Juego de Tronos



En 1996, George R.R. Martin se despertó de una larga siesta decidiendo escribir una obra maestra que pasaría a ser recordada, en gran medida, por su adaptación televisiva. No vamos a engañarnos, la mayoría de gente miraba la televisión en aquella época, y hoy en día hemos caído en las redes sociales. Pero no exagero cuando hablo y halago su novela llamándola una obra maestra, en serio, Juego de Tronos es un libro increíble. Fascinante diría incluso. Pero antes de hablar del libro, me gustaría detallaros un poco porqué lo leí en su momento.

Conseguí su edición justo en mi cumpleaños, fue un regalo no deseado. Tenía miedo de empezar una saga que su escritor no iba a terminar jamás (por su avanzada edad, y porque no tiene los apuntes escritos de cómo va a finalizar). Pero, tal y como os he dicho, me lo regalaron, y quise darle una oportunidad. No me arrepiento en lo absoluto. Es más, casi me odio por pensar que Juego de Tronos no iba a encantarme. Esta historia relata una inmensa guerra ubicada en el continente de Poniente, gobernado enteramente por una única nación llamada los Siete Reinos. Cómo os podéis imaginar, no, no son siete reinos. En realidad son nueve señoríos. Y esta historia relata el comienzo de un invierno que durará años. Y, sí, el mundo de Canción de Hielo y Fuego funciona así, las estaciones duran muchísimo y parte de su cultura se basa en cómo sobrellevan esas circunstancias. Bueno, empezamos con la sinopsis.

Eddard Stark, señor de Invernalia, gran marido, padre de una familia de cinco hijos y un bastardo, deberá abandonar sus dominios para unirse a la corte del rey Robert Baratheon, su antiguo aliado y mejor amigo de la guerra, que hoy en día solo come, bebe, maltrata a su reina y se pone a engendrar bastardos a diestra y siniestra. Resulta que cada Rey de Poniente debe tener una Mano, un sustituto regente, para tomar las decisiones por él, pues la anterior Mano ha sido encontrada muerta en misteriosas condiciones, y será su labor asegurar el reino y descubrir el tajo de traidores que se esconden en la corte de Desembarco del Rey.

Y eso es en resumidas cuentas la sinopsis. Sencilla, ¿a qué sí?

Bueno, pues no.

Si Juego de Tronos se volvió famoso por un motivo, yo diría que es por la profundidad de sus personajes y todas las ramas familiares o secretos que cada uno esconde. El libro, por ejemplo, está narrado desde el punto de vista de casi toda la familia Stark (Menos del hijo mayor, Robb, lo cual personalmente no entiendo), y también de Tyrion Lannister, uno de los antagonistas a considerar... Pero es tan valiente y honorable, a pesar de ser un enano cuya altura es burla para su Casa, que es difícil odiarlo incluso cuando comete acciones cuestionables. Y, por sobre todo lo demás, Daenerys Targaryen, un personaje maravilloso que nos contará su trágica vida como esposa de un señor de los caballos al otro lado del mundo. Para que, de paso, George R.R. Martin nos enseñe más ubicaciones y costumbres o culturas del mundo que ha creado dentro de su cerebro.

Entonces, como actores principales de todo el escenario en este primer libro, tenemos a Eddard Stark, a su esposa Catelyn Tully, a sus hijas, Sansa y Arya, a su hijo Brandon y al bastardo Jon Nieve. Y por otro lado, a Tyrion Lannister y Daenerys. Desde ya os adelanto que el manejo que tiene sobre estos personajes es magistral. Solo se pone aburrido en algunas ocasiones, como me pasaba con Catelyn. Y, bueno, no quiero revelaros mucho más de la trama principal porque... no quiero reventaros el libro.

Pero os voy adelantando que mueren bastantes personajes, y no necesariamente de esta lista que os acabo de mostrar... George R.R. Martin se las apaña para matar cuando siente que debe matar a un personaje, y puede cambiar absolutamente toda la trama si lo ve necesario. SIN MIEDO. Y os pongo estás palabras en mayúsculas, porque Juego de Tronos os destrozará con uno de sus últimos capítulos, os va a retorcer de dolor y os hará sentiros mal por dentro. Es una puñalada muy fuerte, tanto como la que espera en su tercera parte, Tormenta de Espadas. Algún día os hablaré también de ese otro libro, incluso mejor que este.

Principalmente, otra de las razones de su fama es esa sensación tan incierta. Es extrañamente realista, es como agarrar todo lo que hacía bien El Señor de los Anillos, y ponerlo en un mundo mucho más oscuro y familiar. Y no, no es broma. Juego de Tronos nunca llega a excederse tanto como otros libros, ni tampoco tiene tantas partes llenas de sexo explicito como dice la gente (de hecho, ni es explicito, y pueden contarse perfectamente con las manos el numero de veces que ocurre). Había oído que George R.R. Martin exageraba, pero... ¿alguien de esas personas ha estudiado la edad media? Yo tampoco en profundidad, pero si comparo muchas de las actitudes con las culturas de algunos países que actualmente existen, no es tanta la diferencia; y si lo trasladamos a un contexto medieval y leemos un poco, veremos muchísimas similitudes con la famosa Guerra de las Rosas (Aunque tengo entendido que también se inspira en un guerra francesa).

En fin, es un libro largo, pero que te dejará con un buen sabor de boca y mucho interés por continuar con una saga sin presunto final por el momento. Desde mi biblioteca personal, si queréis aprender a escribir mundos medievales con todo lo que eso conlleva, sin saltaros absolutamente nada, y tomar decisiones complejas junto personajes profundos, o reconstruir bases, os lo recomiendo encarecidamente. 

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