Pasado y Presente (Jimin)
El pequeño Jimin de solo 6 años, con su carita arrugada por la preocupación y sus ojos llenos de lágrimas, irrumpió en la sala de reuniones, interrumpiendo la seria discusión de los miembros del consejo. "¡Papi, papi, ayúdame!", exclamó con voz temblorosa.
Los miembros del consejo se miraron con sorpresa, mientras el padre de Jimin, el rey, se levantaba de su trono con un gesto de preocupación. "¿Qué pasa, pequeño?", preguntó con suavidad, acercándose a su hijo.
"Mira, papi", dijo Jimin, extendiendo sus pequeñas manos hacia un ave herida que sostenía con cuidado. "Este pajarito tiene el ala lastimada".
El rey sonrió con ternura. "Hijo, esto no es un pajarito", explicó con paciencia. "Es un águila, una de las criaturas más majestuosas del cielo".
Jimin frunció el ceño. "No importa, papi", insistió. "Sigue siendo un pajarito y necesita ayuda".
Conmovido por la nobleza de su hijo, el rey decidió posponer la reunión. "Está bien, pequeño", dijo. "Vamos a curar a tu águila".
Los miembros del consejo, contagiados por la compasión del rey y la inocencia de Jimin, asintieron con aprobación. Juntos, se acercaron al águila herida y comenzaron a examinarla con cuidado.
Mientras el rey y los miembros del consejo atendían al ave, Jimin observaba con atención, sus ojos llenos de esperanza —¿Papi mi pajarito estará bien?.
—Sí estará bien no te preocupes.
12 años después
El sol se asomaba tímidamente por el horizonte, bañando el patio con una luz cálida y dorada. Las risas de Jimin resonaban en el aire mientras se columpiaba con desenfreno, haciendo que sus sirvientes contuvieran el aliento con cada vaivén.—Porfavor príncipe tenga cuidado
—Dejen de preocuparse aun si me caigo no los acusaria de nada.
—Jimin, hijo mío, te estaba buscando. Necesitamos hablar —dijo una voz grave y autoritaria que provenía de la entrada del patio.
Me detuve en seco y corri a abrazar a mi padre, el rey del reino de la luz el hombre más honorable,fuerte y valiente.
—Sí, rey, dígame qué necesita de mí —respondió con una sonrisa radiante.
—Hijo, ya tienes 18 años y debo arreglar tu matrimonio.
—Padre, pero no quiero casarme —protestó Jimin con un puchero.
—Hijo, te he prometido al único heredero del reino oscuro.
—¿Me has prometido con la bestia? —preguntó Jimin con horror, recordando las historias que había escuchado sobre el príncipe del reino oscuro, un ser cruel y despiadado.
—No, hijo mío, no es una bestia. Es un hombre justo y honorable —aseguró el rey aunque en su corazón sentía el peso de engañar a Jimin.
—Pero padre, yo no lo conozco. No quiero casarme con alguien que no amo —insistió Jimin.
—Hijo, debes entender que este matrimonio es por el bien de nuestro reino. El reino oscuro y el reino de la luz han estado en guerra durante siglos, y este matrimonio traerá la paz a nuestras tierras —explicó el rey con paciencia.
Guarde silencio, pensativo se que mi padre tiene razón, pero la idea de contraer nupcias con un desconocido me llena de miedo—Padre, ¿puedo conocerlo antes de tomar una decisión? —preguntó con un hilo de voz.
—Por supuesto, hijo mío. Lo traeré al palacio cuanto antes —respondió el rey con una sonrisa—Por ahora me iré, y deja de columpiarte de esa manera, te puedes lastimar.
—Sí, papá, seré cuidadoso. Vi a mi padre irse, pero no me sentía tranquilo. Desde que recuerdo, todo lo que dicen de ese príncipe es tan feo, incluso lo apodan "la bestia". Aunque, por otro lado, ¿qué diría mamá? Ningún reto es muy grande para ti, Jimin, y el amor cambia hasta el corazón más duro.
Miré al cielo y sonreí. "Mamá, ¿te hubiera gustado verme casado? Si este compromiso se lleva a cabo, prometo no decepcionarte. Cuidaré de mi esposo, mantendré mi sonrisa, haré hermosos bordados para él y seré una buena imagen para su reinado."
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