🎬38📸
Octubre
Bolonia, Italia
Luego de varias semanas de arduo trabajo y descansos en el medio, Amarilis y Demetrio se presentaron en la alfombra roja de la película Peones II.
El actor días antes recibió a la familia de su asistente y novia, en donde los hospedó en un hotel en la ciudad para que estuvieran presentes el día del evento, también estaba la familia de él en dicho hotel para que se encontraran con la de Amarilis y comentaran sobre la sorpresa.
La pareja posó para los fotógrafos, luego solo él como actor principal y posteriormente Demetrio con todo el equipo. La argentina se acercó a su novio para continuar dándole a los paparazzis más de ellos y algunos periodistas pidieron hablar con él.
Amarilis quedó casi en el centro de la alfombra roja hablando con una de las personas que estaban detrás de escena que formaba parte de la película.
Aplausos, gritos y silbidos comenzaron a escucharse por todo el lugar, la razón era que Demetrio se había puesto de espaldas a ella hincado de rodillas y con una caja abierta en sus manos.
La chica ante semejante griterío de no saber qué estaba pasando, giró en sus talones y bajó la cabeza mirando fijamente la escena. No entendía lo que estaba pasando, frunció el ceño y lo miró a los ojos y luego cayó la vista al anillo que le estaba mostrando.
La pregunta que le hizo fue demasiado inesperada.
—¿Es en serio?
—Claro que sí —declaró él—. ¿Quieres casarte conmigo?
La argentina se sorprendió ante la interrogación, pero no dudó ni un segundo en responderle un sí rotundo.
Demetrio con una sonrisa se puso de pie, sacó el anillo de la caja y se lo colocó en el dedo corazón, ambos se dieron un beso sellando el pedido de matrimonio y a su vez aparecieron los familiares de ambos para acercarse a ellos y felicitarlos, así como también varias personas que estaban allí.
A partir de aquel inesperado acontecimiento, casi la mayoría de los programas de televisión, radios quisieron tener una entrevista con ellos, y las revistas sesiones de fotos con ambos para saber más cosas de la pareja.
Amarilis no estaba acostumbrada a esa clase de trato hacia ella puesto que el famoso era su novio, pero por insistencia de Demetrio aceptó cuando la llamaron de dos programas para tenerla sola y para que le hicieran tres sesiones de fotos en solitario también de las cuáles las fotografías irían a tres revistas.
Estaba agradecida con las cosas que le ofrecían, pero a quienes la entrevistaron y sacaron fotos, les dijo que ella era alguien de muy bajo perfil, que no era tan parte de lo que se vivía en las alfombras rojas y todo lo demás porque el único famoso era su novio, y no ella. Entendía a la perfección que estaba comprometida con él, pero que no quería formar parte del glamur de su pareja, no por despreciarlo sino porque no se sentía del todo cómoda en situaciones como la entrevista televisiva. Lo acompañaba y lo apoyaba desde que el actor la había contratado para ser su asistente, pero que la estrella era solamente Demetrio Cabassi.
Una llamada al aire en uno de los programas de televisión puso nerviosa a la chica pensando que iba a ser alguna fan ardida o algo parecido, pero cuando escuchó la voz de su novio quedó asombrada porque no la esperaba.
—Hola a todos, quiero decirle a esa señorita que está sentada con ustedes, que debería relajarse y disfrutar de las cosas que le ofrecen, comprendo muy bien la manera en cómo se siente, no es nada fácil ser la pareja de alguien famoso, pero eso no le quita mérito, gracias a ella tengo mucho trabajo, creo que la mayoría de ustedes conocen bien mi pasado, la carrera que estaba yendo en picada y haberla conocido fue como un shock de energía, no solo porque me normalizó mi trabajo y a su vez me consigue otros, sin dejar de agradecerle también a mi manager Gennaro, quien me consigue los papeles y presentaciones, pero debo reconocer que sin Amarilis no estaría en donde estoy ahora, y eso lo valoro un montón. Es mi Diosa Fortuna, así la llamo y la amo —declaró con mucha emoción.
Las palabras de Demetrio fueron aplaudidas por la audiencia y los conductores también. El actor realizó unas palabras más y luego cortó la llamada para dejar tranquila a su prometida para que continuaran con el programa.
🎬🎬🎬
En el mes de noviembre, un domingo, Amarilis y Demetrio se casaron al mediodía, con una reunión muy íntima, pero no secreta, puesto que los fotógrafos y periodistas tuvieron unos minutos con ellos para que pudieran sacarles fotos y hacerles algunas preguntas. Luego de aquella media hora con la prensa, Bruno sacó a bailar a su mejor amiga y ella le dijo algo que lo dejó demasiado sorprendido.
—¿En serio no se lo dijiste? —Levantó las cejas asombrado.
—No, no se lo dije porque yo no lo conocía como ahora —justificó—, y pasaron los meses, y la relación se afianzó más, y me olvidé, porque creí que no iba a durarnos tanto, ya sabemos lo que era, un mujeriego, y que asentara cabeza fue sorpresivo para mí también.
—Si se afianzaba era porque la relación iba en serio, ¿no te parece, Lis?
—A veces son tan fuertes y después te das cuenta de que a la semana se separaron, eso era algo que ninguno de los dos lo iba a saber.
—Pero tenías que decirselo. A ver, no era una obligación, pero la mentira que le dijiste antes no va a tener efectividad cuando se dé cuenta de que sos virgen.
—Ya no la puedo arreglar, tendrá que descubrirlo más tarde.
—Pero puede enojarse, Lis.
—¿Te parece? —Lo miró sorprendida y levantando las cejas.
—Le mentiste de una manera o de otra, no confiaste en él.
—Ni siquiera lo conocía del todo como para ventilarle eso tan íntimo. —Se quejó por lo bajo para que solo la escuchara Bruno.
—Bueno, de ser así... posiblemente esa sería una justificación, pero tampoco te tendría que haber parecido raro, Lis. No es una vergüenza ser virgen en estos tiempos. Cada persona decide cuando y con quien acostarse por primera vez, nadie se lo tiene que imponer —le explicó su amigo con razón.
Demetrio llegó a los dos para sacar a bailar de nuevo a su preciosa esposa.
—Quiero bailar otra vez con mi Diosa, por favor —se dirigió al hombre.
—Toda tuya —le respondió con una sonrisa entregándosela.
Amarilis cambió la expresión de su rostro para que él no se diera cuenta de lo que le había dicho a su amigo y continuaron bailando lentos y música con un ritmo más suelto.
La fiesta nupcial había sido preciosa y los pocos invitados se habían divertido también, ya entrada la noche los recién casados se despidieron de las últimas personas y se retiraron al cuarto del hotel donde habían realizado la celebración.
Una vez dentro del dormitorio, fue un dilema para la chica, puesto que no sabía si tenía que callarse y que él solo lo descubriera o bien decírselo. Y pudo más lo segundo, necesitaba contarle la verdad, no quería seguir mintiéndole.
—Tengo que confesarte algo —le dijo cuando tenía el velo y los adornos del pelo ya dejado en un rincón del tocador.
—¿Qué quieres decirme? —La miró con mucha atención.
—¿Te acordás esa vez que fuimos al shopping en Buenos Aires? ¿Dónde un tema llevó a otro y te dije que había tenido cinco novios?
—Sí, me acuerdo, ¿qué pasó con eso? —cuestionó con un semblante preocupado.
—No tuve ninguno.
—¿No tuviste ningún novio? —repitió en interrogación y ella negó con la cabeza—, ¿me estás diciendo que eres virgen? —Ella asintió con la cabeza—, ¿por qué me mentiste?
—Porque no nos conocíamos como para decirte eso.
—Esa no es una justificación.
—Para mí sí, yo no te conocía casi nada, no sabía ni cómo eras.
—Pero aceptaste trabajar para mí —le respondió y ella cerró los ojos ante la verdad que le echó en la cara.
—Eso es diferente —se atajó—. Una cosa era el trabajo y otra decirte una intimidad mía cuando no teníamos ni siquiera una amistad de por medio.
—Pero debiste decírmela cuando nuestra relación ya estaba más sólida y no ahora.
—¿En qué hubiera cambiado? —Se quejó—, ¿no te gusta saberlo ahora?
—Nunca estuve con una mujer virgen.
—Pero es lo que te tocó, lo siento, no puedo hacer nada al respecto, salvo que te acuestes conmigo y deje de serlo.
—Pues con la mentira que me dijiste, ni ganas tengo de estar contigo, no esta noche.
—No seas tonto, Demetrio, eso fue en lo único que te mentí porque me sentí incómoda de decirte la verdad.
—Pero me tomaste por un idiota.
—No, nunca pensé eso de vos, no quise decirtelo en ese momento porque supuse que no daba, punto —le confesó con seriedad y un poco de irritación también.
—Por eso, yo no quiero estar contigo esta noche, punto —manifestó con enojo en su voz.
—Te estás comportando como un adolescente, en vez de hablar bien y solucionar las cosas, o intentar entenderme, ponerte en mi lugar un segundo, no, te enojas y no querés saber más nada de lo que te estoy diciendo.
—Te lo buscaste, porque no me iba a reír si me decías la verdad.
—No era una cuestión de que te causara risa o no, era por otra cosa.
—¿Y por qué no me la dices? —Insistió.
—Ahora yo tampoco tengo ganas, te jodiste en no querer arreglar esto, ahora yo no quiero decirtelo.
—Perfecto entonces, hoy vas a dormir sola —replicó tajante y ella terminó por revolear los ojos.
No iba a insistirle, si no quería arreglar las cosas esa noche, no iba a ser ella quien se acercara a él, puesto que estaba en su derecho en ponerse como se ponía, no tenía por qué decirle en esa ocasión que era virgen cuando ni siquiera los dos sabían mucho del otro, no había confianza y no quería que él intentara seducirla solo para sentirse un macho en ser el primero que la había hecho mujer.
Demetrio la dejó en el dormitorio y él prefirió dormir en el sillón de la sala. Ella resopló cuando lo vio alejarse y cerrar la puerta.
¡Hola! Fue un capítulo lindo, pero a su vez un poco incómodo, Amarilis le dijo la verdad justo en la noche de bodas, y ahora las cosas entre ellos están tirantes, ¿qué creen que pasará después?
¡Las leo!
Un besito, 💜🦋🍁
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top