Capítulo 2: La llegada.
Pocos metros antes de llegar al estadio de fútbol comento con Karla que estacione su auto y se ubique en el asiento de la primera fila que reserve para ella mientras yo me alisto y entro al terreno.
Salgo del coche y entro por la parte trasera del estadio, “Dreams are here”, directo al vestuario del equipo. Abro mi taquilla, soy el único que falta por cambiarse de ropa y voy con tardanza. Suerte que ya no tengo el dolor de cabeza de hace un rato porque no quisiera hacer un mal papel en el juego, pierdo mi reputación de buen jugador, además Karla está aquí hoy para verme a mí y solo a mí. Me quito la ropa que llevo puesta y me coloco mi playera roja con líneas negras a los lados y un short mediano con el mismo diseño. Tengo el dorsal 5, juego la posición de medio centro defensivo, pues mi portento físico, agilidad y salida con el balón me hacen ser uno de los mejores del pueblo. Me fijo que la taquilla de amigo Brian sigue intacta ¡qué raro! Él no se perdería este partido por nada del mundo.
De pronto mi cabeza se sacude internamente y me viene un flashazo de una escena: veo dos figuras caminado a lo lejos en una calle desierta y de pronto apresuran el paso hasta comenzar a correr. Después de ese pequeño instante conmigo mismo voy hacia el pasillo que da directo al césped. Oigo una bulla, gente gritando y pitidos. ¡el partido comenzó! En el corre corre siento que un brazo corpulento me detiene el paso. Es el entrenador García.
-¡¿Qué carajos haces a estas horas aquí?! - me dice gritando con su acento mexicano.
-¡Qué susto me has dado entrenador! - le respondo con la respiración agitada.-
-Susto vas a pasar si no ganamos este partido – gruñe con un tono amenazador – no quiero explicaciones por tu parte Martins Jones con respecto a la tardanza porque ya el partido comenzó y estas en la banca.
-Pero señ… - intento disculparme cuando el entrenado me corta.
-Dije que no quiero explicaciones. Sal y siéntate en la banca. Aguarda tu momento para cuando hagas falta.
Le hago caso a mi entrenador y de la manera más disciplinada salgo a las afueras del pasillo. me recuesto en la banca junto a otros de mis compañeros. ¡Vaya si es lindo el estadio! Esta casi lleno de aficionados, y la combinación del césped verde con franjas en distintas tonalidades hace que el espectáculo sea una maravilla.
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