Capítulo 22 «Una triste despedida»

Valentina

Doblaba su ropa y al mismo momento la mojaba con mis lágrimas. No podía evitarlo, mi corazón llora al ver que en media hora veré como un avión se lleva al amor de mi vida. Rogaba con todas mis fuerzas que ese momento no llegara, pero sabía que por más suplicas que haga nada podrá cambiar la realidad, esta es la realidad y aunque quiero cambiarla no podré...solo me quedaba aceptar pero yo decidí no hacerlo. No aceptaba que no podré ver a mi bestia por cuatro meses, ni sé como haré para no derrumbarme durante ese tiempo...como haré para sobrevivir toda la tortura que se me viene, porque era una tortura...estar a kilómetros de la persona que más amas en este mundo, eso para mí es la peor tortura que la vida me pudo dar y no me sentía preparada ni mucho menos con las fuerzas suficientes para sobrepasar todo lo que se aproximaba.

Dejé de hundirme en mis pensamientos cuando sentí sus cálidas y suaves manos rodear mi cintura. Extrañaré mucho sentir sus manos en mi piel, que me toque, que sus manos acaricien cada rincón de mi cuerpo...mierda! No podré sobrevivir a todo esto! No podré!

— Ya no llores tonta — su voz sonaba apagada — Sé que ambos sobreviviremos a esto...por más difícil que sea — siento que coloca su barbilla en mi hombro.

Su delicioso aroma varonil se apoderó de mi olfato, cerré los ojos con fuerza y me giré ante él, toque su hermoso rostro, sus mejillas, sus labios, su nariz, sus ojos. Lo dibujaba en mi mente porque en mi corazón ya estaba grabado...quiero verlo cada vez que cierre los ojos, sé que con eso se me hará un poco más fácil de sobrevivir a toda la tormenta que se nos viene.

— Bonita — escuché una pequeña risita de su parte, ese sonido maravilloso quedará grabado en mí por siempre — Amor que haces? — cuestionó, al ver que seguía tocando su rostro.

— Practicando — respondí sin dejar de tocarlo — Sé que si te grabo en mi mente, tal vez se me hará más fácil todo...además, así creeré que estás a mi lado y no te extrañaré mucho, sabiendo que estás al otro lado del mundo.

— Entonces yo haré lo mismo — abrí los ojos lentamente — Aunque sé que de todas formas que cada segundo pensaré en tí y eso hará que te extrañe un montón porque sé que cuando abra los ojos, mi bonita no estará a mi lado...pero igual lo haré — acaricia mis mejillas con sus suaves dedos — Ni te imaginas cuanto extrañare que mis dedos acaricien tus mejillas, que mi índice toque la punta de tu pequeña naricita — toca la punta de mi nariz — Cuanto voy a extrañar que tus hermosos ojitos me vean, que me iluminen día a día — toca mis ojos — Extrañaré apartar tus mechones rubios que cubren tus hermosos ojitos — acaricia mi cabello — Pero lo que más voy a extrañar es...tu pequeña boquita, besar tus labios...todo — una lágrima se deslizo por su mejilla.

— Que haré yo sin tí? — pregunto con la voz quebrada.

En ese instante me toma en sus brazos y apega sus labios con los mios. Nos encontrábamos besando mientras que las lágrimas no paraban de salir de nuestros ojos. No quería separarme de él, quería estar así con él para siempre pero sabíamos que eso no podría ser y más por que un pequeño golpe en la puerta nos interrumpió.

Nos separamos lentamente y nos volvimos a abrazar pero esta vez con un poco más de fuerza. Luego de unos segundos, sabíamos que el maldito momento había llegado. Tomó su maleta para luego dar un hondo suspiro y así entrelazar nuestras manos. Comenzamos a caminar hasta la puerta y me llevé una sorpresa al ver a esa persona que estaba ahí parada, recostada en la pared.

— Carolina — susurró mi bestia. Al parecer él también se sorprendió ante lo que sus ojos veían.

En sí mi sorpresa no fue precisamente por ella, mi sorpresa era por ver una maleta a su lado.

¿Que pretendía?

— Hermana que...

— Ya sé todo Michael — interrumpió mientras se secaba una pequeña lágrima que se deslizaba de su mejilla — Tú no te irás solo, yo iré contigo.

— Que? — la miro fijamente — Carolina, tú no irás a ningún lado, tú te quedas aquí.

— No lo haré Michael, eres lo único que tengo, eres mi hermano...que sentido tiene en que yo me quede aquí? Yo no pertenezco aquí!

— Carolina, este es mi problema y no quiero que te metas! Y como puedes decir que no tienes a nadie aquí? Mi padre, Pic, Riqui...que son? Acaso no son nada para tí? Y sí perteneces aquí porque eres hija también de mi padre...

— Su hija adoptada — vuelve a interrumpir — Yo sé muy bien que el rey no es nada mío, acaso no entiendes que no quiero que pases todo esto, tú solo! Eres mi hermano y quiero estar a tu lado! Maldicion quiero apoyarte!

— Y quien diablos te pidió tu apoyo! — que?

En ese momento lo tomo del brazo.

— Mike, no tienes que ser tan duro con ella, cuando lo único que hace es preocuparse por tí, entiendela en cierta parte, es tu hermana — le reproche.

— Exacto es mi hermana y yo como su hermano mayor, solo quiero lo mejor para ella y lo mejor seria que se quede aquí.

— No lo haré! Yo iré contigo!

— Que no ves que lo único que quiero es lo mejor para tí, diablos! Nisiquiera sé a que país me iré, nose en que lugar iré a dormir hoy, que no ves que estando conmigo lo único que lograras es sufrir! Nisiquiera sé como haré para conseguir lana durante todo el tiempo que viene, nose cuanto tiempo me dure la lana que me dio mi padre! Entiende Carolina! No pienso arrastrarte a mi maldita desgracia!

— Pues tendrás que hacerlo, yo no pienso dejarte solo Mike, soy tu hermana y estoy aquí para cuidarte y apoyarte — sonríe tímida — Juntos lograremos salir adelante.

Tiene razón.

— Amor, me parece buena idea que Carolina vaya contigo — le dije.

— Tú también bonita? — me reprocha.

— Lo único que quiero es que no estés solo, es tu hermana y sé que con ella podrás estar tranquilo...Carolina tiene razón, juntos como hermanos podrán salir adelante.

— No! — terco! — Ella es aún menor de edad y no creo que...

— En eso te equivocas — le interrumpe — Cumplí dieciocho hace cuatro meses.

— Maldicion!

Carolina se le acerca y coloca sus manos en sus hombros.

— Mike, quieras o no, yo iré contigo, no pienso dejarte solo nunca entendiste! Ni creas que permitiré que me dejes abandonada — sonríe.

Mi bestia la miraba fijamente para luego abrir sus brazos y abrazarla mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro.

Me sentiré un poco más tranquila y aliviada al saber que no estará solo, que tendrá alguien que este a su lado, que tendrá a alguien que no le permitirá derrumbarse y ese alguien era su hermana.

Sé que si está con ella todo irá bien.

Carolina no era una persona que me aspiraba una confianza completa y más aún por aquel incidente que paso con Benicio. Había algo en ella que no me gustaba, algo que no podía identificar, sé que algo oculta pero como dije aún no llego a una conclusión. Pero en sí, sé que quiere mucho a Michael y sé que hará todo lo posible para que el sonría, de eso no había duda alguna.

...

Bajamos las escaleras y nos encontramos que todos.

— Bestia! — gritó Pic y al mismo tiempo corrió hacia Mike para así abrazarlo — Dime que no te irás! No te irás verdad? — lo que mis ojos veían hacían que mi corazón se destruyera más de lo que ya estaba.

El pequeño lo rodeaba con sus manos su cintura mientras sus ojos lo veían fijamente. Las lágrimas no dejaban de salir de ellos.

— Pic...

— No! Dime que no te irás! Por favor bestia — decía con la voz quebrada — Ya no te diré más bestia, te daré mi disco de videojuego, ese que te gusta...hasta dejaré de conquistar a Bella pero por favor no te vayas! — sollozaba en su pecho.

— Enano por favor — respondió mi bestia con la voz temblando, él también estaba llorando.

— Ya no queda mucho tiempo, tienes que ir al aeropuerto
ya! — Rubén? Que hacía él,
aquí? — Ya! — oh si me olvidaba que el señor era el máximo comandante de mi pueblo.

— No! No! La bestia se quedará conmigo! Él no se irá! — me partía el corazón ver así a Pic, aferrándose con todas sus fuerzas a cuerpo de Mike.

— Pic, me tengo que ir — mi bestia trató de alejarlo pero él se lo impedía — No seas así Pic...por favor — se contenía las ganas de llorar.

— Quiero ir contigo! Llevame bestia! Te exijo que me lleves!

— Hijo — Gloria se acerco a él pero Pic rápidamente apartó las manos de su madre — Pic, tienes que entender.

— No! No! No! — negaba con la cabeza — Bestia — lo miro a los ojos — Llevame contigo — le suplico con la mirada.

Me acerqué a él y me puse a su altura.

— Pic...

— Bella — me abrazo y no dude ni un segundo en corresponder su abrazo — Dile que no se vaya, a tí si te va hacer caso — por más que quisiera quedarse, no podrá hacerlo.

Veo como mi bestia se pone a nuestra altura y toma las manos del pequeño.

— Enano escúchame — le sonrio mientras yo me encargue de limpiar sus lágrimas que cayeron de sus pequeños ojitos
negros — Por más que no quiera irme, tendré que hacerlo pero eso no significa que nunca más nos volveremos a ver.

— Neta?

— Neta. Pic, yo nunca me separaré de tí, por más que me andes molestando todo el
tiempo — desordena sus cabellos castaños — Sabes muy bien que eres como un hermanito pequeño para mí, así que ya dejemos de ser unos llorones que todo irá bien — vuelve a sonreír y seca sus lágrimas — Te prometo que nos veremos muy pronto, no me importa si es aquí en México o en otro lugar, tú, cabezotas estarás ahí para continuar con tus molestias, para continuar ganandote en los videojuegos...

— Eso no es cierto, yo te gano — me mira — Bella no le creas — me dice y no pude evitar reír un poco.

— Enano quiero que durante mi ausencia me prometas algo, puedes?

— Claro que sí — asiente — A poco no somos carnales? (Hermanos)

— Sí lo somos — sonríe — Bueno quiero que me prometas que cuidarás de Bella mientras yo no esté — las ganas de llorar se hicieron presente 
nuevamente — También quiero que me prometas que la harás reír — me mira con los ojos llorosos — Si es posible a cada segundo, no quiero que su hermosa sonrisa se borre de su carita — acaricia mis mejillas con sus dedos.

— Sabes que por toda mi vida cuidaré de mi bella, seré como su escudo protector, nada ni nadie podrá hacerle daño y también te prometo que la haré sonreír todo el tiempo, me encanta ver su sonrisa — me da un tierno beso en la mejilla — Es tan bonita.

— Hey ya! Estoy aquí eh — sonrio — Creo que para hacerla sonreír no tienes que hacer esas cosas — me encanta verlo celoso.

— Bueno ya! Prin...digo joven, ya tiene que ir al aeropuerto — interrumpe el momento Ruben — No pienso repetírselo una vez más! — y este que se cree!

Mi bestia se levanta y suspira con tristeza. Se dirige a Riqui y se despide de él. Riqui traía en sus manos un pañuelo, lo cual con el limpiaba sus lágrimas. Ahora se despide de Gloria y ella también se encontraba llorando. La siguiente persona, no me pareció correcto que estuviese ahí parado, era nada más y nada menos que el príncipe David. Mi bestia solo lo miro, encambio pude ver como David le susurraba un “Lo siento, encerio” “Suerte” Mike no se si ignoro aquellos susurros pero el siguió su camino. Finalmente se despide de su padre, fué una triste despedida.

...

El maldito momento había llegado y no quería soltarlo, si era posible lo amarraría con una cadena a mí para que jamás se vaya. Era una loca idea que rondaba en mi mente pero quizás era imposible de realizar.

— “Los pasajeros rumbo a Argentina, pueden ir abordando”

Así es. Mi bonito decidió irse a Argentina. Un país que no estaba muy lejos de México pero en si, a kilómetros de mí. Esa vocesita de aquella señorita llamando para que aborden el maldito avión, se repetía un millón de veces.

Mi corazón se rompió en trizas al escuchar el primer llamado. Ya había llegado la hora de dejarlo ir, pero no quería hacerlo.

¿Creen que es fácil ver como un avión se lleva una parte de tí? ¿Que te aleje de él a miles de kilómetros?

No! No era para nada fácil! Dolía con mucha fuerza el corazón!

Las lágrimas no dejaban de salir de mis ojos, no podía evitar llorar y mi bestia tampoco.

Me toma de las manos y entrelaza sus dedos con los mios, me mira fijamente para luego acercar sus labios a los mios. Sus manos hacían que me apegara mas a su cuerpo, nos besábamos en frente de todos, que mierda nos importaba! Un beso tierno, dulce y cálido, junto a las lágrimas que caían de nuestros ojos. Era un beso hermoso y quisiera estar así con él por siempre, no quería separarme... NUNCA!

— Mike, ya tenemos que
irnos — oigo la voz de Carolina y la maldije miles de veces por interrumpir nuestro
momento — Hermano...tenemos que subir al avión — quieres cerrar la boca?!

A ambos no nos importó lo que decía Carolina, simplemente la ignoramos y seguíamos con lo nuestro. Pero sabíamos que no seria por siempre, así que nos separamos lentamente, apega mi frente con la suya, nuestros ojos conectados y nuestras manos unidas.

— Te amo mi bonita, y esto es una prueba que nos pone el destino, una prueba que lograremos pasar para luego estar juntos por toda nuestra vida.

— Siempre, hasta que seamos viejitos.

— Y estemos como pasas arrugaditas — sonrio y el hace lo mismo.

— Ni te imaginas cuando te voy a extrañar — le dije con la voz partida.

En ese instante besa mi frente, pude sentir como sus lágrimas cayeron y se combinaban con las mías.

— No se como podré sobrevivir todos estos días sin tí — lo escuché susurrar.

Yo estoy en lo mismo.

Introduzco mi mano en mi bolsillo y saco aquella estampita de la virgencita de Guadalupe, que mi madre me había dejado antes de morir.

— Toma — lo pongo en su mano derecha — Mi madre me la dio antes de morir, me dijo que siempre me cuidaría en su lugar y es por eso que te la quiero
dar — lo miro fijamente — Yo...yo no podré estar a tu lado para cuidarte, encambio sé que esto lo hará por mí...en realidad es una medallita, solo que hasta hora no le consigo la cadenita.

— Amor, lo siento pero... — estuvo a punto de devolvermelo pero yo se lo impedí.

— Yo quiero que lo tengas, así me sentiré más segura de que estés bien...

— Pero es tuyo, tu madre te lo dio a tí...

— Y yo te lo doy a tí — sonrio — Si quieres después me lo devuelves pero ahora quedatelo sí — me mira no tan
convencido — Mike te lo digo enserio — le digo seria y él asiente junto a una sonrisa.

— “Pasajeros con destino a Argentina, se les pide que por favor vayan abordando el avión”

Maldicion!

— Mike, tenemos que irnos — le dijo Carolina.

Me acerco a él y lo vuelvo a abrazar con muchas ganas para luego darle un pequeño beso en los labios. Luego me acerco a Carolina y hago que se acerque a mí.

No tenía la confianza suficiente en ella por lo que había pasado con Benicio y más aún cuando mi amigo me dijo que me cuidara de ella porque escondía algo, no era quien aparentaba ser pero ahora es la única a quien puedo decirle y sé que lo hará.

— Carolina — la tomo de las manos — Te quiero pedir que por favor cuides a Michael, no permitas que esté triste...hazlo sonreír... por favor cuidalo mucho.

— Lo haré Valentina, haré que Michael no se sienta triste, yo estaré ahí para él...no pienso dejarlo solo en un instante — sus palabras sonaban sinceras y solo espero que sea así — Te extrañare — se acerca y me abraza — Espero que puedas ir a vernos lo mas pronto posible.

— Lo haré.

— Bien cuidate sí — simplemente asenti.

Conecté mirada con mi bonito una vez más y luego vi como agacha la mirada lentamente mientras sus dedos se entrelazaban con los de su hermana y así empezar a caminar hacia el avión.

Las lágrimas no dejaban de salir de mis ojos, mi corazón dolía al ver como se hiba y yo sin poder nisiquiera detenerlo. Por más que quería hacerlo sabia que hiba a ser en vano.

— No me dejes — susurré bajo.

Y no se como pero cuando apenas terminé de susurrar, él paro su andar, se gira lentamente y pude ver como de sus ojitos marrones no dejaban de caer lágrimas.

No lo pensé más y corrí hacia él, él deja caer sus maletas y corre hacia mi. Me tomo de la cintura y me levanto para así acercar sus labios con los mios. No quería soltarlo, si lo hacía sé que me odiaré por el resto de mi vida, por dejarlo ir.

— Prometeme que estarás bien, que sonreirás a cada instante...

— Tú también prometeme lo mismo, yo quiero que estés bien, sí.

— Lo haré, te prometo que estaré bien...por tí mi amor, ya no llores más sí...por favor me mata verte así...

— A mí también.

— Te veré todos los días por skype, te llamaré todos los días, a cada minuto si es posible para escuchar tu hermosa vocesita...

— Te amo.

— Yo más mi bonita, te amo, te amo, te amo — besa mis labios.

— Te amo, te amo, te amo — susurré sin dejar de besarlo.

Nos separamos lentamente y nuestras miradas conectan por un instante, él me sonríe y luego comienza a caminar hacia Carolina. Mi corazón se volvía a partir en mil pedazos.

Veo como entran a la cabina y esta se cierra lentamente, mi bestia solo me sonreí, y yo decidí hacer lo mismo. Me despedía con la mano, y el igual, hasta que la maldita cabina se cerró completamente.

Me quería derrumbar en ese instante, quería romper en llanto. Me giré para así dirigirme hacia una grande ventana, ya que de ahí se podía ver a los aviones despegar. Comencé a caminar hasta la ventana con la mirada en el suelo, estaba tan perdida en mi sufrimiento que no me di cuenta que alguien tropezó conmigo, haciendo que caiga su equipaje.

— Lo siento — dije con la voz apagada.

— No se preocupe — respondió el muchacho mientras recogía sus maletas — También fué mi culpa — esa voz la había escuchado antes.

Alzo mi mirada para ver al muchacho pero este estaba de espaldas, llevaba una polera negra, y con el gorro de esta cubría su cabeza.

— Encerio lo siento, yo soy la tonta...porque no veía por donde andaba — me vuelvo a disculpar.

— Yo también lo soy por ir muy apurado — estoy segura que esa voz la había escuchado antes pero el problema es que no me acuerdo y no pienso prestarle atención en estos momentos — Me gustaría seguir hablando pero tengo que abordar el avión, no quiero que me deje, un gusto señorita — dice la última palabra y comienza a caminar hacia quien sabe donde.

Yo seguí con lo mio, camino hasta la ventana y luego de unos minutos veo como algunos aviones empezaban a despegar. Sin ninguna duda, en uno de ellos hiba mi bestia, ¿Como saberlo? Porque sentía como la mitad de mí, se alejaba.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top