La boda

“Come to me
In the night hours
I will wait for you
And I can’t sleep
Cause thoughts devour
Thoughts of you consume”

  Había llegado el día, el gran día. Se supone que debería estar dando saltos de alegría, ya que en pocas horas se uniría a la persona que eligió para compartir lo que restaba de su existencia, el ser que se suponía amaba por sobre todas las cosas… entonces ¿por qué se sentía tan infeliz?

¿Por qué lo perseguía esa horrible sensación de que estaba cometiendo el error más grande de su vida? ¿Por qué si había aprendido a amar a Aioria, no podía sacarse de la cabeza aquellos ojos azules que lo miraban con anhelo y arrepentimiento desde la distancia? ¿Por qué si le había dicho a Aioria que era su polvo de estrellas sentía que le faltaba lo más vital para vivir?… ¿por qué simplemente no podía dejar de amarlo?

Sus pensamientos y sentimientos por el sexto guardián lo estaban devorando lentamente.

“I can't help but love you
Even though I try not to
I can't help but want you
I know that I'd die without you”

  Había tratado, por amor a todos los dioses que trató y aún trataba dejar de amar a Shaka, pero había fracasado patéticamente, continuaba amándole con cada fibra de su Corazón…
“Corazón que fue Aioria quien reparo, no lo olvides Mu” le recriminaba su conciencia.

—Crees que no lo sé — se respondió a sí mismo— pero que puedo hacer si no puedo dejar de amarlo por más que lo he intentado, me estoy muriendo lentamente sin Él.

  Las cosas entre su impulsivo novio y el habían ido en declive. No negaría que quería al portentoso león, pero con el paso del tiempo entendió que su amor hacia su novio era más fraternal que erótico.

Sabía que estaba mal, pero no podía obligar a su corazón a sentir nada más por Aioria.

 Un milagro, deseaba un milagro.

Una formula maravillosa que lo ayudara a salir de su predicamento, ansiaba desaparecer a donde nadie pudiera encontrarlo…podía hacerlo, por supuesto que podía, pero no quería lastimar a la única persona que se dedico a restaurar las heridas que Shaka le había hecho.

 Por eso acepto casarse con él, sabía que Aioria dedicaría su vida a hacerle feliz, que no lo dañaría como Shaka había hecho…¿entonces por qué se sentía tan devastado?

Estaba tan sumido en sus pensamientos que no notó cuando su “padre” entró a su templo.

—Para ser alguien que va a casarse en pocas horas, no luces muy entusiasmado, Mu —le dijo Shion sentándose a su lado en la cama y alborotando el cabello del pelilila— que sucede? Le quieres contar a tu Viejo padre?

—Maestro…no…papá. No te sentí llegar. —suspiró— es irónico, estoy a horas de casarme y lo único que quiero es desaparecer, ¿es normal sentirse así?

—Es normal sentirse nervioso, ansioso y hasta dudar. Si lo sabré yo, que tuve un ataque de pánico justo antes de mi boda con Dohko, pero todo eso desaparece cuando tienes a tu ser amado al frente y puedes verlo a los ojos y darte cuenta que por mas miedos y dudas, la felicidad de saber que compartirás tu vida con tu ser amado, tu alma gemela es más grande que cualquier temor y duda que puedas tener mi niño.

—Ese es el problema papá, no creo que mis dudas desaparezcan cuando me vea en el altar frente a Aioria.

—No te estoy entendiendo del todo ¿me explicas? Acaso no amas a tu novio?

—Si y no —contestó dejando al mayor visiblemente confundido.

—-Mu, creo que no te sigo. ¿Amas a Aioria si o no?

—Ah…—suspiró— Aioria llegó a mi vida en un momento que yo estaba realmente devastado por lo que me había hecho Shaka, él encontró mi corazón desolado por la traición y sin importar cuantas veces traté de alejarlo, permaneció conmigo y me ayudó a repararme. —interrumpió su relato para ver si su padre y maestro tenía algo que decirle, como Shion estaba en silencio prosiguió— antes de él yo era como una de esas armaduras rotas y muertas, él fue para mí como es el polvo de estrellas a esas armaduras, me dio vida. Yo…no puedo dejarle y menos por correr a los brazos de aquel que me destruyó.

Ninguno de los dos se había dado cuenta de que eran observados y escuchados.

  Shion se quedo pensativo por unos minutos, entendía la encrucijada en la que se encontraba Mu, sin embargo sabía también que su alumno estaba cometiendo un error y por mucho que le desagradara el rubio, este era el verdadero amor de Mu.

—Escucha Mu. No te negaré que me desagrada bastante Shaka desde lo que pasó entre ustedes, no tengo quejas de él como caballero y admito que es uno de mis guerreros más poderosos, pero como yerno deja mucho que desear… me agrada más Aioria para tí, sin embargo permíteme aclararte algo —le dijo tomándolo del brazo y acunándolo en su pecho como cuando Mu era pequeño.

—Dices que Aioria encontró tu corazón roto y muerto, tal como una de esas armaduras que tienes en el taller y que cual polvo de estrellas te reparó y te trajo de nuevo a la vida. Por eso sientes que no puedes dejarle, porque no quieres dañar a quien ha hecho tanto por ti ¿correcto?

—Básicamente a eso se reduce, sí —contesto sin entender a donde quería llegar su maestro.

—Eres un alquimista Mu, un reparador de armaduras. Te haré esta simple pero importante pregunta… ¿qué sucede con una armadura muerta cuando la reparas sólo con polvo de estrellas?

—Eso es elemental saberlo para cualquier reparador de armaduras que se respete —bufó— Si sólo usas polvo estelar en una armadura muerta la repararás pero…se…seguirá…muerta —dijo entendiendo el punto de su maestro.

—Exactamente, Mu. Aioria te ayudo a reparar tu exterior con su amor, borró cada fisura que la traición de Shaka te dejo, pero no te devolvió la vida. Puede que Aioria sea el polvo de estrellas que necesitabas para renacer, pero Shaka es la sangre que necesitas para volver a vivir… Aunque me cueste admitirlo.

—Pero, maestro. Aioria no merece que yo le pague de esta forma, estaría haciéndole el mismo daño que Shaka me hizo a mí, además nada me asegura que seré feliz con Shaka, apenas y me habla.

—Porque tu lo sacaste de tu vida, Mu, le pediste que no te molestara más y el está respetando eso. Todavía estas a tiempo de ser feliz, por mucho que me dé rabia admitirlo tu felicidad no es Aioria y ambos lo sabemos.

—Aún así. Él no se merece que lo deje en el altar. Le dí mi palabra de caballero y la cumpliré, me casaré con Aioria y lo haré feliz.

—¿Quién te hará feliz a ti, hijo mío? Te quiero como mi propia sangre, no deseo verte sufrir más… piénsalo Mu. Ustedes los dorados, son como mis hijos y yo no deseo ver como mis hijos se destruyen. Estás cometiendo un error que los hará infelices a los tres. Tu porque no podrás ser feliz al lado de alguien a quien no amas, Shaka porque no podrá ser feliz sin ti a su lado y Aioria porque aunque no lo desees, tu infelicidad lo hará sentirse desgraciado.

—Lo siento maestro, ya tome mi decisión.

—Espero que no te arrepientas, hijo mío. — le dijo Shion antes de  depositar un beso en su frente y salir.

“Stay with me a little longer
I will wait for you
Shadows creep
And want grows stronger
Deeper than the truth”

Quería convencerse a sí mismo que hacia lo correcto. Que no se arrepentiría de la decisión que estaba tomando, sin imaginarse que la duda no solo se había hospedado en su corazón, sino también en los corazones de aquellos dos seres que le escucharon hablar con su maestro.  Uno batallando contra su deseo de retenerlo aunque se sabía no amado y el otro  batallando contra su deseo de recuperarle y contra el miedo de ser nuevamente rechazado, aunque entendía la renuencia del pelilila a perdonarlo, él le había hecho daño.

“I can't help but love you
Even though I try not to
I can't help but want you
I know that I'd die without you”

Mañana siguiente, día de la boda. Templo de virgo.

  Shaka se encontraba meditando en su habitual posición de flor de loto, luego de analizarlo mucho llego a la conclusión de que no tenía derecho de arruinar la vida de Mu una vez más. Sabía que el pelilila todavía lo amaba, pero también sabía que este tenía miedo a una nueva traicion, decidió dejarle el camino libre a Aioria de una vez por todas. Esa era su determinación hasta que escuchó la voz de su maestro.

—Shaka? ¿Por qué está tan turbado tu Corazon?

—Maestro. Hace mucho no escuchaba su voz, a usted no puedo mentirle, he perdido mi norte y he caído preso de mis deseos terrenales al enamorarme de uno de mis compañeros, pero le hice daño y a pesar de que me ama tiene miedo de que lo lastime otra vez.

—¿Y tú, Shaka. Lo amas?

—Perdóneme por lo que diré maestro, pero lo amo más que a mi vida y mis creencias mismas.

—Entonces no entiendo que haces aquí hundiéndote en el dolor, tu corazon ha decidido.  Yo también estuve en tu lugar, amé y fuí amado y no hay nada de malo en eso. Cometiste un error, pero no tienes que castigarte toda la vida por ello.

—¿Y si no me quiere perdonar?

—Tú mismo has dicho que ese caballero te ama ¿o no?— Shaka asintió en respuesta— entonces ya te perdonó, tu trabajo es ganarte la confianza que perdiste. Recuerda que el pecado puede ser perdonado, pero las consecuencias de este deben ser afrontadas.

—Gracias maestro, ya sé qué debo hacer —no escuchó respuesta de vuelta y supo que su maestro ya se había ido, se bajó de la flor de loto donde meditaba y se marchó a sus aposentos, no se daría por vencido. Si Mu no lo quería, debía decírselo mirándolo a la cara.

TEMPLO DE LEO, SANTUARIO DE ATHENA.

Era la séptima vez que Aioria recorría la sala del templo que custodiaba, mientras Aioros lo miraba aburrido desde el sofá.

—Aioria me estás mareando, ¿puedes sentarte un maldito momento por favor?

—¿Es que no lo entiendes, hermano? Lo ama, aún después de todo lo que ese bastardo le hizo, Mu lo ama. Le he entregado todo de mí y sigo sin ser suficiente para él. Lo estoy perdiendo, Aioros —le dijo desesperado.

—Disculpa que me meta donde no me llaman, Aioria, pero no puedes perder algo que jamás te ha pertenecido.  A todos nos consta que Mu ha tratado de amarte, pero no puedes forzar al corazón y se lo merezca o no, él ama a Shaka. Tú puedes ser feliz con alguien más —le dijo Shura, que había acompañado a su pareja a visitar a su terco hermano.

—No quiero a nadie más, quiero a Mu. Y si él está dispuesto a casarse conmigo, entonces así será y haré que me ame.

—Hermano, no te lastimes más por favor. Esas cosas no pueden forzarse.

—Ya tomé mi decisión —le dijo firme.

—Entonces que sea lo que los dioses quieran y que Athena the bendiga. Lo que sea que suceda, te apoyaré  —le dijo antes de marcharse hacia su propio templo junto a su pareja.

TEMPLO PATRIARCAL, SANTUARIO DE ATHENA.
HORA DE LA BODA.

“I can’t help but be wrong in the dark
Cause I’m overcome in this war of hearts
I can’t help but want oceans to part
Cause I’m overcome in this war of hearts”

Todos estaban reunidos en el salon del templo del patriarca donde se celebraría la unión, entre dos de los caballeros de la orden de la diosa Athena.

Los caballeros estaban ordenados por rango, aunque no por orden ya que cada uno buscaba sentarse con su pareja a excepción del caballero de libra, que se encontraba acompañando a su esposo y a su diosa. Parado justo al lado del patriarca.

Si bien sería el patriarca quien oficiaría la unión entre los dos caballeros, la joven deidad les daría su bendición y su aprobación.

Aioria se encontraba a los pies del altar que el mismo afrodita había decorado con las más hermosas de sus rosas no letales, orfeo quien también habia sido devuelto a la vida y retomó su lugar como caballero de Athena,  armonizaba el ambiente con la suave melodia de su lira, solo faltaba que llegara el novio pelilila para comenzar con la reunión.

Aioria sudaba y sentía gran opresión en su pecho, estaba angustiado. Dohko llegó después de haber salido un momento a buscar a Mu, ya que el lo entregaría en el altar, despues de todo era como un padre para el muchacho, las manos de Mu temblaban y había un gran nudo en su garganta, Aioria le sonrió, pero él no fue capaz de devolverle la sonrisa, se estaba muriendo con cada paso que daba hacia el altar.

I can't help but love you
Even though I try not to
I can't help but want you
I know that I'd die without you”

Llegó donde su futuro esposo lo esperaba, esa palabra resonaba en su mente como un grito y al tratar de pronunciarla le supo amarga, Aioria tomó su mano cuando llegó al altar y Dohko lo entregó, su futuro marido le preguntó si estaba bien y limpió una lágrima que había descendido por su mejilla sin su permiso, hasta ese momento no habia notado que estaba llorando.

—Como quisiera que esas lagrimas fueran por mí, Mu. Que fueran de felicidad y no porque te estás muriendo por dentro —le dijo suavemente el leon— podemos detener esto si así lo quieres.

—No. —le rebatió, con la voz cortada— me casaré contigo…lo prometí.

—Mu. Yo… no… no quiero que hagas na… —fué interrumpido el lemuriano, quien colocó su mano en los labios del leonino, silenciándolo.

—¡Ya basta!... ya basta, Aioria…por favor. Patriarca —dijo dirigiéndose a su padre— por favor dé inicio a la ceremonia.

—Como desees.

Shion no estaba de acuerdo con la decisión de Mu, pero respetaría sus deseos.

Continuaron con la ceremonia, hasta que fueron interrumpidos por el sonido de la pesada puerta abriéndose, dejando ver al sexto custodio despojado de su armadura y de sus típicos ropajes hindúes, vistiendo una kurta elegante. Algunos de sus compañeros trataron de detenerlo sin exito.

—Al próximo que trate de detenerme, juro por nuestra diosa que lo dejo sin cada uno de sus sentidos.

—¿Shaka que estas haciendo? —le reclamó Milo de Escorpio.

—Luchar por mi amor, eso es lo que hago. Si Mu me quiere fuera de su vida, tendrá que decírmelo él mismo mirándome a los ojos y jurándolo delante de nuestra diosa.

Mu en su lugar estaba mareado, le costaba respirar con normalidad.

—Sha…Shaka… no me hagas esto  —susurró.

  Shaka siguió avanzando y al llegar frente al altar donde se encontraban los novios, se postró en posición de reverencia, una de sus rodillas en el suelo y una mano sobre su pecho.

—Patriarca, le pido… no, le suplico que detenga esta ceremonia —pidió aún arrodillado.

Athena suspiró aliviada de no tener que ser ella quien interviniera para acabar con esta farsa.

—Caballero de Virgo, levántate y explica con qué derecho vienes e interrumpes esta sagrada ceremonia.

—Lo siento mucho, su ilustrísima, pero sólo saldré de aquí si Mu, asi lo desea —respondió mirando al pelilila.

—Sha…shaka —susurró tratando de contener las lágrimas.

Shaka lo miró decidido y caminó hacia él.

—Si tú me lo pides, me marcho de tu vida y te dejo ser feliz. Si de verdad me quieres lejos sólo dímelo, haré lo que tú digas. Si tu felicidad es Aioria, yo lo entenderé porque te herí, te hice daño... Pero te amo y no puedo resignarme a sólo perderte.

Mu se encontraba en shock, no sabía que hacer. Sabía que si continuaba con la boda, los estaría condenando a los tres a la infelicidad, pero si se retractaba lastimaría a Aioria y no quería eso.

—Aioria  yo… no sé que hacer  —lloró— lo amo demasiado. tanto que duele, sé que me lastimó, pero aún así no he dejado de amarlo… pero no te quiero herir y sé que puedo llegar a amarte con el tiem...  —fué interrumpido cuando el león tomó su rostro con delicadeza y besó su frente.

—No digas nada, sé que lo intentaste, me consta, pero aquí— dijo señalando el pecho del ariano, específicamente donde se encontraba el corazon— no se manda y no puedes darme algo que no te pertenece, Mu y tanto tu amor, como tu corazón le pertenecen al rubio idiota que esta parado ahí luciendo como un cachorro pateado.

Mu no pudo evitar sonreír un poco entre el llanto, Aioria era tan maravilloso que incluso en un momento como ese, podía bromear para hacerlo reír. Lamentaba no haber podido enamorarse de él.

—Perdoname yo…

—Ssshhh, estaré bien…sé feliz —le dijo para acto seguido abrazarlo fuertemente, sabía que sería la última vez que podría hacerlo.

—Y a ti  —dijo dirigiendose a Shaka— podr6as ser el hombre más cercano a un dios o lo que quieras, pero si vuelves a lastimarlo te mataré lenta y dolorosamente ¿entiendes? No provoques la ira de un león.

El rubio asintió como respuesta y dedicó su mirada a su amor, quien dejó el altar y se paró frente al hombre al que realmente amaba.

—Eres un idiota.

—Lo sé.

—Y te amo.

—Yo también y deseo qu…

—Cállate y escucha —le ordeno— te perdono por todo lo que me hiciste, por las lágrimas que derramé, por causarme tanto sufrimiento… te perdono porque cada agonía no fue nada comparada con estar lejos de tí, sin embargo no habrá una segunda vez. Si me lastimas una vez más, yo mismo te mato y uso tu sangre para reparar las armaduras y tus huesos los moleré y se los daré a Dite para que los use de abono para sus rosas ¿he sido claro?

—Como el agua —tragó seco.

—Ahora besame, idiota.

—Tú mandas —se besaron sellando su Nuevo pacto de amor.

—ejem… jovenes —los llamó el patriarca, interrumpiendo la candente sesión de besos— ¿qué desean hacer?

—Vine aquí a casarme y al menos que Shaka tenga algun problema con eso, es lo que haré.

Respondió Mu, mirando desafiante a su recién recuperado novio.

—Shaka? Que dices?

—Yo hago lo que Mu diga... también necesitaremos vacaciones por un mes, nos iremos al caribe de luna de miel.

—No se diga más, entonces.

La diosa que habia estado observando todo sin intervenir, luego de que los novios dijeran sus improvisados votos y Shion los uniera formalmente, les dió su bendición y como regalo de bodas se ofreció a pagar los gastos del viaje de luna de miel.

Aioria los observaba  sentado junto a su hermano y su cuñado, se sentía bien a pesar de todo. Sabia que había hecho lo correcto al dejarle ir. Le dolía, pero sabía que algún día se recuperaría, si Mu era feliz, él también lo sería.

I can’t help but be wrong in the dark
Cause I’m overcome in this war of hearts
I can’t help but want oceans to part
Cause I’m overcome in this war of hearts

Fin 🧡💜

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top