Natsu se encontraba frente a la puerta de la casa, tomaba aire y trataba de golpear con los nudillos la puerta pero justo cuando iba a hacerlo se echaba para atrás. Fue en la tercera vez que no se atrevió que escucho unas voces y de pronto esta se abrió, de ella salió Elfman corriendo.

  — ¡Elfman!— lo llamaban las hermanas asomándose.

En ese instante las dos hermanas vieron al joven y se quedaron calladas, Natsu tampoco decía nada, no sabían muy bien que decir.

  — Natsu— saludo Irene.

— Hola— saludo este tímidamente.

Ella agarro del brazo al joven y lo jalo adentro, este se sentó en el sofá junto a las dos chicas, una a cada lado y ella delante de ellos.

— Bueno, ¿qué te trae por aquí?— pregunto la maga bebiendo té.

— Pues yo...yo...quería...vine a...— el nerviosismo era evidente en él.

— ¿Acaso vienes a pedirle salir a alguna de mis dos hijas?— pregunto sin rodeos y con una sonrisa en su cara.

Al escuchar aquellas palabras los tres se pusieron rojos como tomates, las Erza gritaron a su madre diciendo que no dijera ese tipo de cosas.

— Bueno, podrías salir con las dos y luego decidir con quien estar— eso enrojeció mucho más a Natsu.

— Madre, ¿como puede decir algo así?— pregunto Scarlet.

— ¿Acaso tienes miedo de que tu hermana te quite a tu pareja?— aquello le hizo frenar en seco.

  — Para tu información...él me lo pidió ayer a mi— contesto rascando su mejilla avergonzada.

— Pues ya esta, parece que sois pareja— su madre seguía a la suya.

Natsu entonces cayo redondo al suelo por tanta presión. Cuando despertó se encontraba en una habitación para invitados, cerca suya estaban las dos hermanas preocupadas por él.

— Lamento que nuestra madre haya metido tanta presión en ti y dijera esas cosas— se disculparon ambas al mismo tiempo.

— No...no pasa nada— dijo levantándose de la cama.

— En cuanto a tu pregunta...me gustaría salir contigo— dijo Scarlet avergonzada dejando de piedra a los dos.

Knight se enfado y tomo a Natsu para después llevarlo hasta su pecho.

— Natsu saldrá conmigo— parecía una niña con un juguete.

— Me lo ha pedido a mi— dijo Scarlet agarrando ahora al mago y haciendo lo mismo que ella.

— ¿Qué hecho yo para merecer esto?— pensaba Natsu yendo de un lado a otro.

Finalmente Natsu aprovecho un descuido para escabullirse y salir pitando de allí antes de que las hermanas pudieran darle alcance.

— ¿Porque todos los chicos salen corriendo  de esta casa?— pregunto para sí misma Irene.

—! Lo has asustado estúpida! —grito desde su cuarto una voz.

 — Eso no es verdad— entonces inicio otra pelea. 

Natsu llego a su casa al cabo de unas horas exhausto, respiraba aliviado por fin, no sabía que el tema del amor podría traer consecuencias tan duras. Happy lo recibió y al verle de esa manera no pudo evitar reír.

  — Happy...me he...metido en un buen lío— pudo decir finalmente tumbándose en el sofá.

Continuara.