Virgo:

Miré alrededor, agarrándome la barbilla. El lugar era lindo, sin muchos árboles, pero lejos de la vista de los demás. Llevábamos horas y horas caminando, siguiendo a Ofiuco en las profundidades del bosque. Y como era ya de esperarse, cada 5 minutos, Piscis preguntaba "¿Ya casi? ¿Cuánto falta? Tengo hambre".

Miré hacia atrás, asintiendo con una sonrisa: este era el lugar perfecto para hacer nuestra casa. Ofiuco asintió, antes de girarse hacia Tauro.

—¿Puedes crear la casa o es muy complicada para ti? —preguntó Ofiuco, apretando los labios—. Es demasiado grande de hacer, así que si no puedes me dices y lo hago yo.

Tauro asintió, antes de sentarse en el suelo de rodillas y tender las manos hacia el frente, cerrando los ojos con fuerza y aguantando la respiración.

—El secreto es pensar en lo que quieres crear y visualizarlo como si ya estuviera aquí—le explicó Ofiuco—. Te puede tomar mucho tiempo, pero no pasa nada, ya que es siempre lo mismo con las cosas grandes.

Ofiuco se acercó al chico y puso una mano sobre su brazo, antes de seguir.

—Relajate, no te tenses y tienes que respirar, porque ni modo aguantas más de tres minutos sin hacerlo—le informó—. No aprietes mucho los ojos porque podrán dolerte, y confía en ti mismo. Eso es lo principal.

—Muchos requisitos—negó Libra—. Que suerte que no tengo ese poder.

Tauro asintió lentamente con la cabeza y cerró los ojos con menos fuerza. Nos quedamos esperando en silencio durante largos minutos, hasta que al fin algo ocurrió: una pequeña casa, como las casitas de juguete que compran los pequeños, apareció frente a nosotros.

Tauro abrió los ojos y miró la casa de medio metro con decepción. Pero en vez de reírse o burlarse, Ofiuco lo miró impresionado, antes de empezar a aplaudir, una enorme sonrisa dibujada en su cara.

—¡Felicidades, Tauro! —lo felicitó el chico—. La primera vez que quise crear algo, me tomó 10 minutos de concentración, además que salió 5 veces más pequeño que tu casita.

Ofiuco lo ayudó a ponerse de pie y le dio una palmadita en el hombro, antes de pararse en su lugar. El chico cerró los ojos y tendió las manos hacia el frente. Dos segundos después, las palmas de sus manos brillaron, y de repente una enorme casa de dos pisos apareció frente a nosotros.

—¡Siéntanse como en casa! —exclamó Ofiuco con una enorme sonrisa, dirigiéndose hacia la casa y abriendo la puerta.

Entramos, encontrándonos con sorpresa que adentro ya estaba enteramente preparado. En el primer piso había un enorme salón, con sofás, sillones y una gran tele. Al otro lado, una gran cocina estaba a nuestra disposición, con una nevera llena y con todo lo necesario para poder cocinar.

Subiendo por las escaleras, había un segundo piso, con 7 cuartos y 3 baños. En cada cuarto había dos camas y una enorme ventana que deba hacia el bosque. Cada cuarto tenía su color que lo diferenciaba. Por todos lados había cuadros de pinturas del mar, de una playa, de montañas...

Me quedé con la boca abierta al ver todo lo que había frente a mí: esto era la casa perfecta. Miré a mis amigos, los cuales estaban con la misma expresión de cara. ¡Ofiuco era un genio!

Tauro:

—Tenemos que elegir los compañeros de cuarto—nos informó Ofiuco, mirándonos con una enorme sonrisa al ver que seguíamos con la boca abierta, mirando la casa con sorpresa.

—¿Puedo dormir con Leo? —preguntó Sagitario, dando dos saltitos de emoción.

—Yo quiero dormir con Piscis—le informó Acuario.

—Y yo con Escorpio—exclamé con felicidad.

—Les advierto desde ahora, yo dormiré en el cuarto donde hay solo una cama—nos avisó Ofiuco—. Tiendo a patear y roncar mientras duermo, por lo que si alguien se duerme en el mismo cuarto que yo se quedara despierto todas las noches.

Asentimos todos, sonriendo con diversión. Los demás siguieron proponiendo sus compañeros de cuarto, por lo que fueron Acuario con Piscis, Capricornio con Virgo y Cáncer con Libra. Después de eso, cada uno se metió en su cuarto, arreglando sus cosas en el armario mientras Ofiuco bajaba para preparar la comida.

Fui el primero en acabar, por lo que bajé las escaleras de dos en dos, antes de entrar en el cuarto. Ofiuco se encontraba lavando los platos, cantando una canción en voz baja. Me acerqué a él, y de inmediato el olor a espaguetis me llegó, dándome hambre.

—¡Has hecho un muy buen trabajo! —llamé su atención, dándole una palmadita en hombro.

El chico se sobresaltó, antes de girarse en mi dirección y mirarme con una sonrisa.

—No fue gran cosa—me aseguró—. Llevo entrenando desde muy pequeño, es por eso que soy más fuerte que ustedes. Además, el abuelo me enseñó a cocinar, por lo que espero que les guste la comida.

Sonreí, antes de volver a mirar alrededor. De repente, viendo todo eso a mi alrededor, me sentía insignificante, como una hormiga.

—¿Ofiuco? —llamé su atención—. ¿Crees que algún día llegaré a ser tan fuerte como tú?

Ofiuco me miró con sorpresa, antes de sonreír y asentir.

—Claro que sí—asintió con emoción—. Algún día puede que sean incluso más fuerte que el abuelo y yo. Pero recuerda, el poder que tienes no lo es todo. Como siempre dice el abuelito, la fuerza real reside en el corazón, la determinación y las ganas de ayudar a los demás.

Sonreí con agradecimiento, sintiéndome más tranquilo.

—Además, mis expectativas en ti son muy altas—siguió el chico, parándose justo frente a mí y hablando más bajito—. Después de todo, lo que nos une no es solo amistad.

Quise abrir la boca para preguntarle a qué se refería, pero justo en ese momento entró Piscis, preguntándole al chico si podía ayudarla a poner sus cosas en el lugar más alto del armario.

—¡Claro! —exclamó Ofiuco, antes de girarse hacia mí y guiñarme un ojo.

Ambos salieron, dejándome más confundido que antes.

Holaaaa

Que tal?

Que les pareció el nuevo capítulo?

Debo avisarles desde ahora que habrán capítulos largos y otros cortos, así que hoy tocó un capítulo corto.

Que piensan del poder de Ofiuco?

Y a que creen que se refería Ofiuco?

Tienen alguna teoría por el momento?

Hasta luego👋😁💖