29-Reviviendo la vida

Rachel:

-¡Esa es usted!—exclamó Igris sorprendido—¡Wow!

-Después de morir llegué al infierno—le expliqué sintiendo escalofríos por todo el cuerpo—me quedé aquí 7 años hasta que johann me liberó.

Fijé mi vista en lo que estaba ocurriendo frente a mí. Rachel se había acercado unos pasos más adelante, mirando a todos lados con una mirada aterrorizada. Johann suspiró y se puso de pie, antes de sonreír con ternura y hablar primero.

-¿Quién eres, amiga?—le preguntó.

Esta se quedó congelada en su sitio, mirándolo con horror. Después de unos segundos, viendo que ella no iba a explicar nada, David tomó la iniciativa.

-¡Señor, ella es Rachel!—exclamó—hoy ha sido atropellada por un auto, y no pudo sobrevivir, por lo que terminó muriéndose, y aquí esta.

-¿¡Ha sido atropellada por un auto!?—preguntó Johann sorprendido—¿Te encuentras bien?

-¡Bueno... estoy muerta!—resumió esta.

-¡Que buena pregunta, señor rey del infierno!—bromeó David dándole una palmadita en el hombro.

-¿Sabes si fue intencional o un accidente?—preguntó este con el ceño fruncido—necesito saber si actuar o dejarlo ir.

-¡Ha sido un accidente!—exclamaron ambos al mismo tiempo, Rachel con preocupación y David con tranquilidad.

-¿Un accidente...?—susurró el rey del infierno agarrándose la barbilla.

-¡Ha sido culpa mía!—dijo esta con una mirada de súplica—yo fui quién se lanzó frente a él. Si no hubiese hecho eso no habría ocurrido todo esto.

-Esta bien, si estas tan segura...—exclamó este encogiendose de hombros.

-¡Bienvenida al infierno, espero que te sientas bien entre nosotros!—exclamó David pasando un brazo por su hombro y sonriendo—cualquier cosa que necesites me lo dices, ¿Ok?

Esta asintió y Johann se peinó el pelo hacia atrás con desesperación. Segundos después, David volvió a llegar frente a él, y le hizo señas a un anciano para que se acercara a ellos.

De nuevo, todo empezó a parecer humo, pero sin darme tiempo de acostumbrarme a la oscuridad del lugar, el mismo ambiente volvió a materializarse, dejándome ver a la pequeña Rachel, caminando en el infierno, días después de su juicio. Esta parecía más tranquila y confiada, aunque en su mirada seguía habiendo esa mirada de incomodidad.

De repente se escucharon ruidos raros, y los tres, Igris, yo y mi yo del pasado nos dimos vuelta para encontrarnos con una mujer caballo. Esta tenía la parte superior como la de una mujer normal, mientras que desde la cintura hasta abajo tenía piernas de caballo.

Sentí mi corazón apretarse al darme cuenta que esa mujer caballo era Jade, mi amiga en el tiempo actual. No me acordaba de este encuentro, y ella nunca dijo haberme visto antes.

-Aunque se hayan visto en el pasado, el primer día de su nueva vida, han actuado como completos desconocidos—exclamó Igris de repente—sé que usted seguramente no se haya acordado de ella, ya que pasó 7 años desde entonces, y ambas han cambiado un montón. Pero ella...

-¿Ella se acordaba de mi?—pregunté esperanzada.

-Seguramente sí—dedujo—ella es un centauro, y los centauros son dotados de inmensa memoria y inteligencia. Ella mejor que nadie sabe que no se le debe recordar el pasado a una persona que tuvo un horrible momento. Por ejemplo, por eso los doctores piden a los familiares no decirle directamente a la víctima que fue herida, ya que eso le causaría un shock. Se prefiere esperar un poco hasta que este preparado mentalmente para la noticia.

-¡Entonces ella se acuerda de mí!—le dije sorprendida—solamente que prefirió empezar desde 0 conmigo para no recordarme mis días en el infierno.

Igris asintió y volvió a fijar su mirada en la escena que estaba frente a nosotros. Jade tomó una larga respiración, como si se hubiese pasado el día entero corriendo, antes de sonreír y tender la mano.

-¡Soy Jade!—exclamó con una sonrisa—bienvenida al infierno. Cualquier duda o problema que tengas me lo dices. Soy la 3 persona más importante aquí, contando desde Johann a David.

-¡Encantada!—tartamudeo esta nerviosa, y realmente la entendía. No cada dia llegaba un centauro a iniciar una conversación contigo.

-¡Bueno, me tengo que ir!—dijo esta con una sonrisa—necesito asegurarme de que todo este bien por aquí.

Me dedicó una última sonrisa antes de dar media vuelta y salir corriendo. Los 3 la quedamos mirando, hasta que esta desapareció de la vista. Me di vuelta para hablar con Igris pero fui cortada por la pequeña Rachel.

-¡Quién pensaba que me iba a encontrar con un caballito el primer día de mi estadía en el infierno!—exclamó sorprendida—¡Aunque en el fondo parece buena persona!

-Se podría decir que con Jade la frase "lo más importante no es el exterior sino el interior" toma sentido—exclamó Igris riéndose—aunque hablando enserio, es linda por dentro como por fuera.

-Estoy de acuerdo—dije con una sonrisa—si fuese un centauro, me encantaría ser Jade.

De nuevo alrededor nuestro cambió, por lo que me quedé paralizada, esperando para ver que sería el próximo recuerdo. De repente me encontré otra vez en el infierno, pero alrededor mío estaba repleto de camas y gente durmiendo en ella. Un escalofrío me pasó por la espalda al saber que día éramos exactamente.

Sin esperar a Igris, salí corriendo, zigzageando entre las camas, buscando la cama en la cual estaría dormida mi yo del pasado. Igris llegó rápidamente a mi lado, respirando agitadamente, antes de agarrar mi brazo y señalar una cama a unos metros de nosotros.

Pasé al lado de un anciano peinadose la barba, cerca de una mujer que jugaba con dos niños pequeños, antes de llegar al lado de la cama y echar una mirada adentro. La chica estaba con los ojos cerrados, respirando ligeramente

De repente la puerta se abrió, y de ella entró el rey del infierno, con mirada preocupada. Las pocas personas despiertas en ese entonces lo saludó con respeto, por lo cual él les devolvió el saludo antes de dirigirse en mi dirección.

Espere a que este me abrazara o besara, pero de repente me di cuenta que yo no existía para él ahora, y que al igual que mis padres, él me iba a ignorar también.

Este se arrodilló a su lado y le acarició el pelo con ternura, al mismo tiempo que la despertaba con calma. Esta se despertó agitada, mirando alrededor confusa, antes de posar su mirada en el él.

-¿Señor? ¿Que pasa?—preguntó mirándolo con el ceño fruncido.

-Vamos conmigo, te necesito—le pidió este poniéndose de pie.

Esta le levantó, miró alrededor, posando su mirada en las pocas personas despiertas, antes de volver a mirar a Johann y seguirlo. Le hice señas a Igris y los seguimos desde cerca, saliendo por la puerta antes de ellos.

-Tranquila Rachel—le dijo este poniendo una mano encima de su hombro—No hiciste nada, solo necesito que me hagas un favor... un gran favor.

-¿Que necesita señor?—preguntó esta calmandose un poco.

-Leo...—dijo este y se quedó callado, esperando ver su reacción.

-¿Leo? ¿Que le pasa?—gritó esta alarmada.

-¿Entonces aún te acuerdas de él?—preguntó Johann esperanzado.

-Claro que sí. Era mi mejor amigo y lo quería mucho. ¿Pero que pasó?

-No tengo mucho tiempo para explicarte, él te necesita ahora—resumió.

-Pero... yo estoy muerta, no puedo hacer nada—exclamó esta bajando la cabeza, visiblemente decepcionada.

-¡Es raro ver esto desde fuera!—exclame nerviosa.

Igris asintió con la cabeza, al mismo tiempo que volvía a fijar su mirada en la escena frente a nosotros.

-Si, estas muerta, ¿pero lo quieres ayudar?—le preguntó johann avanzando un paso.

-Claro que si—contesto esta nerviosa—¿Que debo hacer?

-Se que es un gran favor, pero... quiero que vuelvas a la vida.

-¿Yo? ¿Volver a la vida? ¿Por siempre?—esta empezó a bombardearlo con preguntas al mismo tiempo que abría los ojos.

-Si, si es que no te molesta.

-Claro que no me molesta. Leo es demasiado importante para mi y haré cualquier cosa por él. ¿Pero como haré para volver a la vida?

Los miré y sonreí. Johann sonrió con calma y se acercó a ella. Le agarró la cara con ternura y le besó la frente, luego bajó la cabeza y besó la punta de la nariz antes de agarrar su mano, la cual besó también.

-Yo te perdono—susurró este y levantando la mirada—listo, ya estas viva.

Rachel frente a mi empezó a sonrojarse, al mismo tiempo que sentía como mi cara también me empezaba a quemar. Igris me pegó con el codo en la costilla, susurrando un débil "¡Uhhh!".

-¡No sabía que esta escena era tan así!—exclame mirandolos con ternura.

-Vamos. Todos nos necesitan—dijo este agarrando su mano y empezando a correr.

De nuevo la decoración cambió, dejándonos en oscuridad absoluta unos segundos, antes de volver a materializar el lugar donde había hecho la guardia la noche en la cual Johann se me declaró.

Sintiendo la emoción crecer en mí, me adelanté y me senté en la silla al lado de Hiromi, el cual miraba al cielo con aire soñador. Igris se acercó y se apoyó en mi hombro, mirándonos con curiosidad. De repente la puerta se abrió y de ella entró mi yo del pasado. Esta se quedó mirando a Hiromi unos segundos antes de hablar.

-¡Tierra llamando a Hiromi!—exclamó agitando una mano en frente de sus ojos. Este se asustó y la miró con el ceño fruncido.

-¿Que haces despierta a estas horas? Necesitas dormir—le aconsejó mirándola con preocupación—¿Pasa algo?—preguntó después de unos segundos, dándose vuelta en su silla y mirándola con el ceño fruncido.

Esta se quedó unos segundos en silencio, antes de suspirar y asentir con la cabeza.

-¿Porque el amor es tan complicado?—susurró.

Hiromi sonrió y se froto la cabeza mientras miraba a otro lado.

-¿Y me lo preguntas a mi? El chico que fue rechazado tantas veces y que al fin tuvo novia cuando estuvo al cello de la muerte—hiromi la miró de nuevo y se rió en voz baja.

Esta se encogió de hombros y se rió. Suspiré y los miré a ambos con ternura. Había olvidado lo divertido y el gran soporte que nos daba Hiromi. Él era algo asi como nuestro amigo, padre, hermano y consejero. Seijun tenía suerte de salir con el.

-¿Quién es el que te hace sufrir?—preguntó Hiromi sacándome de mi trance—Para darle su merecido.

Esta levantó sus manos en signo de paz y se reí. Sabía exactamente en que epensaba. Por mas que Johann nos hubiese hecho daño, ninguna quería que él estuviese herido.

-Es Johann, pero no quiero que le hagas nada—resumió esta nerviosa—igual se que nunca pasará nada entre ambos. Él es un dios del infierno y yo una simple chica resucitada. ¿Que interés tendría en mi? Hay un montón de chicas mas lindas y mejores que yo-le expliqué bajando la cabeza.

Hiromi se quedó callado unos segundos y pasó un brazo por mi hombro.

-No debes subestimarte, Rachel—le susurró—Eres Rachel, la chica increíble que hizo que Leo llegara a un nuevo nivel de poder, la chica que nos apoyó a todos y se ganó nuestro corazón aunque no nos conociéramos mucho tiempo. Eres Rachel, la que nos hace reír, la chica no muy madura pero tampoco tan inmadura, la chica que sonríe pase lo que pase y la chica que nunca se rinde.

Levanté mi cabeza sorprendida, al igual que mi yo del pasado. Vi como esta empezaba a tener lágrimas en los ojos.

-Johann te revivio porque él quería, porque queria ayudar a su amo, pero también porque quería que tu estuvieras a su lado. Johann fue el que te revivió, el que siempre estuvo a tu lado para apoyarte, por mas rara que fuese la situación, como la última vez con tu pesadilla. Johann siempre te protegió de los demás, que sean malos o simplemente chicos normales, él se puso celoso con lo de tu "relación" con Hagane y terminó estando de mal humor todo el camino. Hay pequeñas señales que cuando reúnen, te hacen darte cuenta de lo importante que eres para él—Hiromi sonrió y miró hacía el cielo—eres Rachel, y él es Johann. Están hechos el uno para el otro. Deja de subestimarte y date cuenta de quien eres realmente. No eres una simple chica después de todo.

Hiromi se paró y le sonrió.

-Ya viene, los dejo solos—dijo guiñandole un ojo. Este se dio vuelta y se alejó de nosotros mientras la puerta de la casa se abría y un preocupado Johann aparecía en la puerta.

-¿Que haces despierta a estas horas?—le preguntó confuso—Te vas a enfermar, ponte esto—dijo quitándose el poleron y dándosele.

Lo agarró y se lo puso mientras este se sentaba en la silla de al lado y la miraba. Esta cerró los ojos con fuerza, seguramente intentando no ponerse nerviosa.

-Tranquila Rachel, respira, el no escuchó nada, simplemente llegó y esta preocupado por mi. Espera... ¿Preocupado por mi? No, seguramente estoy confundiendo las cosas—me llegó una voz en la cabeza, exactamente igual a la mía.

-Primero, si escuché todo, segundo, si estoy preocupado por ti, y tercero, deja de pensar que no me importas—susurró Johann mirándola con el ceño fruncido. Levantó la mirada y lo miró con los ojos abiertos, sorprendida.

-Yo no me refería a eso—se apresuró a contestar. Johann la miró con los ojos entrecerrados, analizandome.

-¿Y entonces a que te referías?—le preguntó Johann, aún susurrando. Movió un poco la cabeza para mirarla mejor pero ella no se movió—¿Estas enamorada de mi?—preguntó de golpe.

Abrió los ojos de par en par pero desvío rápidamente la mirada para que no viese su cara de sorpresa. Este estiró su mano y agarró su cara, obligándola a mirarlo.

-¿Te gusto o no?—repitió este—se sincera.

Esta cerró los ojos y intentó respirar con normalidad. La miré apretar los labios, como teniendo una lucha interna.

-Sí me gustas, pero no quiero que jueg...

Ni había terminado su frase que Johann la besó, dejándola completamente sorprendida. Pero esta no se quedó atrás. Le devolvió el beso, poniéndose de pie y sentándose en su regazo. De repente unas manos hechas de humo taparon mis ojos, dejándome en completa oscuridad.

-¡Creo que no debería ver eso!—exclamó Igris.

Me quedé unos segundos escuchando como estos aun se besaban, hasta que de repente mi yo del futuro soltó un gemido, y no tuve que ver para saber que pasó, ya que me acordaba perfectamente. Johann le tapó la boca, nervioso.

-¡Shh! No hagas ruido—le pidió este con voz ronca—los demas podrían despertarse y no quiero acabar con esto.

De reojo, y aún con los ojos medio tapados, vi como Rachel le quitaba la mano que tapaba su boca y volvía a unir sus labios con los suyos.

-¡Ya no puedo más, tengo que mear!—gimio una voz y vi como Sagitario salía corriendo de la casa, tapándose los ojos—llevo 10 minutos aguantandome.

Explote en risas sin poder controlarme. Me acordaba perfectamente de esa escena, y viéndolo desde afuera era más divertido. Rachel se separó rápidamente de Johann, poniéndose de pie, pero este la volvió a hacer sentarse sobre él.

-Quédate un poco mas conmigo—susurró con voz ronca—Hay algo que debo preguntarte.

-¿Preguntarme algo?—preguntó está con el ceño fruncido—¿Que cosa?

Esta se puso rápidamente de pie, por lo que el demonio hizo lo mismo. Un silencio se hizo entre ambos, hasta que Rachel lo rompió.

-¿Que me querías preguntar?—repitió, sonrojandose.

Johann dejó de sonreír y cerró los ojos. Segundos después los abrió, adoptando una expresión seria, antes de preguntar:

-¿Quieres coger conmigo?—exclamó mirándola directamente a los ojos. Esta se quedó congelada en su lugar, sin moverse.

-Sí, quiero coger. ¿Subimos arriba?—preguntó después de unos segundos, señalando el piso de arriba.

-Antes de esto debo preguntarte algo—exclamó este acordándose.

Este tomó una larga respiración, bajandose y apoyándose en una rodilla mientras buscaba la caja que había traído consigo. La encontró y la sacó con delicadeza, mirándola a los ojos. Esta se sorprendió y puso ambas manos frente a su boca, sin poder hablar.

-¡Maldito Tauro!—maldijo una voz abriendo la puerta y saliendo al aire nocturno—¿Quién se le ocurre crear una casa sin bañ...?

Sam se quedó plantada, mirándolos sorprendida. De repente una sonrisa pervertida apareció en su boca y empezó a alejarse retrocediendo, mirándonos aún con esa sonrisa.

-Disculpa por interrumpir, sigan con lo suyo—dijo antes de darse vuelta y salir corriendo.

-¿Porque hay siempre gente interrumpiendo?—preguntó Rachel viendo como Sam se alejaba corriendo mientras se reía a carcajadas. Igris y yo asentimos en señal de acuerdo.

Rachel se tenso de repente y lo miró de nuevo. Deduje que esa escena con Sam había echo que se olvidará de lo que estaba pasando. Esta puso de nuevo ambas manos frente a su boca y sus ojos se llenaron de lágrimas.

-¡Oye no llores porfavor!—le pidió poniéndose rápidamente de pie y abrazandola. Esta quitó sus manos de su cara y lo abrazó más fuerte.

Después de unos segundos se separaron y este se volvió a arrodillar frente a ella, aún con la caja cerrada en la mano. Rachel se quedó mirándolo con los ojos desorbitados y después me miró a él.

-Rachel, he vivido tantas cosas increíbles contigo—empezó esteume hiciste sentir innumerables cosas y me hiciste ser el hombre mas feliz del mundo. Desde que bajaste la primera vez al infierno me enamoré de ti, pero tenía que olvidarte porque nunca iba a poder tener una vida contigo. Estaba deprimido y triste, pero un puntito de esperanza se creó al ver como Leo también te necesitaba—esta lo miró con los ojos llenos de lágrimas—hice lo correcto para ambos. No quería que mi amo siguiera sufriendo ni tampoco quería que yo siguiese mal toda mi vida, porque sabía que no encontraría a nadie como tú.

Este se calló y la miré durante varios segundos. Al fin el momento que esperabamos todos se estaba acercando.

-Cuando volviste a la vida todo cambió alrededor mío. Tenía ganas de que siguiera a mi lado, tenía ganas de hacer que tu estuvieras bien, quería que estuvieras feliz, que nunca sufrieras ni te hicieras daño. Por eso siempre estuve a tu lado, protegiendote de todos y asegurándome de que nunca estuvieras mal. No estoy arrepentido de lo que hice, ni tampoco lo estaría. He hecho lo correcto y estoy agradecido de haber tomado esa decisión. Estar todo este tiempo contigo ha sido increíble, y quiero seguir estando contigo, así que—abrió la cajita—¿Quieres seguir siendo mi felicidad y mi tranquilidad? ¿Quieres seguir acompañandome en este camino llamado vida? ¿Quieres ser mi novia y princesa?

Rachel se quedó conmovida, mirando el hermoso anillo con la joya roja brillante. Después, levantó la cabeza y miró a Johann con los ojos llorosos.

-No puedo aceptarlo, es demasiado valioso para mí—susurró.

-Claro que lo mereces, eres lo mas importante que tengo en la vida, te mereces todo lo bueno en el mundo—le contestó.

-No puedo aceptar—susurró—¿Porque me pides ser tu novia ahora?—le preguntó.

Este pareció sorprendido, pero sonrió con tristeza. Se puso de pie y esta lo miró con una sonrisa.

-Sí, creo que asi esta mejor—dijo mirándome con una sonrisa tierna.

Esta empezó a buscar en su bolsillo y se arrodilló en el suelo, sacando una caja y mirándolo con una sonrisa.

-¿Necesito yo también hacer un discurso o te pido directamente si quieres ser mi novio?—preguntó riéndose—No, mejor el discurso, para que veas que tan importante eres para mí.

-¿Que estas haciendo?—preguntó este confuso-dijiste que no podías aceptar.

-Sí, no podía porque yo tenía planeado también pedir que salieras conmigo—dijo esta rascándose la cabeza, nerviosa. Estoy muy feliz por haberte conocido, Johann—empezó está—has sido un gran apoyo en el infierno. Aunque no nos viéramos mucho, igual saber que estabas a cargo de todo hacía que estuviera más calmada. Cuando revivi todo fue increíble gracias a los chicos, pero más gracias a ti. Nunca estaba sola, nunca estaba triste, nunca sufría por mucho tiempo. Todo esto gracias a ti. Estar todo este tiempo a tu lado ha sido increíble, ya que nunca alguien había sido asi de especial para mi. Quiero seguir a tu lado durante toda mi vida, quiero que me sigas apoyando y ayudando en todo, porque te necesito y siempre te necesitaré.

Me encontré yo misma emocionandome por una declaración que no estaba destinada a mi, pero aún asi no me importó ya que Igris estaba peor. Este hasta empezó a llorar.

-¿Quieres ser mi novio? ¿Quieres ser mi demonio para y por siempre?—preguntó esta sonriendo.

-Claro que quiero—dijo abrazandola —¿Y tú, aceptas ser mi novia?

-Sí—susurró está—claro que acepto, pequeño demonio.

La escena se disipo frente a mí, y por una vez no me quedé en oscuridad, sino que muchas escenas, en forma de diferentes portales, se formaron frente a mí.

Una mostraba la vez que pelee con Sagitario porque este pensaba que me estaba robando a Leo. En otra donde nos reconciliabamos.

Un poco más lejos, una escena donde Hagane ponía celoso a Johann agarrando mi mano y fingiendo que eramos más que amigos.

A mi derecha estaba una escena donde Emily y Edward estaban durmiendo encima de mi estómago. Me acordaba perfectamente de ese día. Habíamos estado tan cansados que terminamos durmiendo ahí mismo.

De repente dos portales de volvieron a abrir. En mi izquierda había uno con la misma luz blanca que al principio, mientras que a mi derecha estaban todos mis amigos, familiares, mamá, papá, Jack y demás malos. Sentí una mano posarse sobre mi hombro y miré a Igris con nerviosismo.

-Supongo que es hora de hacer mi elección—susurré ya sabiendo la respuesta.

Holaaa

Que tal?

Que les pareció el nuevo capítulo?

Que piensan del pasado de Rachel?

Y de las escenas vistas?

Que piensan que será su decisión?

Y como les cae Igris?

Sé que habrán gente que piensen que esto es innecesario, pero quería igual decirlo. Porfavor, si andan caminando por la calle o conduciendo(porque quizás haya mayores de edad aquí) presten atención y no se la pasen en su celular.

Primero se los pueden robar, y segundo, ustedes pueden tener un accidente al igual que Rachel, y les aseguro que esta vez no habrá nadie para revivirlos. Presten atención caminando, cuando lleguen a destino tendrán un montón de tiempo para pasarlo en el celular.

Vuestra vida es preciada, no la anden desperdiciando por unos minutos de diversión. Espero que haya gente que me haga caso.

Y bueno, que quieren que actualicé ahora? La aventura zodiacal o mi pequeño tigre?

Hasta luego👋😁💖

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