7-La gran aventura empieza

Géminis:

Después de ese "pequeño" y doloroso entrenamiento, el abuelo nos había pedido ir afuera e intentar averiguar como funcionaba el reloj que nos había regalado Ofiuco.

Era raro, ya que ya había tenido muchos relojes así, pero, aun así, ambos, abuelo y nieto, aseguraban de que sentían algo misterioso emanar del raro reloj.

Y lo más raro de la situación no era el reloj, sino que sospecharan de un inútil reloj.

Aun así no me quejé, sino que me ejecuté. Era eso o seguir sentada, poniéndome nerviosa pensando en todo lo que había pasado hacía un par de horas. Por eso, nos encontrábamos todos en el jardín, observando el reloj por todos los lados, por adentro como afuera.

—Esto es ridículo—dije después de unos minutos—. Lo único sospecho de este reloj es que el mío es blanco, y me habría gustado que fuera negro.

—Eso no es sospechoso—negó Capricornio—. Deberías aprender a usar mejor las palabras.

—¡Oh!—gritó Escorpio, juntando su mano alrededor de su boca para hacerla más fuerte—. ¡Pelea, pelea, pelea!

—La pelea que tendrás será yo contra ti si no la cierras—le informamos ambos al mismo tiempo.

Me volví a fijar en mi reloj, intentando ignorar a Capricornio, el cual me miraba con una sonrisa burlona. Entré a cámara, fotos, Google, Play Store, pero nada, todo me parecía normal. Quizás el abuelo y Ofiuco se habían equivocado.

Después de unos minutos más, me levanté y me dirigí al baño. Al salir me encontré con Aries, quien estaba pegada a la pared, mirando con los ojos cerrados al otro lado del jardín. Me acerqué a ella y puse una mano en su hombro, por lo que la chica se sobresaltó, mirándome con alivio cuando vio que era yo.

—¿Soy yo o estás espiando al abuelo?—le pregunté, mirándola con incredulidad.

—¿Tú confías en él?—me preguntó, una ceja levantada—. Digo, ¿no te parece raro que él nos haya secuestrado, después nos atacan y finalmente dice que nos entrenará?

—No lo sé—susurré—. Pero creo que no deberías desconfiar de un abuelo que no puede ponerse de pie sin que le duela la espalda.

—Eso fue muy cruel de tu parte—negó Aries con lentitud.

—Fuiste más cruel al desconfiar de él.

Le eché una mirada al abuelo para asegurarme de que aún seguía ahí. Él se encontraba de espaldas a nosotros, mirando su reloj como si fuese la primera vez que lo veía. Aries se acercó a mí y miró en la misma dirección, apretando los labios.

—Apuesto a que está llamando a unos agentes experimentados para venir a matarnos—susurró, sin dejar de mirar a Sao.

—A ver, ¿qué es esto...?—susurró el abuelo con el ceño fruncido—. ¿En serio los jóvenes ahora encuentran esto divertido?

Miré a Aries con el ceño fruncido. Visiblemente no estaba llamando a agentes experimentados, pero parecía nervioso frente a una pantalla. Eso sí era raro.

El abuelo empezó a cliquear con fuerza en la pantalla, como si así lograra un mejor resultado de lo que sea que estaba haciendo. De repente dejó de moverse, mirando con atención la pantalla.

—¿Eh? —susurró en voz baja—¿Qué es esto rojo? Dice YouTube, espero que no sea nada raro.

Intenté no reírme, negando con lentitud mientras Aries ponía los ojos en blanco.

—Me pregunto qué pasa si pulso esto...—susurró Sao, aun concentrado en su reloj.

De repente y sin previo aviso, empezó a sonar la canción de "Barbie Girl". El abuelo Sao se sobresaltó, soltando el reloj y mirándolo como si fuese un objeto demoniaco. Segundos después, empezó a sonreír.

—Después de pensarlo bien, esta canción me gusta. —opinó.

Me quedé sorprendida, rogando en mi interior para que no empezara a bailar. Pero como siempre, la suerte no estaba de mi lado.

El abuelo empezó a dar saltitos por todos lados, doblando su cuerpo en ángulos raros y cantando la canción en voz alta, cambiando casi todas las palabras por otras sin sentido.

—¿Qué está haciendo? —susurró alguien a mis espaldas, alguien que no era Aries—. ¿Por qué el abuelo parece endemoniado? Me está dando miedo.

Solté un grito de miedo, antes de cubrir mi boca con arrepentimiento, esperando a que Sao no me escuchara. Pero él seguía igual de raro que segundos antes.

—¡Sagitario! —se quejó Aries—. ¡Casi me sacas el alma de un susto!

—¡Disculpa! —me pidió el chico—. Las vi escondidas aquí y quería saber si estaba todo bien.

Asentí con la cabeza y suspiré con alivio, antes de volver a fijar mi vista en el abuelo. Sao estaba bailando de forma aún más rara. Si no lo hubiera estado vigilando, y no supiera que está bailando, diría que el demonio se apoderó de él.

—¡Quiero irme...! —susurré con miedo—. No sabía que un anciano como Sao supiera doblar su cuerpo así, en... ángulos imposibles.

—¡Rápido! —me pidió Aries—. No quiero terminar traumatizado. Y definitivamente, no estaba pidiendo refuerzos para acabar con nosotros.

—Aunque no necesita para nada refuerzos para hacerlo—añadió Sagitario.

Suspiré con molestia. Yo ya me había traumatizado. Di media vuelta y me acerqué a los demás, antes de sentarme al lado de Tauro y mirar a la nada.

—¿Qué le pasa a Géminis? —le preguntó Libra a Sagitario. Después, se giró hacia mí—Te ves mal...

—Digamos que vimos a alguien bailar—intentó explicar Aries.

—¿Fue mi Abuelo, cierto? —adivinó Ofiuco.

Aries y yo intercambiamos una mirada de confusión, antes de mirar a Ofiuco.

—Ya estoy acostumbrado—explicó—. De pequeño lo vi bailar una vez, pero ya lo superé. O eso creo...

Tragué con dificultad. Si después de varios años Ofiuco seguía marcado, ¿Quién me aseguraba que yo iba a superar esto? Negué con la cabeza. Esto era absurdo, no podía tenerle miedo a un abuelo inocente. Pero no tuve tiempo de pensar eso que una voz habló:

—Que bien que están todos juntos aquí. Les quería explicar algo muy importante.

Sagitario:

—¡Sagitario, ayúdame! —susurró Géminis tirando de la manga de mi chaqueta.

El abuelo estaba parado justo frente a nosotros, mirándonos con una enorme sonrisa, sujetando su reloj con su mano izquierda. Le eché una mirada a Aries, la cual miraba al suelo con la mirada perdida.

—¡Les tengo una increíble noticia! —se adelantó Sao—, mañana a la madrugada ustedes tendrán que ir al bosque, donde quedarán dos meses, sobreviviendo solo con sus poderes—explicó.

—¿No era que nos iba a entrenar? —preguntó Capricornio, decepcionado.

—Sí lo haré—lo tranquilizó—. Pero antes necesito estar seguro de que ustedes están a la altura. Si sobreviven durante 2 meses, los entrenaré.

Todos nos quedamos callados, pensando en lo que nos había propuesto el abuelo. Tauro fue el primero en hablar, agarrándose la barbilla mientras miraba a la nada con el ceño fruncido.

—¡Puede ser muy fácil! —susurró el chico—Ofiuco podría crearnos una casa, ropa y comida. Así está seguro de que podremos sobrevivir.

—¿Por qué no la creas tú? —contraatacó Ofiuco—. ¿No que tú también tienes el poder de la creación?

Tauro estaba a punto de contestar, pero Sao se adelantó, aun con una sonrisa en la cara.

—Ese no es el punto, chicos. Cada uno de ustedes debe trabajar para hacer que estos dos meses pasen rápido y fácil—explicó—En un combate, todos tendrán que luchar, y no dejar que una sola persona haga todo el trabajo. ¿Entienden?

Asentimos todos, empezando a entender. Esta pequeña aventura era solamente para aprender a trabajar en grupo y ser más independientes cuando se trata de nuestros poderes. Sonreí con determinación: después de todo, Sao no solo era un anciano bailarín raro, sino que un hombre muy sabio.




Holaaaa

Que tal?

Que les pareció el nuevo capítulo?

Como les cae el abuelo?

Y por el momento quien es vuestro personaje favorito?

Que creen que pasará en esos dos meses en el bosque?

Hasta luego👋😁💖

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top