Capítulo 5: Una sensual fiesta.

Son exactamente las 10 de la noche, si lo sé, ya voy tarde a la fiestecilla, pero la puntualidad no es lo mío. Además, lo bueno tarda.

Estoy de frente al espejo, peino un poco mi pelo negro y soy consciente que luzco bien. Una camisa negra ajustada a mi tallado cuerpo y remangada hasta los codos, con los dos botones superiores desabotonados y los vaqueros acompañados de unos zapatos oscuros son el conjunto perfecto y resaltan lo que quiero que esta noche sobresalga: yo. Me doy unos toques de mi perfume varonil que uso desde hace años, es cierto soy de esos chicos que usa el mismo perfume durante toda su vida y antes de que me digan de que le estoy cerrando la oportunidad a otras marcas todo eso queda compensado y olvidado cada vez que recuerdo que todas las chicas que conozco cada vez que sientan ese olor me van a recordar y más mis examantes, esas que siempre dijeron que el olor mío hacia que los pies le temblaran. En conjunto esta noche soy perfectamente el sueño húmedo de toda mujer.

Dejo mi cuarto exquisitamente ordenado y parto hacia al garaje. Mis padres esta noche trabajan toda la madrugada, hay mucho curro en Youhire. Abriendo las puertas del garaje vislumbro en el fondo a mi bebé, mi cosita hermosa y la locura de papá. Mi Suzuki de color rojo con detalles en negro o como yo la llamo mi ¨Infierno¨. Me trepo encima de ella junto con el casco y el sonido que produce cuando la pongo en marcha es un orgasmo para mis oídos. ¡Quemo esas ruedas con destino: una sensual fiesta!

Me disfruto tanto el camino que llego enseguida, estaciono el "Infierno" en el primer lugar vacío que encuentro y me dirijo hacia el enorme bar de los Johnson.

En la entrada un guardia de seguridad que se da cierto aire a Godzilla me pide la identificación. Muestro la invitación con mi nombre.

-¡Anda tío! No te reconocía, eres el 5 de los Redstars. ¡Menudo golazo! - me ruge graciosamente Godzillla

-Gracias, se hace lo que se puede - le respondo amablemente porque no quiero líos con esta bestia

¡Cielos santos! Se me escapa esta frase de la boca al entrar al gigantesco bar y admirar su fenomenal decoración. Estaba ambientado lleno de luces que cambiaban de colores en dependencia de las canciones Me dan la bienvenida los gemelos Johnson, anfitriones de este espectáculos y compañeros míos del instituto.

-Bienvenido Jason, pensé que no llegabas - suelta Caleb, uno de los dos hermanos o como él siempre se encarga de recordarnos, el mayor, estrechándome la mano.

-No hagas bromas con respecto a la tardanza que esa es su especialidad - dice Marc, el otro gemelo, interrumpiéndonos.

-Ni que lo digas Marc. Gracias por su invitación - respondo cortésmente.

-Pásala bien, siéntete en casa - me señala Caleb

Sumergiéndome en el mundo fiestero que estaba viviendo localizo a mis amigos y compañeros de equipo: Michael y Klaus, se ven geniales con ese estilo de chicos malos. Voy directo hacia ellos.

-Idiotas que pintas tienen. Esto me huele a cacería - digo esto bromeando por sus espectaculares atuendos, a la par que nos saludamos.

-Toma, bebe un trago de whisky para que entres en calor - me invita Michael.

Rápidamente acepto. Como amigos que somos el rato se hace increíble charlando hasta que yo corto el buen rollo para preguntar por Brian.

-Chicos, ¿saben por qué Brian se perdió el partido de hoy? - los interrogo buscando alguna respuesta a mi pregunta.

-En todo el día de hoy no lo he visto. Me parece raro que se perdiera el partido de esta mañana con lo importante que era - cuenta Klaus con expresión preocupada

-Después de que termine el partido lo llamé, pero el móvil estaba apagado. Tampoco he sabido de él - comenta Michael

-Se le habrá presentado algún imprevisto. Mañana doy una vuelta por su casa para asegurarme que todo esté bien, al fin y al cabo es nuestro amigo. Hoy olvidemos las preocupaciones y disfrutemos que todos los días no se vive una fiesta así - de esta manera corto el tema de Brian para vacilar un poco.

El ambiente es genial, mis amigos se marchan de mi lado para cazar a sus presas. De pronto siento una mano que toca mi espalda, me volteo y es Katherine. Mis ojos se deleitan en su vestido gris ajustado a su maravilloso cuerpo. Katherine es un "amiga" mía del instituto que de vez en cuando nos beneficiamos, cuando perdemos la calma.

-¡Hola Jason! - dice Katherine dándome un beso en la mejilla.

-¡Hola Kath! - le respondo cariñosamente - Te ves guapísima con ese vestido gris ¿Quieres beber algo? - le pregunto rompiendo el hielo

-Sí, quiero un trago del vaso de whisky que llevas en la mano - comenta ella coqueteando conmigo

-Por supuesto, toma - le ofrezco mi trago, queriendo jugar un poco

En ese preciso momento la Dj pone un tema a todo volumen bien latino: Gasolina, de Daddy Yankee. Las luces empiezan a parpadear y toman colores fuertes.

-¿Quieres mover las caderas número 5? - me pregunta Kath, en un tono juguetón y dispuesta a atraparme en sus garras esta noche.

-Pues claro, te enseñaré lo que es el perreo - le respondo para hacerla reír - y otras cosas más- le susurro al oído en tono sugerente.

Juntos vamos hacia la pista de baile. ¡Que empiece el perreo! Ella se coloca delante de mí y con mucha sensualidad menea sus caderas. Katherine es una pelinegra muy sexy y yo que no quiero parecer un imbécil trato de seguirle cada uno de sus movimientos. La atmósfera entre los dos se torna bastante calurosa. De pronto la Dj da play a otro tema e interrumpe el momento tan sabroso que teníamos, pincha la canción Perfect de Ed Sheeran, las luces bajan su brillo y las parejas de la pista se ponen de acuerdo a la situación, tomo a mi pelinegra por la cintura hacia mí y ella hace lo mismo con mi cuello. Bailamos despacio como requiere la canción, ella me mira a los ojos firmemente y yo no aparto mi vista de sus labios

-Noto tus labios secos - le digo dispuestos a humedecerlos.

-Sí, tengo un poco de se... - le interrumpo dándole un beso.

Succiono su labio inferior, nuestras lenguas hacen un juego que produce mucho morbo y luego ella muerde mi labio como sabe que tanto me gusta. Después de esos segundos de tonteo me dice:

-Sabes a whisky, eso era lo que necesitaba para saciar mi sed.- dice ella con una media sonrisa provocativa.

Seguimos besándonos en la pista de baile, probándonos el uno al otro, despertando el calor que resguardaba nuestra piel mientras que continúa la romántica canción. El momento que vivíamos se nos corta porque surge un pequeño imprevisto. El ruido de una pelea en el fondo del bar hace que todas las parejas de la pista de baile exploten de las burbujas románticas en que se encontraban. Nos volteamos hacia atrás y observamos a uno de los anfitriones, pero para ser exacto me atrevería a decir que era Marc, aunque podía ser Caleb es que eran muy parecidos. El más pequeño de los Johnson tomaba las riendas de la situación y con una voz cortante decía:

-Lo siento mis queridos invitados, la fiesta ha terminado. Ha ocurrido una pelea en el fondo del bar y uno de los implicados tiene fuertes golpes. Llamamos a servicios médicos y ya están en camino. Pedimos discreción y mil disculpas por lo ocurrido.- de esta forma culminaría la fiesta con más de una cara de decepción por parte de los invitados debido a unos aguafiestas que decidieron estropear el evento peleándose.

Terminado de escuchar todo me aseguro de revisar el local con la mirada para saber si mis ¨amigos cazadores¨ se encuentran bien y no hayan sido ellos los de la pelea. Escaneo el lugar y los visualizo en lugares diferentes con sus presas. Todo tranquilo. Me giro hacia donde se encuentra Katherine y digo:

-Kath, marchémonos para evitar líos- le digo preocupado sabiendo que el lugar ya no nos conviene.

-Eso va ser lo mejor- me dice Kath consciente de la situación.

Salimos del bar de los Jhonson. Agarro a Kath por la cintura atrayéndola hacia mí y le susurro al oído:

-¿Alguna vez te has divertido en el Infierno?- le digo pensando en llevarla en mi moto hasta la casa y hacer que la fiesta en que estábamos continúe con su sensualidad.

-¿Y se puede saber que es el Infierno para ti, Jason?- dice Kath jugando con su cabello.

-Aquello que tengo parqueado allí- le digo señalando con mi dedo mi moto-le llamo infierno a mi moto pero quien te va hacer arder cuando lleguemos a donde vamos voy a ser yo diabla pelinegra- le susurro estas palabras al oído consciente que le han hecho estremecerse.

-¡Ok, bombón! Me apunto a ser tu diabla por esta noche- dice Kath mientras con una mirada encantadora vacila mis labios.

La cojo por la mano con fuerza y la llevo hasta la moto. Juntos nos montamos dispuestos a pasarla bien. Casi ya para arrancar la moto siento una mirada sobre mí. Viro mi cabeza hacia mi lado derecho y encuentro a unos metros de nosotros una chica sentada en su coche con la ventanilla a la mitad. Solo le veía sus ojos fríos y calculadores. Un momento, esos ojos verdes me parecen conocidos. Otro flashazo de una escena me devora la mente. El tatuaje de una rosa en el antebrazo y una chica que no distingo su cara arrodillada delante de mí. Pasado unos segundos la chica de los ojos verdes prende su auto y se marcha a toda velocidad y Kath distorsiona el momento preguntándome preocupada:

-¿Ocurre algo?

-No sucede nada- le respondo contundentemente dispuesto a no estropear la noche con mis misterios.

Y de esta forma la diabla pelinegra y yo nos marcharíamos hacia mi solitaria casa para hacer esta noche un poco más divertida.

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