Capítulo 27 - Volvamos a la amistad de antes -

Valentina

— Caro...estás llorando? — pregunte al ver sus ojos rojos.

— Que quieres Valentina — respondió fría.

Su mirada era fría, como si me odiara.

— Carolina yo sé que no somos amigas y que tampoco te agrado pero...estas bien? Te pasa
algo? — pregunte mirándola a los ojos.

— Tu misma lo has dicho — se acerco a mí — NO somos amigas y mucho menos me agradas así que hazme el favor de salir de mi habitación — quiso sacarme a la fuerza pero no se lo permití.

— Hey! Tranquila — me safe de su agarre y gire para verla — Dime porque no te agrado? Que te hice para que me odiaras?

— Odiarte? Por favor de dónde sacaste eso...

— Es más que obvio que me odias, lo noto en tu mirada — interrumpí.

— Sal de mi habitación Valentina! No pienso decírtelo tres veces...

— Bien me voy! — suspire — espero que estés bien, encerio te lo digo.

Apenas salí de su habitación y ella cerró la puerta de un golpe.
¿Qué le hice a está chica? ¿Porque se comporta así conmigo?

...

— Hey! Que tienes bonita? — no me di cuenta que Mike se había sentado al lado mio.

— Mike — gire para verlo a los ojos — Tú conoces a Carolina cierto?

El fruncio el ceño, está mas que claro que no entendía lo que le quería decir.

— EH...si, es una chava no tan alta, cabello negro, ojos negros...

— Mike — lo interrumpí y el río, me encanta su risa — Desde cuando la conoces? — pregunte curiosa.

— Desde que tengo memoria — bufo — Qué pasa con ella bonita?

— Algo le pasa y sé que está mal, tú podrías...

— Ah? Valu no me agrada esa gata — interrumpió — Y más aun no me importa lo que le pase...

— Mike! Aveces no sé que hago hablando contigo, sigues con esa mentalidad? Sabes pensé que estabas cambiando — me levante de la escalera para así irme pero el me toma de la mano.

— Ok lo siento sí — suspiro — Esto de tratar bien a los demás aún...aún no se me da del todo pero lo estoy intentando — rasco su nuca, sé que está nervioso — Sé que todos merecemos respeto, sé que no soy superior a nadie porque todos somos iguales, pero estoy tratando de cambiar en ese aspecto...te digo que no es fácil pero sé que lo haré...

— Sé que lo harás — interrumpí con una sonrisa, él me devolvió el gesto.

— Cómo le haces? — pregunto mirándome.

— Que cosa? — pregunte confundida, no entendía lo que me quería decir.

— Me convences en todo bonita, creo que es imposible decirte que no — sonreí.

— Mike...tú puedes...

— Quieres que vaya hablar con Carolina, o me equivoco? — sonrió.

— No te equivocas — le dije mirándolo a los ojos.

— Lo haré — respondió.

Mike se fué a buscar a Carolina y me le quedé viendolo como boba.

...

Michael

Bien se que esto es difícil pero tengo que hacerlo, vamos mike tú puedes hacerlo, saben se siente raro preocuparse por alguien que no sea tu familia, más aún si es una gat...digo empleada, si que es raro pero mi bonita tiene razón, todos merecemos respeto.

Toque la puerta de la habitación de Carolina, que tan difícil seria hablar con ella? Además nos conocemos desde niños y que recuerde solíamos ser unidos, cuando se rompió esa amistad que tenía con ella? Bueno creo que el culpable de eso fui yo...

— Mike...que haces aquí? — su voz interrumpió mis pensamientos.

— Puedo pasar? — pregunte, tratando se ser amable, mierda! Definitivamente esto de ser amable no es lo mio.

Carolina asintió levemente, entre a su habitación que por cierto no era nada pequeña, ¿Porque mi padre tuvo que darle una buena habitación a una simple empleada? Mike! Aleja esos comentarios!

Ella me miraba confundida, y ahí me di cuenta que había llorado, porque sus ojos estaban rojos, Valu tenía razón, algo andaba mal en ella pero no me nace preocupación alguna? Que corazón tan duro tengo.

— Porque estás llorando? — pregunte.

— No, solo se me metió algo en los ojos pero no estoy
llorando — hablo nerviosa. Sé que está mintiendo pero porque?

Un momento de silencio se formó entre nosotros, no sabía que decirle, ella estaba nerviosa y pude sentir su mirada sobre mí. Yo me encontraba mirando su habitación y vi que en su mesita de noche había un cuadro, decidí acercarme.

Era una foto nuestra, cuando eramos pequeños.

— No sabía que tenias esta
foto — le dije mientras tomaba aquel cuadro con mis manos.

Ese niño soy yo? Dios era cachetón! Que bueno que el tiempo se encargó de eso.

— David me la dio para decorar mi habitación con ella — la escuche decir tras mio.

— Aquí está teddy — señale con mi índice a un oso de peluche.

Teddy, cómo te me pudiste haber perdido, bueno aquí el idiota soy yo por haberlo hecho, pues tenia solo cinco años.

— Recuerdas que lloraste una semana entera por él — dijo con una sonrisa.

Era cierto, pues ese peluche lo he tenido desde que nací, él estuvo conmigo cuando comencé a caminar, cuando comencé hablar, cuando comencé a ir al baño solo, él era mi mejor amigo, recuerdo que me cuidaba de los monstruos que me imaginaba que habían en mi habitación... Que recuerdos, lástima que te perdiste maldito osito.

— Sí, no se cómo pude quedarme dormido y dejarlo en el
parque — dije mirando la
foto — Recuerdas que el día en que nos tomaron esta foto...

— Fué el día en que nos comimos todos los chocolates que tenía guardado Viky en una cajita
rosa — interrumpió.

Sonreí al recordar ese día.

— Sabes que te enfermaste por eso — le dije mirándola a los
ojos — ahí nos dimos cuenta que eras alérgica a los chocolates.

Ella bajo la mirada.

— Sí, ese mismo día me llevaron al hospital — habló con la cabeza gacha.

— Pero viniste el mismo día, yo nunca te lo dije pero lloré porque te enfermaste y pensé que te quedarías ahí por un buen tiempo.

— Sé que lloraste por mí — levantó su mirada.

— Que? Cómo? — pregunte con el ceño fruncido.

Ella río.

— Tu madre me lo contó, querías ir a verme pero...

— Era muy chavo para ir al hospital y por eso no me dejaron verte — interrumpí.

— Ya veo, Mike — me miro a los ojos — Recuerdas todas las travesuras que hacíamos de niños?

— Claro que sí — reí — Eso nunca lo olvidaré — dije
sincero — Recuerdas que nos levantábamos en las noches a comer las galletas que Gloria horneaba — reí — recuerdas lo que decía: Ratones, aquí hay ratones — dijimos al unísono.

Ambos comenzamos a reír, por primera vez volví a reír con ella, como cuando eramos niños y debo admitir que se siente agradable.

— Carolina, quiero pedirte disculpas por todas las idioteces que te dije durante años, en realidad lo siento mucho, me comporte muy mal contigo...Encerio lo siento — dije sincero.

Sé que me comporte como un imbécil con ella, la insulte por años y realmente no se como me a aguantado...yo nunca pensé en estar pidiéndole disculpas a alguien, en realidad nunca lo haría, me importaba pleno herir a las personas con mis palabras o actos y ahora estoy aquí...pidiendo disculpas a alguien que traté muy mal, una amiga de infancia, una gran amiga por cierto...que me está pasando? Yo no era así? O ¿si?

Bueno sí lo era, mi madre me enseñó a respetar y ser amable con las personas pero todo eso se borró con el tiempo, o más bien con actos.

— Te disculpo Mike — sonrió y ahí fue que sentí un gran alivio, me había perdonado. Sé que Carolina es una buena persona, yo fui el idiota que destruyo la hermosa amistad que teníamos de pequeños.

— Entonces volvemos a ser amigos — dije sincero.

— Mike...porque dejamos de ser amigos? Tu y yo eramos muy unidos de pequeños, siempre nos teníamos el uno al otro pero todo cambió cuando...

— Yo soy el culpable de que nuestra amistad se
destruyera — interrumpí, no quería que me haga recordar aquel día — Yo fui el que te dejo de hablar, el que te comenzó a tratar mal...yo fui quien te alejo de mí.

— Puedo preguntarte algo?

Solo espero que esa pregunta no sea ¿Por que cambiaste? O ¿Que te paso? La segunda pregunta me la hizo aquella vez, aquella vez que prefiero no recordar.

— Carolina si va a ser la misma pregunta que me hacías cuando éramos niños, mejor no la...

— No, esa no es — interrumpió.

— Entonces? — cuestione.

Si no era esa, entonces cuál era?

— Mike...tu me quieres? — pregunto tímida.

No sabía que responderle, de niños la veía como una mejor amiga o más aún como una hermana, la hermana que siempre quise tener pero después de todos estos años que la traté mal y no lo niego pero había veces en que la repugnaba.

— No se que decirte Carolina — respondí, es que es la verdad para qué mentirle.

— Me querías cuando eramos niños? — preguntó nuevamente.

— Si, eramos mejores amigos, cómo no quererte.

— Y ahora?

— No te voy a mentir pero ahora no siento nada por tí — agacho la cabeza, vi que una lágrima caía en su pantalón negro.

Maldicion! Porque me siento culpable!

— Carito — susurré y ella levantó el rostro para luego abrazarme.
Volver abrazarla se sentía raro pero agradable a la vez.

— Pensé que te habías
olvidado — dijo mientras las lágrimas caían de sus ojos negros.

— Así te decía cuando eramos pequeños — sonreí — Ya tonta no llores — Sequé sus lágrimas — Volvamos a la amistad de
antes — Volver a ser amigos, como cuando eramos niños.

— Estás seguro? — pregunto sonriendo y yo solo asentí de la misma forma — No sabes lo feliz que me haces Mike.

— Tienes que tenerme paciencia, sabes no es fácil volver a ser como eras antes — volver a ser como era antes, acaso el verdadero Mike está volviendo? Como paso? En que momento?
Lo único que sé es que la culpable de todo esto es Valu.

— Y tú que decías que no volverías a ser el de antes — tenía toda razón en eso — Mike quiero darte algo — sonrió mientras sacaba una bolsa color azul.

— Carolina no sé si contarte esto pero...es normal que al tan solo ver a una persona, la sonrisa se te estampe en el rostro y no puedas dejar de sonreirle — sonreí mientras veía a Valentina en mis pensamientos, que me está pasando? Esto nunca lo he sentido por alguien? Que es lo que me pasa con ella? — Y bien, así que ese es un regalo para
mí — volví a la realidad, ya que estaba sumergido en mis pensamientos o más bien en la rubia de ojitos azulados — Pasa algo? — pregunte al ver que Carolina volvía a llorar.

— Nada — sonrió mientras se secaba las lágrimas — cierra los ojos — hablo y hice caso.

— Ya puedo abrirlos — chille como niño pequeño, esto definitivamente se me pego de Valu.

— Solo un momento — la escuche hablar, escuchaba
pasos.

— Que haces?

— Ya abrelos.

Abrí mis ojos y me encontré con una caja de galletas, aquellas que tienen chispas de chocolate.

Esperen, esto no estaba dentro de una bolsita?

— Tramposa, la bolsa también es mía — regañe mientras le sonreía.

— Que bolsa?...Ah sí la bolsa, Ok después te la doy — respondió.

— Gracias — dije sincero.

— Por las galletas? — pregunto.

— Por todo — respondí sonriendo, me acerqué y la abrace.

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