Capítulo 30
Ruggero
Carolina Kopeliof, así que tú eres.
La tenía al frente mió, no lo niego es una chica guapa como para pasar un momento divertido pero definitivamente Valentina es mi sueño y no se en que momento se convirtió en él, la pienso día, tarde y noche, es normal? En que momento esa rubia se volvió mi mayor perdición, mi droga, en que momento dejé que pasara eso. Nunca antes me había interesado una mujer, solo las buscaba o más bien ellas venían solas para una noche de sexo, solo para eso significaban las mujeres para mí, solo para el sexo pero con Valentina es diferente, la deseo y mucho pero no solo para tener relaciones, sino para otras cosas más.
¿Que me has hecho Valentina Zenere?
— Soy Matteo, Matteo
Balsano — Mentí.
Obvio que no pensaba decir mi verdadero nombre, que tal si ella conoce a la rubia, simplemente el plan de Lionel no funcionaria.
— Y tú, cuál es tu nombre? — pregunte, que gracia ya sabía su nombre pero tenía que actuar deacuerdo al plan, soy muy buen actor.
— Soy Carolina Kopeliof — hablo con una sonrisa en los labios.
— Bien Carolina y dónde vives?
— No me lo vas a creer pero vivo en el castillo — sonrió.
Tenía que mostrar asombro, así que hice que mis ojos sobresalieran más de la cuenta quedándome con la boca abierta, como diciendo una expresión: “No te lo puedo creer” que ironía.
— Es neta? Me estás hablando encerio? — era obvio que sabía donde vivía pero ahora soy Matteo, no Ruggero.
Ella asintió mientras tiraba su cabello hacia adelante.
— Entonces debes conocer al Rey y al Príncipe Ronda — argumente.
— Sí los conozco son buenas personas.
— Trabajas ahí, osea eres una empleada — por no decirle gata.
— No tendría la respuesta correcta para responderte — dijo mirándome a los ojos.
¿Como que no? No mames a leguas se te nota que eres una gata.
— El castillo será grande — cambié de tema — me imagino que atenderán muchas personas al Rey como al príncipe — Quería ver ese tema, según Lionel dice que ahí solo viven seis personas de las cuales solo cuatro se encargan de las necesidades del Rey como el Príncipe, prácticamente eso sería imposible.
— Es grande pero solo somos pocos los que atendemos a los Ronda — eso es imposible, quería preguntarle cuántos pero sería muy pronto y tengo que ganar confianza.
“Tengo que ganar confianza”
— Si no te molesta me gustaría saber de tí — le dediqué una sonrisa, aquellas que es imposible negarse.
— Cómo que? — pregunto.
— Saber como eres, que te gusta...cosas así — nunca he hecho esto pero si quiero sacarle cada detalle sobre mi rubia tengo que saber mover bien mis cartas.
— Sabes eres un chavo bien curioso — ambos reímos — pero creo que no se podrá ser ya que hemos llegado — su mirada indico el castillo.
Mierda! Era cierto.
— Bien entonces donde dejo estas bolsas — seguí mi camino pero ella me detuvo.
— Lo siento pero no puedes entrar.
— Estás loca si piensas que te voy a dejar que lleves este peso sola allá adentro — espero que me deje entrar, tengo que entrar!
Ella río.
— No te preocupes ya descanse un buen rato pero te vuelvo a repetir que no puedes entrar — hablo mientras me quitaba las bolsas de mis manos — Gracias por la ayuda.
— Oye espera! Que te parece si me concedes el deseo de ir mañana al cine con una chava tan bonita como tú — me acerque a ella y le dediqué una sonrisa encantadora. Lo sé, soy encantador.
Ella lo pensó por un momento, mierda! No puede decir que no! Nadie me dice que no! Bueno excepto Valentina, ella es diferente y eso me encanta.
— Esta bien — sonrió — Acepto, mañana a las cuatro en el lugar que nos conocimos.
— Ahí estaré esperándote — le guiñe un ojo.
...
Michael
— No pensé que tenias
novia.
— Lo tuve cuando era pequeño.
— Así que con ella fué tu primer beso.
— Y el tuyo con Agustín — reproche serio.
Se formo un silencio entre nosotros y la neta que era incómodo.
— Bonita...puedo preguntarte algo? — necesito saber si aun siente algo por Agustín, el porque? Simplemente no lo se.
— Dime Mike — me miro con una sonrisa hermosa.
Vamos Mike! Tú puedes! Que tan difícil es hacer una simple pregunta.
— Mike — la mire y ella río, Dios su risa es como la de un
ángel, esperen? Desde cuándo me volví tan cursi? Definitivamente Valu provocaba eso en mí pero aún no se porque — Tierra llamando a Michael Ronda — volvió a decir y eso hizo que volviera a la realidad.
— Bien...bonita, tú aun sientes algo por Agustín? — me digne a preguntar.
Ella dejo de mirarme para así mirar un punto fijo de mi habitación.
— No tengo la respuesta clara aún...eso no quiere decir que no sienta nada por él, es más siento sentimientos muy bonitos por
él — escuchar eso hizo que doliera mi corazón y la razón? No lo se, será que me estoy enfermando? — Pensé que estaría toda la vida junto a él, él siempre me ha gustado desde que era niña pero el destino simplemente no lo permitió...pero si quieres una respuesta pues aun siento cosas por él... Y cómo no sentirlas si lo amé más que a mi vida — lo amo más que a su propia vida, acaso eso puede suceder?
— Entonces aún lo amas — no se porque me costaba decir esa simple oración.
Valentina
Agustín, ha pasado mucho tiempo desde que partió y ahora estoy confundida, aún amo a Agustín? Esa pregunta resonaba en mi cabeza. Acaso el amor que sentía por él se transformo en un querer o aprecio. Acaso eso es lo que siento por Agustín? No lo se y tengo que aclarar mis dudas, tengo que aclarar mis sentimientos...porque definitivamente estoy sintiendo cosas por Mike, él me gusta y mucho, no se como permití que esto pasara pero se supone que pasaría, ya que yo le dí mi palabra al Rey en revertir el hechizo de Mike, sabiendo que para eso me tenía que enamorar de él pero...estoy enamorada de Mike?
— Mike...él siempre formará parte de mí, él fué y será una persona muy importante en mi vida — lo que acababa de decir era verdad, Agustín siempre estará en mi corazón, siempre estará conmigo.
Su mirada reflejaba tristeza.
— Entiendo — hablo bajo.
No quiero verlo así y yo soy la culpable de que este así! Yo por no tener claro lo que estoy sintiendo en estos momentos!
— Mike — tome sus manos — Mírame — le susurré.
Su mirada se encontró con la mía, conectamos miradas, era un color azul con avellana, sus ojos son tan lindos, no se que me pasa cuando los veo, simplemente me hipnotizan toda completa...es una sensación bonita.
— Sabes que tienes los ojitos mas lindos que he visto en mi
vida — Me susurro sin dejar de mirarme.
— Tú también los tienes y más aun encajan perfectamente con tu sonrisa — sonrió, verlo sonreír me encantaba y me hacía muy feliz.
— Tú tampoco te quedas atrás bonita — dijo sin dejar de sonreír.
— Me parece o estás cambiando?
— Tú eres la culpable — susurró mientras quitaba un mechón que cubría mi rostro.
Michael
Definitivamente tú eres la culpable de todo los avances que he hecho. Solo tú, bonita.
Aparte un mechón rubio de su rostro pues no permitía que nuestras miradas conectaran por completo.
No se que le paso a mis ojos ya que estaba mirando sus dulces labios, decidí acercarme lentamente, no sé lo que estoy haciendo, solo le hago caso a mi corazón, él dice que me acerque y yo obedezco sin reproche.
Podía sentir su aroma de vainilla, podía sentir su respiración muy cerca a la mía... Esta cercanía me esta poniendo nervioso...mi mano derecha tomó su mejilla suavemente...nuestros labios están a centímetros de
chocarse...debo admitirlo, quiero besarla y lo haré...haré lo que dicta mi corazón...
— Qué hacen?
Una voz interrumpió en la habitación, ambos nos separamos de golpe.
♥
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