Capítulo 25 - Tú sonrisa -

Lionel

— Se que está viviendo en el castillo.

— Cómo puedes estar seguro de eso? — pregunto mi mejor amigo.

— Todo encaja Rugge, porque hay soldados del reyno cuidando su casa y a su padre y ese niño con que la viste la vez
pasada, ese mocoso llamado
Pic — Tomé un sorbo de mi tequila — ese niño es hijo de una de las empleadas que trabaja en el castillo.

— Cómo sabes eso?

— Te dije que averiguaría carnal y lo hice, mi padre me ayudo en eso — suspire — Lo que si no sé es que tiene Valentina con el Rey David.

— Tal vez le pago la operación a su padre y seguro ella esta en deuda por eso — hablo Ruggero mientras se servía otro vaso de tequila.

— Eso también lo he pensado pero porque ella está viviendo en el castillo? — realmente no entendía el porque.

— Tal vez sea una empleada
más.

— Si fuera empleada creo que no es necesario vivir en el castillo, no crees?

— Y cómo el niño ese con su madre viven en el castillo? — cuestionó.

— Mi jefe me ha dicho que solo hay seis personas viviendo en el castillo, incluyendo al rey con el príncipe.

— Que! No manches hermano!  Tú crees que solo cuatro personas se encargan de atender al Rey y al Príncipe, eso es imposible...ahí vivirán varias personas.

Yo también pensé eso, imposible que solo cuatro personas atiendan al Rey y al Príncipe pero eso es lo que me dijo mi padre.

— Eso no me importa, lo que importa aquí es Valentina, tengo que averiguar el motivo del cual está viviendo en el castillo — de eso estoy seguro.

— Y como piensas hacerlo?

— Mi jefe me ayudará, seré un soldado y veré la forma en como entrar al castillo.

— Cuenta conmigo carnalito — sugirió Ruggero.

— Sé que siempre contaré contigo hermano — chocamos puños.

Michael

— Tu brazo ya está mejor? — pregunte impaciente.

— Mike creo que es la décima vez que me lo dices y te respondo  por décima vez esta
bien — respondió con una sonrisa.

Es verdad, me preocupa su brazo, maldito Ferro que hizo eso...como lo odio.

— Y cómo va la sopa? — se acercó a mí.

— Sabes, nunca pensé que YO cocinaría — eso es cierto, un príncipe guapo como yo, jamás haría eso en su vida. Para que? Si toda tu vida esta destinada a que te atiendan.

— Pos mira hoy lo estas
haciendo — le sonreí y se sonrojo. Se ver tan hermosa toda rojita.

— Mike deja de mirarme que la sopa se ta va a quemar — Mierda! Me quedé mirándola como idiota y lo peor es que se dio cuenta. Diablos que me esta pasando! Seguro estoy rojo, por supuesto estoy sintiendo arder mis mejillas.

— Oye sabes estuve pensando y que tal si mañana cocinas sopa para recibir a tu padre y a los demás, que dices?

— Dos días seguido comiendo sopa — reímos — Y que tal si no le gusta?

— Verás que le va a encantar, yo hago unas enchiladas y tú haces la sopa, di que sí — dijo como niña chiquita.

— Ok acepto pero si no le gusta la sopa, tú tienes toda la culpa
EH — le dije y ella sonrió.

...

— Hoy no irás a visitar a tu padre? — pregunte.

Nos encontrábamos en la biblioteca, ella se encontraba leyendo y yo me hacía el que leía, ya que la observaba de reojo.

— Hoy no iré, lo llame por teléfono hace unas horas, todo está bien — respondió.

— Que bueno porque la neta no me gustaría que volvieras a salir sabiendo que ese par de idiotas están aya fuera.

— Tranquilo, sé defenderme — contestó sonriendo.

De eso estoy seguro pero aún así me preocupa. Quién será ese tal Ruggero? A él no lo conozco, al que sí conosco es a Lionel ya que es el hijo de Rubén, el máximo comandante de Tamaulipas.

— Sabes quisiera ir a visitar a alguien.

— Y se puede saber a quién bonita? — pregunte curioso.

— A Don Benito, de seguro estará preocupado al ver que ya no voy a la biblioteca — dijo triste.

— Quién es Benito
bonita? — me acerqué a ella.

— Es el dueño de la biblioteca central, sabes que leí todos los libros que había en esa
biblioteca — dijo sonriendo.

— A poco? — sé como es Valu, de seguro que si los leyó todos.
Vaya yo apenas puedo terminar de leer un libro y eso que aveces ni lo termino ya que me aburre leer.

— Sip y verás que leeré todos los que hay aquí — de eso no hay duda.

— Es por eso que esta biblioteca es tuya, porque sé que te encantan los libros — le sonreí.

— Mike desde que llegué aquí te veía serio, frío y nunca sonreías, y ahora sonríes a cada momento, sabías que tenías una sonrisa muy bonita y contagiosa — me estaba mirando a los ojos, sus ojitos tenían un brillo que encajaba perfectamente con el color azulado de sus ojos.

Eso es verdad, dónde está el Michael serio, frío, arrogante y sobre todo que no sonreí, donde está? Sabía que tenía una bonita sonrisa porque mi madre me lo decía cuando era pequeño “Nunca borres esa bonita sonrisa que tienes” me decía.

Acaso he vuelto a sonreír como antes, lo que si sé, es que mi sonrisa la provoca Valentina, nose porque pero ella es la razón de que vuelvo a sonreír. Ella me sonreía desde el primer momento que me conoció, nunca dejo de sonreírme a pesar que hubo momentos en que la traté mal. Momentos que me arrepiento por haberlos hecho.

— Yo creo que gracias a tí he vuelto a sonreír como antes, tal vez no se me ve muy bien por mi apariencia de bestia...

— Se te ve bien, créeme — interrumpió.

— Si tú lo dices sé que es así — le sonreí, ella hizo lo mismo — Tu también tienes una hermosa sonrisa, prometeme algo Valentina.

— Que?

La miré a sus ojitos azulados.

— Nunca borres esa hermosa sonrisa que tienes, no seas como yo, que dejé de sonreír por años.

Ella asintió sonriendo, porque eres tan hermosa.

— Tu promete que nunca más dejarás de sonreír — tomo mis manos — encerio Mike, quiero verte sonreír por
siempre.

— Te lo prometo — lo haré por tí.

Después me abrazo fuertemente, me gustaba tenerla en mis brazos.

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