Hacer el Amor.
Ha pasado un mes y sobre mis hombros está el peso de que debo dar un heredero al imperio, pero mi relación con Jungkook no es buena y constantemente pelea conmigo. Aun así, he comenzado la misión que yo mismo me puse de dar vida al reino oscuro; la siembra está progresando tanto que ahora se pueden preparar comidas diferentes. La diosa Aline me ha bendecido y ha hecho que por donde ande la luz aparezca, aunque con la noche desaparece, tal cual como en mi reino.
-Jungkook, quisiera solicitar tu ayuda.
Jimin, te estás metiendo mucho en mis asuntos con el imperio y no me gusta. ¿Piensas convertir esto en el reino de la luz?
-No, pero creo que todos serían más felices en los pueblos si atendiéramos sus necesidades. Las calles están en mal estado y muchos tienen sus casas casi por caerles encima. Piensa, tendrás más admiración de parte de ellos, van a venerarte como a un dios.
Sí, pero también implica muchos gastos.
-Pero podemos hacer que el pueblo sea autosuficiente si los preparamos adecuadamente. Escucha mi plan y luego saca tus propias conclusiones. Solo pido que me escuches.
-¿Por qué te preocupan tanto esas personas? Ellos lo único que hacen es despreciarte y burlarse de ti.
-Porque no me importan sus acciones. Sé que si actúan así es porque no me conocen, no porque ellos sean malos. Yo debo ser diferente.
-En caso de que se apruebe tu plan, ¿dónde quisieras empezar?
-¡En Daegu! Cuando estuve en la cabaña, llegué a ese pueblo y fui tratado bien.
-¿En la provincia de Min Yoongi?
-Sí.
-Ya veo, este es un plan que has hecho a su lado.
-No, es algo que he hecho por mí mismo. Solo siento que esas personas están tan vulnerables; en su mayoría son personas mayores y merecen estar en hogares dignos.
Está bien, Jimin, lo haremos, pero tendrás un presupuesto limitado, ¿entendido?
¡Siiii! - abracé a Jungkook emocionado.
Jimin, compórtate. ¿Qué crees que haces?
-Perdón, me dejé llevar por la emoción. También tengo otra cosa que quiero pedirte.
Estás abusando de mi generosidad, Jimin.
-Sí, lo sé, pero quisiera saber si podemos tener un templo real. Necesito confesarme y mantener mi alma pura.
¿Qué tantos pecados puedes tener, Jimin? Un alma tan "pura como tú" hablaba con sarcasmo.
-Hasta pensar mal es un pecado y no quiero dejar que el mal corrompa mi espíritu.
¿Así que has pensado mal? Jimin, eso despierta en mí la curiosidad. Por cierto, ¿qué día es hoy?
-Martes, día de regar mis plantas.
Jimin, esta noche quiero que me acompañes en mis aposentos.
-Pero aún no han pasado las dos semanas.
Olvida esa estupidez de las dos semanas, necesito hacerte el amor en este preciso instante y tú tienes la culpa por venir ante mí vestido de lila con esa corona de flores y exhibiendo tu pequeña cintura.
-Me sentía avergonzado, pero al mismo tiempo sus palabras me hacían sentir calor.
Rápidamente me acerqué a Jimin pegando mi cuerpo con el suyo, acariciando su mejilla y probando sus esponjosos y suaves labios con mi lengua, buscando la suya. Quité los botones de su túnica, dejando visibles sus hermosos pezones. Cargué a Jimin y lo puse sobre la mesa. Tomé una pluma de pavo real y empecé a pasarla por sus pezones.
Apretaba mis piernas haciendo fricciones ante el estímulo que Jungkook provocaba en mis pezones. Sentía que me mojaba y juraría que mi ropa interior ya estaba empapada, seguramente hasta mi túnica lo está. -Te necesito, necesito que entres en mí -dije, dando gemidos bajitos con voz suplicante.
—Mi instrumento estaba tan duro como un palo y escuchar esa súplica de parte de Jimin había hecho que me emocionara aún más, al punto en que mi instrumento en mis pantalones dolía más y más. Levanté a Jimin y con mi mano libre tiré todo de mi escritorio y puse su espalda desnuda sobre la madera. Me resultaba maravillosa la vista de su entrada rosada. Me incliné y la besé, lamiendo su alrededor y metiendo mi lengua. Su pequeño miembro se endureció al instante y sus manos se agarraban a mi cabeza con fuerza.
-¡Oh, Jungkook! ¡Por favor, no pares! ¡Sigue, por favor! -dije, sintiendo un escalofrío recorrer mi cuerpo, concentrándose en mi espalda baja.
Jimin con sus manos oprimía más mi cabeza contra su entrada. En un momento, sus nalgas se alzaron y sus muslos se cerraron sobre mis mejillas. Entonces, derramó sobre mí su lubricante natural y el esperma infértil .Él se movía como si experimentara temblores, pero se que son temblores llenos de placer. Yo, preso en medio de sus muslos, seguí lamiendo su entrada logrando que se relajara.
"Jung... Jungkook", dije avergonzado, tratando de regular mi respiración.
"¡Shhh!", dije, y aproveché que su entrada estaba dilatada. Saqué mi instrumento de los pantalones y me abrí paso dentro de él, disfrutando que la altura era perfecta. Tomé las piernas suspendidas de Jimin y las puse sobre mis hombros, poniendo mis manos en su hermosa cintura.
"¡No te detengas, Jungkook!", supliqué, apretando con fuerza los bordes del escritorio..
Abrí sus piernas y me acerqué a su boca para besarlo apasionadamente y hacer que sus gritos de placer no se escucharan tan altos, aunque me era difícil controlarme. Hasta que ambos vencidos cedimos al placer, llegando al clímax, él mojando a ambos y yo llenando su interior. Por el cansancio, dejé mi cuerpo caer sobre el suyo y reposé, mientras la firmeza de mi instrumento bajaba y dejaba de palpitar, expulsando esperma en su interior.
—Jungkook, te amo.
No digas tonterías, Jimin, y no arruines el rico momento que acabamos de tener.
—¿Por qué? ¿Por qué te niegas a dejarme entrar a tu corazón? —pregunté, moviéndolo.
Me paré y salí de él— ¿Por qué te empeñas en ser tan exasperante? Jimin, no me interesa amarte a ti ni a nadie. Yo nací para amarme a mí y solo a mí.
—¿De verdad, al estar conmigo, no sientes nada más?
—No, solo siento placer al liberar mis fluidos en ti, pero es algo que puedo hacer con cualquier otro también.
—Entiendo —dije, sintiendo un nudo en mi garganta. Me bajé del escritorio y empecé a vestirme ante su mirada fría.
—Por eso evito hacerte otras cosas, porque te ilusionas con facilidad.
—Tienes razón. Siempre imaginé a un esposo sonriente que me llenara de besos y abrazos, con quien liderar el reino, pero que me tuviese siempre cerca de su corazón. Supongo que es por haber leído tantos libros llenos de poesía. Esta es mi realidad y lamento molestarte con mis tonterías. A partir de ahora, trataré de entender mi único propósito.
—Es lo mejor, Jimin, porque jamás te amaré.
—Respecto a lo que hablamos, le agradezco que aceptara. Ahora, con su permiso, me retiro.
Está bien. Vi a Jimin irse y pensé: "¿Qué es lo que hice? Estoy rompiendo mis propias reglas. El placer debe ser solo mío. Mientras más rápido Jimin me dé un heredero, más fácil será todo. Ya quiero que se largue. Además, esos cambios en el reino oscuro no tardarán en llamar la atención de mi padre. Pero ahora, lo que más me preocupa es la cercanía de Jimin con Yoongi. ¿Será que él piensa que puede tener algo más con él? Pero esas son cosas que no deberían importarme. No, claro que debe importarme, porque una cosa es que Yoongi tome mis sobras y otra muy distinta es que toda mi comida vaya hacia él. ¡Maldito Jimin! Viniste a poner mi reino de cabeza.
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