45-Ryan Black

Ryan:

—¡Cállate! —gritó Jack, fuera de sí—¡Estas mintiendo!

Lo ignoré, antes de volver a mirar a los chicos. Seguían respirando con dificultad, pero no parecía ser nada grave. El único que parecía a punto de estallar era Jack.

—¿Qué pasa, Jack? ¿No que todo era parte de tu plan? ¿Por qué no me matas de una vez y paramos este circo? ¿O acaso quieres respuestas?

Jack apretó los dientes, antes de levantar la espada y lanzarse encima mío. Cerré los ojos y sonreí, antes de abrir los brazos en señal de que no lo iba a atacar. Sentí aire frio frente a mí, pero no abrí los ojos, esperando sentir el ultimo dolor de mi vida.

—¿Quién te crees que eres, Jack? —preguntó una voz masculina.

—¿No te bastó con arruinar nuestra vida y la de nuestro bebé, ahora quieres herir a este chico? —siguió otra voz, ahora femenina.

Abrí los ojos, encontrando a dos personas frente a mí, bloqueando la espada del malo con dos otras espadas. Estos me miraron con indignación, como si se preguntaban que me pasaba por aceptar la muerte, antes de volver a fijar la atención en Jack y empujar su espada de un golpe.

—¿Quiénes son? —preguntó Jack con confusión.

—Una pareja y su hijo, siendo atacados por un grupo de monstruos. El hijo liberando su fuerza real y dejándonos en coma. ¿Te recuerda algo o necesitas nombres? —preguntó con sarcasmo el hombre.

Jack parecía igual de confuso que yo. Observé con el ceño fruncido la pareja. Ambos tenían el pelo rubio y los ojos azules. Ambos me recordaban a alguien con su cara, pero no sabía quién exactamente.

De repente la mujer se dio vuelta de golpe, antes de pegarme con el puño en el pecho. Reprimí un gemido de dolor, antes de mirarla con confusión.

—¿¡Que te pasa por rendirte así de fácil!? —gritó con indignación—¿Acaso tu vida no es preciada para ti? Yo que he estado 15 años en coma, te aseguro que me habría gustado vivir tu vida.

—¿Enserio, señora? —le pregunté enarcando una ceja—¿Te gustaría, a los 12 años, recibir una profecía que te advirtiera que tu muerte está muy cercana, y que será para el bien de la humanidad?

Ambos me miraron con el ceño fruncido, y noté como la mujer se sonrojaba ligeramente.

—He tenido que vivir 5 años, temiendo que el mismo día que vivía fuese el ultimo—escupí con amargura—Tuve que fingir ser alguien que no soy durante muchos años solo para que la gente no dudara de mí. Tuve que traicionar a mi familia y amigos, tuve que ver a muchos de ellos sufrir por mi culpa, o estar al borde de la muerte por culpa de "mi jefe" Jack. ¿Y para qué fue todo eso? Para algún día cambiar mi vida por la paz.

La mujer empezó a balancearse de un pie a otro, visiblemente incomoda y nerviosa.

—Lo siento, no sabía todo eso—susurró con la cabeza baja.

Suspiré, antes de pasar mi mano por mi cara.

—Yo también me disculpo, me dejé llevar. He estado muy tenso los últimos días, y tiendo a decir cosas de las cuales me arrepiento después.

—Los 3 hemos tenido una vida complicada—habló al fin el hombre—Me he quedado durante años en coma, sin saber nada de mi hijo. Solo espero que su abuelo se haya encargado de él.

—¿Entonces, porque no luchamos todos juntos? —preguntó la mujer, con una sonrisa—Por si acaso me llamo Hazel, y él es mi esposo, Frank.

—Soy Ryan Black—me presenté—Y estaría encantado de librar mi última pelea a vuestro lado.

Levanté mi espada en lo alto, pero de repente un sentimiento raro me invadió. Sonreí con emoción, antes de fijar mi vista en Jack.

—¿Dime Jack, en cuanto tiempo podrás juntar a tu equipo? —le pregunté con interés.

Jack me miró con confusión, sin entender a qué me refería. Seguí sonriendo, al mismo tiempo que miraba al cielo.

—Yo puedo reunir a "mi equipo" en 5 segundos. ¿Quieres ver?

Jack no tuvo tiempo para contestar. Al instante varios portales se abrieron en el cielo, más de 20 portales al mismo tiempo. Varías personas saltaron del cielo, antes de posarse alrededor nuestro. Me quedé con la boca al ver todas las personas que éramos.

Estaba Aries y sus amigos, todos con espada en mano. Hiromi miraba a Jack con frialdad, mientras que Seijun intentaba convencer a Hagane de no lanzarse encima de Jack. Testu y Gin miraban a los dos, como si siguieran un partido de tenis.

Percy, el mejor amigo de Sam, lideraba a 8 otras personas, todas con máscaras y espadas en la mano. Solo me bastó ver sus caras, más sus miradas asesinas, para saber quiénes eran. Eran los chicos que habían sido atacados por los monstruos el mismo día que Sam, logrando así que tuviesen máscaras y poderes especiales.

Jade se encontraba atrás de ellos, con el arco cargado en la mano. A su lado estaba Johann, el rey del infierno, acompañado de una enorme variedad de gente del infierno: desde personas normales hasta mujeres con cuerpo de serpientes, perros del infierno, centauros y gigantes, quienes destacaban un montón.

Un poco más lejos se encontraban el abuelo Sao y su nieto Ofiuco, mirando a Hazel y Frank con incredulidad. No fue hasta ver la cara del chico y su comportamiento que entendí porque Hazel y Frank me parecían familiares. Lea y James estaban al lado del anciano, mirándome con confusión. Dylan, Tess, Jules y Tyler me miraban con una mezcla de admiración y sorpresa, pero la determinación superaba todo en sus miradas.

Pero por más enorme que parecieran esas apariciones, la que más me sorprendió fue el grupo liderado por un anciano, espada en mano. Ken se encontraba al fondo, siendo rodeado por un número incalculable de capitanes, tenientes y oficiales de La Sociedad de Poder. El anciano me miró con una mirada penetrante, y sentí con nerviosismo como este miraba mi alma y no mi cuerpo.

—¿Entonces Jack, donde está tu equipo? —le pregunté con sarcasmo—La mayoría de ellos están muertos, mientras que los demás están de nuestro lado.

Jack me miró sin entender, pero me limité a señalar a dos personas a mi derecha: Betty intentaba parar el sangrado de Jordan, mientras el chico se limitaba a respirar con dificultad. Desvié la mirada, antes de mirar a Leo.

—Cura a los heridos—le pedí, señalando a Nash y sus amigos, y después a Jordan.

Leo asintió, al mismo tiempo que el Phoenix salía de su pecho. Miré durante unos segundos, sorprendiéndome con la rapidez en la cual la herida del brazo de Shane se cerraba y desaparecía cualquier cicatriz.

—¡Todos mis hombres murieron por mí! —se ofendió Jack—Ellos son fieles.

—¿Y dime, aún queda alguno de ellos vivo? —pregunté con una sonrisa burlona.

—¡John sigue...!

Una voz a sus espaldas lo cortó, riéndose a carcajadas. Todos, incluyendo a Jack, nos giramos para ver quién era, encontrando a Rachel con muchas heridas, pero visiblemente victoriosa.

La chica miró a Jack con superioridad, pasando a su lado, antes de dirigirse en nuestra dirección. En pocos segundos miró uno a uno a todos, antes de sonreír con curiosidad. Al pasar a mi lado levantó la mano y me miró con una sonrisa, por lo que choqué los 5 con ella.

—¿Entonces Jack, vas a esconderte detrás de alguien más? —le pregunté.

El Phoenix de Leo se acercó a mí y empezó a volar cerca de mi pecho, por lo que retrocedí con rapidez y negué con la cabeza.

—¿Qué pasa? —preguntó Libra con confusión—¿No quieres que te curemos?

—No ahora—me limité a contestar—Estoy ocupado.

La verdad era que no iba a dejar que nadie me curara, ni ahora ni después. La profecía decía claramente que alguien tenía que dar su vida para salvar a los demás. Si no moría yo, alguien más lo iba a hacer, y no iba a dejar que nadie más sufriera más.

Pero dejé ese comentario para mí mismo. Conociendo a los chicos, todos querrán arriesgar su vida para que los demás siguieran vivos. Especialmente Hiromi. Ese chico cargaría con el mundo entero con tal de no ver a sus amigos o conocidos sufrir.

—¿Qué hace aquí, capitán general? —le pregunté a Ken, de quien la presencia me seguía sorprendiendo.

—No puedo quedarme de brazos cruzados viendo como el mundo queda destruido—contestó con voz ronca—¿Y tú, Black, que haces aquí?

—Cumplo con mi deber—me limité a contestar.

—¿Y ustedes quienes son? —preguntó Hiromi, mirando a Hazel y Frank con el ceño fruncido.

Hazel apretó los labios, dirigiendo su mirada desde Hiromi, hasta el abuelo y Ofiuco. Después de unos segundos la mujer ahogó un sollozo y se lanzó en los brazos de Ofiuco.

—¡Hijo, creciste mucho! —sollozó, al mismo tiempo que Frank se acercaba y abrazaba también al chico.

—¡Mamá! ¡Papá! —gritó Ofiuco con lágrimas en los ojos—¡Pensaba que nunca más iba a verlos!

—¿Hija? —preguntó Sao con los ojos llorosos, acercándose con lentitud a Hazel, antes de lanzarle una mirada asesina a Frank—Y mi yerno Frank. Más te vale tratar bien a mi hija, o sino...

—¡Tía! ¡Tío! —gritó Tauro abrazando a ambas personas—¡Siguen vivos!

—¿¡Que!? —preguntó la mitad de nosotros con confusión.

—Parece que Ofiuco es el primo de Tauro—explicó Aries—Y que Sao es su abuelo. Me refiero a abuelo de sangre—añadió.

Apreté los puños al sentir una punzada en mi pecho. Cada segundo se volvía más complicado el respirar para mí. Apoyé una mano en la pared, al mismo tiempo que me trababa la cara con la otra mano.

—Ryan, deja que te curen por favor—me pidió Capricornio, acercándose a mí—Ahora estas en nuestro equipo, no queremos que nadie salga herida.

Negué con la cabeza, fijando mi vista en Jordan. El chico parecía mejor que nunca. Sus heridas estaban heridas, pero tenía la mirada fijada en mí, mirándome con intensidad.

Fruncí el entrecejo, preguntándole silenciosamente que ocurría. El chico desvió la mirada y apretó los labios, antes de volver a mirarme, pero mirando esta vez mi pecho. ¿Acaso Jordan estaba preocupado por mí?

Escuché un grito de dolor, por lo que todos nos giramos, encontrando a Jack, traspasado por una espada cerca del estómago, a pocos centímetros de este. La persona que lo había apuñalado sacó de golpe su espada del cuerpo del chico, antes de darle una patada en la espalda. Después de eso se giró, dirigiéndose en mi dirección.

—¡Te prohíbo morir! —me ordenó Sam, con los ojos llorosos—¡Vas a vivir! ¡Hoy no será tu final!

Negué con la cabeza con diversión. Visiblemente Sam se había dado cuenta también que ya no era un malo. Pero no podía volver atrás. Ella ya me había ordenado morir antes.

—¡Claramente te van a odiar, si eres un traidor! —escupió la chica—Todo lo que nos relacionaba antes está muerto ahora, así que apresúrate en morir. Quiero volver al suelo para terminar con Jack.

Me reí, acercándome a ellas en pasos lentos.

—¿Quieres que muera? Tus deseos son ordenes, Sam—contesté—Habría sido difícil para mí morir sin despedirme, pero veo que ya no me necesitas. Ahora podré irme tranquilo, sabiendo que no sufrirás.

Alguien carraspeó la garganta, sacándome de mi transe. Miré con curiosidad a Ken, quien se había acercado a mí, sacando su espada. Retrocedí un paso al ver como este posicionaba su espada justo debajo de mi cuello.

—¡Hey! —se quejó Sam—¿¡Que hace!?

—Tienes una oportunidad para contestar—susurró con voz ronca—¿Quién eres tú?

¿Quieres saber quién soy? Tendrás que descubrirlo por ti solo. Si te lo digo ya no será divertido. —recordé que la había dicho a Tyler.

Me reí a carcajadas, bajo la mirada penetrante del anciano. Sabía que él podría matarme de un gesto, después de todo no tenía ninguna fuerza más, ni para atacar, ni para defender.

—Soy el héroe de la profecía, el salvador delmundo y el bueno que fingió ser malo. Soy un chico atormentado por una profecíadesde los 12 años, el chico que traicionó todo a su alrededor, solo para algún díadar su vida para devolver la paz—tomé aire, antes de seguir—¿Quieres saber quiénsoy? Soy Ryan Black, alias la pantera azul.







Holaaaa

Que tal?

Que les pareció el nuevo capítulo?

Que piensan de Jack? Y de Ryan?

Que les pareció la llegada de todos?

Como les caen Hazel y Frank?

Que piensan de lo que le dijo Ryan a Ken?

Y quien creen que morirá?

Hasta luego 👋😁💖

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