Capítulo 18
Ruggero
Me pregunto que idea tendrá en mente la estúpida de mi aliada. De seguro será otro de sus planes absurdos que no sirven para nada. Pero ni piense que llevaremos a cargo lo que tendrá en mente.
— Tardaste mucho gata — le digo serio.
— Lamento la espera — me mira para así arquear una ceja — marica.
La tomo de los pelos con fuerza y la acerco a mi rostro.
— Sueltame Matteo! Que te pasa idiota! — trataba de safarse de mi agarre — Imbécil duele!
— Escúchame bien gata asquerosa — tomo su boca y formo trompa con ella — Yo pensaría bien antes de hablarme así — me acerco
peligrosamente — Así que más te vale que lo hagas, seré un marica “Supuestamente” como dices pero tu eres una maldita perra que le encanta abrir las piernas a cualquiera que se lo pide — termine de hablar y la suelto de mala gana.
— Definitivamente eres un marica — se acerca — Tenías tantas ganas de comerme la
boca — esto es un chiste? — Pero no tuviste los pantalones para hacerlo.
— Crees que quería
besarte? — pregunto con gracia.
Asiente con una sonrisa.
— Por favor que RIDÍCULA
eres — sonrio con burla — Dime Carolina, realmente crees que me gustaría besarte? Que me siento atraído por tí? Por favor, no pienses estupideces — me le acerco — Lo que pasa es que aquí la maldita puta interesada eres tú...dime, cuando fué la última vez que tuviste sexo? — veo que agacha la mirada lentamente, punto para Ruggero
Pasquarelli — No me digas que fué conmigo? — vuelvo a sonreír burlón — Claro, te estás guardando para el principito Ronda.
— Cállate! — grita molesta — No se de que tanto hablas si tú estás pasando por lo mismo — que mal informada está esta niña.
— Dejame decirte que tu no fuiste la última con la que tuve sexo, no eres importante gata asquerosa. Luego de aquella noche que te hice mía, me he acostado con varias mujeres después que tú...ah sí! Me lo hicieron mejor que tú...
— Eres una mierda — me interrumpe y yo sonrio — Pobre de Valentina que tendrá que aguantar tus infidelidades.
— Cuando Valentina sea mía, yo dejaré de hacer todo eso. Ella es la única en mi vida, el amor de mi vida...por ahora solo me divierto pero cuando esté con ella dejaré de hacer esas estupideces, ¿Esta celosita la gatita?
— Claro que estoy celosa — lo sabia — Me muero de los celos al ver como mi Mike la besa — ahí fué que entro una rabia e ira en mí — Como le sonríe, como se demuestran amor entre ellos...
— Ya cállate — interrumpí.
El hecho de tan solo pensar que el imbécil ese toque a mi rubia hace que explote de la rabia y celos por dentro.
— Por que callarme? — se comienza a acercar — Siento celos cada ves que la mira, cuando la toca o cada vez que me entero que se escapan por las mañanas quien sabe a donde y quien sabe para que!
— CIERRA LA BOCA DE UNA PUTA VEZ!! — grité con fuerza.
— Escúchame bien Matteo — me dice seria — Yo sé exactamente lo que estás sintiendo en estos momentos — si sabe que nos disgusta porque mierda lo
hace! — Porque yo también estoy sintiendo eso, ya no soporto más que Mike esté con Valentina, tenemos que poner fin a su relación, separarlos definitivamente, es por eso que traje esto — saca un folder de su cartera — Me fui al castillo para traer esto.
— Que se supone que es eso?
— Averigualo tú mismo — me estira el folder y decido tomarlo.
— Carolina, si es otro de tus planes, créeme que no lo pondremos en marcha — advierto y ella frunce el ceño.
— Quieres confiar por una vez en mí maldita sea!
No respondí. Decido abrir el folder y me sorprendió los documentos que veían mis ojos.
— Ficha de adopción? Pero que mierda? — susurré bajo.
Esto se ponía interesante, así que puse mi atención completa en aquel documento.
Mis ojos se abrieron a tope cuando leí aquella oración. Michael Ronda Escobosa, el príncipe de Tamaulipas, es adoptado! No tiene la sangre de los reyes! Es un maldito impostor!
Esto sería mi venganza por haberse metido con MI rubia.
Esta valiosa información que tengo en mis manos es genial! Me preguntó que dirían los del gabinete o el rey de México al enterarse que el futuro rey de uno de sus estados es realmente un impostor! Que no tiene la maldita sangre de la realeza!
— Desde cuando lo sabes? — pregunté a mi aliada.
— Que? — oh vamos, ahora se hace la estúpida.
— Desde cuando sabes que tu amorcito es adoptado, que no tiene la sangre de los reyes — me siento en un sofá mientras sonrio de la satisfacción — Carolina, sabes lo que significa esto realmente? — me mira confundida, esta es estúpida o que? — En mis manos tengo información valiosa para ponerle fin al reinado Ronda, lo sabes verdad?
— Eso no es cierto, yo te entregué esos papeles para...
— Destruirlos.
— No!
— Conoces las leyes, te imaginas que pasaría si estos papeles llegan al gabinete o mucho mejor aún — me acerco a ella — Al rey de México — sus ojos parecieran salir — El que tiene poder absoluto en todo nuestro país.
— Matteo tú...
— Me acabas de dar la llave para destruir por completo al falso príncipe Michael Ronda Escobosa o mejor así, Michael Kopeliof Rodrigues — arqueo las cejas.
— Eso no significa que él sea mi...
— Hermano? — cuestioné con burla — No me digas que estás enamorada de tu propio hermano? Que asco eh.
— Eso no es así! Mike y yo no somos nada, es cierto que tenemos el mismo apellido pero eso no significa que seamos parientes. Además tú crees que amaría a Michael sabiendo que es mi hermano, que tenemos la misma sangre?
— Estás tan loca que puedes hacerlo — respondí sonriendo.
— No seas idiota! Es pura casualidad que tengamos el mismo apellido.
— Bien, hagamos como que te creo — termino de hablar para luego empezar a caminar hacia la salida.
— Oye a dónde vas!
Giro para verla.
— Te recomiendo que vayas ahora mismo al castillo y empaques en una maleta las cosas del principito, créeme que las va a necesitar — le guiño un ojo y salgo de ahí con una sonrisa maliciosa en mi rostro.
Al fin podré vengarme, al fin podré llevar a cabo mis planes para destruirte principito por haberte metido con MI Valentina.
Yo sé que con todo lo que va a pasar, no será suficiente para separarlos, conozco a Valentina y sé que hará lo posible para estar a tu lado. Pero igual podré intervenir en eso, podré realizar mis planes porque ahora ya no tendrás a nadie que te proteja, estarás más solo que nunca, ya no serás un maldito príncipe, eso me da chance a acercarme y hacerte lo que quiera.
Sacarte de mi camino, deshacerme de tí...matarte, eso es lo que tengo en planes. Solo si te mato podré tener a Valentina conmigo. Ella sera mía, únicamente mía.
Ya verás Michael Ronda. Quién hiba a creer que tu propia hermana te traicionara de esa forma, pero pobrecita, realmente la compadesco. Esta tan loca que se enamoró de tí, de su propio hermano.
Mi venganza se acerca Michael Ronda, porque yo tengo en mis manos la llave de tu destrucción.
Así que disfruta tus últimas horas príncipe de Tamaulipas.
...
Michael
— No entiendo que interesante tiene ese libro? — pregunto mientras giro mi cabeza y miro hacia el balcón.
— Es un libro muy hermoso y ya cállate que me desconcentras — me responde sin mirarme.
Todo sería bien si ese libro no se lo hubiera regalado el imbécil de David.
Miro como sus ojitos azules se encuentran mirando atentamente aquellas hojas en blanco donde había miles de letritas negras.
— Que aburrido — digo para molestarla pero nisiquiera me responde — Vaya, creo que ese libro es más importante que
yo — digo serio.
— En estos momentos si — que!
— Y ya cállate.
— Que bonita forma de tratar así a tu novio — no puedo creer que un simple libro sea más importante que yo.
Maldicion! No puedo sentir celos de un simple libro, o ¿Si? Claro que sí, ese librito tiene toda la atención de mi bonita, ni siquiera me pela (prestar atención) y más aún si se lo regalo ese idiota.
Me giro en la cama para así darle la espalda.
Estuve esperando sus disculpas que por cierto no llegaron.
Me vuelvo a girar y la veo ahí toda atenta a ese maldito libro. Es neta? No me va a pelar?
Hug! Me siento en la cama un poco fastidiado por su actitud. Sé que le encanta leer pero YO estoy aquí!
Derrepente mis ojos se estamparon en su cintura que se encontraba desnuda, ya que estaba usando un top azul que le llegaba hasta...un poco más arriba del ombligo. Ya verás mi amor. Me subo encima de ella sin descargar todo mi peso.
— Mike que estás haciendo?! — gruñe.
— Yo nada, amor continua con tu lectura nomás.
— Bájate quieres — siento como sus pies me golpeaban suavemente la espalda.
— Y qué si no lo hago? — reté.
— Te arrepentirás, te lo aseguro Michael Ronda — me gusta cuando me amenaza.
— La que se arrepentirá será
otra — me muevo hacia atrás para así aplastar suavemente sus piernas.
— Oye que haces!
— Esto — comencé a besar, lamer y morder su cintura.
Su piel es tan suave, tan deliciosa. Me encanta sentirla en mi boca, sentir aquel aroma de vainilla que me traía loco.
Sentí como movía sus piernas para así liberarlas de mi cuerpo. Yo seguía con lo mio y al parecer ella seguía con su libro porque no decía nada. Con una de mis manos comencé a acariciar sus largas y delgadas piernas. Subía y bajaba suavemente.
Esto me está calentando, ya puedo sentir el fuego prenderse en mi cuerpo. Mi pequeño amigo ya había despertado, entonces decidí quitarme la camisa sin que mi bonita se diera cuenta.
Ella no dice nada ya que está tan atenta en su librito, así que aparté sus suaves cabellos rubios de su cuello para así comenzar a besar y morder. Sentí como se movía un poco.
— Mi amor, que haces? — me preguntó con una sonrisa.
Ahora soy yo el que decidió no responder. Aproveche que había girado su cabeza hacia mí para así morder su mejilla y luego pasar al lóbulo de su oreja e introducir mi lengua en su canal auditivo.
— Ah! — la oigo gemir muy cerca a mí — Mike...oye — decía pero yo ignoraba.
Se gira para así conectar miradas.
— Que pasa? — pregunto inocente al ver como me miraba.
— Te quitaste la camisa? — reí y luego me acerqué para besar su deliciosa boquita.
Introducí mi lengua para poder pelear con la suya. Sus manos acariciaban mi espalda y eso hacia que me excitara más.
— Por fin tengo tu atención completa — susurré sin dejar de besar sus labios. Ella sonrió y yo hice lo mismo.
Nos separamos por el maldito aire que nos hacia falta.
— Porque eres tú, el único que está desnudo?
— No estoy del todo desnudo pero si quieres — me levanto y me saco los pantalones junto al bóxer.
— Mike...oye — decía tímida mientras sus ojos miraban mi cuerpo o más bien algo en especial.
— Bueno creo que no es justo que me tengas así solo a mí.
— Q-u-e?
— Que — me acerco a su rostro, manteniendo la distancia para que nuestras bocas no se
unan — No me parece justo que yo sea el único desnudo aquí, no lo crees?
— Entonces...quítame la
ropa — eso me tomo por sorpresa — Pero no quiero que lo hagas con tus manos...hazlo con la boca...dejame desnuda con tu boca.
El pequeño Michael se ponía más duro cada vez. No podía creer que mi bonita me esté diciendo eso pero la idea me fascina.
— Con mucho gusto — respondo con la voz ronca.
Me acerco a ella y comienzo a sacar su top con mi boca pero esa prenda era un poco difícil quitarla con mis labios, hací que mi bonita me ayudo con sus manos. Esto se ponía cada vez mejor. Ahora me tocaba quitarle el sostén negro que traía puesto. Empecé con las tiras, las bajaba con mis labios mientras dejaba besos húmedos en su deliciosa piel. Pero para poder quitarlo por completo, eso si era difícil, así que mi bonita me volvió a ayudar. En ese momento decido lamer uno de sus pechos.
Ahora me tocaba quitar la falda y eso fué fácil. Ahora me toca quitar su truza. Acerco mis labios y comienzo a quitársela con mis dientes. Podía sentir como temblaba mientras le quitaba la truza con mis dientes.
Ya la tenía ante mi como Dios la había traído al mundo. Dios! Es tan hermosa, parece un ángel, MI ángel.
Mis ojos miraron un punto especifico de su hermoso cuerpo.
¿Que se sentirá besar esa zona?
¿Le gustará, si lo hago?
Las ganas de hacerlo me invadieron de cuerpo y alma, así que decidí hacerlo. Tomo sus piernas y se las separo.
— Amor...que haces? — preguntó tímida — Mike...oye, ah! — gimió cuando apenas roce mi lengua en su parte intima.
Creo que le gustó.
Vuelvo a lamer suavemente para luego empezar a dejar besos húmedos por toda la zona. Esto es delicioso, rico y excitante a la vez. Mordisquee un poco y luego metí un dedo con mucho cuidado para empezar a sacarlo y meterlo rápidamente.
— Ah! Ah! — gimió mientras arqueaba el cuerpo un poco. Podía ver como sus manos se aferraban con fuerza a la sábana.
Deje de besar su intimidad para comenzar a dejar besos húmedos a cada rincón de su hermoso cuerpo y así poder llegar a su boca. Sus piernas se enrrollaron en mi cintura mientras que sus manos despeinaban mis cabellos.
Nuestras partes íntimas se rozaban. El pequeño Michael, rogaba que sea introducido en mi bonita. Quería hacerlo!
— Amor, puedo? — pregunté con la voz ronca.
Y nuevamente mi bonita hizo algo que me sorprendió. Tomo mi miembro con sus manos y se lo introdució en ella.
— Ah! — gemí un poco.
— Cuando quieras hacerlo...simplemente no pidas permiso — me dijo con una sonrisa, lo cual besé para luego empezar a moverme dentro de ella.
— Oh si! Ah! — gemí.
— Así Mike! Ah! No...no
pares! — trataba de hablar.
— No...no lo haré! — respondí mientras la embestía con más rapidez.
— Ah! Más fuerte...mi amor! Oh si! Ahh!
— Lo que mande...mi chula — empecé a moverme con más fuerza y rapidez — Ah! Te amo, te amo, te amo...
— Yo más! Te amo mi bestia!
Ah! — ajunta nuestros labios.
Maldicion ya viene!
— Se acerca mi amor...oh sí! Ah! Valentina!
Se aferra a mi cuerpo con fuerza, podía sentir como sus uñas se clavaban en mi espalda.
— Ahh! Oh Michael! Ahh!
Y llegó, el orgasmo llegó con fuerza a nosotros. La llene por dentro con mi líquido.
Me deje caer sobre mi bonita, sin hacerle daño alguno. Podía sentir como su corazón latía con fuerza y su respiración se encontraba acelerada. Yo estaba igual que ella.
Al pasar los minutos poco a poco recobrábamos el aliento. Yo aún me encontraba encima de ella, dentro de ella y con la cabeza en su pecho mientras ella me rodeaba la espalda con sus manos.
Nuestros ojos se abrieron a tope al escuchar el sonido de la puerta.
Mierda! Porque siempre tienen que joder nuestro momento.
— No hay nadie — grito finjiendo la voz de mi bonita. Estamos en su habitación, así que se vería feo si me ven aquí pero yo no le veo nada de malo ya que es mi novia y tengo todo el derecho de estar en su habitación, así como ella en la mía.
— Mike — me reprocha para luego darme un ligero golpe en mi nalga.
— Oye!
Otra vez el sonido de la puerta que nos interrumpe. Quién será el fastidioso.
— Yo voy — le digo y me separo de ella para así ponerme los pantalones.
— Mike, yo iré — se levanta de la cama — Yo tengo que salir, es mi habitación. Dime que pensarán si alguien te ve aquí?
— Nada — sonreí — Además no pienso que salgas así — arqueo una ceja y ella se sonroja al darse cuenta que estaba desnuda frente a mi.
— Amor te ves tierna cuando te sonrojas pero no tienes que hacerlo — me le acerco y la apego a mi cuerpo — Ya nos conocemos en cuerpo y alma — deposito un suave y tierno beso en su mejilla.
Me alejé de ella y comienzo a caminar hacia la puerta. La abro y la rabia se inundo en mi cuerpo al ver a ese idiota ahí y más porque tenía un ramo de rosas blancas en sus manos.
Maldito imbécil!
♥
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top