Ultraje

¿Como pude dejarme llevar?, ¡ahora que rayos voy hacer! se preguntaba Afrodita con desesperación. Maldición me duele – replicaba mientras se veía al espejo el golpe que comenzaba a inflamarse. Se quito las ropas mojadas, y decidió entrar a la tina a darse un baño relajante para poder reflexionar con calma los hechos acontecidos.

Subiendo las escalinatas de Géminis a Cáncer iba DeathMask aun anonadado por lo que acababa de ocurrir con su amigo Afrodita. -Mierda como pudo ese imbécil hacer eso, lo único que se va ganar es la enemistad de todos- decía entre dientes en canceriano.

Entro en su casa y se sentó en un sofá, encendió el televisor y destapo una lata de cerveza.

-A mi que mas me da no se ni porque sigo pensando en las estupideces de Afrodita- seguía hablando el italiano, cerro los ojos por un momento y lo que se le venia a la mente era Afrodita encima de un hombre sobre las rocas besándolo como acababa de ocurrir, mas sin embargo cuando Afrodita se separaba del otro, la cara que aparecía no era la de Kanon si no la de el mismo DeathMask.

-No no, malditos pensamientos, yo no soy marica- dijo DeathMask saliendo de sus pensamientos- voy a hablar con la mariposa mejor- pensó el italiano, se levanto del sofá y se dirigió a Piscis.

Entro sin pedir permiso a la casa de Piscis sigilosamente, busco con la mirada al Pisciano sin encontrarlo, se asomo por el jardín y nada, se decidió ir a las habitaciones de Afrodita, entro sin hacer ruido, escucho agua que caía desde el baño, así que se sentó a esperar a que saliera su amigo de bañarse.

La puerta del baño se abrió de golpe, DeathMask alzo la mirada chocando con la de Afrodita que venia saliendo apenas enrollándose en la toalla.

-Oh dioses ¿que haces …?- no termino de hablar por la vergüenza, tratando de taparse con al toalla.

DeathMask putrefacto sin poder armar palabra alguna se levanto y salió de la habitación, quedándose de pie recargado de la pared afuera de la habitación. Como pudo se vistió rápido Afrodita, abrió la puerta y salió.

-Sigues aquí- dijo con un poco de vergüenza Afrodita.

-Y bien, ¿te vas a quedar como si nada o me vas a explicar que rayos fue eso?- dijo algo molesto DeathMask.

-Supongo , pasa por favor- dijo Afrodita llevándose las manos a la frente con mucha preocupación, estuvieron hablando un buen rato dentro de la habitación.

-¿Sabes que es muy peligroso todo esto?- pregunto Death.

-Lo se, pero que quieres que haga – dijo con cara de susto Afrodita.

-Pues sabes que se te juzgaría como a todos los traidores del santuario, la muerte de esos dos, el robo y estafa contra el santuario, si no es pena de muerte por lo menos te encierran en cabo sunion, y si logras guardar todo eso muy bien, mínimo Saga de estruja el cuello por tratar de seducir a su querido hermanito, así que de cualquiera de las dos maneras saldrás mal- dijo sincerándose DeathMask, se levanto de la silla para retirarse.

-Espera,¿ lo diras todo?- pregunto Afrodita sujetándolo del brazo.

-Pues por el momento no esta en mis planes, pero Fiore no pienso dejar que me arrastres como cómplice- dijo Death saliendo de la habitación.

Después de quedar en la soledad de esas cuatro paredes, Piscis se dejo caer sobre su cama, las lagrimas comenzaron a brotar de sus bellos ojos azules.

-Erik, te necesito tanto- decía mientras sollozaba, así transcurrieron las horas hasta que la noche cayo, se levanto, se enjuago la cara, y se dirigió hasta la tercera casa.

Afrodita enfundo su delgado y hermoso cuerpo con su armadura de piscis, dejándose ver elegantemente con esa estatura de 1.80 metros, se detuvo sobre uno de los pilares de la casa de Géminis, se recargo.

-Afrodita ¿que haces aquí?- pregunto Kanon quien también estaba ataviado de su armadura, viéndose mas imponente que Afrodita que aunque este ultimo contaba con esa gran estatura, el geminiano el superaba por 8 centímetros mas, y obviamente con mucha mas musculatura.

-Yo solo quería pedirte disculpas, por lo sucedido hace rato, te juro que no fue mi inten…- hablaba afrodita pero interrumpió Kanon.

-Mira te entiendo, quizá los muchachos exageraron un poco con lo que paso, yo no recuerdo que paso, así que no te preocupes por favor- dijo tratando de tranquilizar a su compañero de armas.

-Gracias, y disculpa por venir tan tarde, me retiro- dijo dándole la espalda para retirarse, en ese momento dejo caer un rosa color rosa pálido.

Cuando Afrodita abandono Geminis, este levanto la rosa, la olio, cerro los ojos- no se porque mentí, claro que ahora recuerdo bien lo que paso, en ese momento estaba atontado pero sentí perfectamente que me besaste- dijo en murmuro para si mismo.

En la casa de cáncer, DeathMask estaba tomando, pensando en todo lo que había hablado con Afrodita por la tarde, sentía su cuerpo caliente al recordar cuando salió del baño Piscis, sintió debajo de su pantalón presión, bajo su mano y sintió claramente su erección, se levanto y salió de Cáncer.

En Piscis Afrodita trataba de conciliar el sueño, cuando de pronto sintió que le tapaban la boca, un olor a alcohol inundo su cara, un aliento tibio llegaba a sus fosas nasales.
                   (Lemon)
-Ya lo pensé bien, si quieres que Saga no sepa el tipo de bicho que eres, te tienes que portar bien conmigo- dijo Death comenzando a lamer el cuello de Afrodita, al sentir ese contacto intento empujar a Death, libero una de sus manos y rasguño el rostro de el.

-¿No entendiste Fiore?, ¡tu no cooperas y todo el santuario lo va saber!, ah y si intentas matarme no te servirá de mucho ya deje la información segura en caso de que me suceda algo- decía mientras arrancaba las prendas de la piel blanca de Afrodita, comenzó a bajar su mano para colocarla en la entrepierna de Dita acariciando su parte intima, las lagrimas comenzaron a escurrir de los ojos celestes, no había escapatoria, DeathMask tomo el cuerpo de Afrodita saciando sus ganas, dándole mordidas en la espalda de Piscis, el canceriano acariciaba con tanta lujuria el exquisito cuerpo níveo, hasta que después de unos movimientos mas de las caderas de DeathMask exploto en el clímax, salió del cuerpo desprotegido de Afrodita y se retiro.

Sobre la cama con el cuerpo hecho un ovillo se quedo Afrodita, su mente estaba aturdida, las lágrimas fluían sin cesar, mientras las sabanas se encontraban manchadas de sangre como prueba de haber sufrido ese ultraje.

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