Propósito
Un mes despues.
—Jimin, ¡abre la maldita puerta!
No, no lo haré.
—¿Con quién demonios estás?
¡No es tu problema!
—Juro que te mataré si estás con alguien más.
Veía a Jungkook renegar mientras dormía, por eso disimuladamente lo moví, haciendo que se levantara y me di la vuelta cerrando los ojos.
—Jimin, ¿estás despierto?
Me froté los ojos y bostecé, fingiendo que recién despertaba. —¿Qué pasa, Jungkook?
¿Me estás siendo infiel?
—No.
Soñé que estabas encerrado con alguien en mi despacho siéndome infiel.
—Solo fue un sueño, volvamos a dormir.
Sí, me di la vuelta pensando en Jimin. Necesito hacer algo, si no, Jimin se meterá cada vez más en mi mente y enloqueceré.
Jungkook, tengo frío —dije en voz baja.
¿Y qué quieres que haga? ¿Me ves cara de sábana?
Sentía que el frío entraba en mis huesos y me hacía temblar, así que me metí debajo de la sábana buscando encontrar algo de calor.
¿Qué te pasa? Deja de temblar, tampoco hace tanto frío.
¡Craa-Craa!
Ese estúpido pollo, ¿también? Ya deja de temblar —dije quitándole la sábana, pero al tocarlo, él estaba hirviendo—. Estás enfermo, lo que faltaba para arruinar la noche ¿no podías enfermar por la mañana?.
—Lo siento —dije temblando.
Llamaré al doctor real, porque ¿quién puede dormir contigo temblando así? —Me levanté de la cama y le pedí al lacayo que llamara al doctor.
—Me levanté de la cama buscando una túnica más gruesa, pero todo me daba vueltas.
Toc, toc, sonó la puerta. —Pase, doctor —dije, viendo a Jimin pálido.
"Buenas noches, príncipes", dije entrando a los aposentos.
—Doctor, no me siento bien. Antes me sentía mareado y ahora me siento igual, además tengo mucho frío.
Permítame revisarlo, acuéstese por favor.
Me acosté y el doctor tomó mi muñeca, viendo su reloj.
"Felicidades, príncipes, están bendecidos, un heredero viene en camino".
—¡Qué! ¿En serio? —Pregunté emocionado.
Sí, príncipe, no hay duda. Lo sospeché cuando usted describió sus síntomas. La madre de Jungkook pasó por lo mismo en el embarazo del príncipe y cuando tomé su pulso era como el suyo. No se preocupe, mañana estará bien. ¡Felicidades!
En mi pecho no cabía la emoción, pero el rostro de Jungkook era frío y sin expresión.
¿Entonces esta noche él no me dejará dormir?
—Me iré a los otros aposentos para que puedas descansar, Jungkook. Pero antes de que me vaya, doctor, ¿tengo que hacer algo por este pequeño?
Debe alimentarse bien, príncipe, y evitar cualquier cosa que lo pueda poner en riesgo.
—Lo haré, doctor. Cuídate bien de este pequeño y muchas gracias.
Si ya retírate – Dije viendo al doctor – Y tú también, Jimin, porque si sigues temblando así, no podré dormir.
El doctor salió rápidamente.
—¿No estás feliz?
Me da igual, Jimin. Eso era lo que buscábamos. Me sorprende lo mucho que habías tardado. No eres tan fértil para los hijos, pero sí para dar vida a plantas y animales. ¿Pero sabes lo que significa?
—¿Qué significa?
Que al dar a luz te irás de aquí.
—Bajé mi rostro. ¿Sigues con ese pensamiento?
Claro, ¿qué creíste? "A Jungkook se le pasará y lo tendré rendido a mis pies". Jajaja, ¡qué patético! Primero llueve para arriba antes de que yo cambie de opinión.
Me levanté de la cama sin decir una palabra y mi águila se posó en mi hombro. "Que tengas una feliz noche", dijo.
Si ahora que ya no estarás para estar temblando, podré dormir bien.
Salí de los aposentos y entré a los otros. "Todo estará bien, águila, no lloraré, lo prometo", susurré.
Me acosté en la cama sin Jimin y se sentía raro. No tendré que pelear porque me quite las piernas de encima. Ahora que pienso, si Jimin tiene ese bebé, se irá. Debo hacer algo para que pierda ese embarazo, pero pedirle que se quede, jamás. Ya sé lo que haré: lo llevaré al río y haré que todo parezca un accidente.
Al día siguiente, desperté con una energía impresionante. Me sentía como nuevo, así que fui a asearme y vestirme temprano y emocionado. No podía dejar de acariciar mi vientre. ¡No puedo creer que aquí adentro crezca una vida! ¿Pequeño, me escuchas? Soy tu papi Jimin, el más feliz del mundo al saber de tu existencia.
"Príncipe, los consejeros lo esperan", habló el lacayo al entrar al despacho de Jungkook.
"No me importa. Diles que tengo asuntos que atender con mi consorte", respondió Jungkook.
"Sí, mi señor".
Salí de mi despacho y fui con Jimin, quien estaba hablando con las plantas. "Dicen que eso hacen las personas antes de volverse locas".
—Hola, Jungkook. Buenos días.
Quiero que bañemos en el río.
—¿ir al río? No creo que sea una buena idea. El doctor dijo que me cuidara".
—No es una pregunta, es una orden.
—Pero, Jungkook.
¡Suficiente! No quiero oírte. Irás al río conmigo y deja al pollo.
—Está bien. Águila, ve a la punta del castillo y protégete bien, mi pequeño".
¡Muévete!.
—Sí, ya voy.
Caminaba detrás de Jungkook, pero algo me decía que no debía estar allí. Luego de pasar el puente de madera, llegamos a una especie de cascada, pero no era ni muy grande ni muy pequeña. En el lugar había poca luz, nada raro en el reino, solo algunas partes habían sido alumbradas. Mientras yo pasaba con el favor de la diosa Aline, veía que él se adentraba más y más en el lugar, y me daba miedo.
—Qué esperas, Jimin, acércate.
Pero allí las piedras se veían resbalosas.
—No va a pasarte nada, solo he querido traerte a mi lugar favorito.
Si él estaba compartiendo algo tan íntimo de él, no podía simplemente negarme. Esto nos podría hacer más cercanos. Me acerqué a él, viendo que el agua fluía en esa parte con más rapidez.
—Jungkook, qué lindo se ve, pero mejor se vería desde el puente.
—Es hora de nadar —le dije, empujándolo al río.
Antes de caer al agua, vi la cara de malicia de Jungkook. Intenté tomar su túnica, pero fue imposible. Mi instinto fue llevar las manos a mi vientre y luego sentir de golpe el agua fría. La corriente me llevaba a una parte profunda con piedras, donde me golpeaba una y otra vez. No podía tomar aire, sentí que algo se clavó en mi pierna y grité bajo el agua, perdiendo todo el aire que tenía. Trataba de salir del agua, pero la corriente me arrastraba aún por debajo del agua. Cerré los ojos y relajé mi cuerpo, sin poder luchar contra la corriente y sin aire suficiente.
—Jimin ha tardado en salir a la superficie. Groar, Grrrr, Grgrgr. Escuché un puma antes de saltar al agua y poco después lo vi salir con Jimin en su boca. El animal era enorme y hacía lo mismo que el pollo de Jimin. ¿Yoongi, qué haces tú aquí? me pregunté, caminando en dirección de donde estaba él.
"Jimin, Jimin, Jimin, despierta", golpeaba levemente su rostro.
—¿Está muerto? —pregunté al estar cerca de Yoongi.
—No, no lo está, pero ¿dónde está el águila?
—En el palacio. ¿Cómo es que apareciste aquí?
—Jungkook, ¿no deberías estar preocupado por tu consorte? —bajé la mirada y su túnica blanca estaba llena de sangre. Levanté levemente, descubriendo su pierna, y tenía una rama clavada en su piel.
Al ver la rama, me acerqué a Jimin. No pensé que esto pasaría, el río nunca había tenido eso. Yo había nadado allí cientos de veces. Me acerqué y puse las manos en la rama.
—No, no puedes lastimarlo aún más. Es mejor que lo haga el doctor.
—No, lo llevaremos con esta rama así. —Jalé la rama que tenía la punta como una estaca y, aun con eso, Jimin no despertó.
—Príncipe, perdóneme por lo que haré. —Me acerqué al rostro de Jimin y uní mis labios con los suyos, soplando aire dentro de él.
—¿Por qué besas a Jimin en un momento como este? —lo empujé y Jimin despertó, escupiendo agua.
Tosía tratando de recuperar el aire. Quise ponerme de pie, pero me dolía. —Yoongi, ¿me prestas tu puma? —pregunté con dificultad.
—Sí, Jimin, claro.
—¿Qué piensas hacer con el puma de Yoongi? —pregunté, viendo a Jimin.
Ignoré a Jungkook y me puse en posición de meditación. El puma se puso frente a mí y pegó su frente de pelaje suave a la mía. Una energía extraordinaria recorría mi cuerpo, aliviando cualquier malestar interno. Luego se acercó a mi pantorrilla, lamiéndola, y sanó mi herida. —Gracias, pequeño —acaricié su cabeza y luego silbé, haciendo que mi águila llegara a donde yo estaba.
¿Cómo pudiste hacer eso con el puma de Yoongi? ¿Acaso ustedes han tenido intimidad? ¿Y por qué besas a Jimin? Explíquenme qué es lo que está pasando, demando molesto.
—Lo que pasa es que mi esposo me tiró al agua, aun sabiendo que espero un heredero al trono, y Yoongi y yo jamás hemos estado juntos, pero por alguna extraña razón su puma tiene una conexión conmigo.
Y yo no besé a Jimin, solo soplé aire dentro de él, algo que me enseñó hace tiempo un anciano del pueblo.
—¿Por qué me tiraste al agua, Jungkook?
Porque quería que nadáramos, pero ya vi que no sabes nadar, es que ni para eso sirves.
Bajé mi rostro, dejando que mi águila se posara en mi hombro. —Gracias, Yoongi, de no haber sido por ustedes, yo habría muerto.
—Sí, eres exagerado. Yoongi, ya te puedes retirar. Jimin te estará agradecido de por vida. Ahora, adiós.
Di una reverencia y me di vuelta, alejándome de ellos.
—No entiendo por qué actúas así. Pusiste en peligro a nuestro bebé.
¿Cómo sabes que no lo perdiste? Si mira, sangraste mucho.
—Yo solo sé que sigue dentro de mí.
Maldición, entonces casi mato a Jiminny, el engendro que nos va a separar sigue en su vientre. Mejor vayamos al palacio.
—Jungkook, iré en mi águila, no quiero más accidentes.
Está bien, ve; nos veremos allá.
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