Capítulo 3: Alohomora

Narra April:

Bonnie, Hannah y yo nos encontrábamos sentadas frente a la chimenea de nuestra sala común. Como había sido nuestro primer día de clase aún no nos habían mandado deberes, pero en unos días el panorama sería totalmente distinto.

Ahora los alumnos charlaban despreocupadamente, jugaban al ajedrez mágico o leían en los distintos sillones. En poco tiempo, las mesas estarían llenas de pergaminos, libros y botes de tinta gastados. Solo nos quedaba disfrutar de los pocos días de libertad que nos quedaban.

Alison entró entonces en la sala común, sacándome de mis cavilaciones. Sus mejillas estaban sonrojadas y sus ojos brillaban con intensidad.

—¿Qué tal te ha ido? —preguntó en seguida Bonnie haciéndole un sitio en el sofá.

—Me ha pedido salir —anunció con una gran sonrisa.

Bonnie soltó un agudo chillido de emoción, recibiendo una mirada de reprobación por parte de los que leían en un sofá cercano.

—Queremos más detalles —dije recostándome en mi asiento.

Ella se sonrojó aún más.

—No te pongas así —añadí riendo—, tú me interrogas cada vez que salgo con Neville, aunque sea solo para buscar un libro en la biblioteca.

—Bueno, es que detrás de esas estanterías pueden pasar muchas cosas —respondió Bonnie.

—No os desviéis del tema —nos pidió Hannah—. Cuéntanos Ali.

—Bueno... Eh... Dimos una vuelta por los jardines y fuimos al campo de quidditch. En realidad, a parte de jugar al quidditch no hemos hecho mucho más, solo besarnos, pero ha sido genial —respondió tumbándose.

Miré mi reloj, eran las 10 menos cuarto, así que me puse en pie.

—He olvidado devolverle algo a Neville, vuelvo luego —me despedí—. Ya me seguirás contando, Ali.

Quedaban diez minutos para las 10 cuando conseguí escabullirme de la sala común, tras haber tenido que subir a mi habitación a por algunas cosas. Saqué la varita de mi túnica y comencé a repasar mentalmente los hechizos que podían serme de ayuda. Me palpé el bolsillo derecho, cerciorándome de que los polvos de oscuridad instantánea seguían allí, estando en el callejón Diagon había hecho una pequeña visita a la tienda de los Weasley, y aquella era una de las cosas que había comprado.

Avancé a paso rápido por los oscuros pasillos, iluminados únicamente por la temblorosa luz anaranjada de las antorchas.

El sonido de unos pasos me hizo detenerme unos instantes, se aproximaban por la derecha. Aferré mi varita con fuerza y giré a la izquierda para esconderme en uno de los estrechos pasillos en los que desembocaba aquel por el que había estado caminando.

Esperé sin atreverme a asomarme para ver quién caminaba por allí a esas horas, hasta que el ruido de las pisadas se hizo casi inaudible y, solo entonces, salí de mi escondite para seguir avanzando.

Eché una rápida mirada a mi reloj, solo faltaban tres minutos para las 10, debía darme prisa. Por suerte, no volví a encontrarme con nadie más.

Mientras llegaba a las escaleras, pude ver a Neville a lo lejos saliendo de detrás del retrato de la Dama Gorda.

Al llegar hasta él, usé un simple hechizo que ya había aplicado a mis zapatos, haciendo que las suelas del muchacho no sonaran contra el suelo de piedra al andar. Tras una leve sonrisa por su parte, nos pusimos en marcha.

Llegamos hasta un largo pasillo apenas iluminado. Me percaté de un detalle que me hizo detenerme, no desembocaba en ningún otro pasillo o habitación, así que no tendríamos forma de escondernos si alguien se acercaba a nosotros.

Tomé a Neville de la mano y apreté el paso. Cuanto antes saliéramos de allí, mejor.

Segundos después de haber hecho aquella reflexión, unos pasos comenzaron a resonar a nuestras espaldas, por suerte la oscuridad de aquella parte del castillo nos amparaba. Aprovechando que nuestras pisadas no hacían ruido, echamos a correr y no nos detuvimos hasta que vimos a lo lejos las grandes puertas de madera de la biblioteca.

Nos detuvimos para normalizar nuestras respiraciones y, pasados unos instantes, entramos con sigilo en la gran estancia. Avanzamos con cautela hasta la portezuela de madera cuyo cartel dorado rezaba "Sección Prohibida".

La señora Pince, la bibliotecaria, volvía a dormitar junto a la puerta. Me acerqué con cautela y, tras mirar brevemente a Neville, que sonrió para infundirme ánimos, murmuré:

Alohomora.

El hechizo no solo no sirvió de nada, si no que hizo que una estridente alarma comenzara a sonar.

La señora Pince se despertó alarmada, sin pensarlo dos veces, extraje los polvos de oscuridad instantánea de mi bolsillo y los lancé al aire, haciendo que quedáramos ocultos a sus ojos.

Neville cogió mi mano y tiró de mí hacia la salida. Empujamos las pesadas puertas de madera y echamos a correr por los pasillos. Ambos mirábamos en todas direcciones nerviosos, no pasaría mucho hasta que tuviéramos a alguno de los Carrow tras nuestros pasos.

Vi a la señora Norris sentada al pie de unas escaleras, Filch no debía de andar lejos. Unos pasos a nuestra izquierda me sacaron de mis pensamientos, tiré de Neville para ocultarnos en un estrecho pasillo. Escuchamos aquellas pisadas acercarse y detenerse muy cerca de nosotros, no podíamos quedarnos allí. Sin saber a dónde nos conduciría aquel pasillo, comenzamos a avanzar con quietud y sin dejar de mirar atrás.

—Alecto, creo que han huido por aquí —dijo a lo lejos una voz grave que, deduje, era la de Amycus Carrow.

Llegamos a unas sinuosas escaleras y comenzamos a subir sin mirar atrás. Avanzamos por otro pasillo y, a lo lejos, vimos el retrato de la Dama Gorda. Corrimos hacia allí pero no estaba. Las pisadas de los Carrow en las escaleras llegaron hasta nuestros oídos y noté como mi respiración se aceleraba aún más. Neville me miró con preocupación, pero instantes después su rostro se iluminó.

—Ahí está —murmuró señalando un cuadro cercano.

La Dama Gorda se acercaba a nosotros avanzando por los distintos cuadros de las paredes.

—¿Contraseña? —preguntó al llegar a su sitio.

—Caput Draconis —recitó Neville con nerviosismo.

—Tú no nos has visto —dije cuando se apartó para dejarnos pasar.

Ella nos guiñó un ojo y nosotros entramos con premura, por suerte allí no había nadie. Me dejé caer con pesadez en uno de los sillones y me quité la túnica.

—¿Qué ha pasado? —preguntó Neville tumbándose en un sofá cercano.

—No lo sé, no me esperaba que la seguridad hubiera aumentado tanto...

—Lo vamos a tener más difícil de lo que esperábamos —murmuró pasados unos instantes.

Permanecimos en silencio unos minutos, solo se escuchaba el crepitar de las llamas y nuestras respiraciones que, poco a poco, recuperaban su velocidad habitual.

—No puedes volver esta noche a la torre de Ravenclaw, queda lejos de aquí y podrían verte —dijo poniéndose en pie.

Yo me incorporé para mirarle.

—Comparto habitación con Seamus. Nosotros dos somos los únicos que hemos venido este año. Las camas de Harry, Ron y Dean están libres. No creo que a él le importe. Solo tienes que asegurarte de que no te vea nadie salir mañana.

Yo asentí con lentitud y le seguí escaleras arriba.

La habitación estaba a oscuras, pues Seamus ya dormía.

—Una pena que no tengamos la habitación para nosotros solos, ¿no crees? —murmuré.

Noté que Neville se ponía nervioso, seguramente también se hubiera sonrojado, y no pude evitar sonreír. Poco a poco, mis ojos se fueron adaptando a la penumbra.

—Toma —dijo tendiéndome una camiseta suya—, no creo que quieras dormir con el uniforme.

—Preferiría no dormir con nada en absoluto —susurré empujándole ligeramente hacia la cama hasta que quedó sentado.

Yo me senté sobre su regazo y besé brevemente sus labios. El recuerdo de su último rechazo vino a mi mente, haciendo que me separara de él; había vuelto a presionarle y no quería que sucediera nada si él no estaba listo.

—Lo siento, Neville.

—No pasa nada —murmuró.

Me marché al baño y salí instantes después cambiada. Él ya se había acostado, así que tras besar su mejilla con suavidad, me dirigí a una de las camas libres.

---------------------

¡¡Preguntaa!!

¿Cuál es, de todas las muertes de la saga, la más dolorosa para vosotros/as?

Yo lo pasé realmente mal cuando murió Sirius, de hecho, aún no me he recuperado del todo xd

Capítulo dedicado a mi abuelita en wattpad xdddd Creo que de ahora en adelante empezaré a dedicar capítulos para mostraros mi agradecimiento por leer mi novela, sois los mejores lectores que se podría desear :)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top