Capítulo 19 «Nada ni nadie nos podrá separar»

Michael

— Michael? Que haces tu
aquí?

— La pregunta sería, que haces tu aquí David? Con un ramo de rosas, afuera de la habitación de MI novia? — lo mire fijamente — Explicame que haces aquí?

— Mi amor, quién es? — una sonrisa se me dibujo en el rostro al ver a mi bonita con mi camisa puesta. Dios! Es tan
hermosa! — David?

Ah verdad, me había olvidado que el imbécil estaba aquí, así que fué él quien interrumpió. Maldito infeliz!

Sus ojos verdes miraban cautelosamente a mi bonita, o más bien a su cuerpo. No lo permití más y me puse delante de ella para evitar que la siga mirando.

— Bonita mira, aquí David me trajo unas rosas — le quito el ramo de rosas blancas de sus manos — A poco no están bonitas?

— Que bromista estás mi querido amigo — me quita de mala forma las rosas de mis
manos — Valu — se le acerca un poco y yo lo alejo — Oye será que podemos conversar un
rato? — se le vuelve a acercar y yo lo vuelvo a alejar.

Que le pasa a este idiota? Esta loco si piensa que mi bonita querrá hablar con él.

— Si claro — en ese momento clave mis ojos en ella. Como es posible que haya aceptado hablar con ese idiota? — Espérame aquí un momento.

Me toma de la mano y entramos a su habitación. Le cerré la puerta en su cara a ese imbécil.

— Es neta lo que escuché? — pregunté un poco molesto.

Sí, estoy celoso.

— Mike...

— Mike nada — respondí tranquilo — Sabes que ese ramo de rosas es para tí,
verdad? — me paso la mano por la cabeza — Neta que ese imbécil es un descarado, te trae flores sabiendo que eres mi novia y todavía hace sus estupideces en mi castillo. Que acaso no entiende que por más intentos que haga no podrá conquistarte?
Acaso no entiende que yo soy tu novio? Esto ya me está hartando Valentina, encerio te lo digo.

— A mí también — se acerca y me toma de las manos — Es por eso que necesito hablar con él, tengo que aclararle que por más intentos que haga no logrará que me fije en él, sabes porque?

— Por que?

— Porque mi corazón ya tiene dueño. Valentina Zenere Andrade ya tiene dueño, soy de Ronda...tú formas parte de mí como yo formo parte de tí y eso nada ni nadie lo cambiará — sonríe — Te amo Michael Ronda Escobosa y quiero pasar el resto de mi vida a tu lado.

— Siempre — la tomo de la cintura y la apego a mi cuerpo.

— Siempre — responde y decido robarle un beso.

— Voy hablar con David, sí?

Asiento con una sonrisa.

— Espera bonita — gira y me ve — Creo que deberías cambiarte de ropa.

— Mike.

— Que? Cuando saliste vi como mi queridícimo amigo te comía con la mirada.

— Pues yo no se lo pienso permitir, aquí el único que me puede comer con la mirada eres tú — me guiña un ojo.

Comienza a caminar hacia la puerta. La abre y ahí estaba el idiota de David. Una idea se me cruzo por la mente. Camino hasta ellos y antes de que mi bonita cerrara la puerta, la tome de la cintura y junte mis labios con los de ella.

— Te amo mi amor — le susurro con una sonrisa.

— Yo más — me responde con el mismo gesto.

Y antes de meterme a su habitación, pude ver como el imbécil, o no mi queridícimo amigo, me miraba con odio. Imbécil.

...

Valentina

— Bueno, antes de todo...esto es para tí — estira su mano con el ramo de rosas en ella.

— David, están muy bonitas pero no pienso recibirtelas, además no me gustan las rosas, mi mundo son los chocolates  — sonrio.

— Ah bueno, eso no lo sabia pero igual recibelas por favor — sonríe — Estas rosas serán hermosas pero a tu lado tu eres mucho más que eso, simplemente las opacas.

— Lo siento David pero no te las pienso recibir.

— Es por Michael? No seas tontita Valu, yo solo te traje esto por nuestra amistad. Que acaso no somos amigos?

— Si lo somos, siempre seremos AMIGOS — recalco bien la última palabra — Eres una buena persona David y me caes bien pero te pido que por favor no confundas la amistad con otra cosa, yo amo a Mike y nada ni nadie podrá cambiar eso — respondo muy segura de mis palabras.

Se queda callado por unos segundos.

— Valentina, que pensarías si te dijera que Michael no es como crees? — la miro confundida — Yo trato de ser su amigo pero el no.

— David eso no es así...

— Mira — interrumpe para luego tomar un florero, introduce su mano en el, saca un poco de agua y se lo lleva a la cara. Se comienza a frotar la mejilla — Esto me hizo mi querido amigo Michael.

Que? Eso no puede ser cierto!

David tenía la mejilla morada, al parecer lo ha estado escondiendo con maquillaje.

— Eso no puede ser cierto — niego.

— Lo es Valu — me toma de las manos — Mike me hizo esto aquella vez que regresé de Texas, cuando te traje el libro — no podía creer lo que estaba escuchando — Estaba tan molesto que yo te haya traído ese libro que me golpeo dos veces y todavía me amenazó en que me alejara de ti porque sino conocería a la bestia que jamás pude conocer — que? — La neta que esa parte no la entendí mucho.

No podía creer que David me estuviera diciendo todo eso de Michael pero en sí fué verdad porque sino no le hubiese dicho eso de la bestia. Solo los del castillo sabemos sobre su hechizo.

— Valu tienes que creerme, sería loco que yo mismo me golpeara para hecharle la culpa no crees?

En ese momento se me vino algo a la mente.

“Siempre se hace la víctima y claro a mi me deja como el agresor

“Le encanta competir conmigo pero yo siempre le gano, aunque me deje como el malo

— Dices que Mike te golpeó?

— Sí.

— Y porque no lo dijiste en ese instante? Porque ahora me lo dices? — cuestione.

— Porque quiero que te des cuenta de como es Michael realmente — suspira — Valu, Mike lo único que quiere es ser rey, quiere ganarme en eso — eso no lo creo — Él sigue con la bendita competencia que solíamos hacer de niños, lo único que quiere es ganarme.

— Lo siento David pero no te creo — quité sus manos de las mías — Lo que veo aquí, es que eres tú, el que sigue con el tema de la competencia...

— Que? Valu...

— Porque haces esto? Sabes, te creo en la parte que Mike te golpeo pero no en lo otro...además algo le tuviste que decir para que Mike reaccione así.

— Él me odia Valentina, para el soy su enemigo.

— Basta David, ahora me doy cuenta como eres realmente — me mira confundido — Mike me dijo que eres bueno para quedar como el bueno, como la víctima y lo hiciste de maravilla porque hasta yo creí que eras así, que eras buena persona pero me equivoqué. Que tonta he sido, hasta me peleé con Michael solo por creer que eras el “amable” y no eres así, ya veo como eres realmente...

— Oye espera...

— No David! Tu solo fingias ante todos que eras buenito con Michael, que querías ser su amigo y que el se negaba, lo único que querías era dejarlo mal ante todos, con el papel de malo y claro tu como el bueno.
Tú eres el que sigue compitiendo aquí no Michael.

— Valentina, él no te merece — ah?

— Y tú si? — me acerco un poco — Respóndeme David, tú si me mereces?

— Yo lo único que quiero es que seas feliz, que...

— Soy feliz David, ni te imaginas cuanto lo soy — respondo seria.

— Entiendeme que lo único que quiero es que no sufras porque créeme que Michael lo va a hacer, él te hará sufrir
Valentina — advierte.

— Y tú como sabes eso? Además te digo que todo el mundo sufre, nadie esta libre de eso y si me toca sufrir ya sea por Mike o por otra cosa, a tí que diablos te importa, es mi vida David, no la tuya.

— Si tú estás conmigo no
sufrirás, eso tenlo por
seguro — este chico me da risa — Porque...porque yo te amo Valentina, te amé desde la primera vez que te vi y no sabes como me dio rabia al enterarme que estabas con Michael, yo quiero que estés conmigo...quiero que seas mi reina.

— Te voy a dejar bien clarito algunas cosas David, uno — hago el número con mi dedo — Prefiero mil veces sufrir que antes estar con un idiota como tú, dos — hago el dos con mis dedos — Lástima que te haya pasado eso conmigo pero lo siento porque yo AMO A MICHAEL RONDA y tres. No gracias, no quiero ser tu reina, captaste o quieres que te lo vuelva a repetir?

— Valentina — se quiso acercar pero yo retrocedí y lo aparté con mis manos.

— David por favor te pido que me dejes en paz, escúchame, por más intentos que hagas yo no te haré caso, yo amo con todo mi corazón a una persona, hací que por favor deja de perder el tiempo conmigo, de buena onda te lo digo.

— Valu tú no conoces lo suficiente a Michael, no sabes como es realmente — este chavo no se cansa.

— Basta David, sí — lo miro fijamente — Deja de hablar así de Michael y aunque no lo creas, yo lo conozco a la perfección y ya vete que no quiero seguir conversando contigo — me gire para así entrar a la habitación pero me detuve, se me olvidaba decirle algo — Ah sí, créeme que me gustaría regresarte el libro pero no lo haré, un regalo es un regalo y no hay que
rechazarlo — sonrio para luego entrar a mi habitación, dejándolo ahí solo.

Michael

Escuche como la puerta se abrió y luego como se cerró.

— Mike! — gritaba mi bonita, al parecer me está buscando — Amor dónde estas? Sal ya!

Me fije por la ventana y veía como se dirigía al closet. Así que decidí salir de mi lugar y empezar a caminar cautelosamente hasta ella y así sorprenderla.

— Amor — la tomé de la cintura y la apegue a mi cuerpo, pude sentir como dio un salto del
susto — Tonto! — me dio un ligero codazo en el abdómen — Me asustaste!

Yo solo reía mientras mordía su mejilla.

— Y no quieres saber que le dije al idiota de David Henrie? — idiota? Estoy soñando o es cierto lo que acababa de escuchar?

— Tú llamando idiota al idiota?

— Mike...— interrumpe el sonido de la puerta — Esta vez iré yo, tal vez el idiota regresó — me dice con una sonrisa.

La suelto de mi agarre y veo como se dirige hasta la puerta.

Decidí recostarme en la cama de mi bonita.

— Riqui? — la oigo decir — Si claro pasa, él está adentro.

Y así veo como Riqui entró a la habitación con una expresión totalmente seria.

— Señorito, su padre ordena que baje a la sala — dice con su clásico movimiento de manos.

— Pasó algo?

— Las personas del gabinete, están aquí señorito — esto me empezó a preocupar un poco, que hacía el gabinete en mi castillo? — Por favor, vistase con algo adecuado y baje rápidamente que lo están esperando — termina de hablar para luego salir de la habitación.

Esto me empezó a preocupar, algo me decía que las cosas no hiban bien. Por algo están los del gabinete aquí, solo espero que me esté confundiendo.

...

— Buenas tardes — saludo amablemente.

Todos corresponden a mi saludo para luego inclinarse.

— Bueno señores mi hijo está aquí, que es lo que nos tienen que informar? — cuestionó mi padre.

— Exacto — ahora hable yo — A que se debe su visita.

Un señor de terno se nos acerca con un folder en sus manos.

— Mi majestad, príncipe Michael, estamos aquí porque venimos a solicitar una prueba de sangre a ambos — en ese momento mi cuerpo se tensó por completo, mis ojos se abrieron a tope y pareciera que hubiese dejado de respirar por unos segundos.

¿Como que una prueba de sangre?

Acaso...no!

Un momento de silencio invadió el despacho de mi padre.

— Prueba de sangre? — rompe el silencio mi padre — Han venido a mi castillo para una cosa absurda como esa?

— Su majestad...

— Por favor les pido que salgan de mi castillo — le interrumpe — Son conscientes de la tontería que nos están pidiendo?

— Lo somos señor pero necesitamos hacerle una prueba de sangre a ambos.

— Y se puede saber el por que?

— Aparecieron mágicamente unos documentos en el gabinete donde indica claramente que el príncipe Michael es
adoptado — que?! Pero como...maldicion esto no puede estar pasando!

— Adoptado? Por favor, aquí el príncipe es MI hijo, además esos papeles pueden ser falsos, nisiquiera saben quien o quienes lo enviaron.

— Nosotros creemos en su palabra mi majestad pero igual se solicita una prueba de...

— Les ordeno que salgan de mi castillo ahora mismo! — grita molesto — No voy a permitir que vengan con calumnias a mi castillo, salgan ahora mismo!

— Eso no se podrá hacer mi querido rey — entra sorpresivamente por la puerta, Rubén, el máximo comandante de Tamaulipas.

— Rubén? Que manera de entrar es esa, cómo se atreve! — reprocha mi padre.

— Yo puedo entrar al castillo cuando se me dé la gana, le recuerdo que soy el máximo comandante de Tamaulipas — arquea una ceja.

— Serás el máximo comandante de Tamaulipas pero aquí el que manda soy YO, te recuerdo que YO soy el Rey y ESTE es mi castillo.

— Rey? — comienza a reír para luego acercarse a mi padre — Luego de lo que has hecho, tú piensas que seguirás siendo rey?

— A mi padre le habla bonito, entendió? — hablé fuerte y claro.

Que se cree este señor.

— Tu padre? — comienza a reír a carcajadas — Vaya, esto es una lástima porque creo que hoy el reinado Ronda, llegará a su fin.

— Soldados! — grita mi padre y comienzan a llegar un grupo de ellos — Ordeno que saquen a este señor de mi castillo — le dice.

— Tú piensas que mis hombres lo harán? — vaya que se equivocó, porque sus hombres como así los llama, acaban de tomarlo de las manos para que así salga del castillo — Sueltenme! Tengo una orden de estar aquí! — saca un papel y se lo entrega a uno de los soldados.

Al parecer era cierto porque los soldados se fueron sin decir nada.

— Que es lo que quieres Rubén? Vienes a molestar acaso?

— Nada de eso mi majestad, estoy aquí porque ustedes dos tiene que hacerse una prueba de sangre o mejor aún, una prueba de ADN.

Mi padre se le acerca con una expresión fastidiada en el rostro.

— Nosotros no vamos a hacer nada! Michael es MI hijo, tiene la misma sangre que la mía, así que vete a molestar a otro lado.

— Tu no me entiendes David, no es si ustedes quieran o no hacerse la prueba de ADN, ustedes tienen que hacérsela sí o sí.

— Tú no me mandas — lo reta mi padre.

— Pero el rey de México sí — que?! Acaso el rey de México sabe sobre esto? Mierda! Esto no puede ser verdad! — A él fue que le llegó la información mucho antes que a nosotros, así que tiene que hacerse esa prueba ahora mismo! El rey lo manda!

— No me importa! No lo haremos entendieron!

— Padre — intenté interrumpir.

— No Michael! Nosotros estamos en todo nuestro derecho de negarnos, nosotros no nos haremos esa prueba! No lo haremos!

— Se equivoca mi majestad, si lo manda el rey de México, el que tiene todo el poder sobre este país, no tiene escapatoria, tienen que hacerse esa prueba.

— Michael es MI hijo, es de Victoria como mío, es NUESTRO, acaso no recuerdan el día en que Victoria y yo anuncimos que vendría en camino!

— Usted dice que es su hijo, esta bien — se le vuelve a acercar — Entonces demuestrenos que es cierto, cierrenos las bocas a todos nosotros — sonríe.

Las lágrimas querían salir pero me las contuve.

— Yo no tengo que demostrar nada a nadie — oigo la voz de mi padre un poco quebrada — Michael es mi hijo y punto.

— Lo haremos — decidí hablar y todos me miraron.

— Michael...

— Nos haremos esa maldita prueba de ADN! Hagamoslo ahora!

— Así me gusta — dice Rubén con una sonrisa — Enfermeras! — grita y en ese instante y dos enfermeras entran con las respectivas agujas en sus manos.

Podía ver a mi padre, su mirada se encontraba triste, sus ojos se encontraban húmedos. Él también quería llorar al igual que yo.

— Listo — dijo una enfermera — Los resultados lo tendremos en minutos — mi fin se acerca.

Ni cuenta me había dado que ya nos habían pinchado.

— Muy bien, majestad usted conoce las leyes si resulta que aquí el príncipe no es su hijo, verdad? — mi padre no responde nada, su mirada se encontraba perdida al igual que la mía.

Me levanto del sofá y salgo de aquel lugar.

— Mi amor, estás bien? — alzo la mirada y me encuentro con aquellos ojitos azulados que iluminan mi vida — Mike...

— Estoy bien mi bonita — la atraigo a mí y la abrazo con todas mis fuerzas, no pude evitar que una lágrima salga de mi ojo pero la saqué rápidamente con mi mano.

La verdad se aproximaba y sé lo que van a ordenar, conozco las leyes y tengo miedo, pero el miedo no es de dejar el cargo de príncipe, el miedo es por mi bonita porque que sé que ese castigo me alejaría de ella y eso es lo que no quiero, moriría si pasara, simplemente no puedo vivir si ella no está a mi lado.

— No te creo — toca mis mejillas con sus manos — Amor, tus ojitos están...

— Bonita quiero que sepas
algo — interrumpo porque si la hubiese dejado continuar simplemente me hubiese derrumbado ante ella.

— Mike me estás preocupando.

La tome de las mejillas y le di un suave beso en los labios para que se tranquilizara un poco. Ese beso hizo tranquilizarme a mí también un poco.

Apego mi frente con la de ella.

— Quiero que sepas que nada ni nadie nos podrá separar, tú y yo siempre estaremos juntos por toda nuestra vida.

— Señorito — interrumpe
Riqui — Los del gabinete piden que entre al despacho — maldicion! Los Malditos resultados ya habían salido!

Vuelvo a mirar a mi bonita y le doy otro beso en su boquita para luego empezar a caminar hacia el despacho de mi padre.

Mi fin como príncipe se acercaba, la verdad saldrá a la luz y no pienso que mi padre sufra alguna consecuencia, no se lo merece, él en sí es el rey de Tamaulipas, fui yo el falso aquí. Yo seré quien cumpla todo el castigo, solamente yo.

Mi destierro se aproximaba.

«Nada ni nadie nos podrá  separar»

Eso tenlo por seguro mi bonita.

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