...

¡Querido es hora de despertar,! tienes que ir a la entrevista en la agencia.
!YA VOY!, que pesada eres Hanabi
¡oh!, entonces discúlpame por tratar de se una buena esposa
¿vas a volver a empezar con lo mismo?, que molesto empezar el día así...

-Ryu...debes retirarte ahora, ya después te marcaremos...esto...dentro de tres meses- dijo mi manager, Haku, mientras yo empaquetada mis cosas de la agencia
-¿Y si ya no me vuelven a marcar?- le dije preocupado mientras miraba las llaves de mi casa y se las entregaba a Haku
-tu sabes perfectamente que es lo que tenias que hacer, Ryu-kun...- tomo el llavero de cisne que tenia colgando de mis antiguas llaves - Ryunosuke-kun, lo tiraste todo a la basura...ahora debes demostrar que puedes salir adelante, a pesar de estar en el fondo del contenedor- me puso su mano en mi hombro. Después se fue primero para continuar con una llamada telefónica que había dejado pendiente.

¿Qué es lo que quise en toda mi vida? Creo que es complicado o no tan certero al venir de la boca de un modelo profesional, yo en verdad quería destacar entre todas las personas que habitan Japón. Quería llegar a una fama inalcanzable a comparación por otras personas pero al final termine como un icono de la belleza nipón.

Mi nombre es Ryunosuke kurosawa, tengo 25 años, soy artista profesional de modelaje aún que actualmente estoy desempleado debido a rumores y términos legales que ya después les habre de mencionar. Estoy demasiado cansado como para esa llegar a empacar mis pertenencias en mi casa así que a lo mejor y contratare el servicio gratuito que Haku había mencionado hoy por la tarde, pero no recuerdo si lo podía hacer valer hasta mañana, a decir verdad estaba pensando en cómo alguien tan atractivo como yo podría terminar en la calle en apenas su apogeo hacia la cima.
Para ser sincero mi debut como modelo fue espectacular; nada como terminar con una pasarela de trajes de baño sino es con una camelia blanca y resplandeciente en la boca, la pasión y la energía se pueden sentir en el aire de los más grandes, sin embargo estoy en el suelo ahora, literalmente, estoy por entrar en el subterráneo.

Siempre uso gafas oscuras y un abrigo café para disimular un poco mi apariencia pero a veces me llegan los sentimientos de extrañeza y me termino por quitar la ropa. Una vez me sacaron de la estación de Gotanda por alterar el orden público; "yo no tengo la culpa de haber nacido con una belleza muy atractiva para la mayoría de mujeres lindas".

Por lo general podría ir directo a un bar o llegar a la casa con una chica distinta a la del mes pasado pero hoy será diferente; dormiré en el metro dando vueltas por la línea Toei Asakusa, me echarán antes de dar alguna explicación, tendré que pelear por las pocas cosas de valor que tenga en mi pequeña maleta de cartón, saldré a la luz de vez en cuando para dar a las noticias más rumores de mi vida. Si, tal vez mi vida se vuela lamentable, miserable o incluso patética pero no importa, ¡no volveré a buscar un trabajo en aquella agencia dónde desperdiciaron todo mi talento, todo mi potencial tirado en la basura!.

-¡Apártate de mi camino, vago!- un hombre que pasaba apresurado casi me empuja a las vías del tren
-¿Que te pasa?- le regrese el insulto
Cuando volteé a ver hacia donde se dirigía aquella persona, vi a unas cuantas más al rededor de un cuerpo delgado siendo golpeado por dos hombres.

Las demás personas ¿que están haciendo ahí paradas sin hacer nada?. La persona en el suelo ¿es una chica?. ¡No puede ser!, ¡que demonios les sucede!.
Por un momento me llego a la cabeza la imagen de la chica que más he amado en mi vida.
¡Tengo que actuar, tengo que salvar a esa chica como el caballero que soy!. Aun que no sea tan puro como debería de ser un auténtico caballero.

-¡Oigan ustedes, que es lo que están haciendo!- interrumpí cuando empujé a uno de los abusadores, sus miradas eran confusas, la mía era de ira -¡aléjense de ella, malditas escorias!
-hermano, ¿pero de que hablas?...está gaiyin es una escoria más grande que nosotros- la pateo para que yo pudiera ver su rostro después de quitarle los lentes de sol Vogue que traía -¡su piel nos da asco!.

Al escuchar estas palabras, aquella linda mujer comenzó a desmoronarse en el suelo del subterráneo. La chica tenia una peculiaridad en su rostro, no; a decir verdad en todo su cuerpo, puesto que las mayas oscuras que usaba para cubrir sus esbeltas piernas las había rasgado el segundo hombre que tenia una navaja. De estas aberturas se asomaba la piel con dos colores; vitíligo, no muchos la aceptan, pero lo que le hicieron a esta chica, ¡es una enfermedad!.

-hermano, no puedes exigirnos el dejar libre una enfermedad...
-¡Claro que puedo!- exclame -¡no pueden detener una enfermedad como la belleza pura!
-¿he?
-¡Personas como ella son la razón por la cual ustedes son despreciables!

En el momento en el que ese malnacido me tomó del abrigo un guardia de seguridad entró en la escena, -¡alto ahí!- por fin alguien que si actúa, no como estas mujeres feas que me estaban mirando como un monumento, aun que no importa por que yo me convierto en este momento en uno de esos que los ponen en sitios concurridos.

Esposaron a los dos sospechosos, las metiches se dispersaron y a ambos nos llevaron al modulo de atención de la estación. Un doctor atendió los moretones y la sangre que tenia en la nariz. Me daba penita pero ella era muy adorable en su actual posición. No hablamos hasta después de que el doctor y el oficial me hicieran un interrogatorio acerca de la situación, después me recomendaron la llevará a su casa lo antes posible para dejarla descansar, después de todo yo soy un simple caballero que no tiene nombre ni título de conocido, para ella, yo podría ser cualquier persona.

-¡hey, señorita! discúlpeme...pero si no le molesta la acompañaré a su casa...- le dije dando le una sonrisa en mi cara, quería que se distraerá del accidente
-¿tiene a alguien a quien marcarle?
-mmmh...no, en realidad no- contestó algo somnolienta.

Fue algo incomodo el estar con ella en el tren de camino a su casa; no hablaba, no hablé, el silencio era abrumador y ambos callamos hasta la estación Kuramae. Camine a su lado, estaba cansada, se tambaleaba al dar cinco pasos -con cuidado- aún lágrimeaba por sus lesiones. Pobre chica, no creo que sea así en toda su vida, no creo que sea tan depresiva, parecía así pero no lo creo: en el fondo, parece ser una persona apasionada y dedicada, que a pesar de su condición le gusta disfrutar de su cuerpo; pues sus ropas son de diseñador, los antiguos lentes que tenia y ahora están rotos no son corrientes, también su bolso es de marca. Pero que envidia, no le preocupa su imperfección, sigue día a día a pesar de todo lo que le puedan reprochar.

Por último, entramos a duras penas a su departamento; era una privada en donde vivía, necesitábamos la llave de acceso para el portón de la entrada, las cosas se complicaron aquí.
-hey, señorita ¿dónde está su llave?- le pregunte, cuando volteé a verla estaba recargada en el pilar de la pared, balbuceaba, después se dejo caer sobre mis brazos, que extraño -hey señorita...no se puede quedar aquí...¡señorita!-
-¿Qué le estas haciendo a mi vecina? !hentai!- me jalaron el saco por la espalda, volteé a ver y se trataba de un hombre rubio y alto, tenia la mirada de un yandere proclamando a su protegida -solo hay acceso a la casa de Ame-chan a tres personas...¡y en esas tu no entras, maldito!
-¿Qué? ¡No!, ¡lo estás malinterpretando!...- este sujeto está loco, no parece ser nada amigable, además ¿cómo dice tan simple que solo pocas personas la pueden ver? -...esto...yo venia a dejarla a su departamento, !solo eso!
-¡Bien!- la tomó del brazo como si de su propiedad se tratara -¡te puedes retirar extraño!
-¿¡Heee!?- está loco, ¿cree que ella es de el? -¡de ninguna manera! le paso algo malo y yo estuve en el momento indicado por lo tanto es mi responsabilidad cuidarla, entrometido!
-¡Deja de jugar! Ella ni te conoce
-¿¡Y a ti si!? ¡Idiota!

Terminamos tirando de los brazos de "Ame-chan" como su de un juguete se tratará y para dejar las cosas peor a el se le ocurrió soltarla dejándola caer de frente -¿¡Pero que demonios te ocurre!?- su mirada reflejaba el odio inmenso que le tenía por tratar así a una hermosa chica.

Finalmente, "Ame-chan" despertó de si pequeño trance. Nos volteó a ver pues en su frente se había marcado de rojo el pavimento dónde callo, su mirada de frialdad y de desesperación se concentró en el hombre a mi lado
-¡Yuu...tu de nuevo!- aparentaba que no tenia una relación tan grata como lo hacía el quedar en claro.

-¡maldito! ¿¡qué haces aquí otra vez!?
-¿por que me tratas así Ame-chan...eres muy injusta con migo, además...-me señaló con rencor- te estaba protegiendo de este vago...

En el momento en el que ella me miró pensé que todo se había acabado, ya no volvería a ser un caballero nocturno y seguiría con mi plan de dormir en el metro por una noche, todo aquello que había pensado antes se anuló en el pequeñísimo instante en donde ella me tomó la manga de mi mango -Aún me recuerdas- me sujeto con fuerza para luego dirigirse hacia su vecino rencoroso.

-Yuu-kun, se que es lo que haces por mi y lo aprecio mucho- la cara del sujeto se iluminó por un instante y cambio de aspecto después de que ella lo tomará de la camisa de forma amenazadora -pero el día en que yo de verdad este interesada en ti ¡te avisare! ¿ok, bitch?

Me arrastro hasta el ascensor dejando atrás al hombre cuya cara parecía ruborizada y confundida. Ambos cesamos el silencio en el momento en que juntos coincidíamos en la palabra -lo siento- para ser la primera que nos dirigíamos formalmente era muy extraño. Deje que ella hablara primero.

-Lamento el pequeño alboroto de ahí abajo, Yuu-kun es mi vecino y desde que me mude se va fijado en mi...aún que yo en verdad pienso que sigue siendo igual de molesto que hace 5 años, aún que trate como si de un hermano mayor fuera...
-bueno yo pienso que no te trata como un hermano pero si tu lo vez así pues creo que estará bien mientras no rebase esa relación...- rasque mi cabeza por lo inocente que llego al ser al decir eso de quien no aparentaba solo una amistad -Yo también debo disculparme, no soy quien para llevarte hasta tu casa a horas elevadas de la noche y esta el hecho de no dejarte con un conocido tuyo...por eso debo disculparme.

Cuando llegamos a su piso ambos salimos, me aseguraré de que pueda descansar bien -No es como que quiera verla como duerme- después me iré son decir mi nombre, sin que ella me diga el suyo. Después de todo no somos nada y seria muy inapropiado el quedarme en una casa ajena a la que yo tampoco tengo, -es triste, pero así decidí que fuera mi vida, así yo mi am o me enterré en la sociedad- ya no tengo posibilidad de destacar entre tantas personas as desdichadas.

-Por cierto una cosa mas- me dijo y después se abalanzó hacia mi para enredar sus brazos en mi espalda
-¡arigato gozaimashita, te debo una, si no hubieras aparecido estaría en un hospital...o peor...ni siquiera estaría aquí...!- No se que decir- ...nadie había hecho algo así por mi desde que llegue a Japón...arigato gozaimashita...
-Descuida...- la tenia que reanimar, la tomé con mis brazos y la estreche fuerte para que sintiera que la podía comprender en ese instante -¡anímate y entra a tu departament...!- la aleje para secarle las lágrimas que había dejado recorrer mi saco, sin embargo, me altere al verla desmoronarse de nuevo, ¿qué pasa? ¿Quieres verme a los ojos? Retire los lentes oscuros para que visualizará que yo no era malo
-Anata no namae wa shiritai desu ke domo...?- se durmió en mis brazos, estaba débil, sentí sus brazos resbalarse de mi espalda hacia el espacio, su postura casi no calló, se sostuvo de pie.

¿Qué debería hacer?
No conozco el numero de su departamento ¿cómo voy a saber cual es el suyo? Justo ahora ¿alguien más viviría en este piso para que me pueda ayudar?

Mi nombre es Ryunosuke kurosawa, tengo 25 años, soy una persona destacada figura de belleza que actualmente sirvo como soporte para una chica a la cual salve de una riña.

Siempre he querido conocer a personas distintas con las que siempre he tratado a sí que ¿por qué no hacernos amigos "Ame-chan"?

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