Capítulo 38 « Feliz Cumpleaños Valentina »

Valentina

— Desde que llegaste a mi
vida.

Aquella oración hizo que mi corazón se comenzara acelerar cada vez más mientras él se acercaba a mí. Nuestros ojos se encontraban conectados, los mios se comenzaban a llenar de lágrimas. Ya lo tenía frente mio, él me sonríe con dulzura para luego colocar sus suaves y cálidos dedos en mis mejillas y así poder quitar lágrimas que mis ojos dejaron salir. No dice nada, solo acorta la distancia para así depositar un dulce beso en mi frente, me vuelve a sonreír para luego colocarse detrás de mí y poder juntar su cuerpo con mi espalda, sus brazos rodean mi cintura y su barbilla la coloca en mi hombro.

— Desde que llegaste a mi vida — comienza a cantar en acapella.

Cuando termina la primera estrofa me hace girar hacia la izquierda y de pronto unos carteles salieron a la vista y al mismo tiempo luces doradas se fueron encendiendo.

— Cambiaste mi mundo — cantó con dulzura.

Y me di cuenta que lo que acababa de cantar era lo mismo que decía en aquel cartel y de pronto mi corazón comenzó a estallar de emoción y alegría al ver a mi padre junto a Benicio, eran ellos quienes se encontraban detrás de aquel cartel.
Siento que mi bestia me da un beso en la mejilla para luego hacerme girar hacia la derecha y aparece otro
cartel.

— Llenaste mi alma en tan solo un segundo — me cantó en el oído.

Y era lo mismo que decía en el cartel lo cuáles eran sujetados por Pic junto al Rey David.

¡Dios!

Ni se imaginan las ganas que tengo de llorar pero de alegría, felicidad...emoción.

Mi bestia se pone al frente mio y nuevamente siento sus dedos tocar mis mejillas para así quitar mis lágrimas. Le sonrio con dulzura y él hace lo mismo. Veo que Pic se le acerca con su guitarra para así dársela al chavo de ojos avellanas que es mi otra mitad, el chavo con que quiero vivir miles de momentos disfrutando de su compañia.

El amor de mi vida me mira con dulzura y amor a los ojos para luego empezar a tocar una melodía muy hermosa con la guitarra.

¡Mi corazón quiere explotar de alegría!

— Desde que llegaste a mi vida, cambiaste mi mundo — cantaba sin dejar de mirarme — llenaste  mi alma en tan solo un segundo, la que alumbra mis noches, un amor infinito — deja de tocar la guitarra para tomar mis manos y juntar su frente con la mía — como el tuyo y el mío — sonrio y no pude aguantarme las ganas de darle un beso — me enamoré de tus labios, de tu tierna sonrisa — toca mis labios con sus dedos — tan dulce y sincera, tan bella y divina. No hago más que pensar en tí ¡No se que haría sin tu amor! — suelta mis manos y vuelve a tocar la guitarra — ¡Mi mundo eres tú! — en ese instante sale Riqui haciendo un salto tipo ballet y en sus manos llevaba un cartel que decía lo mismo que cantó mi amor — ¡La mujer que soñé! — sale Gloria y hace lo mismo que Riqui. ¡Dios! ¡Esto es hermoso! — ¡Llegaste a mi vida y volví a nacer! — deja de tocar la guitarra, se acerca y sus brazos se apoderan de mi cintura para luego alzarme y hacerme girar por los aires — tú eres el sol, la que alumbra mi ser. Doy gracias al cielo porque te encontré — me baja con cuidado y hace que nuestros cuerpos queden bien juntos, podía sentir su respiración, podía escuchar los latidos de su corazón...sus labios se encontraban a milímetros de los mios — mi mundo eres tú — susurra con
dulzura y a la vez acaricia mis mejillas — la mujer que soñé, llegaste a mi vida y volví a nacer...tú eres mi sol, la que alumbra mi ser...doy gracias al cielo porque te encontré — acorta más la distancia — ¿Creíste que lo olvidé? — río de la emoción — Nunca lo haría bonita...Feliz Cumpleaños mi amor — termina de hablar y captura mis labios con dulzura y amor.

De pronto aquel lugar donde nos encontrábamos se llenó de aplausos infinitos. Dejamos de besarnos con lentitud, para que luego él depositara otro beso dulce en mi frente, no dudé en abrazarlo y cerrar los ojos por un momento, una felicidad infinita recorría cada parte de mí.

Y yo que pensaba que se había olvidado...esperen.

Me separo tantito de él y golpeo suavemente su pecho.

— ¡Auch! — se queja como niño tierno — ¿Y eso qué fué?

— Eso es por hacerme creer que lo habías olvidado — reprocho y en ese instantes todos comienzan a reír. Al parecer estaban atentos a nosotros — Y eso también va para ustedes — advierto a los demás.

Me toma de las manos y me apega nuevamente a su cuerpo.

— Pues...— se acerca demasiado que me era imposible no poder mirar sus labios...siento unas ganas de besarlo — esa era la idea — sonríe y al mismo tiempo choca su cabeza con la mía — perdón si te hice daño, amor no era mi intención...sabes que nunca lo haría pero...

— Lloré por eso.

— ¿Qué? Bonita yo no quise...— lo callo con un beso — perdón — susurra con dulzura.

— No hay nada que perdonar, estos últimos días estoy como que un poco sensi...

— ¡Bella! — interrumpe un grito, sabía muy bien quién era, así que giré con rapidez y unas pequeñas manitas rodearon mi cintura mientras que su cabeza se apoyaba en mi abdómen — No te pienso soltar...nunca, nunca, nunca — repetía varias veces y yo sonrio.

Me agacho a su altura y si no fuera por un movimiento que hice, este pequeñin me hubiese robado un beso.

— ¡Oye enano! — escucho a Mike, creo que se dio cuenta — Acaso tú...

— Ya cállate bestia, no interrumpas mi momento — lo calla y me vuelve abrazar.

— ¿Qué cosa? — pone sus manos en su cintura — ¿Crees que no lo vi? Estoy viendo cada movimiento tuyo enano.

Celoso.

— Mike ya callate — lo callo y él se ofende, escucho la risita de Pic.

— ¿Qué? ¿Ahora mi novia me calla? Después de que le preparo una sorpresa para su cumpleaños y así me trata. Qué mal.

— Te lo dije bestia, bella me quiere a mí y no a tí — ya van a empezar.

Ni se imaginan cuanto extrañaba estos momentos.

— Cuantas veces tengo que repetírtelo que el novio aquí soy YO, no tú.

— Bella ni te imaginas cuanto te extrañe — sí, lo dejó en visto — tenía tantas ganas de verte.

— Ella no — oímos susurrar a mi bestia.  Ambos decidimos ignorarlo.

— También te extrañaba mi pequeño hermoso — lo atraigo a mí y lo lleno de besos. El pequeño Pic comienza a reír.

— Oye...yo soy el único a quien le haces eso — escuché a Mike pero no le hago caso.

— Qué bonita vista — ¡Esa voz!

Rápidamente dejo de hacer cosquillas a Pic para levantar el rostro y encontrarme con mi padre. Mis pies corrieron por sí solos hacia él.

— Oh mi amor — sentir sus cálidas y suaves manos acariciándome la espalda, protegiéndome, cuidandome...era maravilloso — Feliz Cumpleaños mi Valentina hermosa — acaricia mis mejillas con lentitud, mis ojos se comenzaron a llenar de lágrimas nuevamente — ya eres mayor...no te imaginas cuanto te he extrañado mi niña.

— Y yo a tí...hay papá — quito mis lágrimas — gracias, gracias por estar aquí — beso sus manos.

— No faltaría a un día tan especial como lo es hoy — sonríe.

— ¿Pero cómo?

— Todo fué idea de Michael — ¡Benicio! Corro hacia él, me trepo y lo abrazo fuertemente — ¿Acaso has engordado? — ¿¡Cómo!? — de seguro son los chocolates, pesas un buen — idiota — Feliz Cumpleaños pequeña — sonríe para luego darme un beso en la mejilla.

— Ya no soy pequeña eh — pongo mis pies en el suelo — ¿Acaso no te han informado? Ya tengo dieciocho — le saco la lengua.

— No importa si tengas cuarenta o sesenta, tú siempre serás mi pequeña.

— Ya me lo imagino — lo vuelvo abrazar.

— Todo esto fué idea de tu novio, fué él quien nos trajo aquí — me informa mi mejor amigo.

Giro mis talones y ahí estaba él con aquella sonrisa que lo caracteriza. Me acerco sonriendo.

— Gracias — acaricio sus rojas mejillas.

— Amor, tú te mereces esto y mucho más. Me encantas Valentina y quiero demostrarte cuanto te amo pero aunque pasen mil años serían muy pocos para hacerlo.

— Mil años y más es lo que te quiero a mi lado. Tú eres mi complemento Michael, gracias por todo esto...me encanta ¡Lo amo! — grito — gracias por hacer que este día sea maravilloso y más teniendo a mi lado las personas que más amo en este mundo, mi familia como la tuya...todo es perfecto y mágico, y si estás tú es mucho mejor.

Me roba un beso para luego susurrarme.

— Y eso que aún falta más — sonríe todo tierno.

— ¿Qué? — me toma de la mano y hace que nos paremos en el centro del lugar donde nos encontrábamos, justo en el centro la luna se dejaba ver con una iluminación perfecta.

Mi bestia se coloca detrás mio, rodea mi cintura con sus brazos para luego sentir su barbilla en mi hombro.

— ¿Has visto la luna? — me susurra en el oído.

— Sí.

— ¿Te parece hermosa?

— Muy.

— Pues te cuento que no tienes que mirarla tanto porque sino se pondrá celosa — sonrio — y pos...nos quedaríamos a oscuras — besa mi mejilla — mira al frente.

Hago caso y giro mi cabeza para así mirar al frente.

¿Qué hace papá y Benicio parados ahí? Y con el cartel de “Cambiaste mi mundo”.

— Qué hace papá y...

— Shu — interrumpe suavemente — no seas mal educada, escucha lo que te tienen que decir.

— Desde que llegaste a mi vida hija — comienza hablar primero papá — cambiaste mi mundo y no solo cuando supe que crecías en el vientre de tu madre sino en el momento cuando te vi por primera vez, cuando te sentí conmigo, cuando te tuve por primera vez en mis
brazos — las ganas de llorar volvieron a invadir en mi ser — cambiaste mi mundo cada vez que te veía como crecías, al momento en que esa sonrisita se apoderaba de tu rostro, al momento en que ese par de ojos azules miraban los míos — suspira y siento como mi bestia quita una lágrima de mi mejilla para luego darme un beso en
ella — cambiaste mi mundo la primera vez que me dijiste
papá, aunque tu primera palabra fuera mamá — río.

Cambiaste mi mundo — ahora habla Benicio — el día que te conocí. Tú con ese par de colas que llevabas en la cabeza, sin darte cuenta golpeabas mi cara — vuelvo a reír — me picabas los ojos — comienza a enumerar — ¡Ah si! Hasta una vez casi se entra en mi nariz — eso es asqueroso — cambiaste mi mundo el día en que gracias a tí, sonreía a cada segundo y no era por los malos chistes de Agus como creías, era por tí — eso no lo sabía — sí, parecíamos idiotas riéndonos de cada cosa que veíamos por las calles, por tu culpa cada vez que intentaba decir algo realmente serio no me creían porque me hechaba a reír — sonríe y yo hago lo mismo — cambiaste mi mundo el día en que me dijiste  que dejara de ser flojo y estudiara más, gracias a eso dejé de plagear y hasta pude llegar a un quinto puesto — imposible olvidarlo — cambiaste mi mundo el día en que gracias a tí mi mejor amigo reaccionó, ni yo pude hacerlo pero tú sí y nunca podré dejar de agradecerte por eso. Realmente no sé cómo lo  hacías pero lo hacías — todos ríen ante eso — cambiaste mi mundo el día en que te vi parada fuera de mi casa junto a el, en Cuernavaca...me hicieron tan feliz volver a verlos...a mis mejores amigos que la vida me pudo dar. Cambiaste mi mundo cuando formaste parte de mí, sabes que te amo como una hermana pequeña, la que siempre quise tener...la que tengo ahora y siempre la tendré, eres mucho más que una mejor amiga. Gracias por formar parte de mi vida durante todos estos años, gracias por aguantarme — río — gracias por todo pequeña y también por oír todo este testamento.

Todos vuelven a reír.

— Nunca terminaré de agradecerte — esa era la voz del rey David — por lo que hiciste con mi hijo, sabía que lo harías y ahora estoy aquí, mirándolos a los dos como una hermosa pareja feliz. Gracias por hacer que el verdadero Michael regrese — mi bestia me vuelve a besar pero esta vez en el cuello. Un beso suave y dulce a la vez.

— Eres mi queen, y siempre lo serás — empezó hablar Riqui con su clásico movimiento de manos. Cómo lo extrañaba — ¡Aii hermosura te amo! — y yo a tí, susurro con los labios — sabes cuántas veces he querido volver a ser hombre por tu culpa — todos ríen mientras él seca sus lágrimas con sus dedos — ¡No se burlen de mis sentimientos! ¡Que es la verdad! — reprocha entre dientes.

— Gracias Valentina — ahora escucho la voz de Gloria — eres una niña muy hermosa y te agradezco que hagas sonreír a cada instante a mi pequeño y también a mi otro pequeñote que es Mike — vuelvo a reír.

— ¡Hey nana! — se queja Mike.

— ¡Bueno ya! — esa pequeña vocesita captó la atención de todos.

Mi bestia y yo nos giramos y ahí estaba Pic con su guitarra o la guitarra de Mike.

— Oye enano esa es mi
guitarra — sí, era su guitarra.

— Señoras y señores, buenas noches — saluda.

¿De donde sacó el sombrero de charro? No se en que momento pero el pequeño Pic se encontraba muy cerca de mí.

— Hey enano, guarda la
distancia — coloca su mano frente a mí pero el pequeño la quita — oye...

— Eres mi flor favorita en un cuento de hadas — pero que vocesita más hermosa y tierna a la vez — eres la frase más bella jamás escuchada — empieza a tocar las cuerdas de la guitarra con sus pequeños deditos — eres el frío, el calor. Eres el miedo y valor. Eres la sombra que sale cuando quema el sol — deja de tocar la guitarra, me pongo a su altura y el pequeño aprovecha para tomar mis manos — ¡Eres! Un confidente de todas mis emociones. La causa, la razón de mis canciones. Los sueños, la verdad y mucho más ¡Mucho más! — me sonríe y yo hago lo mismo — eres tu bella sonrisa, la rima y el alma — acaricia mis cabellos con sus pequeños deditos — rres el frío, el calor. Eres el miedo, el valor. Eres la sombra que sale cuando quema el sol. ¡Eso eres! Un mar donde navegan emociones, el cielo en que flotan corazones. Mi cómplice, mi guía y mucho más...mucho más. Eso eres...eso eres bella — termina de cantar y yo lo atrapo con mis brazos.

...

— Vente bonita — dejamos de bailar y me comienza a llevar a nose donde.

— ¿A dónde me llevas? — lo hago parar.

Él se me acerca y me susurra en el oído con dulzura.

— Aún no se acaban las sorpresas.

Vuelve a tomar mi mano y nos salimos de aquel lugar donde todos se encontraban bailando y al parecer creo que ni cuenta se han dado que nos hemos escapado. Eso no importa. Lo que importa es...¿Qué es la sorpresa?

— ¿Amor a dónde me llevas? — sentía como las hojas de las plantas chocaban con mi rostro, yo solo sonreía.

— No seas curiosa — responde.

— Quiero saber ¡Tengo derecho a saberlo! — reprocho suavemente.

— Yo soy el que hizo la sorpresa, así que yo digo que no — eso no es justo.

No dice nada más. Nosotros seguíamos caminando entre plantas y arbustos, cuando de pronto mis pies sintieron la suavidad de...¿Arena?

Sí, estaba descalza porque no soporto esos zapatos con punta.

Mi bestia deja de caminar, me mira a los ojos y me sonríe. Sin decir nada remueve las hojas que impedían que viéramos al frente y cuando las quitó me quedé impactada con el mar azulado que se encontraba no tan lejano de mí.

— Es hermoso — dije en un susurro.

— Vente — vuelve a tomar mi mano y me lleva hacia la orilla del mar.

A pesar que era de noche y estaba con vestido, sentía el viento chocar con mi cuerpo, pero un viento cálido y suave.

Siento como el agua moja mis pies y me sorprendo porque no estaba para nada helada, bueno eso creo.

— Me encanta — vuelvo a susurrar.

— ¿Qué cosa?

— El mar, las estrellas, la luna — acaricio sus mejillas — pero sobre todo tú.

Sonríe, besa mis manos y luego junta su frente con la mía.

— Creo que te tengo que devolver esto — toca la medalla que tenía en su cuello. Quiso sacárselo pero se lo impedí.

— Le pusiste cadenita — sonrio — Mike ahora es tuyo.

— No amor, esto te lo dio tu madre...es tuyo.

— Ahora tengo algo que me recuerda a ella — le muestro la pulsera que me había regalado Carolina.

— ¿Y eso?

— Me lo regaló tu hermana por mi cumpleaños.

— Que hermoso gesto — sonríe — Es muy bonita, al igual que la dueña.

— Mike esta pulsera es a una parecida que mi madre me hizo cuando era pequeña, un día la perdí y nunca la pude encontrar. Hoy Caro me regala una muy parecida y a pesar de que no es la misma, yo siento que sí la
es — quita un mechón que cubría mi rostro — esa medallita también es muy importante pero ahora es tuya, sé que está en buenas manos — ríe muy tierno — además lo que es tuyo es mio.

— Y lo que es mio, siempre será tuyo — me apega a su cuerpo y captura mis labios.

— Gracias por la sorpresa, me encantó.

— ¿La sorpresa? Pero si aún no te la muestro.

— Pero y el mar, las estre...

— Cierra los ojos — interrumpe — vamos bonita tienes que hacerlo.

— ¿Recibiré mi sorpresa?

— Si cierras tus hermosos ojitos, tenlo por seguro que así será.

No digo nada más y decido cerrar mis ojos.

— ¿Ya puedo abrirlos?

— Solo espera un momento — espero pero solo un par de segundos.

— Ahora sí ¿Ya puedo abrir?

— No seas tramposa eh, aún no.

— ¡Pero quiero abrirlos!

— Esta bien...ya puedes abrirlos.

Abro mis ojos con lentitud y lo que vi era una avioneta que se encontraba haciendo piruetas en el cielo, cuando de pronto con el humo que salía de el, comenzó a escribir en el cielo...

« Cásate conmigo bonita »

Siento que mi corazón dejó de latir por unos segundos, dejo de mirar el cielo para buscarlo y ahí se encontraba él arrodillado, con un anillo en sus manos.

Las ganas de llorar se apoderaron de mí nuevamente pero no de tristeza sino de una felicidad y alegría infinita. Mis labios por sí solos le regalan una sonrisa y en ese mismo instante mi bestia me toma una mano.

— Esas tres palabras que leíste allá arriba, son lo que mi corazón pide que lo haga a gritos — sonrió — yo siento Valentina que tú eres mi complemento, que tú bonita eres la pieza fundamental en mí y sé que si no te tengo a mi lado mi existencia en este mundo sería en vano — besa mi mano con dulzura — quiero tenerte a mi lado por siempre, quiero que seas mi compañera de vida, quiero seguir viviendo miles de momentos hermosos a tu lado...lo deseo tanto mi amor. ¿Qué dices? ¿Me aceptas?

— Tú eres mi mitad Michael y sin tí estaría incompleta, te amo con todo mi ser y sí, sí quiero ser tu esposa, tu novia, tu mejor amiga, tu amante...¡Todo! Todo! — río.

— Absolutamente todo.

— Absolutamente todo — vuelve a depositar un cálido beso en mi mano para luego colocar el anillo en mi dedo.

Me mira fijamente, sonríe, se pone de pie para luego tomarme de mi cintura y hacerme girar por los aires. Ambos reíamos de la felicidad infinita que nos inunda por dentro. Me baja con delicadeza y yo decido capturar sus labios suavemente.

— Te amo — susurra entre
besos — Te amo, te amo, te amo...señorita Valentina Zenere de Ronda.

— ¿Qué dijiste? — me separo del beso junto a una sonrisa.

Sabía muy bien lo que había dicho pero quería escucharlo otra vez, millones de veces...hace que mi corazón se acelere, es que suena hermoso.

— Entre poco tiempo serás la señora Valentina Zenere de Ronda — otra vez.

— No...no entendí.

Ríe y en ese instante me toma estilo princesa y...no ¡Al agua no!

— ¡Al agua no mi amor!

— ¡SEÑORA VALENTINA ZENERE DE RONDA!! — grita con fuerza.

Una ola nos pega con fuerza y nos tumba a ambos

¡Está helada! ¡Está helada! Y yo que pensé que no.

— ¡Está helada! — dije mientras sacaba mi cabeza del mar — ¿Mike? ¡Amor! ¡Bonito!

De pronto siento como sus dedos comienzan a tocar mis piernas para luego llegar hasta mi cintura y así aparecer detrás mio.

— ¿Anda asustada señora Ronda?

— ¡Idiota! — golpeo ligeramente su pecho — me asustaste, pensé que te había pasado algo malo.

— Estoy bien amor — me apega a su cuerpo — ¿Suena bonito no crees?

— Hermoso...señor Michael Ronda de Zenere.

— ¿Cómo dijiste?

— No pienso volver a repetirlo — me alejo de él con una sonrisa en el rostro.

— Eso lo veremos — se acerca a mí pero yo me alejo.

No soy muy buena corriendo en el mar que en tierra, así que me atrapó con sus grandes brazos. No dice nada, solo se apodera de mi boca y ella que se dejaba porque sabía muy bien que él es su dueño. Mi bestia es dueño de mí por completo.

Nos hicimos uno como muchas veces lo hacemos pero esta fue muy especial...había algo que no se como explicarlo pero si sé que si él está conmigo todo es perfecto y mágico para mí. Es que eso y más es lo que provoca en mi el futuro señor Zenere.

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