Ya me olvidé que en la banca hay que sentarse. Mi entusiasmo dando saltos y apoyando al equipo se nota. El partido sigue igualado uno a uno. Los Firebox lograron marcarnos un gol, pero gracias a nuestro delantero Michael conseguimos otro para el empate de los Redstars. Fin del tiempo reglamentario, nos vamos a la prórroga. En el vestíbulo el entrenador García nos repasa las tácticas y nos da una charla motivadora. Entre todos gritamos: ¡arriba! ¡arriba! ¡Reeedstars!

Comienza la primera mitad la prórroga, en el reloj corre el minuto 106. Una fuerte entrada sobre Maurice hace que se lesione lo que provoca que el entrenador haga las indicaciones necesarias para que entre en su lugar, el partido se detiene. Abrazo a Maurice que tiene problemas al caminar y entro en su lugar. Que satisfacción pisar el césped. ¡ou sí! ¡a jugar! Los fanáticos gritan mi apodo de la camiseta: ¡JMJ! ¡JMJ! ¡CINCOOO! Continua el partido y realizo una buena labor en mi posición, pero no caen los goles. Al descanso nuevamente, el equipo se encuentra cansado, pero todavía con fuerza para dar el último golpe. Se reanuda el partido. Transcurre el minuto 117 y el capitán Klaus hace señas que todos suban al ataque. Por la banda izquierda el mismo capitán lanza un centro elevado y yo que me encuentro en el área chica doy un enorme salto y conecto un cabezazo en la escuadra y ¡GOOOOL! ¡GOOOOL! ¡GOOOOL! se escuchaba con emoción desde las gradas ¡ou sí! Sabía que iba a jugar un buen partido. Voy al córner y celebro con una voltereta. Localizo a Karla entre la multitud y escucho que grita desde la primera grada:

-¡El cinco es mi vecino!

-Que jodida la tía y lo alto que grita - pensé mientras sonreía

Pitazo final. Llegamos a la gran final