Capítulo 11: Pérdida

(Antes de nada, deciros algo muy importante para mí, ahora formo parte de IOpenYourEyesI un proyecto que creé junto con Albi y Abby, espero que podáis echarle un vistazo, tratamos de concienciar a la gente en distintos ámbitos. Ahora sí, sin más preámbulos, disfrutad del capítulo)

Narra April:

Abrí los ojos y sobre mí las copas de los árboles parecían alcanzar el cielo estrellado, debía de encontrarme en el Bosque Prohibido.

—Mi señor, ya ha despertado —dijo una voz femenina que no lograba ubicar.

Me incorporé y me vi rodeada de mortífagos, todos se mantenían a una distancia prudencial observándome con cierta curiosidad, algunos incluso con desdén.

—Ah, nuestra querida April —siseó una voz.

Una figura que vestía una túnica oscura se giró en mi dirección y avanzó hasta quedar a unos pasos de mí. A pesar del miedo que sentía, me obligué a mí misma a no retroceder ante él, se trataba de Voldemort.

Eché un vistazo a la mujer a sus espaldas, era Bellatrix, ya ni siquiera pensaba en ella como mi madre. Sentí un gran odio invadirme por dentro, pero contuve mis ganas de lanzarme en su dirección para estrangularla.

—Hay que ver lo mucho que se puede lograr con una pequeña y aparentemente simple conexión cerebral —siseó—. Ha sido divertido hurgar en tu cabeza y tratar de hacerte asesinar a ese joven, tienes una mente compleja y... Fascinante, diría yo. Una vez tengas tus poderes serás una gran incorporación a mi séquito, pero antes debemos perfilar ciertos aspectos en relación a tus recuerdos.

Voldemort extrajo su varita y la movió entre sus dedos examinándola antes de proseguir.

—Créeme, si por mi fuera dejaría en tu mente el recuerdo de Longbottom muriendo para que te atormentara el resto de tu vida, pero necesito que seas una mortífaga fiel y leal, como tu madre. Por cierto, buen trabajo eliminando al chico, Bellatrix.

Una sonrisa curvó los labios de la mortífaga y sentí ganas de escupirle a la cara, pero aquello solo empeoraría las cosas. Tomé aire mientras luchaba por retener las lágrimas, y aparté de mi cabeza la imagen de Neville yaciendo en el suelo.

—Vamos a eliminar todo recuerdo existente en tu mente de las personas a las que quieres, asegurándonos así de que tu lealtad me pertenezca enteramente.

Observé como Voldemort alzaba su varita contra mí y no pude evitar encogerme ligeramente, como si eso fuese a protegerme de lo que me esperaba.

Mis ojos consiguieron enfocar a Harry adentrándose en el claro.

—Huye —susurré antes de que todo se volviera oscuridad.

ϟ

Narra Neville:

Abrí los ojos y un intenso dolor en la parte posterior de mi cabeza me abatió. Me incorporé con lentitud y me llevé la mano hasta el lugar del foco del dolor, cuando la retiré estaba cubierta de sangre. Entonces recordé lo sucedido, me encontraba caminando por uno de los pasillos cuando me topé con una pila de escombros que me cerraba el paso. Subí con cuidado para seguir avanzando y, estando en la parte superior, Bellatrix había salido a mi encuentro. Recordaba haber enarbolado mi varita y después ella me había lanzado una maldición.

Miré a mi alrededor, me encontraba a los pies de aquella pila de escombros. Otro recuerdo llegó entonces a mi mente, había resbalado en un intento de protegerme, y había caído golpeándome en la cabeza. Si me hubiera quedado quieto la maldición me habría matado.

Me puse en pie y avancé con lentitud hasta el Gran Comedor, donde atendían a los heridos y las familias lloraban la pérdida de sus seres queridos. Me encontraba algo mareado así que caminé hacia la señora Pomfrey que no tardó en curarme la herida.

Minutos más tarde, la gente comenzó a avanzar hacia el patio exterior, me apresuré a salir yo también para ver lo que sucedía. Los mortífagos volvían a entrar en el castillo encabezados por Voldemort con Hagrid caminando  su derecha. El guardabosques llevaba en sus brazos un cuerpo inerte, mi corazón se aceleró solo de pensar que se tratara de Harry.

Unos murmullos comenzaron a extenderse entre los allí presentes.

—¿Es ese Harry?

—Está muerto...

—No puede ser verdad.

—¡Silencio! —ordenó Voldemort con voz clara—. Todo ha terminado. ¡Harry Potter ha muerto!

Esta vez los murmullos se transformaron en exclamaciones de sorpresa y angustia. Noté mis ojos humedecerse, no podía ser verdad.

—¡Ponlo en el suelo, a mis pies, que es donde le corresponde estar! —le ordenó a Hagrid.

No soporté quieto más, sus palabras me hacían arder de ira. Me lancé contra Voldemort en un arrebato de insensatez y, tras haber dado unos pasos, un hechizo por su parte me lanzó hacia atrás. Pude escuchar la risa de los demás mortífagos.

—¿Quién se ha ofrecido voluntario para demostrar lo que pasa cuando alguien sigue luchando en una batalla que está perdida? —preguntó con su sibilante voz.

—Es Neville Longbottom, mi señor —escuché que decía Bellatrix mientras me ponía en pie, su voz denotaba rabia—, el chico que tantos problemas ha causado a los Carrow, el hijo de los aurores.

—Ah sí, pensaba que habrías muerto —admitió—. Pero tu eres Sangre Limpia, ¿no? Necesitamos más gente así, con tu valentía y temple, además desciendes de una noble estirpe. Serías un gran mortífago.

—Me uniré a vosotros cuando se congele el infierno —le espeté— ¡Ejército de Dumbledore! —grité alzando mi puño al aire.

Los alumnos respondieron con vítores que no tardaron en ser acallados por los hechizos de los mortífagos.

Entonces todo se volvió muy confuso, Fawkes descendió llevando consigo el Sombrero Seleccionador y lo depositó en mis manos; instantes después, un gigante que parecía amigable apareció tambaleándose y el resto de gigantes se lanzaron a por él. El pánico cundió en los alumnos que huyeron para resguardarse.

Entre todo el caos, distinguí a Nagini, que se hallaba enroscada en el cuerpo de una joven. Mi corazón dio un brinco al ver que se trataba de April. Corrí hacia ella y del sombrero salió la espada de Gryffindor. La serpiente se lanzó hacia mí dispuesta a atacarme y me enseñó sus colmillos, yo enarbolé la espada y, de un movimiento rápido y certero, la decapité.

Harry se levantó del suelo y corrió hacia Voldemort para encararle en una lucha. Cuando me repuse de la sorpresa, me acerqué a April que había caído hacia atrás golpeándose la cabeza. La tomé en brazos y corrí a resguardarme para que pudieran atenderla.

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¡¡Preguntaaa!!

¿Qué os ha parecido este capítulo?

Y, ¿en serio me creíais capaz de matar de verdad a Neville? No soy tan mala, solo quería un poquito de salseo ;)

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