Castigo
Ambas recuperaban el aliento tras los intensos ataques propagados contra la otra, sus manos apenas podían sostener ya el arma, incluso temblaba ante la falta de energía.
—¿Acaso no te vas a rendir nunca?—pregunto con la punta de su espada en el suelo.
—No, ¿porque no te rindes tu?.
Finalmente, las hermanas cayeron al suelo completamente exahustas. Trataban de ponerse en pie, no podían dejarlo en un empate, una tenía que ganar, quien lo hiciera podría estar con Natsu. Pero a pesar de que su mente le decía que hiciera una cosa, su cuerpo todo lo contrario.
—Hora de dormir—dijo una dulce voz. Sus parpados pesaban mucho mas ahora y quedaron dormidas.
Fueron inmediatamente trasladadas a un hospital cercano, o mas bien, lo que quedaba de este ya que uno de los ataques mágicos fue a parar al edificio. Natsu al enterarse de la noticia no podía creer lo que le contaron, ellas no podían haber provocado todo aquel desastre.
La gente volvió a reconstruir todo con ayuda de Fairy Tail, querían compensar todo el daño causado por sus magas. El Consejo Mágico estuvo a punto de encerrarlas pero tras mucho rogar el maestro, no fue así. Ellas seguían durmiendo, ya llevaban varios días, no corrían peligro pero el agotamiento fue extremo.
Mientras tanto, Natsu en su casa estaba sentado en una silla, con las manos entrelazadas entre sí pensando en lo sucedido, se echaba la culpa, si él se hubiera decidido antes, sino se hubiera equivocado en confesarse o dejado las cosas claras, la gente no se hubiera asustado ni el combate producido.
—Natsu...—Happy veía la cara de su amigo, sufría casi tanto como él.
Aquel día se tiro solo en casa, necesitaba tiempo para pensar, Happy decidió dejarle a solas tal y como este se lo pidió. Nunca antes le había visto comportarse de aquella manera. Portaba la mirada perdida, sus ojos fijos en la nada. Tras tanto tiempo y las agujas del reloj pasar, el joven tomo una dura y difícil decisión, le dolía hacerlo, pero era lo mejor para todos...incluso para ellas.
Al cabo del día siguiente las chicas despertaron, casi vuelven a pelear de no ser porque Makarov les echo una bronca, esta vez al estar más cansadas y al haber soltado toda la ira en combate, tenían la mente mucho más calmada y atendieron a razones.
—Espero que esto nunca más se vuelva a repetir...de lo contrario...quedarán expulsadas del gremio...o peor...encarceladas.
Ambas pidieron perdón a cada uno de los afectados agachando la cabeza como símbolo de vergüenza, ahora solo quedaba ir a casa de Natsu, tenían que hablar con él.
En uno de los caminos estaba el joven, mirando toda la ciudad con una gran sonrisa, lagrimas recorrían su rostro, era la mejor opción. En uno de los laterales había un enorme cartel que ponía: Magnolia. Estaba justo en la entrada, pero él ya no regresaría en muchos años ya que mientras él estuviera allí, la ciudad correría peligro.
—Adiós...dulce hogar—se dio media vuelta y emprendió aquel sendero con el cual cada paso se alejaba más y más del que un día fue su hogar y su familia.
Fin de la 1 temporada.
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