Natsu había aprovechado un simple descuido para salvar su pellejo ante aquellas dos fieras, estaba en casa, exactamente en su cuarto y se sentía completamente a salvo. Pero aquella felicidad y alivio tan solo duro unos pocos instantes ya que las hermanas le conocían perfectamente.

—Natsu, sal, queremos hablar contigo—dijo una de ellas.

El joven salió de su habitación de manera lenta, como un preso que recorre por última vez el pasillo antes de ser ejecutado. Abrió la puerta y allí estaban las dos, de brazos cruzados y serias. 

—Hemos hablado y creemos que deberías tener una cita con cada una, luego decidirás con quien te quedas y podrás vivir felizmente junto a ella—dijo Scarlet.

—Primero vendrás conmigo—Knight lo tomo de la mano y lo jalo a la ciudad.

Scarlet esperaría en casa sin destrozar la cita ya que querían un juego limpio. Lo primero que hicieron fue ir a una heladería, a diferencia de Scarlet, ella se moría por los helados de fresa, Natsu pidió uno de chocolate aunque no sabía muy bien donde meterse, la chica que le gustaba estaba delante suya pero no se atrevía a hacer nada.

—¿Te gusta?—pregunto la joven sonrojada ante la situación.

—Si...esta muy bueno—el chico comía el helado nervioso sin mirar a la joven, estaba muy rojo.

—Me...me alegro—ella se terminó rápido el suyo y pidió otro.

Cuando terminaron, ella lo tomo de la mano de manera lenta, sintiendo el tacto de sus dedos con los de él, este se sonrojo pero no lo evito ni retiro su mano aunque le avergonzaba estar así en público no podía negar que le agradaba la sensación.

—¿Te apetece ir a algún lado en concreto?—pregunto ella mirando las calles.

—La verdad es que no...¿donde quieres ir tu?—este miraba en todas direcciones.

—A ningún sitio en concreto—entonces se puso a llover.

—Maldito Gray, seguro ha estado haciendo llorar a Juvia—se quejo Natsu.

Se fueron corriendo para evitar mojarse, la lluvia era tan fuerte que se refugiaron en el lugar más cercano.

—Buenas, ¿desean una habitación?—pregunto la recepcionista.

Entonces se dieron cuenta de que era un hotel, ella no quiso perder la ocasión, si era decidida su hermana ni siquiera tendría la cita con Natsu.

—Si, una con cama de matrimonio—esto sorprendió al joven pero sobretodo a la recepcionista al ver la cara pervertida de Erza.

—Muy bien, aquí tiene—ella tomo las llaves y se marcho jalando del brazo de este.

Cuando entraron en el hotel se quitaron la camiseta mojada, Natsu se sentó en la cama mientras miraba fuera, realmente caía una fuerte lluvia, por suerte se sentía cómodo bajo ese techo, o eso le gustaría decir.

—Natsu—este se giro a verla y paso en ese momento.

Erza estaba besando a Natsu, ella llevo su mano al rostro del joven y introdujo su lengua en la boca de este, no ceso sino que continuó tratando de recorrer cada centímetro de esta. Luego, por falta de aire se separaron.

—Erza—este sintió como su cuerpo tenía un hormigueo, su corazón estaba por salirse y sentía su respiración agitada.

—Natsu—ella se quito la falda que llevaba, la dejo a un lado y se acercó a la mesa donde tomo un pequeño plástico que el joven reconocía.

En ese instante se fue la luz sorprendiendo a ambos.

—Estimados clientes, la luz se ha ido por la tormenta, por favor no salgan de sus habitaciones. Pronto volverá la luz, lamentamos las molestias—anunció la chica por megáfono.

—Natsu...es una señal—dijo ella quitándose todo y quedando desnuda a oscuras.

Knight se puso encima del joven, este agarro la cintura de ella, realmente no llevaba nada encima, trago saliva y cuando fue a decir algo, fue besado por ella y cayeron en la cama dándose un profundo y largo beso.

Continuara.