Capítulo 1: El rey.

Sun Wukong era conocido como el gran y apuesto rey mono, un dolor en la vida del reino celestial y del mismísimo emperador de jade, pues ha creado tantos problemas desde que existió, y por más que deseaba destrozarlo, digamos que él tenía su propio camino que debía de cumplir, así que solo pudo esperar a que todo mejorara.

Cosa que, de hecho, si sucedió.

Luego de ser encerrado en una montaña y realizar un gran viaje al oeste, llegó el momento de soledad, sintiéndose perdido en su hogar, Flower Fruit Mountain. Hasta que entonces, tras años en aquel silencio, le llegara una nueva misión, la nueva razón de su existencia: Cuidar a un pequeño mono como él.

Parece que luego de estar tan solo, cumplieron su deseo de tener compañía, una familia.

¡Para su suerte no estuvo solo! Digamos que esta era una misión donde contaría con sus viejos amigos: Tripitaka, Zhu Bajie y Sha Wujing. O, mejor dicho, sus reencarnaciones, por decirlo de alguna manera, los que ahora eran: Sandy, Tang y Pigsy.

Cuidar al pequeño mono era complicado para alguien que no sabía nada de cuidar bebés, así que la ayuda de ellos para criar a Qi Xiaotian fue lo mejor que pudo pasarle, ahora tratando de volverse un "ciudadano responsable" y también un padre correcto.

Aun así, se sentía un poco solitario.

Wukong disfrutaba aquella mañana, si bien no haciendo algo productivo, era agradable estar acostado sobre su nube y comiendo duraznos hasta sentirse reventar bajo el sol que tenía una temperatura cálida, qué agradable era aquella vida.

Eso fue hasta que su teléfono comenzó a sonar, de verdad odiaba esa cosa ruidosa.

—Hey, Pigsy, ¿Qué tal? ¿Todo bien con el niño? —Preguntó el mono, sonriendo tranquilamente.

—¿Todo bien? —Repite el demonio con molestia. —¡Tienes agallas para estar tan tranquilo, mono! Yo soy el que debería preguntar eso. —

Oh, no.

—¡Hey, hey, calma! ¿Qué sucedió? —

—¡El niño no está en el restaurante! —

—¿Por qué no fuiste a buscarlo? —

—¡Porque es tu maldito turno, mono idiota! ¿No viste la hora? ¿Acaso no te dimos un calendario para esto? —

Ahora todo tenía sentido, Pigsy iba a ahorcarlo.

—¡Ya voy! —El rey colgó la llamada, quitándose de encima todos los restos de duraznos y comenzando a irse en su nube al colegio de su niño mono.

Digamos que hizo un acuerdo donde tendría apoyo para buscar a Xiaotian, además de que lo cuidarían algunos días, mientras otros él tendría que buscarlos, ¡Pero tal parece que se le olvidó que era su turno de buscar a su hijo! Solo esperaba que no le importara mucho el esperarlo.

—¿Ya van a cerrar? —Pregunta MK mirando al conserje de su colegio, ahora mismo el joven se encontraba afuera, esperando a su padre.

—Así es, y te vas a quedar aquí a volverte un conserje como yo. —Responde, atormentando al pobre joven, siempre era divertido hacer eso, muchas veces los niños le hacían caso y lloraban por tal destino cruel que les esperaría en el futuro.

—No le hagas caso, siempre dice eso. —La voz de Red Son hace que MK se tranquilice, agradecía tanto que su amigo se quedara a esperar a su lado a que vinieran por él.

—¡Es cierto! Se divierte molestando a los niños. —Agrega Mei, sentada al otro lado de MK, ambos chicos se quedaron porque no deseaban dejar solo a MK mientras su padre parecía haber venido más tarde de lo que realmente debería.

—¡XIAOTIAN! —

Pronto los tres jóvenes ven a un mono llegar sobre una nube voladora a gran velocidad, bajándose y mirando al recién llamado, examinándole y luego dando un suspiro de alivio.

—Perfecto, no estás herido, Pigsy iba a matarme. —Dice Monkey King, luego mira a los amigos de su hijo. —¡Vaya! Al parecer no soy el único que llega tarde por su hijo, ¿Cierto? —

—En realidad, señor, solo nos quedamos a hacerle compañía. —Responde Mei.

—Yo no, simplemente ya estaba aquí. —Se excusa Red Son. —Y usted debería de venir a mejor hora por su hijo, terminaron las clases hace una hora. —

—¡Si! Vaya que es un desastre. —Mei ríe, luego mira al pelirrojo. —¿No tienes que volver a clases? Ya llegaron por MK. —

El rostro de Red Son se sonroja levemente, negando rápidamente ante esas palabras.

—¡Dije que no lo estaba esperando! Además, no es como si me fuese a regañar el profesor. —

—¿Clases? Pensé que ya terminaron. —Responde Wukong, mirando a MK.

—Oh, bueno, son clases extracurriculares, después de las clases normales, hay diferentes actividades para después. —

—Red Son, ¿Ya vienes, chico? —Una nueva voz se hace presente, captando la atención de los allí presentes.

—¡Voy! —Responde Red Son, despidiéndose para luego irse adentro a su clase.

Los ojos de Wukong se iluminan al ver aquella figura, era un mono como el, su pelaje de color oscuro, sus ojos eran de un hermoso y enigmático violeta, su cola suave y bien cepillada, además de un traje pegado a su cuerpo, elaborado de color blanco y dorado, con mallas y zapatillas de ballet, se veía tan fino, tan delicado.

Aquel mono de ojos dorados se sentía especial, finalmente, tras tantos años, había encontrado a alguien como el, justo lo que siempre había querido en su vida, ya no se sentía tan solitario, sentía su corazón latir.

—¿Papá? — La voz de MK saca al rey de sus pensamientos, parpadeando un par de veces antes de ver a su hijo. —Eh, ¿Si? Oh, vaya, tu amiga ya se fue. —

—Si, bueno, mientras estabas perdido, Mei se despidió y se fue. ¿Pasa algo? —

—No, yo... Me preguntaba, ¿Te gustaría entrar a una clase extracurricular? —El rey sonría mirando a su joven hijo, quien levanta una ceja, cuestionando silenciosamente a su padre. —¿Qué? Solo pregunto. —Responde, encogiéndose de hombros.

—Bueno, no me molestaría, pero no he pensado cual me interesa. —

—¿En cual está tu amigo que se fue? —

—Ballet, pero solo está obligado, su madre conoce al profesor y...—

—Entrarás en ballet. —

—¿Qué?... —

—¡Si! ¿Por qué no? Es... Eh, un increíble pasatiempo, ¿No crees? Y le harás compañía a tu amigo, vamos. —

El rey parecía más emocionado que el propio joven, quien fue básicamente llevado arrastrado al gimnasio, lugar donde estaban reunidos. Allí estaba, varios jóvenes mirando a su profesor y tratando de replicar sus estiramientos y movimientos que eran tan elegantes, tan finos, era una obra de arte a la vista.

Quizás solo sea porque es de su misma especie, pero Wukong ya quería hablarle.

Ahora que lo veía de espaldas, podía ver aquellas seis orejas de colores, le quedaban tan bien, aleteando cual mariposas mientras mostraba una coreografía a seguir, tan perfecto y hermoso que se veía mientras se acercaba lentamente hacia él.

Oh, mierda, viene hacia él.

—¿Necesita algo, señor? No habla muy bien de usted que esté viendo a los jóvenes practicar. —La voz de aquel macaco era firme, poco suave a comparación de su belleza exterior.

—Oh, yo... Venía a inscribir a mi hijo en su clase de ballet. —

—Agradezco el interés, aunque no es mi clase. —Responde, acercándose a una mesa y agarrando una libreta, además de un bolígrafo. —Dígame, ¿Cuál es su nombre? —

—Wukong. —Dice, tan perdido como embobado.

—El nombre del niño, señor. —

—¡Oh, claro! Disculpe, es Qi Xiaotian. —Responde avergonzado, rascándose la nuca. —Y... ¿A qué se refiere con que no es su clase? —

—La profesora es una amiga muy cercana mía. Tengo experiencia en este ámbito y cada tanto vengo para entrenar a posibles aspirantes a expertos en el ballet. —

—¿Así que eres experto? —Pregunta curioso. —¿Cuál es tu nombre? —

—Macaque. —Responde tranquilamente. —Entonces... Debes saber que las clases son dos veces a la semana, los lunes y viernes después de clase, los padres pueden quedarse a esperar a sus hijos, como gusten. Solo que debes ir allá. —

Wukong mira al lugar indicado, parecía ser solo una puerta a un cuarto cualquiera, entonces le da una palmadita en el hombro a MK y se retira allí, notando que era como una sala pequeña con sillas cómodas que miraban por una gran ventana, era un cristal espía, así que podían ver todo lo que pasaba afuera en la clase, más los jóvenes no los podían ver. Lastimosamente, Wukong no estaba solo allí, viendo uno que otro adulto en espera de su hijo.

Ahora, la situación no era tan mala, todos parecían maravillados de ver a Macaque más que a sus propios hijos, no los culpaba, pues el rey pensaba lo mismo mientras veía a aquel mono. Solo le deseaba mucha suerte a su hijo, luego se disculparía por esto.

—¿No es grandioso? Nunca pensé tener la oportunidad de ver a Mihou en persona. —Dice con emoción una mujer, mirando por la ventana.

¿Mihou? Pensaba que se llamaba Macaque.

—¿A qué se refiere? —Pregunta Wukong.

—¿No sabes sobre ballet? —La mujer le observa, que mala forma de ser expuesto.

—¡Claro! Pero, digo, no me suena ese nombre. ¿El nombre del profesor no es Macaque? —Claramente nunca planearía que le vieran la cara de inculto.

—Deberías buscarlo por tu cuenta. —Responde la mujer, dejando de ver al rey y mirando a la ventana. —Es una lastima que se retirara, de verdad pertenecía en el escenario. —

Aquello solo alimentó la curiosidad del rey, ya se encargaría de buscar por su cuenta en el internet o como sea que se llame ese aparato cuadrado y electrónico por donde llega su comida a domicilio. 

Tan pronto como la clase acabó, todos los padres fueron por sus hijos, algunos pasando a agradecer a Macaque, mientras que otros solo se iban, evitando siquiera verlo. Wukong se acerca a el cuando la cantidad de personas presentes disminuye, finalmente teniendo su oportunidad.

—Gracias por su tiempo. —Dice Wukong sonriendo.

—Lo mismo digo, señor Monkey King. —

—¿Me conoces? —Preguntó Wukong con emoción, cual perro viendo un premio de su amo.

—Bueno, MK nos habló un poco de ti, tienes un buen niño. —Le guiñó un ojo antes de irse con Red Son.

La sonrisa en el rostro del rey no se desvaneció pronto, al menos hasta que su hijo se acercó a el y le dio un golpe en el costado con su codo.

—¿Qué es lo que pasa contigo? —Pregunta MK, captando su atención.

—Eh... Lo siento, niño, sé que debí preguntar sobre el ballet pero... Ya sabes, las actividades extracurriculares son lo mejor que te puede pasar, ¿No crees? —

La mirada juzgadora del joven solo hizo al rey tragar saliva, para finalmente suspirar rendido, invocar su nube y subir al niño en ella mientras comenzaba su camino a la tienda de fideos de Pigsy.

—Bien, bien, tu ganas, quizás... Lo hice por otra razón. —

—¿Cuál? ¿Es por el profesor Macaque? —

—¿Lo conoces? —

MK rueda los ojos, no puede creer que su padre sea tan idiota y fácil, ¿Esto era amor a primera vista? O quizás era estupidez.

—Sabes que el no da las clases, ¿Cierto? —

—Si, pero ya le dije que te anotaría, que vergüenza que piense que lo hice por el. —

—¡Pero es verdad! —Responde MK.

—No siempre es buena idea decir la verdad, hijo. —

—Bueno, sea lo que sea que pienses, ni se te ocurra, está lejos de tus manos. —

—¿No te agrada? —

—¡Claro que si! Es famoso e increíble, y tu eres tan... Ya sabes. —MK decidió cortar la conversación allí, ya se imaginaba lo ofendido que se sentiría su padre.

—Bueno, que seamos amigos no le hace daño a nadie. —

Aunque todos sabemos que esa no es la idea que tenía en mente aquel mono problemático.

Wukong había dejado en casa de Pigsy a MK, ahora estaba solo en su casa, tan cómodo y solitario, pero estaba actualmente suficientemente ocupado, tirado en el sofá, su cola moviéndose y golpeando el suelo con irritación, estaba tan molesto, no le gustaba esto en absoluto. Había comenzado a investigar a Macaque, finalmente dándose cuenta de que salía toda la información bajo el nombre de Mihou.

Una famosa bailarina de ballet, hermosa, delicada, ella era perfecta. Además de tener un compañero fiel a su lado en cada baile, él era feroz, con una diferencia grande de altura y fuerza, un león que reconocía, Azure.

"La bella y la bestia" fue el nombre que se les dio a ambos, eran imparables, una mezcla perfecta entre fuerza y elegancia, agresividad y dulzura, luz y oscuridad.

Todas las fotos eran hermosas de ambos, sonrisas, tanta cercanía, parecían la pareja ideal tejida por el destino, aquello solo hizo que sintiera irritación. Pero todo acaba, más no hablan sobre lo que realmente paso, una incógnita, pero la mayoría le tira la culpa a Mihou.

"La bailarina Mihou destruye su carrera y su vida, ahora se identifica como hombre y ha renunciado a todo".

"Mihou se hace hombre, todos sus fanáticos están decepcionados".

"La fama nunca le sienta bien a las mujeres".

Estos solo eran algunos de los títulos en cada noticia que veía, los comentarios eran aun peor, solo pensar en el atrevimiento que tenían de decir eso le hervía la sangre, esos imbéciles.

Seguro fue un tiempo difícil.

Tal vez acercarse a Macaque no sea tan mala idea, no se veía como alguien malo, solo era el villano de una historia mal contada.

Era hora de que el rey se incluya en el cuento.

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