I/Capitulo 7: El Vecino

Tan pronto como se abrió la puerta delante de nosotros, así mismo caí yo de frente debido a que la fuerza que estaba aplicando sobre ella ya no era requerido. Ahora estaba en el suelo, mi mejilla pegada a la fría baldosa y mi cuerpo tendido en el suelo, al levantar la mirada note a mi padre de pie, manteniendo el equilibrio mientras observaba su alivio al ver que no se había caído. Después de tanto esfuerzo, habíamos logrado abrir la puerta.

Frente a mi logré divisar al que reconocí como mi vecino, un joven de unos diecisiete o tal vez dieciocho años el cual estaba acostado de espaldas contra en suelo, el fleco de su cabello color marrón tapaba parte de sus ojos rasgados, los cuales estaban protegidos por unos anteojos gruesos (los cuales daban la impresión de que sus ojos eran diminutos en comparación con la gente normal), pude ver sus delgados labios curvarse en una pequeña sonrisa al notar que al menos ya no estaba encerrado del todo. El lugar quedó en un breve silencio incómodo, interrumpido por Thaysson, el cual se abalanzo con fuerza sobre su delgada y alta figura, ladrando y batiendo la cola de manera contenta mientras le lamía el rostro, parecía feliz.

Escuché a mi vecino reírse mientras apartaba la cara para que Thaysson dejara de lamerlo y le rascaba las orejas de manera amistosa, viendolo; mientras tanto yo simplemente me levante, frotando con mi mano aquella mejilla fría que se había estrellado contra el helado suelo del apartamento, un poco desconcertada ante la reacción emocionada y afanosa de mi mascota, mientras tanto, mi papá parecía metido en su propio cuento, volviendo su atención y su vista hacia el pasillo lleno de puertas abiertas a las malas, como si por un momento se hubiera olvidado de que acabábamos de 'rescatar' a nuestro vecino de aquel confinamiento.

-Calma muchacho, calma... -Exclame yo mientras me acercaba hacia Thaysson y lo agarraba del collar, queriendo apartarlo del vecino, sin embargo, el can parecía aún contento con la presencia de el, ya que no dejaba de lamerlo ni de ladrar de manera contenta, por lo tanto, se me hacía difícil separarlos. Después de un poco de forcejeo, por fin pude quitarle a Thaysson de encima, notando como me dirigía la mirada.

Yo en cambio hice lo contrario, con cierta antipatía mire para otro lado, contemplando las baldosas blancas y perladas del suelo, no queriendo tener aquel incómodo contacto visual que más de una vez llegamos a tener no solo en los pasillos del conjunto, si no que también en los del colegio, cuando estábamos estudiando. Sin embargo, tampoco me iba a mostrar tan envidiosa, después de aquel breve silencio incómodo, me acerque a él y sin verlo, le extendí la mano para ayudarlo a levantarse.

-Gracias... -Exclamo con voz penosa mientras tomaba mi mano con cierta timidez y se levantaba, yo mientras tanto trate de no prestarle atención, tan pronto como se levantó yo solté su mano y me aleje.

-De nada... -Conteste secamente a la vez que me cruzaba de brazos y le daba la espalda, caminando de nuevo al umbral de la puerta mientras me asomaba por el pasillo, logrando ver las puertas vecinas abiertas de par en par, mientras tanto, podía ver cómo mi papá se acercaba al vecino.

-Y entonces chino... -Lo saludo de manera amistosa mientras lo miraba, ante aquello yo solo rodé los ojos y frunci el ceño, aún sin saber del todo por qué ambos se trataban de tal manera, como si el fuera uno de los muchos amigos que tenía cuando en realidad ni siquiera lo determinaba en el colegio.

Mientras mi padre y mi vecino comenzaban a entablar conversación, yo por otro lado logré escuchar muy débilmente unos pasos apresurados, como si estuvieran subiendo de dos en dos las escaleras, logré escuchar como alguien se resbalaba de golpe y con fuerza se agarraba del barandal, no pude contener la risa al escuchar mi hermano menor maldecir por lo bajo mientras mi madre lo regañaba por el vocabulario, al parecer, quienes estaban subiendo (para nuestra gran fortuna) eran ellos dos, y así fue, al poco tiempo, pude ver cómo ellos, cansados y exhaustos, llegaban al pasillo de este octavo piso.

-Mamá... -Exclame mientras veía como ella se apoyaba en la pared e intentaba agarrar aire, suspirando mientras se abanicaba con la mano.

Vi mientras tanto a mi hermano sentarse en el suelo, sacando la lengua y cerrando los ojos en una expresión exagerada de cansancio mientras hacía la cabeza para atrás y suspiraba, me dió risa el notar como su pantalón en la parte de la canilla estaba roto, debido (tal vez) a que se había caído en las escaleras.

-Uy, no chinita... Más le vale que nos haya hecho venir hasta acá por algo que valga la pena... -Gruño mi hermano mirandome con cierto recelo mientras se sobaba la canilla y hacía una expresión de dolor, como si me estuviera culpando de aquella pequeña desgracia.

-No tengo la culpa de que no camines bien -Respondi encogiendome de hombros a la par que me reía por lo bajo, debido a su expresión de 'odio' hacia mi.

-¿Y que paso? Solo me di cuenta de que de repente saliste corriendo y detrás iba tu papá -Cuestiono mi mamá mientras se reincorporaba y me miraba, cruzándose de brazos.

-Thaysson se me soltó sin querer y vino a parar hasta aqui -Conteste soltando un suspiro mientras señalaba a mi can, el cual ladraba y batía la cola alegremente a mi lado -Digamos que... Noto que alguien estaba pidiendo ayuda, y eso fue lo que hicimos...

-¿Todavía hay gente aquí? -Mi hermano me miro con cierta rareza mientras se levantaba y se asomaba por el resto del pasillo, notando las puertas de este mismo completamente abiertas -Con todo ese escándalo pensé que todos ya se habian...

-Pues no. El vecino se quedó encerrado, de hecho, acabamos de ayudarlo a liberarse, -Hice una seña de desden mientras negaba con la cabeza, mi hermano no dijo nada, pero mi madre se sonrió y me miró con cierta burla.

-Ah... Él vecino... -Repitio ella mientras se reía por lo bajo, notando la confusión de mi hermano y mi fastidio al escuchar aquel enfasis que había hecho, yo solo negue con la cabeza mientras notaba como se estaba burlando de mí.

-Ahg, como sea... -Gruñi mientras miraba hacia otro lado y rodaba los ojos, notandose mi descontento.

-Bueno, ¿Y ahora que? -Cuestiono mi hermano mirandome a mi y a mi mamá mientras ponía las manos en sus caderas, como queriendo decir 'A mi no me vengan a decir que yo vine hasta aquí para nada'.

-¿Me ves con cara de que yo se? -Le respondi con burla mientras caminaba por los pasillos, mirando el interior de los apartamentos con curiosidad.

-Ya... Ya... No vayan a comenzar otra vez... -Advirtió mi mama con cierto tono de amenaza mientras nos miraba a los dos, mientras tanto, mi hermano y yo nos vimos entre nosotros antes de negar con la cabeza.

-Pero si no estamos haciendo nada... -Replico mi hermano por lo bajo, no queriendo que mi mamá lo escuchará.

-Ma, pero si es la verdad... No sabemos que hacer, ni siquiera sabemos la causa de esto. -Explique mientras la miraba, notando como ella simplemente negaba con la cabeza.

-Aun así, no le contesté feo a su hermano... -Expreso ella mirándome fijamente, a regañadientes asentí con la cabeza mientras yo caminaba hacia el final del pasillo y a comienzos de las escaleras.

-¿Para donde vas? -Preguntaron casi al unisono mi madre y mi hermano.

-A ver si no hay por ahí otro vecino encerrado... -Conteste con sarcasmo antes de empezar a subir las escaleras.

-¡Ojo como me contesta! -Me amenazó nuevamente.

No seguí escuchando su regaño, me había alejado lo suficiente para eso, y poco a poco, seguía ascendiendo por las escaleras, viendo como el camino hacia arriba se iluminaba frente a mi, queriendo confirmar si todo lo que veíamos a nuestro alrededor se había replicado en los últimos dos pisos, oh, y por supuesto, con el propósito de ir a la terraza.

Quería saber que tan destrozada podría verse la ciudad desde nuestro punto de vista.

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