Capitulo 2: Aquella voz conocida
Izuku abrió sus ojos de golpe.
Rápidamente se dio cuenta que su cabeza estaba apoyada en una almohada, como también su cuerpo en una cama. Se levantó y observó sus alrededores. Estaba completamente oscuro, por lo que no sabia donde estaba.
―¿Pero que... sucedió...? ―se preguntó sumamente confundido. Llevó su mano a la cabeza, ya que algo le incomodaba―. Estas son... ¿Vendas?
Palpó su cuerpo, ya que la misma extraña sensación estaba allí. Levantó un poco su camisa, observando también aquellas vendas en el área de su costillas.
Miró a un lado, observando una posible puerta, ya que la luz entraba por sus orificios. Forzando un poco la vista, logró ver un interruptor y caminó hasta el para encenderlo.
Ya con la luz encendida, Izuku observó que estaba... en una habitación, o mejor dicho, en un dormitorio. ―¿P-Pero que...? ¿Que hago aquí?
No era su habitación... pero al mismo tiempo... el había caído dentro de un agujero dentro de una cueva. Esto era sumamente extraño, y de alguna manera... se sentía muy fuera de lugar.
Volteó hacia la puerta. ―¿Donde esta... ella...? ―debía saber donde estaba, ya que este lugar era preocupante. Con algo de nerviosismo dirigió su mano para abrir esa puerta...
La puerta se abrió hacia afuera. Izuku se alejó un paso, ya que el no la había hecho...
Sus ojos verdes y los de la castaña se cruzaron. Ambos... no se esperaban encontrarse tan rápido.
El chico observó por unos instantes lo que Frisk llevaba entre las manos. Era solo un vaso de agua...
Sorprendiéndole, Frisk dejó el vaso en el suelo y corrió a el, tomándole de las manos con emoción. ―¡Midoriya! ―expresó con felicidad―. ¡¿Estas bien?! ¡¿Te sientes bien?!
El chico mantuvo el silencio. Las benditas en las manos de ella... su rostro cansado y esos ojos con poco brillo... habían desaparecido por completo. Ella estaba totalmente bien.
Frisk se dio cuenta de esto. ―¿Su-Sucede algo...?
Izuku negó, aun sorprendido. ―¿Te sientes... mejor?
Frisk asintió con emoción. ―¡No podrás creer todo lo que sucedió! ¡Tengo mil cosas que contarte!
Ante la inocente emoción de la chica, Izuku no pudo evitar que se le contagie un poco. Es mas, hasta le dio curiosidad. ―Ya... veo ―sonrió―. Estoy muy feliz de que ya te sientas mejor.
Frisk finalmente soltó su manos, y, con algo de cuidado... tocó la frente del chico, para luego picar muy suavemente el lado de sus costillas. Claramente Izuku no tuvo una reacción dolorosa. Esto le produjo una sonrisa. ―Puedes quitarte las vendas si quieres. Veo que esta bien.
Izuku se dio cuenta de esto. Claro, estaba así de vendado, por lo que parece que tuvo algo grave... pero ahora mismo no sentía nada de dolor. Se sacó la venda de su frente... notando que había algo de sangre ya seca en ella.
―¿Q-Que sucedió exactamente? ―finalmente preguntó Izuku, dirigiendo su mirada nuevamente a la chica.
Esta asintió, comprendiendo que Izuku podría estar muy confundido. ―¡Ven! Quiero presentarte a alguien, Midoriya.
―¿Alguien...? ―Izuku observó a Frisk alejándose, por lo que solo la siguió.
Estaba caminado a través de un pasillo completamente normal. Izuku observaba impresionado que la luz del lugar era producto de focos ¿Energía eléctrica?
Le aliviaba enormemente que ella este completamente bien... y que aquella caída no allá sido el final de todo... pero, aun así, no podía sacarse de la cabeza todo esto. Piso de madera, todo bien iluminado, una sensación de calor bastante acogedora... ¿Como habían llegado a un lugar así?
Pasando de largo lo que suponía que era la entrada principal y unas escaleras que bajaban, entraron a lo que parecía era la sala de estar. Allí, el cálido fuego de la chimenea iluminaba un sillón bastante grande.
Sillón en donde descansaba... una mujer. Leía un libro tranquilamente. Cabe destacar que era una mujer cabra, ¿Acaso era su Don?
De repente se detuvo al darse cuenta de la presencia de ambos, notando que el chico la observaba sumamente confundido. ―¡Oh, despertaste! ―le dirigió una mirada atenta―. ¿Te sientes mejor?
―¿Su-Supongo...?
Frisk observó a Izuku. ―Ella es Toriel. Fue quien nos rescató y nos curó ―a continuación, pensó muy bien en sus palabras―, ella... ella es la guardiana de este lugar.
Esta asintió y sonrió de manera cariñosa. ―Gracias por presentarme, mi niña ―Frisk sonrió con algo de vergüenza―. Veo que tienes un rostro hambriento. ¿Quieres comer algo?
Izuku se vio sorprendido ante tal grado de amabilidad. Inevitablemente sonrió y asintió. ―S-Si... y gracias, se-señorita Toriel...
[...]
Ambos humanos se encontraban en el patio de la casa, sentados y recostados en el gran árbol de allí. Izuku ya se había sacado las vendas del cuerpo que le quedaban. Ambos tenían un pedazo de pastel de canela con caramelo recién horneado en sus manos.
Así es, canela con caramelo. Parecía que solo Frisk disfrutaba de el.
―Entonces... ¿Por que me trajiste fuera? ―preguntó Izuku mientras la observaba y picaba un poco su porción. Claro que no le gustaba, pero el hambre le estaba matando. ¿Hace cuanto que no comía algo?
―Primero ―Frisk disgusto el pastel―, por que Toriel se sentiría mal si llega a notar que no te gusta su pastel. Noté la cara con la que lo observaste ―ante el comentario, Izuku se avergonzó―. Segundo... solo quería alejarte, para protegerte.
―¿Protegerme? ―repitió Izuku. Toriel le había parecido una buena persona... ¿Que clase de daño podría hacerles?
Frisk asintió. ―N-No lo malinterpretes. La señorita Toriel es una gran persona, y estoy convencida de eso. Solo quería hablarte un poco de todo... ―Izuku asintió, prestandole atención―. Bueno... ella no tiene un Don... ―informo con algo de delicadeza.
―¿Como? ¿Entonces por que se ve así? ―preguntó―. ¿Su genética muto debido al Don de uno de sus antepasados?
Frisk negó. ―E-Escucha bien Midoriya. Esto es delicado, y me gustaría que te lo tomes de la mejor de las maneras ¿Estaba bien?
Izuku dirigió su mirada a los ojos de la chica. Ya comenzaba a asustarse un poco. ―S-Si...
Ella asintió. ―La señorita Toriel es un... monstruo ―miró al frente―. No hay forma de explicar esto de forma simple, así que seré lo mas directa posible. Al parecer caímos en un lugar en donde habitan monstruos como zanahorias y rocas parlantes, ranas gigantes, fantasmas y humanoides, como la señorita Toriel...
Izuku mantuvo un completo silencio, asimilando muy lentamente las palabras de Frisk. Aun así, y aunque quería confiar en ella... ―F-Frisk... ¿De verdad estas bien...? ―preguntó preocupado―. Ya me parecía extraño ese gusto de canela con caramelo ―comentó, intentando buscarle la gracia a esto.
―I-Izuku... ―el mencionado nuevamente la observó, ya que le llamo el enormemente la atención que le llamara por su nombre―, créeme..., me gustaría que sea una broma, pero esa es la situación en la que nos encontramos ―explicó con delicadeza, ya que comprendía la complejidad del asunto. Sus ojos no podían creer todo lo que vio antes de caer inconsciente...
Izuku se vio shockeado, ¿Lo que ella decía era... verdad? ―F-Frisk... de verdad me gustaría creerte... pero esto es demasiado...
Frisk asintió. ―Comprendo, Midoriya. Bueno... en todo caso, tenemos otro problema ―avisó mientras estiraba su mano en dirección a Izuku.
―¿Cual? ―preguntó Izuku mientras le pasaba su pedazo de pastel que aun no había comido.
―Mientras estabas en cama... hablé mucho con Toriel. Le fui sincera, y le dije que, aunque apreciaba su compañía y lo que había hecho por nosotros... teníamos que regresar a casa... ―suspiró―. Ella solo desvió el tema.
―¿Quieres decir... que nos esta reteniendo?
Frisk asintió. ―Eso parece..., pero Toriel no es una mala persona, de eso estoy muy segura.
Izuku coincidió con el comentario de Frisk. Toriel parecía una madre, y eso le daba la corazonada que, aunque apenas la conozca, podía confiar en ella.
―¡Niños! ―llamó Toriel. ambos miraron en dirección de la casa, observandola salir de esta―. Oh, veo que a Midoriya le gusto mucho mi pastel ―dedujo, ya que el plato de Izuku, o mejor dicho el de Frisk, estaba vació.
Este no estaba dispuesto a mentir, pero Frisk le gano en la palabra. ―¡A-Así es! Parece que le gusta mucho mas que a mi ―explicó entre risas.
Izuku le siguió la corriente. ―Si... así es, estuvo... delicioso ―comento avergonzado. No era una mentira, ya que había comido algo de el.
Toriel asintió feliz. ―¿Están bien? ¿Necesitan algo?
Ambos negaron. Aun así, Izuku dirigió la palabra. ―Disculpe, se-señorita Toriel. Dijo que era... la guardiana de Las Ruinas... ¿No?
Esta asintió. ―Así es. A veces recorro todo el lugar para revisar si alguien había caído. Menos mal que encontré a Frisk en el momento justo.
―Oh, es verdad... ―Izuku se rascó la mejilla―. ¿Que... sucedió luego de caer?
Toriel soltó algunas risitas. ―Era de esperarse que no lo recuerdes. Te diste un golpe muy duro... me preocupaste mucho.
Frisk asintió de acuerdo. ―Caíste debajo de mi... y amortiguaste ni caída. Al mismo tiempo, una cuna de flores amortiguo la tuya. Quedaste inconsciente y yo..., al escuchar una voz, me dirigí hacia ella por ayuda.
―Una malvada flor la había atacado ―Toriel se acercó y tomo el plato vació―, luego de alejarla, Frisk me llevo hacia ti, y te lleve en mis brazos hasta aquí, donde trate algunas de tus heridas.
―Luego ella trató mi fiebre, y desde entonces solo estuviste un día en cama ―término Frisk.
Izuku sonrió. ―Y-Ya veo... ―observó a Toriel―. Estamos totalmente bien gracias a usted..., por favor disculpe las molestia... y gracias.
Toriel asintió, manteniendo una sonrisa en su rostro. ―No es nada. Bien, llevare este plato y... ―ella de repente se puso seria―, ¡Es cierto! Aun no les mostré como funcionan las cosas en este lugar.
Izuku y Frisk levantaron una ceja, confundidos. ―¡¿Ah?!
―Esperen aquí por favor, volveré con algunas cosas ―pidió Toriel, quien con algo de prisa regreso dentro de su hogar.
Ambos humanos se levantaron y se observaron mutuamente con duda.
―¿Frisk...?
―No, nunca hicimos un entrenamiento o algo así...
―¿Y entonces que haremos ahora?
―Supongo que esperarla ―Frisk suspiró―. Para ella es importante...
Izuku asintió. Ambos esperaron a Toriel alrededor de 5 minutos, hasta que ella salio de su casa con...
Izuku levanto una ceja ―¿U-Un... maniquí?
Toriel asintió. Colocó el maniquí en el suelo. ―Verán... tenia preparado un circuito para enseñarles las mecánicas de Las Ruinas... pero con el golpe de Midoriya y el apuro... lo olvidé por completo ―comentó con humor y vergüenza―. Por eso haremos... algo un poco mas resumido y improvisado.
Frisk levantó su mano levemente. ―¿Y... para que es el maniquí? ―preguntó mientras se acercaba a este con curiosidad.
―Eso es para después ―respondió la mujer―. Por ahora, les daré un pequeño resumen de como avanzar las habitaciones de las ruinas.
Izuku y Frisk prestaron atención.
―Verán..., en todo el lugar hay viejos circuitos, palancas y otras cosas que conforman viejos puzzles. Tendrían que resolverlos para poder avanzar.
Izuku se vio confundido ―¿Viejos puzzles?
Frisk coincidió. ―¿Quien los creó?
―Ahmm... ―Toriel no tenia la respuesta―. C-Como decía...
Izuku y Frisk colocaron cara de desilusión. «Desvió el tema...»
―Los puzzles pueden ser algo complicados y peligrosos, pero estoy segura que ustedes se acostumbraran a ellos. Por otro lado... ―Toriel caminó hasta el maniquí―, aquí, en el subsuelo, por ser humanos..., los monstruos les atacaran.
―¿S-Si? ―Frisk se vio algo nerviosa.
Izuku aun no creía en los monstruos... ¿Pero cabía la posibilidad de que les ataquen a ambos?―¿P-Por que?
Toriel sonrió de manera tranquilizante. ―No se preocupen, niños. Cuando entren en contacto con un monstruo, probablemente tengan que "Luchar". Cuando lo hagan, charlen, ganen tiempo, y yo llegare para arreglar el conflicto.
Frisk suspiró aliviada. ―Así que... ¿Solo tenemos que charlar?
Toriel asintió. ―Así es, ¿Quieres practicar con el maniquí?
Ella se vio sorprendida. ―¿H-Hablar con el maniquí? ―Toriel asintió en respuesta, y Frisk, avergonzada, asintió. Se acercó al maniquí y le observo unos segundos.
Giró, observando a Toriel y a Izuku, quienes le hicieron una seña, animándola. Aunque claro... aquello no le sacaba lo vergonzoso al asunto.
―Bien... ―Frisk observó al maniquí―. H-Hola, señor maniquí... se ve realmente b-bien...
Insegura, volvió a girar. Toriel tenia una sonrisa orgullosa en su cara.
Por otro lado... Izuku... este estaba riendo por lo bajo. «¿A-Acaba de coquetear con el maniquí...?» Pensó divertido.
Frisk se tiño de rojo, ya que se había dado cuenta de lo que había hecho. ―B-Bien... y-ya termine...
―¡Bien hecho! ―le felicito la mujer―. Ahora sigues tu, mi niño.
Izuku paró de reír. ―¿Y-Yo...? ―preguntó incrédulo. Toriel asintió nuevamente. El chico tragó saliva, ya que sentía que Frisk se la devolvería. Se acercó al maniquí...
Lo observó por unos momentos... y una tonta idea se cruzo por su cabeza. ―T-Toriel... emm... ¿El maniquí sirve para entrenar?
Toriel se vio confusa. ―¿Entrenar?
Izuku asintió. ―Si... algo así... ―Izuku preparó su puño y golpeo el maniquí con fuerza media. Este, de forma poco realista, cayo al suelo prácticamente destruido. Al observar esto, el cerebro de Izuku se fritó.
―¡No! ¡Los maniquíes no son para "entrenar"! ―gritó Toriel, ya tarde, por desgracia.
Inevitablemente Frisk comenzó a reír, ya que Izuku había metido la pata hasta el fondo.
―¡L-Lo siento! ¡Yo no quería...! ―intento disculparse. El no comprendía como aquel maniquí, que parecía firme y se mantenía en pie, se destruyó cual figura de lego al mínimo golpe―. ¡L-Lo arreglare!
Esta suspiró resignada. ―Fue un accidente ¿No? ―sonrió, dejando eso de lado―. Esta bien. Prueba practicar conmigo ahora.
―¿Eh...? Oh, ¡Claro! ―Izuku se acercó a Toriel―. Yo... emm... ¿Como a estado tu día, T-Toriel?
Esta nuevamente sonrió. ―A estado genial. Me queme un poco debido a un accidente, pero ya estoy bien. Ademas, esta noche cocinare tarta de caracol.
―¿Ta-Ta-Tarta de c-caracol? ―preguntaron Izuku y Frisk incrédulos.
Toriel asintió. ―Bien hecho. Ambos son muy buenos a la hora de hablar ―mencionó orgullosa.
Frisk y Izuku sonrieron avergonzados. Toda su vida fueron tímidos y intentaron mantenerse al margen. Se sentía realmente bien que les digan que ellos eran buenos conversando.
―Bien, eso ya es todo ―Toriel se acercó a los restos del maniquí y comenzó a juntarlos―. Lo hicieron bastante bien. Mañana los llevare a hacer algunos puzzles, así que descansen lo suficiente.
―¿D-Descansar? ¿Que hora es? ―preguntó Izuku.
―Ya deben ser las 10 o 11PM... ―respondió la mujer―, me sorprende que no estén cansados pese a la elevada hora... ―y como si fuese un detonante, Frisk soltó un bostezo. Ante esto, Toriel río un poco―. Bueno... era de esperarse. ¿Entramos a casa?
Ambos asintieron. Izuku se acercó a Toriel... ―Em... Toriel... ¿Puedo llevar al maniquí? Es lo mínimo que puedo hacer por haberlo roto...
Toriel sonrió. ―Esta bien. Llévalos por favor a el cuarto en mantenimiento.
Izuku tomó las piezas y asintió.
Mientras caminaban, Frisk entregó su plato, aun un poco lleno. ―Gracias... creo que ya iré a descansar.
Izuku le acompaño. ―Yo tengo que pensar en algunas cosas... así que yo también me iré a mi cuarto... ―por un momento dudó―, e-es mi cuarto... ¿Verdad?
Toriel asintió encantada. ―Así es, mi niño. Ambos descansen bien.
Con aquello, Toriel y los chicos se separaron.
Frisk acompaño a Izuku hasta la habitación en mantenimiento y la abrió por el. Allí habían varias cosas desordenadas, entre ellas cajas, una cama extra pero polvorienta, y muchos, muchos libros.
Izuku dejo las piezas del maniquí en una caja vacía. ―Podre chico...
Frisk soltó una risa y coloco su mano en el hombro de Izuku. ―Si que metiste la pata, Midoriya ―comentó con humor.
―Al menos no coqueteo con un maniquí... ―le devolvió con humor.
Frisk pareció enojarse, avergonzada. ―¡M-Mas te vale olvidar eso, Midoriya!
Izuku rió un poco y Frisk le acompaño. Ya con el trabajo terminado, ambos salieron de aquella habitación y caminaron hasta sus respectivas habitaciones.
Frisk se detuvo en la puerta de su habitación, que curiosamente era la de Toriel. ―Ahora que recuerdo... ¿Pensaras? ―preguntó de repente.
Izuku, quien se detuvo en su puerta, asintió. ―Descansa Frisk. Hablamos mañana... ―se despidió.
―Si... hablamos mañana, Midoriya ―con eso dicho, Frisk entró a la habitación.
Izuku suspiró y también entró a la suya. Con pesadez cerró la puerta y caminó hasta el escritorio de la habitación, donde había una silla que utilizo para sentarse.
Nuevamente suspiró. Tenia mucho en lo que pensar...
Fin del Capítulo.
Con toda la carga que conlleva descubrir un nuevo mundo, la aventura de Frisk y Izuku apenas comienza...
Próxima semana:
Capítulo 3: La Cuna de flores doradas.
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