Kreacher escuchó atento las indicaciones de la Directora, hizo una breve reverencia y desapareció

De la Torre 2, hechizos iban y venían preparando el lugar para la llegada de la heroína de guerra.

Harry que iba de la mano de Pansy levanto la cabeza para ver las pequeñas luces que despedían por las ventanas, suspirando replicó — Al fin llegarán hoy nuestros amigos.

— ¡Si, amor! — exclamó Pansy ¡Ya no te atormentes más! — Draco deberá colocar protecciones para su seguridad.

El elegido solo la miro y avanzaron a su siguiente clase que compartían ambas casas.

Draco admiraba las mil y una cosas que hacía Arthur para maniobrar el carro mágico, primero lanzo un hechizo desilusionador para evitar que los muggles vieran la carcacha.

Luego acomodo cojines y frazadas para que Hermione viajará cómoda en el asiento trasero.

Narcisa observaba todo complacida, e hizo señas a Trooper para que preparara una canasta especial con bocadillos y refrescos para el viaje.

El elfo conocía por Leny, del goloso apetito del pelirrojo mayor, preparo una bandeja especial de piernitas de pollo y puré especialmente para él, más algunos dulces para su ama y fiambres para Draco.

Una vez hecho lo correspondiente y utilizando un hechizo expansor guardo ambos baules en la cajuela.

Narcisa entregó la cesta a Hermione y besando las mejillas de ambos se despidió, mientras el cacharro subía despacio hasta el cielo.

Al entrar al aula de la clase de Pociones, que compartían los Gryffindor junto a Slytherin y Ravenclaw.

Harry junto a su novia se sentaron cerca de sus amigos.
En un momento de distracción susurró — Minerva ha enviado a preparar la torre para Hermione.

—¿Solo para la castaña? — preguntó Blaise desilusionado ¿Draco, dónde dormirá? — con nosotros no ¡Por favor! Rogaba uniendo sus manos.

_¡Y si así fuera porque te incomodaria su presencia! — Pansy exclamó molesta — él siempre ha compartido dormitorio con ustedes.

Ron al notar que el moreno se estaba poniendo morado de la vergüenza lo miro fijamente tratando de ver más allá.

Más aún no se quedó con la duda y cuestionó achicando los ojos — Sí, dinos porque ya no quieres a Draco en tu habitación.

Blaise trago grueso, había metido la pata hasta el fondo, cómo explicaría que su molestia se debía a su princesa de cabellos de fuego.

Theo estaba más allá riendo bajito por la situación, Lunita molesta lo pellizco en el brazo.

—¡Auch Lunita, no seas mala! — replicó adolorido ¿Qué tiene de malo que goce un poquito?

—¡Mucho! Porque si Ron se entera de que ellos tienen intimidad, lo va a dejar sin bolas.

Theo tragó grueso, suspirando replicó — ¡Eh Ron! — la queja de Blaise es porque el rubio es muy intenso y se pondrá peor si está lejos de su novia y de su bebé.

—¡Ah ya! — exclamó Ron no muy convencido. Daphne se acercó a él jalando lo a su altura para darle un beso en la nariz.

El pelirrojo sonrió complacido. ¡Me encantas princesa! Siempre me haces sonreír.

Astoria lejos del grupo rodaba los ojos exasperada.

Pansy colocó un dedo en su labios mientras giraba su cabeza, virando los ojos hacia Astoria, para que los demás cuidarán sus palabras. Debían cuidar que no se enterara de su llegada.

Al cabo de algunas horas, Arthur estacionaba su carro en la entrada al castillo.

Mientras los elfos llevaban los baules a sus respectivas torres.

Draco y Hermione replicaron — ¡Caramelos de limón! A la gárgola de la entrada.

Está se abrió dando paso a la oficina de Minnie. Quien sorprendida miraba a la inusual pareja que entraba tomada de la mano.

— ¡Hermione! Creo que me debes una explicación — refutó la directora.