Capítulo 17 ~ Hechos ~

Valentina

Estábamos juntos nuevamente. Los dos fuimos tontos al mezclar nuestro amor con un problema ajeno que no tenía nada que ver con nosotros.

Lo amo más que a mi vida que no puedo soportar el hecho de estar distanciada con mi bestia. Me trajo serenata, nunca en mi vida me habían hecho algo así y me gustaba mucho que fuera él quien sea el primero y el único.

Llevaba puesto el traje de un mariachi, se veía extremadamente sexy, muy guapo y más cuando lo vi cantar con aquella voz que me enamora día a día. Sus ojitos marrones se encontraban húmedos al igual que los míos. Ajunto nuestros labios y me sentí volver a flotar en las nubes como cada vez que sus labios se juntan con los mios. Sus manos me rodearon la cintura y de un momento a otro me elevo por los aires sin dejar de besarme. Todo era perfecto, no me importaba si habían gente a nuestro alrededor observándonos, o si mi padre se encontraba al lado nuestro, no me importaba, lo único que me importa ahora y siempre es él, estar con el así para siempre, con  mi bestia.

...

— Hazme el amor...quiero ser tuya — susurré en el lóbulo de su oreja lo cual segundos después di una ligera mordida.

Se separó de nuestro beso y me mira sorprendido.

— Tú ya eres mía — me apega mas a su cuerpo mientras me acorralaba en la pared de su habitación — Y yo seré siempre tuyo — habló con la voz ronca.

Nuestras bocas se encontraron en un delicioso y salvaje beso. Sentí como una de sus manos acariciaba suavemente una de mis piernas. De un momento a otro hace que mis piernas se enrollen en su cintura y sentí como sus manos apretaban mi trasero. Besaba con desesperación mi cuello, dando pequeñas y ligeras mordidas en ellas.

Le quito el sombrero y decido ponermelo.

— Pero que chula mi amor — me susurra y yo le regalo una sonrisa para luego desabrochar uno por uno los botones de aquella chaqueta negra que traía puesta.

El no se queda atrás, ya que con sus manos me saca la polera azul que traía puesta, dejándome solamente con mi sostén (corpiño) negro.

— Mía...mía de mí — lo escuché decir.

Comienza a caminar mientras que nuestras lenguas se encontraban en una fuerte guerra. De pronto siento que me rrecuesta suavemente sobre su cama.

Conectamos miradas y en uno de esos segundos veo como se quita la chaqueta junto a los pantalones, dejándome a vista plena del pequeño Michael que quería ser liberado de su prisión.

El deseo y placer de tenerlo dentro de mí se hicieron presentes en cuerpo y alma.

Acaricia mis piernas con sus  suaves manos, luego siento como dejaba besos húmedos sobre ellos. De un tirón me arrebata el short que traía puesto junto a mi truza. Eso no era justo! Yo estoy casi desnuda ante él y el está ahí con sus boxers.

— Mike...— quise reclamarle pero me callé al sentir como besaba mi abdómen y más aún cuando sentí sus dedos acariciar mi intimidad — Ah! — dí un pequeño gemido al sentir uno de sus dedos entrar en mí.

Esto se siente de bien! Genial! Delicioso! Nunca antes me había hecho eso, esta es la primera vez que lo hace y me gusta!

Comencé a arquearme un poco mientras que mis manos sujetaban con fuerza las sábanas y me mordía el labio inferior para así evitar gemir muy fuerte.

Tampoco quiero que todo el castillo entero sepa que mi bestia me está torturando o más aún que estamos haciendo el amor.

Deja de besar mi abdomen o más bien mi ombligo para así volver a mi boca. Sus manos ya no estaban en mi intimidad, ahora están en mis pechos, los masajeaba y apretaba ligeramente. Así que decidí quitar esa pequeña tela que estorbaba, me quité el sostén quedándome tal cual como vine al mundo.

El hizo lo mismo, se quitó los boxers sin dejar de besarme. Me exité más cuando sentí como su miembro grande y duro, rosaba mi intimidad, un movimiento en falso y el pequeño Michael entraría en mí.

Y así fué.

— Ah! Oh mi bo...bonita! — gime del placer mientras sus embestidas aumentaban poco a poco.

— Ah! Oh sí! Ahh! — acaricie o más bien arañe un poco su espalda.

Giramos un poco y yo quedé encima de él. Tomé el control.

— Ahhh! Oh mi amor! — gemía mientras su boca devoraba uno de mis pezones.

— Mike!! Mi bestia ahh! — desordené sus cabellos castaños con mis manos.

Me hizo girar nuevamente para que así yo vuelva a la posición de abajo. Él volvió a tomar el control.

— Ahhh! Bonita ya...ya viene!!

— Ahhh! Oh si!

El orgasmo se acercaba.

Mi bestia me embestia con más fuerza mientras yo me aferraba a su cuerpo y a la vez movía mis caderas al compás de las suyas.

— Oh! Sí! Ahhh!

— Ah! Ahhhh!

El orgasmo llegó con fuerza. Mi bestia cayó encima de mí sin hacerme daño alguno.

Nuestras respiraciones se encontraban aceleradas, nuestros corazones querían salir, escaparse de su lugar.

...

— Señorito puedo pasar.

Mis ojos se abrieron lentamente. Una sonrisa se me dibujó en el rostro al ver sus manos rodeando mi cuerpo y sentir su corazón latir, ya que mi cabeza se encontraba recostada en su pecho.

Me moví un poquito para así no despertarlo ya que quería ver su rostro. Se ve tan tierno, tan lindo. Acaricio sus mejillas con mis dedos.

— Te amo tanto mi bestia — susurro bajo para no despertarlo.

No aguanté más y le dí un pequeño beso en los labios. Se comenzó a mover un poco.

— Señorito! — maldicion
Riqui! — Señorito está despierto? Tengo el desayuno en mis manos, puedo pasar? — decía mientras daba golpes en la puerta.

— Mike, amor despierta — le susurraba mientras lo movía con mis manos — Mike!

Abrió sus ojitos lentamente para luego dibujar una hermosa sonrisa con sus labios.

— Bonita — se acercó y me roba un beso y hace que yo quede debajo de él.

— Oye que haces, Ri...— no pude terminar de hablar ya que cubrió mi boca con su dedo índice.

— No sé...tal vez podríamos — que estás pensando Michael Ronda! — Quedarnos aquí, en mi cama y...y podríamos...hacer el amor toda la mañana.

— Que?

— Por favor mi amor — chilló como niño chiquito para luego besar mi cuello — Me encanta tu cuello, besar...morder...

— Mike espera un rato — trato de apartarlo aunque muy dentro de mi no quería hacerlo.

— Que pasa bonita? — me mira confundido. Ay! Pero que carita! Dios! Porque tienes que ser tan lindo!

— Señorito! Puedo abrir la puerta? Está despierto?

— Eso pasa — le digo arqueando una ceja.

— Mierda!

— Oye! — le reprocho.

— Lo siento amor.

— Voy a entrar! — joder!

— Qué! — y ahora que hago! Maldicion has algo Valentina o acaso quieres que te vea desnuda!

Tomo las sábanas y me escondo debajo de ellas. Por favor que no se de cuenta.

— Señorito aquí está su...— mierda! Seguro se dio cuenta!

— Riqui! Cuántas veces tengo que decirte que no debes entrar así por así, toca antes de
hacerlo — le reprocha mi bestia.

— Tocar? Pero si he estado como media hora tocando esa bendita puerta, mire mis manos señorito, están rojas de tanto tocar! — creo que no se dio cuenta, si no se dio cuenta — Por cierto mi queen ahora mismo te trairé tu desayuno — mierda!

No me quedo otra que sacar la sabana que me cubría pero solo hasta el cuello, no quiero que sepa que estoy desnuda, aunque Mike no me ayuda del todo ya que su torso está desnudo mientras las sábanas cubrían sus piernas.

— Hola Riqui — sonrió
tímida — Oye...no vallas a pensar mal porque...porque no ha pasado nada...

— Sí Riqui...solo...solo dormimos y nada más — está nervioso al igual que yo.

Riqui no dice nada, solo nos mira con una ceja arqueada. Luego sus ojos dejan de vernos para así mirar otra parte de la habitación. Me fijo que es lo que estaba viendo y era...maldicion! Toda nuestra ropa se encontraba tirada en el suelo, incluyendo nuestras ropas íntimas.

Tragame tierra!

— Bueno, trairé tu desayuno mi queen — se gira para así caminar hasta la salida pero se
detiene — Solo espero que se hayan cuidado porque aún es muy temprano para tener niños en el castillo y más aún si no están casados — juro que cuando escuché eso sentí mis mejillas quemarse — Pero sería hermoso tener una mini Valentina o un mini Michael, OMG! Que hermoso sería! Mi morenita escucha mis plegarías — termino de hablar para luego salir de la habitación.

Tragame tierra!

...

Michael

— Mike puedo pasar? — me giro y me encuentro con mi hermana.

— Claro — le sonrio.

— Oye te quería hablar
sobre...

— Sobre el idiota de Benicio, mejor no toquemos el tema — interrumpo.

No quería volver a hablar sobre ese tema. Aunque aún siento las muchas ganas de matar a golpes a ese infeliz por haber manoseado a mi hermana.

— No, no era eso Mike — me giré y la veo sentada en mi cama, con la vista perdida en el suelo.

Me le acerco para así sentarme a su lado.

— Pasa algo Carito? — tomé su barbilla para que así me mire directamente a los ojos.

— Es sobre...sobre mamá — bastó con escuchar aquella palabra para así alejarme de ella.

No sé porque tanto insiste con ese maldito tema. Acaso no entiende que a esa mujer no le importamos, que fuimos un estorbo en su vida. Aunque me protegió de la maldad que quiso hacerme mi padre, eso no le daba el derecho de darnos en adopción. Además es una asesina y si era por algo que no queríamos que la vayamos a ver, era por eso.

— Yo sé que no te gusta hablar sobre ella pero...

— Tú lo has dicho Carolina, yo no quiero saber nada de esa mujer! Por favor entiende de una maldita vez!

— Entiendo que no quieras saber sobre ella pero es nuestra madre Michael! Aunque trates de negartelo, ella siempre será nuestra madre.

— La única madre que tengo falleció cuando yo tenia siete años, su nombre es Victoria Escobosa, ella es mi verdadera madre! No me importa si no tengo su sangre, ella siempre es y será MI madre!

— Deja de engañarte! Victoria solo es tu madre adoptiva — mierda! Esto ya me está hartando! — Nuestra madre se llama Julieta Rodrigues — se acerca a mí y me toma de las manos — Mike, ella te salvó de nuestro padre, acaso no puedes entender eso!

— No! — alejo sus manos de las mías — No me importa lo que hizo, igual nos dio en
adopción — rasco mi nuca con desesperación — Sal de mi habitación Carolina — traté de sonar calmado.

No me respondió. La vi como caminaba hasta la salida pero detuvo su andar.

— Solo te quería decir que fui a ver a nuestra madre — que? — Pero no la encontré, salió de la cárcel hace un año y medio
Mike...tenías que saberlo — termino la última palabra y salió de mi habitación.

¿Cómo que ya no estaba en prisión?

Claro, salió hace un año y medio y nisiquiera se ha dignado a venir a vernos o saber como estamos. Además porque tendría que hacerlo? Si solo fuimos un estorbo para ella. No le importamos. ¿Para que buscarla?

Para que buscar a alguien que no quiere ser hayado.

Yo estoy de maravilla con la vida que tengo y si alguna vez llegaría a conocer a esa mujer, simplemente me acercaría y le agradecería. ¿Por que?
Por darme en adopción a una familia maravillosa, a una familia que me amo desde el momento que me tuvieron en sus brazos. Le agradecería por poner en mi camino a los padres que tanto desee.

...

Carolina

— Dime, para que me
llamaste.

— ¿Como salió tu plan? — preguntó dándome la espalda.

— De maravilla! — sonreí y me acomode el cabello — Mike y la rubia se pelearon, por ahora están distanciados pero creo que esta vez será por un largo
tiempo — me acerqué a él y puse mis manos en sus hombros — Te dije que el tal Benicio nos serviría en algo y vaya que nos sirvió — volví a sonreír al recordar aquel día en que Mike y la imbécil de Valentina discutieron solo por defender a quienes querían.

No oigo respuesta de su parte. ¿Y ahora que bicho le pico a este imbécil?

— Matteo, acaso no piensas felicitarme?

— Claro que sí gatita — gruñi. Odio que me llame así!

Se gira y de un momento a otro siento que algo golpea con fuerza mi rostro.

— Que te pasa imbécil! — grito al ver que me había aventado algo en el rostro. Y el muy infeliz lo tiro con tanta fuerza que el impacto dolió.

— No me digas que no
sabes? — de que mierda está hablando! — Oh! Veo que la señorita no sabe, así que es mi deber informarle — me toma de los cabellos con fuerza y me hace arrodillar al suelo.

— Ah! Sueltame idiota! Me
duele!

— Mira esto maldita perra! — me hace mirar el periódico, con eso me había golpeado hace un momento — Lee lo que dice gata asquerosa! — me grita.

Mis ojos se abrieron a tope cuando vi en la portada con letras grandes y negritas: “Príncipe de Tamaulipas sorprende a una bella jovencita con una serenata”  ¿Futura reina de Tamaulipas?

Maldicion! Mierda! Mierda! Y más mierda!

En que momento pasó esto! No se supone que estaban distanciados? Joder!

Mi rabia aumentó al ver las imágenes. Mike vestido de charro abrazando a la idiota esa. Maldicion! Mi plan no había funcionado como yo quería!

— Acaso era eso tu plan? — por supuesto que no! — Dime gata asquerosa! Era ese tu plan?

— Matteo yo pensé...

— QUE PENSASTE! — grita molesto. Quien se cree este imbécil para venir a
gritarme! — Joder Carolina! — me soltó de mala gana — Se supone que tu dichoso plan era para separarlos, distanciarlos! Pero acaso paso eso? NO! Tu maldito plan ha hecho que esos dos se unan más! Y lo peor es que ya el pueblo entero sabe sobre su relación! Y no solo el pueblo, maldita sea! México entero! LA PUTA MADRE! — patea la silla con fuerza.

— Matteo calmate quieres!

— Calmarme? — me mira
serio — Tú me pides calmarme a mí? Luego de todas las estupideces que se han formado por tu maldita culpa — se acerca más a mí — Pensé que servirías para algo pero ni mierda me ayudas! Solo lo estropeas, la cagas todo! Acaso tu crees que así piensas separarlos! No! Ni tienes idea como separar a esos dos!

— Y acaso tu sí? — lo reté.

— Por supuesto que sí pero no puedo poner en acción mis malditos planes debido a que tu amorcito siempre para custodiado, no sale del puto castillo, ni siquiera puedo ver la forma en como entrar a ese maldito castillo! Joder es un maldito príncipe! — no lo entiendo, y como hacía antes para estar pendiente de todo lo que pasaba en el castillo?

— Y cómo lo hacías antes? Saber sobre las cosas que pasaban en el castillo, sobre Michael?

— Porque ahí tenía a Lionel, te recuerdo que era el hijo del máximo comandante, aquel sujeto que veía quien entraba o no en el castillo, era fácil en esos tiempos.

— Lástima que lo mataste — sonrio — Quién lo diría, mataste a tu supuesto mejor amigo porque era un estorbo en tu camino pero que casualidad que ahora lo necesitas tanto.

— En ningún momento he dicho que necesito a esa mierda, solo tengo que ver la forma en como ingeniarmelas para ingresar al castillo — se gira y me da la espalda — Ahí se supone que entrabas tú, por eso te contacté ya que tú vives en ese castillo y así me mantendrías informado de todo — se vuelve a girar hacia mí — Pero me equivoqué — que! — No me sirves para nada gata asquerosa, lo único que haces es complicar las cosas, cagarlas, eso es lo que sabes hacer.

— Maldito hijo de puta! — le grité. Con que derecho viene a decirme todas esas cosas.

— No más que tú querida.

— Imbécil, tú dices que te equivocaste conmigo pero yo digo que yo fui la tarada de creer que me servirias para separar a esos idiotas pero no puedes, tienes miles de planes “supuestamente” pero ninguno puedes hacerlo, solo te inventas excusas tontas. Porque no simplemente dices que no tienes los pantalones bien puestos, eres un marica, un cobarde Matteo Balsano!

Me sonríe falsamente.

— Yo no pongo excusas a nada, yo soy capaz de TODO Carolina, así que ten mucho cuidado antes de hablar de mí — me vuelve a dar la espalda. Me sorprendió que no me amenazara o
insultara — Todo sería más fácil si el principito no fuera príncipe.

Y ahí fue que una idea cruzó mi mente. No sabia si sería buena o no pero tengo que arriesgarme si quiero que Michael sea solo mio.
Total no creo que dañaría a nadie si pienso hacer lo que tengo en mente.

— Yo tengo la solución ante eso.

Se vuelve a girar hacia mí y me mira con una sonrisa burlona.

— Tú? Por favor gatita ya no sigas arruinando las cosas — estúpido.

— Espérame aquí que no tardaré mucho — sin decir nada más salgo de aquel lugar.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top