.

         —Tomará tiempo, padre—murmuró la hija del príncipe con los ojos cristalizados—. Tu partida dolió como los siete infiernos. Esperaba que algún día volvieran a la Fortaleza Roja y me llevarás a vivir contigo de nuevo. Hubo un tiempo donde pensé que era mi culpa por el hecho de que te hayas marchado sin mí.

         —No no, mi dragón—murmuró el hombre mientras dejaba un beso en la frente de Aenarys—. No fue tu culpa la decisión que yo tomé.

         —Entonces, ¿por qué me dejaste?

         Daemon soltó un suspiro y decidió alejarse de su hija para irse a sentar a su butaca. Aenarys lo siguió de cerca para escuchar la respuesta.

         —Vi en tus ojos el daño que te hice al arrancarte de los brazos de tu madre, mi dragón. Llevarte conmigo fue la peor decisión que he tomado durante toda mi existencia. Una guerra no es el mejor ambiente para criar a una bebé—Daemon levantó la mirada para observar los ojos violetas de su hija—. Por eso pensé que serías mucho más feliz si te cuidaba mi hermano. Él es un buen padre a comparación conmigo.

         Aenarys negó.

         —El Rey solo es un buen padre con su primogénita. Si bien estaba bajo su cuidado, jamás se interesó por mí. No voy a negar que me trataron bien durante los cinco años que viví con la familia real, pero añoraba con la idea de vivir con mi familia. Contigo padre. Cuando me contaste por medio de cartas que Laena te dio a dos niñas, creí que ya ibas a venir por mí. Creí que ya íbamos a ser una familia.

         Daemon se levantó y envolvió en un cálido abrazo a su hija. Había estado cometiendo error tras error, y eso había creado una brecha gigante entre su hija. Una brecha que recién estaba viendo.

         —Lo siento tanto, mi dragón.

         Aenarys correspondió el abrazo, no pudiendo aguantar más las lágrimas que luchaban por salir.     ۣۣ፝ۜ͜͡ஓீ†↫

         ↬†ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡    Salió hecha una furia de los aposentos de su progenitor. Si bien al principio habían aclarado muchas cosas en cuando a su relación de padre e hija, ahora todo lo hablado se iba por los desagües.

         Daemon Targaryen le estaba pidiendo que desposara a uno de los Lores. Era su deber después de haber sangrado por primera vez. Y si no fuera suficiente, la había comparado con su prima Rhaenyra.

         Sabía que su prima en su adolescencia también estaba en contra del matrimonio, pero era totalmente diferente a lo que pensaba Aenarys. ¡Ella no están en contra de la unión! Solo odiaba el hecho de que los matrimonios se llevarán a cabo con fines políticos. Si ella se iba a casar, lo iba a ser por amor.

         Con pasos presurosos, pero elegantes se dirigió hacia donde se encontraba su dragón.

         —Kreston—lo llamó, y el dragón blanco dejo de darle la espalda.

         Aenarys empezó a cantar por lo bajo en alto valyrio mientras que acariciaba el rostro de su dragón.

         Kreston extendió su ala izquierda para que su jinete suba y lo monte. Sin embargo, Aenarys negó con la cabeza. Estaba con falda y ella sabía por cuenta propia que montar un dragón con vestido era tan difícil como comandar un ejército de hombres siendo mujer.

         —Quieren casarme con un hombre que no conozco, Kreston—habló en alto valyrio, recibiendo como respuesta el gruñido del dragón—. No quiero hacerlo así.

         La cabeza Kreston se alejó de Aenarys y se elevó en señal de alerta.

         —Quién quiera que seas, será mejor que salgas o mi dragón te comerá de un solo bocado.

         —Lo siento—se escuchó la voz del niño—. Soy Lucerys, tía.

         La peliblanca volteó a ver a su sobrino, elevando una de sus cejas en el proceso.

         —¿Qué hace aquí?—cuestionó.

         El castaño pareció dudar, removiendose en su lugar con nerviosismo.

         —Vi como salía de los aposentos de nuestros padres. Me preocupe al ver el estado en el que se había retirado.

         Aenarys soltó un suspiro al percibir que su sobrino no mentía, pues parecía ligeramente preocupado por ella.

         Inspeccionó el rostro del castaño por primera vez. No lo había visto durante tres días debido a su castigo, así que pudo observar que las heridas, que ella le provocó, estaban ya sanado.

         El rostro tierno de su sobrino estaba ligeramente hinchado en sus cachetes y con la coloración violácea que caracterizaba a los moretones. Y aunque Aenarys se arrepienta de un acto impulsivo, jamás lo demostraría.

         —Será mejor que te retires, sobrino. No creo que a tu madre le haga gracia que estés junto a mí sin caballeros alrededor.

         El pequeño Velaryon arrugó la nariz al reconocer que su tía tenía razón. Su madre había exclamado e insultado a Aenarys al verlo todo golpeado y ensangrentado después del entrenamiento. Fue por esa razón que Rhaenyra pidió a Daemon que educara a su hija y que al menos recibiera un castigo al ver que su esposo no iba a hacer nada.

         —Me gustaría quedarme, si me lo permite.

         —No lo permito—negó inmediatamente la Targaryen—. Será mejor que vayas hacia las faldas de tu madre—soltó con amargura. No quería demostrar eso, pero en esos precisos momentos sus sentimientos estaban tan contrariados que a las justas ella misma puede identificarlos.

         Sin embargo, Aenarys no es la única terca en la familia.

         —Lo siento, pero me quedaré.

         —¡He dicho que te largues!—exclamó la peliblanca, alarmando al dragón blanco tras de ella.

         Kreston se pudo de pie y gruñó en dirección a Lucerys. El castaño por inercia retrocedió un paso al ver la manera fija en que lo miraba el dragón.

         —Tranquilo, Kreston—murmura Aenarys, sorprendiendo a Lucerys al nunca haberla escuchado hablar en alto valyrio—. Tranquilo, así es, mi dragón.

         La voz de su tía se escuchaba más grave cuando hablaba en su lengua antigua. Casi podría decir que hipnotizante.

         La escuchó suspirar por lo bajo y luego dirigirse hacia él, sacándolo del nido de los dragones. Dejando atrás a su dragón, quien quería seguir a su jinete pero que era retenido por las gruesas cadenas de acero.

         —Será mejor que te apartes de mí—soltó Aenarys cuando llegaron a la playa—. No quiero causar problemas al matrimonio de mi padre. Así que no me mires y ni me hables. Haz como si yo no existiera, que yo también haré lo mismo. Para mañana pediré que nuestros entrenamientos sean cancelados.

         —¡No!—exclamó apresurado el menor—¡Somos una familia!

         —Yo no pertenezco a esta familia.

         —¡Claro que si!—el castaño se atrevió a dar un paso para acercarse a su tía—¡Eres hermana de Baela y Rhaena!... Eres mi tía... Eres mi familia.

         Aenarys no se atrevió a mirar a Lucerys. No por el hecho de que estuviera enojada con el menor, sino porque esas eran las palabras que había estado queriendo escuchar durante mucho tiempo. Y ahora que las escuchaba, no sabía cómo reaccionar.

         Porque siempre se habla de lo dominante, terca y libre que es. Demostrando que por sus venas corre la sangre Targaryen. Pero poco se habla de lo sola que a veces se siente y de lo mucho que ha tenido que crecer.

         Nadie se pregunta, ¿Quién le limpió las lágrimas cuando lloraba en silencio en sus aposentos? ¿Quién le mecía con cariño hasta que se quedaba dormida sin miedo del mañana? ¿A dónde iba cuando necesitaba refugio? ¿A quién pide auxilio cuando desconoce la respuesta?

         Todos lo olvidan, pero ella también fue una niña; una niña llena de sueños y miedos, una niña herida que sólo quería jugar y solo quizás, no crecer tan rápido.

         —¿Por qué...?—pregunta—¿Por qué quieres acercarte tanto a mí cuando sabes que no puedo tolerar tu presencia?—Lucerys permanece callado—¿Es por la devoción desbordante que sientes por tu madre? ¿Ella te obliga a llevarte bien conmigo?

         Lucerys da una breve mirada a la olas antes de responder.

         —No voy a negar que mi madre quería que nuestra familia estuviera más unida y que en el futuro no haya altercados como los que hubo—Aenarys sonrió sin sentirlo—. Pero también quería llevarme bien con usted, tía.

         La peliblanca blanqueó los ojos.

         —Da igual. Porque tal vez dentro de un año estaré partiendo a un nuevo "hogar"—Lucerys la mira sin entender—. ¿No te haz enterado? Me comprometerán con algún Lord. Me casaré en contra de mi voluntad y viviré el resto de mis días con infelicidad.

         —Es un deber que debe ser difícil de cumplir para usted.

         —Estupido y tonto deber—resopló la Targaryen.

         Por primera vez en mucho tiempo su ira no iba dirigido hacia el pequeño castaño que le acompañaba, sino que la ira iba más bien dirigida hacia el cruel destino.    ۣۣ፝ۜ͜͡ஓீ†↫

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¡Annyeonghaseyo!
❝안녕하세요❞
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¡Lucerys y Aenarys tuvieron una conversación sin llegar a los golpes!

Se está avanzando de poquito en poquito ❤

¿Con quién quieren que se case Aenarys?👀

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Este capítulo está dedicado a SKAYLARGARCIA03

Gracias por comentar y votar en mi historia, hermosa ❤

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