Trampa

Fui a donde Jimin me dijo y no estaba mi padre, ni había ningún cuerpo. ¿Él me mintió? No, es imposible. Jimin es muy puro. Pero, ¿por qué mi padre asesinó a ese doncel? Sin tener más que investigar, me fui al palacio.

A la mañana siguiente, desperté temprano. Mi vientre se ve un poco abultado y eso me hace feliz. Sin embargo, mi felicidad se vio opacada al recordar lo de la noche anterior.

Jungkook es incapaz de tener un poco de misericordia. ¿Qué se supone que debo hacer? Soy el consorte, pero en este lugar no tengo ningún valor. ¿Qué hizo la emperatriz para ser respetada en un lugar como este? ¿O fue la influencia de su esposo?

Veo que aún no estás listo -hablé viendo a Jimin parado frente al espejo.

—Perdón, Jungkook, yo...

Tú, nada, Jimin. Lo único que haces es perder el tiempo constantemente y hacerme perder el tiempo porque lo de ayer fue una vil mentira.

—Yo no he mentido, lo juro, cada una de mis palabras es verdad.

Tomé mi espada rápidamente y la puse en su cuello —¿Crees que puedes engañarme a mí?

—No te engaño y si por decir la verdad quieres hacerme daño, entonces hazlo.

No, no te mataré aún, pero quiero que te quede claro que una falla, Jimin, y no tendré piedad de ti.

—Entiendo, y jamás te fallaría. Sé que dudas de mí todo el tiempo, pero yo, desde el primer momento, te he entregado mi corazón y lealtad. Aunque para ti eso no signifique nada, yo soy como el ave que, al enamorarse, solo tiene una pareja para toda la vida y eso no cambiará por más que me rechaces.

¡Qué patético te escuchas! Te esperaré en el carruaje, ¡y no tardes!

"Sí, señor", dije, queriendo llorar ante la rudeza con la que Jungkook siempre deja en claro que no le importo.

Me fui, dejando a Jimin solo, pero no puedo evitar sentir que hay algo extraño en mí cada vez que estoy cerca de él. Es como el deseo de matarlo y de amarlo al mismo tiempo.

Luego de alistarme, llegué al carruaje, pero me quedé parado sin querer subir, recordando lo que había pasado ayer.

—¿Piensas quedarte parado allí? Estás haciéndome perder el tiempo.

¿Puedo irme en mi águila?

—Tranquilo, Victoria no viene hoy con nosotros porque está indispuesta.

Subí y me senté en silencio, pero no podía sostenerle la mirada a Jungkook, por lo que empecé a seguir los trazos de mi vestido con mis dedos.

—¿Qué te tiene tan incómodo?

Nada, alteza —respondí corto— y para mi suerte, el cochero dijo que habíamos llegado al lugar. Jungkook bajó primero y luego yo, mirando con horror —¿Qué pasó aquí?

—¿Qué pasó aquí es lo que yo quiero saber, Jimin? ¿No se supone que debías trabajar la parcela ayer?

Yo lo hice, te lo juro.

—No me jures nada, estoy harto de que todo contigo sea un engaño.

Mira las patas de mi águila, Jungkook. Estuve toda la noche trabajando hasta el cansancio.

¡Consorte! ¿No le da vergüenza? —Preguntó el emperador en voz alta.

Miré al emperador y retrocedí después de lo de ayer, le tenía miedo.

—¿De qué habla, emperador? —pregunté mirando al viejo decrépito.

—Tu consorte estuvo ayer en una velada apasionada con Yoongi.

—¡¿Qué dices?! Yo jamás haría algo así.

—Vamos, Jimin, dile a mi hijo cómo le entregabas tu alma y cuerpo a Yoongi.

—Yo nunca haría algo así.

—Quieres engañar a mi hijo, pero yo mismo los encontré y ellos idearon un plan para hacerme ver como el malo, acabar conmigo y luego contigo, porque saben que te protejo y que jamás te dejaría solo, hijo.

—¿Eso es verdad, Jimin?

—No, por supuesto que NO, Jungkook. Yo nunca me he visto a solas con Yoongi.

—¿Estás diciendo la verdad, Jimin? Porque tengo testigos que aseguran haber visto a Yoongi venir anoche a buscarte y hace un tiempo entrando a la cabaña con su puma para curar tus heridas.

—Emperador, no sé por qué usted hace esto, pero yo nunca vería a Yoongi con otros ojos. Es verdad que su puma curó mis pies y que Yoongi se ofreció a ayudarme ayer, pero yo lo rechacé y él se marchó.

Jungkook, hijo, ellos están planeando asesinarte. No creas en las palabras de este doncel mentiroso.

Dijiste que tienes testigos, si es así, tráelos a mi presencia.

—Hoseok y Victoria, bajen del carruaje.

Vi a Hoseok y a Victoria bajar del carruaje y nada tenía sentido para mí. ¿Por qué me habían tendido esta trampa?

Si ustedes vieron a Jimin y Yoongi en algo extraño, hablen de una vez.

Príncipe, el día que fui a la cabaña y el águila me atacó fue porque Jimin estaba con Yoongi y ellos me amenazaron. Por eso tuve miedo de hablar, pero el descaro de ellos ahora es más grande y no tienen miedo de demostrar su amor.

Y tú, Hoseok, ¿qué tienes para decir?

Ayer, el consorte me mandó a retirar, yo regresé y lo encontré en una situación comprometedora con Yoongi.

Ustedes están mintiendo, yo jamás he hecho nada de lo que se me acusa.

—Te lo advertí, Jimin, pero ¿por qué creería en ti? Cuando dos personas aseguran que me has faltado el respeto, lleven al consorte a la torre y denle el agua y la comida necesaria para vivir, y busquen a Yoongi y ejecútenlo.

No, no lo ejecutes, por favor, Jungkook, pedi por Yoongi.

¿Pides misericordia por tu amante?

No, no es mi amante, pero si lo matas cometerás un error, ¡Porque vas a matar a su propio hermano!

¡Consorte! Ya no sabes qué más inventar dijo el emperador quitando la sonrisa que tenía antes.

—¿Hermano?

Sí, Yoongi es el primer hijo de tu madre, tu padre es un impostor que mató a su gemelo y tomó a tu madre a la fuerza.

—En serio, ¿tanto amas a Yoongi que inventas algo así? Mi padre tiene razón, tú solo buscas matarme y dejar en el trono a Yoongi. ¡Guardias, llévense a Jimin inmediatamente!

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