Un Silencio con su ausencia
Mirar el cielo siempre me tranquilizo, he envejecido sin sentir los años y mi rostro dice que es tiempo para descansar pero lo cierto es que cada día duermo menos. Antes de todo este silencio, aquí mismo se escucharon risas, se partieron pasteles y se dieron abrazos, las paredes frías se cubrieron de colores, globos y sí, en aquella chimenea donde ahora solo están esos troncos troceados hubo un árbol cada diciembre.
Todas son memorias que a veces sin darme cuenta revivo en aquella silla. Me he quedado sola y si algo bueno sale de esto, es poder estar aquí en mi casa. Saber que miradas extrañas son las que me cortan en afilada compasión. A mis amores despedí y ahora mi esperanza es pensar que ellos me esperan, personas extrañas me despedirán y duele más un mal gesto de quien amas que un desaire de quien no ha compartido contigo una comida a la mesa.
Tanta casa para mí sola, tantos platos y en estos días apenas y pruebo bocado, la sala tan grande y tan vacía, tantas habitaciones y yo no paso de mi alcoba al baño, de la cocina a la alcoba; mi jardín, mi hermoso jardín nos moriremos juntos, nos verán secarnos poco a poco, mis rosas soltaran cada pétalo así como yo dejaré ir poco a poco cada aliento.
Pastillas, pastillas, de verdad siento que el cuerpo me es más pesado que hace unas horas; pero ¡que vida nos dimos! ¿verdad? que bailadas, que locuras, que friega y que cansancio, para poder tener al final una cama donde dormir nuestra última siesta; cuerpo mío, vasija medio llena, ¿Cuándo fue que nos percatamos del tiempo? ¿Cuándo fue que las personas afirmaron ver torpeza en nuestros pasos?
Que cruel puede ser una persona que cree ser amable sin tener una pizca de clemencia. Como es que pudiera llegar a ser una atención el que te recuerden que nada es lo que solía ser, si basta con aferrarme al barandal como para querer fundirse en el y darme cuenta que ahora me da miedo llegar al suelo bajando un escalón en vez de diez.
Siempre pensando en ti, siempre tú en mi mente, te amo tanto que con mis fuerzas ya cansadas evoco los recuerdos de tu mirada, esa forma en que veías mi completa humanidad, no estuvimos juntos y se que aunque pudiera volver el tiempo no lo haría amor mío, porque sé fuiste feliz sin mi y yo también lo fui. Encontré a quien sin preguntar mi pasado cuido de mí y jamás me hirió, le he querido y he agradecido sus atenciones, fuimos compañeros de vida; mi familia le aceptó, mis hijos siempre le dieron un respeto y él siempre les dio un amor de padre. Tú que en mí dejaste impregnada la esencia pura de una locura. Que eterna agonía vivir con tu ausencia arrastrándome en peculiares días, me han dolido las incontables veces que cerré los ojos y miré tu sonrisa borrosa en mis memorias.
El tiempo tuvo celos de nosotros, el tiempo y personas más personas menos. Nunca me importo mucho averiguar las mentiras por las que te alejaste, pues más valió siempre para mi el amarte que delegar mis sentimientos con personas que desconocían las sensaciones intensas que hicieron acercarnos.
Si puedo dejar algo en este mundo será escrito en un papel
"Amar no es un por siempre ni siquiera un de vez en cuando, amar es muchas veces un "Adiós" que aferrado al corazón con respeto dejamos vivir"
"Amar es mecerse en placeres sensoriales cautivados por un deseo que así como descontrola... crea"
Marrys ha llegado.
-¡Me duele el pecho! Por favor quiero recostarme- le pido mientras me incorporo para tomar su mano-SÍ, Señora- me responde con su voz, llenándo mi quietud.
Marrys es joven y muy paciente conmigo, aún no sé si está aquí por voluntad propia o fue endulzada por alguien que cree que el servicio tiene excelente retribución, económica o divina.
Ella es la única que tiene llave de la casa, así que desde que se va hasta que vuelve me quedo sola, no tiene un horario de entrada pero es muy exacta a la hora de marcharse; ella sale de aquí antes de que anochezca, lo que me da a pensar que le tiene miedo a la oscuridad y el silencio en esta casa.
Siento una tranquilidad muy extraña a momentos y la rompo mirándome las manos, llevándolas a mi boca para exhalar un poco y sentir si aún hay calor dentro de mi. No le temo a morir hasta ahora, pero si me aterra eso al que llaman más allá; después de que mi cuerpo se enfríe, después de entrar a ese sueño eterno, después de pedir perdón y que la oscuridad me toque ¿Qué me espera? ¿Qué será de mi espíritu?.
-¡Señora la cena!, yo me retiro hasta mañana- dijo Marrys mientras dejaba la charola sobre la pequeña mesa al costado de la cama para después arroparme cual bebé.
-¡Gracias Marrys! Hoy traes un vestido muy lindo, el terciopelo es hermoso-
-Gracias Señora, ¡Linda noche! con permiso- se volvió un momento mientras con una sonrisa entre cerraba la puerta de la habitación
-¡Linda Noche Marrys!- dije viéndola marchar
Tanto silencio y apenas logró escuchar la puerta ¿Mi oído de vieja o Marrys sigue siendo tan delicada en todo como siempre?
¡Papilla! ¡igh!
Es cierto que uno analiza su vida si se tiene el conocimiento de que pronto terminará, sobre todo antes de dormir. Me pregunto si mañana despertaré en esta misma habitación; he estado haciendo memoria y de muy poco me concientizo que no tome las decisiones más correctas. La inmadurez hace que seas torpe y alelada pero viene de la mano con el frenesí.
Me parece que la familia es semejante a las venas del cuerpo, sin importar la dirección que tomen, estas siempre estarán conectadas. Las risas son inyecciones de reanimación para el alma. Ahora sé que cada obstáculo fue una prueba y aunque en su momento no la vi así, después comprendí que todas ellas me dieron que guardar en mi equipaje neuronal que es lo único que me pertenece solo a mi.
Desde aquí veo mis fotografías colocadas de ladito y bien alineadas. Tomarse fotos es mirarse uno en un perpetuo segundo una y otra vez, pero es también sumergirse en los recuerdos melancólicamente, cuando uno es preso de la soledad.
Hoy necesito fé para no sentir terror de esta maldita incertidumbre de no saber a dónde me dirijo. Estoy completamente segura que existe un poder inmenso porque si no, existe un orgullo disfrazado de sabiduría. Yo soy quien soy dice él y yo le pido no me abandone.
Está amaneciendo y otra noche sin dormir, siento pesado el cuerpo, cada noche es más corta, los días se hacen pequeños, estoy en una agonía pero no es de tiempo, es de silencio. Definitivamente hoy ya no puedo levantarme de esta cama, maldita sea.
«Ah, el teléfono» pienso debo llamarla porque un dolor punzante comienza a recorrerme desde mi cintura hasta mis pies
-Marry, ¡Buenos Días! disculpa pero no me siento bien puedes venir por favor- logró decir con esfuerzo cada palabra.
-Señora en un momento salgo para allá- me contesta con voz sobre exaltada
Esa campana no la dejan descansar, toda la mañana la llevan tocando. Que insistencia de no dejarme agonizar con tranquilidad, todavía no apesto si no ya hubieran tirado puerta abajo. ¿Que pensaran las personas al visitarme, mirarme y ver que aquí sigo?. A veces siento como si les estuviera quitando algo suyo cuando me miran.
Tengo el don de saber que personas sobre endulzan su voz y sobre esfuerzan sus acciones, las identifico claramente y así de buena era para encontrar las piedras al limpiar frijoles.
En un tiempo, todas las mañanas desde sus ventanas y otros desde sus puertas me saludaron y me desearon un Buen Día, sonrisas quizás un poco maquilladas, pero pecaban de amabilidad; vagamente les recuerdo los rostros. Pensarían que mi vida se media con el desayuno que ellos me observaban tomar cada mañana en el jardín.
Mientras unos hacían suposiciones de mi vida, vieron al tiempo dibujar en mi cuerpo trazos en mi piel año tras año. Ahora que ya no tomo desayunos en el jardín y pronto regalaran café en esta casa ,quieren salvarse ellos mientras yo me voy.
- Señora, Buenos Días, tiene usted visitas- dijo Marrys mientras entra a la habitación con un semblante preocupado
-Marry te he dicho que no me siento bien- y sin dejarme decir más me dice seriamente en un tono hasta un punto tolerable pero que me desconcierta -Señora no es bueno que se aislé del mundo por más que ya quiera marcharse de el-
-Déjame decidir lo que es bueno para mi Marry, he tomado las riendas de mi vida desde muy pequeña y a estas alturas no pienso que ni tú ni nadie las tome por mi-
-Disculpe señora, si la señora se encuentra indispuesta bajaré a disculparla-
-Discúlpame tú a mi Marry, hoy no es un buen día, agradezco que te preocupes por mi bienestar pues tu trabajo se limita a seguir órdenes y sin en cambio nunca te he agradecido tu bondad, tu paciencia y la humanidad con la que me soportas-
-No diga eso señora, yo...-
La interrumpo bruscamente al ver de reojo las sombras
-¡Marry dijiste que estaban abajo!, acaban de pasar el corredor, bajemos antes de que tenga a todos en mi cama ¡Dios!-
-Sí señora-
-Señora, parece que todos la esperan abajo, nadie subió-
-Marry yo sé lo que vi, como sea hoy no es un buen día-
Sí , sí de nuevo otra tardecita ocupada repitiendo "estoy bien, gracias"
¿Necesita algo?
Sí, morfina ¿Trae usted en su bolso?
Lo sé los días no mejoran mi carácter lo empeoran, me siento desesperada solo es eso. La vida abandona mi cuerpo y tengo que escucharles decir cosas que yo pienso tantas veces ocupando así la noche que encarcela mi sueño dejándome a merced de preguntas y pensamientos incesantes de mi ahogante desesperación, voy a morir señores y a ustedes les servirán café pero yo desconozco lo que me pase después.
Claro que no se los dije así, solo me deje querer por su inundante simpatía hacia mi evidente estado de agonía.
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