Capítulo 17: Volviendo a la normalidad

Narra Neville:

—Todo va a salir bien —había vuelto a decirle mientras sostenía sus temblorosas manos.

Acto seguido, April me había abrazado, y había sido simplemente mágico. Después de semanas sin haberme acercado a ella, tenerla entre mis brazos me hizo sentir como si el tiempo no hubiera pasado entre ambos.

Después, ella se había sentado y había cerrado los ojos para concentrarse mejor. Había esperado durante una hora sin moverme, temía interrumpirla si lo hacía. Entonces, cuando creía que ya no aguantaría más allí quieto, se había desmayado.

Ahora estaba junto a su cama, esperando a que se despertara.

Mi abuela me trajo una taza de té y le expliqué que cuando April volviera a abrir los ojos, sería la de siempre, la April que ella había conocido y que se acordaba de nosotros. Mi abuela salió de la habitación y me pidió que le avisara en cuanto despertara.

La pobre se había llevado un gran disgusto al enterarse de lo que le había sucedido, la quería como a una nieta.

Me encontraba leyendo y ya habían pasado dos horas, cuando April se movió. Me puse en pie de golpe y me apresuré a llegar hasta su cama.

—Neville —murmuró al verme frente a ella, entonces temí que ahora que había recuperado su memoria no quisiera salir conmigo.

La joven se incorporó con esfuerzo y llevó una de sus manos hasta mi rostro. Sus dedos acariciaron mi mejilla mientras algunas lágrimas escapaban de sus ojos.

—Pensé que habías muerto... Bellatrix...

—Estoy bien, tranquila —dije para calmarla—. Resbalé sobre los escombros y caí golpeándome la cabeza, pero su maldición no me alcanzó.

April echó las sábanas a un lado y se puso en pie para abrazarme.

—Echaba tanto de menos tus abrazos, Neville —sollozó—. Yo no quería hacerte daño, te lo prometo, nunca dejé de quererte.

Sus palabras hicieron que mi corazón se acelerara.

—No te preocupes —dije acariciando su cabello mientras la estrechaba entre mis brazos—. Ya me lo explicarás luego, lo importante ahora es que te encuentras bien, ¿no es así?

La joven asintió, aunque seguía llorando.

—No, April, este es un momento feliz, no llores más —dije limpiando sus lágrimas con cuidado.

—Sigues tan caballeroso como siempre, me tratas con la misma educación y respeto a pesar de todo lo que te he hecho... Te quiero, Neville.

—Yo no te quiero, te amo. Daría mi vida por ti, y por nada del mundo mis sentimientos van a cambiar.

April me miró con gran ternura y se puso de puntillas para besar mis labios. Aquello fue como si un millón de sentimientos despertaran en mi interior, había pasado tanto desde nuestro último beso, que me sentí como si fuera la primera vez que nuestros labios se juntaban. Rodeé con mis brazos su cintura, mientras que sus manos acariciaban mi pelo.

Cuando nos separamos noté que yo también lloraba.

—Neville —murmuró—, es un momento feliz —me recordó con una pequeña sonrisa, mientras sus dedos acariciaban mi mejilla.

—Lo siento —mascullé—, es que estas últimas semanas han sido muy complicadas.

April volvió a abrazarme.

—Lo sé, para mí también lo han sido, pero no me alejé de ti porque quisiera, simplemente no tuve elección —La joven hizo una pequeña pausa en la que tomó asiento en la cama y me indicó que hiciera lo mismo—. Voldemort descubrió la conexión que había entre nuestras mentes, se coló en mi cabeza y empezó a controlarme. Quería... Quería que yo te matara. Cuando estabas cerca su voz me chillaba que te asesinara, incluso llegó a manipular mis acciones... Tuve que alejarme de ti, pero no lo hice porque dejara de quererte.

Volví a abrazarla y acaricié su cabello, poco a poco su llanto cesó y se tranquilizó.

—Por fin ha acabado todo —murmuré.

ϟ

Narra April:

Todo comenzaba a volver a la normalidad, habían pasado dos días desde que había recuperado mi memoria y había seguido practicando con mis poderes, era fascinante el sinfín de posibilidades que me ofrecían.

Aquella tarde, mientras Neville y yo tomábamos té en la cocina, alguien llamó a la puerta. El joven cogió su varita y se levantó a abrir. No podíamos evitar ser desconfiados, aún quedaban muchos mortífagos sueltos.

Fui tras él para ver de quién se trataba, me calmé al ver que solo era Bonnie. No la había visto desde el día de la batalla. Corrí a abrazarla en cuanto curzó el umbral de la puerta.

—¿Has visto a Alison? ¿Cómo está después de lo de Catherine? ¿Y Hannah? —pregunté atropelladamente.

El rostro de Bonnie se ensombreció.

—Ven a la cocina, ¿te apetece algo de beber? —Esta vez habló Neville.

La joven asintió y nos acompañó hasta la mesa de la cocina, ambas tomamos asiento mientras el joven le preparaba algo de té.

—Llevo sin ver a Alison desde el entierro de su hermana, quiere estar sola, ni siquiera deja que Louis se acerque. El pobre está destrozado, pero le he dicho que debe darle algo de tiempo —me explicó cuando tuvo su bebida.

—¿Y Hannah? Tampoco he sabido nada de ella.

Bonnie apartó la vista y tragó saliva antes de hablar.

—Ella... Ella también murió en la batalla —contestó mientras una lágrima resbalaba por su mejilla.

Me quedé paralizada al escuchar aquellas palabras salir de su boca, simplemente no reaccioné, no podía creer que aquello fuese cierto.

—No, no puede ser verdad... Bonnie dime que esto es una broma cruel —dije notando como mis ojos se humedecían.

Bonnie se puso en pie y yo la imité, sus brazos rodearon mi cuerpo con calidez y me acarició el pelo. Yo simplemente lloré... Lloré por todos los momentos vividos, por las risas que habíamos compartido, por las interminables tardes juntas en la biblioteca, por las noches leyendo frente a la chimenea, por las peleas de almohadas cuando éramos pequeñas... Lloré por todo lo que ahora solo sería parte de mis recuerdos.

La joven se marchó de allí media hora más tarde, debía asistir a una reunión familiar. En cuanto la puerta de casa se cerró, corrí escaleras arriba y me refugié bajo las sábanas. No tardé en escuchar unos pasos entrar en la habitación, instantes después Neville se metió en la cama conmigo y me abrazó. No dijo nada ni trató de que dejara de llorar, pues sabía que necesitaba hacerlo, simplemente me abrazó haciéndome saber que no me iba a dejar sola, que me apoyaba.

Una semana, ese fue el tiempo que estuve confinada en mi habitación prácticamente las 24 horas de cada día. Neville fue paciente conmigo, pero al décimo día me obligó a ponerme en pie y a ducharme. La vida seguía. Me acompañó a casa de los padres de Hannah para darles el pésame e hicimos una breve visita a Alison, aunque ella seguía sin querer que nadie la viera.

A partir de aquel momento, Neville hizo lo indecible para sacarme una sonrisa y distraerme. Todos los días preparaba el desayuno para los dos y luego me llevaba de paseo por Londres, al principio odiaba tener que salir a la calle, pero luego comencé a darme cuenta de que el aire fresco me despejaba y me hacía sentir mejor.

—Gracias —le dije un día que nos encontrábamos a orillas del río Támesis.

—¿Por qué? 

—Por todo, en estas últimas semanas no te has separado de mí en ningún momento, sin ti no lo habría superado. Hay muchas más cosas por las que debería darte las gracias, pero...

—April —me cortó—, tú habrías hecho exactamente lo mismo por mí. No tienes que agradecérmelo, lo hago porque te quiero.

—Yo también te quiero —contesté esbozando una sonrisa.

---------------

Lo sé, lo sé, no me regañéis, sé que el capítulo es una completa ñoñería, pero me apetecía hacer algo así después de tanto drama.

Hoy no me siento muy inspirada para hacer ninguna pregunta así que, ¿por qué no me preguntáis algo vosotros en los comentarios? Si hay algo que queráis saber pero que no os atrevíais a preguntar, aquí tenéis vuestra oportunidad de hacerlo ^-^

Ah! Casi lo olvido, muchas gracias por todas vuestras recomendaciones en el capítulo anterior, sois un encanto de lectores :3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top