11-Científico loco
Piscis:
Abrí los ojos de golpe, antes de sentarme y mirar alrededor con confusión. Lo último que recordaba era ver a esa persona misteriosa chasquear los dedos, antes de sentir unas incontrolables ganas de cerrar los ojos y dormir.
Me encontraba en un enorme cuarto iluminado. Las paredes estaban de un blanco perfecto, con uno que otro cuadro donde aparecían 3 personas: dos chicos demasiado parecidos, posando al lado de un tercer chico, quien los miraba con burla.
Estaba acostada en el suelo, siendo rodeada por mis demás amigos. Todos parecían profundamente dormidos, menos yo, quien me rompía la cabeza intentando saber quién era el chico misterioso y donde estábamos.
¿Era posible que nos hubieran secuestrado dos veces en una sola semana? Sí que teníamos mala suerte. Solo esperaba a que no fuera de nuevo un anciano y que justo después nos volvieran a atacar personas con poderes.
En ese mismo instante, la puerta atrás mío se abrió, por lo que di un salto y me puse rápidamente de pie, mirando al extraño chico: era el mismo de ayer, con la ropa del mismo color negro, pero ahora con una polera de manga corta negra y una gorra del mismo color que le tapaba la parte superior de la cara.
Todo en él me gritaba que era alguien malo y que debía salir corriendo...
—¿Quién eres? —pregunté, apretando los puños—. ¿Qué nos quieres? ¿Por qué nos trajiste aquí?
El chico me ignoró, dándome la espalda y dirigiéndose al centro del cuarto. En el lugar se encontraba una silla, por lo que el joven se sentó en ella y miró a mis amigos con una mueca de molestia.
—¿Por qué aún no despiertan? —se quejó, suspirando con cansancio.
Al instante, y como por arte de magia, todos los chicos abrieron los ojos al mismo tiempo. Algunos miraron alrededor con confusión, mientras que otros observaban al chico con desconfianza.
—¿Y ahora que pasa? —preguntó Tauro, bostezando—. ¿Qué acaso no podemos pasar un día sin tener problemas?
El chico no contestó, sino que sonrió de manera misteriosa. Los demás aprovecharon esos segundos de silencio para ponerse de pie y acercarse lentamente a mí, sin quitar la vista del joven.
El chico se puso de pie, y al instante todos se pararon en pose de combate, listos para luchar. El chico se paró a una distancia razonable, antes de sonreír.
—¿No me digan que creen poder ganarme en combate, y además ir a La Sociedad de Poder para salvar a vuestro abuelo? —susurró el chico.
—¡Déjanos pasar! —le pidió Ofiuco con voz autoritaria—. ¡Déjanos pasar o pasaremos sobre tu cuerpo después de enseñarte a no subestimarnos!
El chico empezó a reírse a carcajadas, antes de levantar ambas manos frente a su cara y volver a sentarse, sin quitar esa sonrisa de su cara.
—¡Que interesantes chicos son! —exclamó con diversión—. Ya entiendo por qué Sao puso toda su confianza en ustedes.
—¿¡Sao!? ¿Espera, usted conoce a mi abuelo?
El chico miró durante largos segundos a Ofiuco, con una expresión neutra, antes de mirarnos después.
—Empecemos primero con las presentaciones —nos pidió—. Yo soy Hiroshi.
Todos lo miramos con confusión, pero solo Ofiuco reaccionó de manera exagerada. Dio un paso hacia atrás, antes de acercarse con precipitación a Hiroshi y mirarlo de más cerca.
—¿Hiroshi? ¿Espera, eres el Hiroshi que conozco?
Hiroshi asintió con lentitud, antes de mirar al chico con diversión.
—¿Sabes que existe algo llamado "espacio personal"?—preguntó, empujándolo y poniéndose de pie.
—¿Pero como es posible que sigas exactamente igual a antes?—preguntó Ofiuco—. Deberías parecer un adulto y no un chico de mi misma edad.
Hiroshi se acercó al chico y sonrió con superioridad.
—Tú mejor que nadie sabes mi poder y sabes qué me permite hacer—susurró, haciendo que Ofiuco se tensara.
El chico suspiró con lentitud, los ojos cerrados, antes de volver a mirar al chico desconocido.
—¿Si de verdad eres tú, donde están los gemelos? —preguntó, una ceja levantada.
Al instante, la puerta se abrió, dejando pasar a dos chicos completamente idénticos. El primero tenía una expresión feliz y emocionante en la cara, mirándonos a todos con una enorme sonrisa, mientras que su gemelo se limitó a mirarnos con molestia, antes de sentarse en la silla al lado de Hiroshi.
—¡Henry! ¡Harry! —gritó Ofiuco con emoción, acercándose a los dos chicos y dándoles una palmadita en el hombro—. ¡Tanto tiempo sin verlos, chicos!
—No me toques—le pidió el segundo chico que había entrado al lugar—. ¿Acaso no sabes que existe algo llamado "espacio personal"?
—Sí se nota que son familia—se rio Ofiuco, negando con diversión.
—¡Hey! —nos saludó el primer chico, igual de emocionado que nuestro amigo—. Yo soy Henry, y él es Harry—señaló a su hermano, el cual había ignorado a Ofiuco y se encontraba jugando con su collar con forma de calavera, completamente fuera de nuestro mundo.
Los observé a ambos. Henry tenía el pelo negro como la noche y ojos marrones, con una sonrisa siempre pegada a su cara. Parecía un chico alegre y amable, quizás el que más me daba confianza entre los tres desconocidos.
Por otro lado, Harry se veía realmente enfermo. Su pelo, del mismo color que él de su hermano, era un poquito más largo, cayendo encima de su frente y sus orejas. Su piel era pálida, con ojeras marcadas, haciendo que sus ojos tuviesen más protagonismo en su cara.
Ambos tenían la misma ropa: un pantalón oscuro, unas zapatillas del mismo color y una polera de manga larga negra, con el dibujo de una calavera en ella. Lo único que Harry tenía más que su hermano era el collar de calavera, que no dejaba de hacer girar con su mano derecha, distraídamente.
Mi vista se posó en Hiroshi, el que nos miraba con una mirada ausente. Tenía el mismo pelo despeinado de los gemelos, siendo tapado por una gorra. El color de su ropa era similar, además de que después de mirarlos uno por uno podía asegurar a la perfección que su relación no era solo de amistad.
—Así que ustedes son gemelos...—susurró Capricornio, pasando su mirada desde el chico alegre hacia el chico oscuro.
—Wow, ¿cómo lo supo?—preguntó el chico oscuro, rodando los ojos—. Juraría que somos muy distintos físicamente.
—Hermano, ¿qué te dije sobre hablar todo el tiempo con sarcasmo?—suspiró Henry, el chico alegre.
—Se parecen mucho, aunque Harry es algo diferente a Henry en personalidad—asintió Ofiuco, ignorándolos—. Pero por más preocupante que les parezca Harry, es un buen chico.
—A decir verdad, Harry es el único que representa a la perfección la imagen del portador de nuestros poderes—explicó Henry, encogiéndose de hombros.
—¿De vuestros poderes? —preguntó Libra, mirando primero a los gemelos y después a Hiroshi—. Seguramente sea algo oscuro, ¿no?
—¡Bingo!—sonrió Hiroshi, mientras que Henry sonreía con vergüenza, antes de asentir.
—Pero bueno, veo que ya conocieron a mi primo—comentó Henry, mirando por el rabio del ojo a Hiroshi—. Puede que parezca misterioso u oscuro, pero es un tipo muy bueno e inteligente.
—¡Basta primo, me estás avergonzando! —sonrió Hiroshi, bromeando.
—Ya cállense ustedes dos, no tenemos tiempo que perder—habló al fin Harry—. Seguramente se pregunten dónde está Sao y que podrán hacer para salvarlo.
Todos asentimos al mismo tiempo. No sabía que me preparaba el futuro, ni tampoco lo que tendría que hacer después, pero si de algo estaba segura, era el hecho de que iba a salvar al abuelo.
Holaaaa
Que tal?
Que les pareció el nuevo capítulo?
Que piensan de Hiroshi?
Y de Henry y Harry?
Cual creen que sea el poder de esos tres?
Y que creen que pasará ahora?
Hasta luego👋😁💖
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top