🎬35📸
Roma, Italia
Dentro del coche y mientras Amarilis manejaba los dos mantenían el silencio hasta que ella habló.
—Si querés rescindirme el contrato, lo voy a entender.
—¿Por qué tendría que romperte el contrato? Una cosa no tiene nada que ver con la otra.
—Lo digo porque capaz te sentís incómodo, yo me siento incómoda en cierta manera.
—Se me pasará. A ti también se te pasará la incomodidad.
—Supongo que sí.
Ambos llegaron y estacionó el auto en un lugar apartado para que pudieran caminar hacia el salón del evento, ya en la entrada la prensa, los fotógrafos y los fans estaban esperando por los artistas que estaban invitados.
Al entrar, los recibió el organizador del evento y fue llevando a Demetrio a ver los nuevos coches, Amarilis quedó relegada y caminó por su cuenta para recorrer el salón.
—Una bellezza, certo? (Una belleza, ¿verdad?) —Le preguntó mirando también el pequeño coche y ella giró para mirarlo.
—Certo (Sí) —respondió.
—Gianfranco —le dijo extendiendo su mano.
—Amarilis —se la aceptó.
—¿Amarilis? —cuestionó con un tono más marcado en la s.
—Sono di Argentina, per quello il nome. (Soy de Argentina, por eso el nombre.)
—Ho capito, sei da sola? (He entendido, ¿estás sola?)
—No, sto con Demetrio Cabassi. (No, estoy con Demetrio Cabassi.)
—Siete insieme? (¿Están juntos?) —Su pregunta la desconcertó, pero cuando quiso responderle que no, llegó el actor para marcar el territorio.
—Demetrio! Come stai? (¡Demetrio! ¿Cómo estás?)
—Ciao, Gianfranco, tutto bene e tu? (Hola, Gianfranco, todo bien, ¿y tú?)
—Bene, grazie. Ho conosciuto questa bella signorina, non sapeva che erano insieme. (Bien, gracias. He conocido a esta bella señorita, no sabía que estaban juntos.)
Amarilis quiso negarlo, pero Demetrio habló de otra cosa.
—Gianfranco è fotógrafo e anche donnaiolo (Gianfranco es fotógrafo y también mujeriego) —comentó y el hombre se rio.
—Non farmi una brutta immagine (no me hagas una mala imagen) —volvió a reír—, non posso scegliere solo una. (No puedo elegir solo a una.)
—Perche ancora non hai trovato la indicata per te. (Porque todavía no has encontrado a la indicada para ti.)
—Hai ragione... Allora, proseguo con il lavoro, ci vediamo dopo. (Tienes razón... Bueno, continúo con el trabajo, nos vemos después.)
—Ci vediamo (Nos vemos) —le respondieron ambos.
La asistente se giró en sus talones y lo miró a los ojos levantando la cabeza.
—Te fuiste al pasto con lo que le dijiste.
—¿Qué es eso? —Frunció el ceño con intriga.
—Te fuiste al carajo, ¿te suena mejor? —preguntó con burla.
—Suena mejor —rio—, no mires para ese lado, Amarilis, no te conviene.
—¿Ah no? ¿Por qué? ¿Qué era esa palabra de donnaiolo?
—Mujeriego —dijo con seriedad.
—¿Y quién me conviene? —remarcó.
—No hagas que te lo diga, o sí te lo digo, no me voy a quedar de brazos cruzados, cuando quiero algo, no me detengo hasta conseguirlo.
—Eso que decís es como conseguir algo a la fuerza.
—No, porque sé que de la otra parte hay una duda y la voy a averiguar.
—Suerte con eso.
Se quedaron en el evento solo tres horas y las aprovecharon para que Demetrio se sacara fotos, probara un par de coches y se hicieran fotos juntos también.
Ya dentro del coche de Amarilis, esta le dijo que mañana tenía otro evento en Ostia.
—Por la mañana es, ¿verdad?
—Sí, a las diez.
Rato después llegaron al edificio y cada uno entró a su departamento.
🎬🎬🎬
Durante todo lo que restaba del mes de junio y parte de julio, Amarilis acompañó a su jefe en cada evento, sesión de fotos y estrenos que tenía, así como también a las reuniones para las próximas películas.
🎬🎬🎬
Cannes, Francia
El día del Festival de Cannes donde la película anterior, Buio, estaba nominada, subió él junto con todos los productores y directores para recibir el premio a la mejor película extranjera del año. Después de todo el trabajo que habían hecho, todos se lo tenían bien merecido el premio.
En la fiesta, el actor y su asistente bailaron un lento mientras él le avisaba que ella tenía que volver sola al día siguiente porque su vuelo salía durante la tarde.
—Me parece bien, tenés que disfrutar de tus vacaciones porque las tenés merecidas. Después de todo lo que hiciste, mereces un descanso.
—Y lo haré. Ya nos veremos en agosto, te voy a extrañar al no verte todos los días.
—Aunque no me lo creas, yo también te voy a extrañar.
—Te creo —le sonrió.
Amarilis ansiaba poder tomarse esas vacaciones junto con él o quedarse en Roma y verse todos los días, junto con sus padres, Bruno que pronto la iría a visitar también, pero por tarada eso no iba a ser posible, porque le había negado en su propia cara que no le gustaba, cuando se derretía cada vez que la miraba y lo tenía cerca.
🎬🎬🎬
A mitad del mes de julio el actor y su asistente se habían tomado vacaciones, él viajó a Córcega y ella se quedó en Roma para pasar los días con sus padres. Con el transcurso de los días, se mensajeaban para saber cómo se encontraba cada uno, él le enviaba fotos del lugar donde estaba y de la playa preciosa que tenía la región.
Siempre le agradecía por las fotos que le enviaba, pero más le chocó y la dejó súper cortada el hecho de saber que se había conseguido novia cuando un mes atrás había leído aquel mensaje de Demetrio a Bruno y que él le había confesado que gustaba de ella, y de tonta le había dicho lo contrario. Que no gustaba de él y que lamentaba que creyera que sí.
Su madre se acercó a ella preguntándole si todo estaba bien, pero negó con la cabeza, dejó el celular sobre la isla y la abrazó por el cuello. La escuchó llorar y miró la foto que su hija estaba viendo en el móvil, era Demetrio besándose con una mujer a orillas de una playa.
—Lis... es posible que sea pasajero, como esos amores de verano que duran menos que un pedo —le dijo para que se riera y lo hizo.
Se separó de ella y se secó las lágrimas.
—Soy una tonta por pensar que iba a quedarse quieto y a insistirme cuando me dijo que sí gustaba de mí —se tapó la cara con las manos para seguir llorando.
—¿Y vos qué le dijiste?
—Que no gustaba de él. Soy una pelotuda.
—No ibas a pretender que se quedara de brazos cruzados esperando a que le dijeras lo contrario.
—Ya no importa. Normal que encontrara a otra en las vacaciones.
—Capaz que solo se saque el gusto en vacaciones y después volverá a estar soltero —le frotó la espalda para reconfortarla de alguna manera—. No te angusties, Lis. No quiero verte así.
—¿Así es el amor? ¿Con llantos y tristezas? Creí que era lindo —admitió con congoja.
—El amor es maravilloso, siempre y cuando sea reciproco. Si él te dijo eso, posiblemente esté esperando a que vos le digas la verdad, o viendo otras personas para ver si lo que siente por vos es de verdad.
—Pero me frustra saber que gusta o gustaba de mí y no esperó.
—No es tan fácil decirlo y que la otra persona lo rechace, más cuando es poco el tiempo que se conocen y no te olvides que él es actor.
—¿Y no tengo derecho a tener a alguien como él? A veces lo veo como inalcanzable, pero como un hombre en realidad. Por eso le dije que no gustaba, por miedo, porque es tan perfecto que tengo miedo de no estar a la altura que él quisiera.
—Sí, claro que sí. Lo que te quiero decir es que, él es una figura pública, vos su asistente, hay muchas personas a las que no les guste una relación así, como la de ustedes, por ejemplo. Y otras a las que sí. Y no pienses en esas pavadas, si te dijo que gustaba, fue por algo, el error tuyo fue decirle que no.
—Es como todo, mamá. Pero, aunque pienso en lo que podrían decir de mí, ya no me importa. Desde que llegué acá que están especulando si para ser su asistente me tuve que acostar con él, miles de veces Demetrio dijo que nos conocimos en sus vacaciones en Buenos Aires y que fue por un amigo en común. Algunos lo creen y otros obviamente no —contestó un poco más calmada—. Por favor, hablemos de otra cosa, quiero tener unas lindas vacaciones con ustedes.
Su madre solo asintió con la cabeza y ella salió de la web para apagar el celular y dedicarse a sus padres que estaban allí de vacaciones.
🎬🎬🎬
Demetrio tenía a su nueva conquista más por placer que por amor, porque realmente no sentía nada por ella más que deseo carnal y como Amarilis lo rechazó, se decantó por conocer a alguien en sus vacaciones. De lo que sí estaba seguro era que gustaba y mucho de su asistente. Por eso prefirió sacarse las ganas con quien le parecía atractiva en esas vacaciones y la mujer estaba bien dispuesta para él.
No solo se veían por el día en la playa, sino que también en los cuartos de cada uno, durante las noches, estaba bien claro que lo que menos hacían era charlar y pasar un rato juntos, tenían sexo, vacío, sin sentimientos, solo para calmar la calentura que sentía, pero no era suficiente. Sabía que no iba a serlo cuando mientras se metía en el interior de la mujer pensaba en Amarilis.
Para el dos de agosto, los padres de Amarilis regresaron a Buenos Aires y su jefe lo hacía también a Roma de la mano de la despampanante rubia con curvas y de nacionalidad francesa.
Se encontraron los tres en el pasillo del piso donde vivían, él las presentó, se llamaba Chloé y la argentina debía reconocer que la mujer era preciosa.
—Un gusto —le dijo la asistente acercándose a la mujer para saludarla con un beso en la mejilla.
—Igualmente —le extendió la mano y la chica quedó cortada—, no quiero que me saludes porque tengo miedo de que se me corra el maquillaje.
Cuando te daba besos tipo sopapa ni te habrás quejado —pensó la joven.
Amarilis abrió un poco más los ojos, pero se quedó callada.
—Entiendo, no hay problema. ¿Llegaron recién? —Le preguntó a él.
—Sí, ¿tú cómo has estado?
—Muy bien, ¿ustedes cómo la pasaron?
—Perfecto —contestó ella.
—Genial. Bueno, si me disculpan voy al departamento para terminar de acomodar el calendario de agosto y septiembre, que ya los tengo mejor organizados.
—¿Tú te quedaste aquí?
—Sí, fui con mis papás a recorrer la ciudad y a algunas ciudades cercanas, la pasé lindo con ellos.
—Ay qué linda nena, que pase las vacaciones con sus padres —dijo Chloé.
Amarilis no sabía si se estaba burlando de ella al llamarla nena o le salía natural.
—Después te mandaré un mensaje con el calendario de agosto.
—De acuerdo.
Luego de unas tres horas, la argentina le envió por correo el calendario del mes de agosto, donde venía muy movido porque implicaba el inicio del rodaje de la segunda parte de la saga de películas Peones y varias cosas más.
Demetrio le envió un mensaje recién a la medianoche, pero ella ya estaba dormida desde hacía una hora atrás.
Demetrio
Hola, discúlpame que
te envíe recién el mensaje,
confirma todo. Buenas noches
A la mañana siguiente donde todavía tenían un día más de descanso antes del ajetreado mes que tendrían, Chloé golpeó la puerta del departamento de Amarilis y la chica le abrió sorprendiéndose de verla allí.
—Hola, ¿necesitas algo?
—Hola, ¿me llevarías al centro comercial o a las calles donde están las tiendas? —Le cuestionó sin siquiera preocuparse por si ella tenía que hacer otras cosas más importantes.
—¿Demetrio lo sabe? —Frunció el ceño con intriga.
—No.
—¿Y por qué no lo esperas? Yo tengo que hacer otras cosas dentro del departamento, tengo que organizar los calendarios de los meses siguientes y me llevará mucho tiempo.
—¿De verdad eres su asistente?
—Sí, él no te lo estaba diciendo en chiste ayer.
—Te veo tan jovencita que me cuesta creer que le lleves la agenda laboral.
—Que sea jovencita no quiere decir que sea inútil para un trabajo así.
—Oh, no... Eso es verdad, bueno, entonces regresaré a la cama con el Dios Romano y después a la tarde le pediré que me lleve —le respondió restregándole en la cara lo que iba a hacer.
—Hasta luego.
Amarilis cerró la puerta y apoyó la frente contra esta.
Dentro del departamento de Demetrio, este estaba en la cocina preparándose un café y vio a su novia de turno entrar de nuevo al interior.
—¿Dónde fuiste?
—Al departamento de tu asistente.
—¿Por cuál motivo? —Se extrañó realmente.
—Quería verla mejor y preguntarle si me llevaba de compras.
El hombre levantó las cejas y abrió más los ojos.
—Ella no es la chica de los mandados, Chloé.
—¿Quién es entonces? Yo podría ser tu asistente, ¿no te gustaría? Asistente tuya y novia.
Demetrio no sabía si reírse o comenzar a molestarse con ella.
—No lo creo, ya tengo una asistente y hace muy bien su trabajo, y novia, nunca te dije que lo fueses, o que eras oficialmente mi novia, solo tenemos sexo, Chloé.
—¿Me trajiste solo para sacarte las ganas?
—No empieces porque los dos estuvimos de acuerdo en tener solo sexo, tú no buscas compromisos y yo tampoco.
—Me estás gustando, Demetrio.
—Solo te gusta el sexo que tienes conmigo, nada más, no puedes gustar de mí porque lo único que estamos teniendo es sexo. Y por favor, si vas a ser un estorbo, es mejor que te vayas, porque tampoco tengo intenciones de llevarte conmigo a los lugares donde estoy invitado.
—Pero tu asistente irá, ¿verdad? Obvio que sí. Ni siquiera la conozco del todo y ya me cae mal, empezando por decirme que no podía llevarme a las tiendas porque tenía que organizar los calendarios —escupió muy molesta.
—Organizar los calendarios lleva tiempo, no es tan fácil y tú no harías eso. Y ella trabaja para mí, no está disponible para gente ajena. Y si vamos a hablar de no caerte bien ella, te digo que la actitud que tuviste ayer cuando las presenté fue de soberbia, Amarilis fue amable contigo y tú solo le dijiste que no querías que te saludara porque se te iba a correr el maquillaje. No estoy para estupideces, Chloé. —Admitió muy enojado—. Solo tuvimos sexo en las vacaciones, nada sentimental de por medio y si no aceptas eso, te puedes ir. Te pagaré un pasaje a Francia y listo. Yo no voy a darte más que sexo y no creo que soportes tener solo sexo de un hombre, porque sé que eres ambiciosa, me di cuenta con tu manera de ser.
—Eres un estúpido, Demetrio —le gritó con los brazos en forma de jarra—. A la larga casi todas las mujeres son ambiciosas.
—Pueden serlo sin ser soberbias o maleducadas y tú eres de esas.
Tomó el celular en sus manos y en pocos minutos hizo la compra de un pasaje de avión.
—Te acabo de comprar un pasaje de ida a Francia.
—Imbécil —dijo furiosa.
Demetrio no la escuchó, fue al otro cuarto donde tenía una impresora y le imprimió el pasaje para que lo presentara en la aerolínea.
—Tus cosas —le dejó el bolso en el piso y la cartera, junto con el papel impreso.
—Poco caballero, debería darte vergüenza en cómo me tratas —escupió muy molesta.
—Soy caballero si la otra persona es buena también, con los demás y conmigo. Lamentablemente tú no eres así. Eres muy buena en la cama, pero no sirves para algo más, mucho menos para algo serio —le expresó con seriedad absoluta.
—Terminamos, no sirves tampoco tú. —Dijo enojadísima.
—Nunca empezamos algo, Chloé —rio con sarcasmo.
La francesa se fue ardida del departamento y mientras bajaba con el elevador llamó a un taxi para llevarla al aeropuerto.
Demetrio suspiró de alivio cuando quedó solo de nuevo en su vivienda. La verdad era que no la soportaba, solo la quería para el sexo y para nada más. A la única que quería de verdad era a su asistente y quería volver a confesarle cuanto le gustaba y que se había enamorado de ella, aunque fuese un disparate, aunque Amarilis lo rechazara una vez más, debía insistir porque sabía que ella sentía algo por él también, era innegable que no sintiera algo por él cuando desde hacía tiempo percibía la relación no tan profesional que tenían.
🎬🎬🎬
El día siguiente solo se vieron para la hora de la salida hacia la Ópera en la cual Demetrio estaba invitado. Iban a ir con el coche de la chica y ella conduciría, para no perder la costumbre.
—Estás preciosa.
—Muchas gracias. —Se ruborizó al escuchar su halago—. Vos también te ves bien.
—Gracias —sonrió también.
Él llevaba un traje y ella un vestido de cóctel ya que la ópera no era para una etiqueta formal. Caminaron hacia el ascensor y quedaron en silencio cuando entraron.
—¿Y tu novia? —Quiso saber porque no la había visto.
—¿Cuál novia, Amarilis?
—La que me presentaste antes de ayer.
—Nunca te dije que fuese mi novia y no está más conmigo, ayer por la mañana discutimos y le compré un pasaje de ida a Francia —Demetrio miró el número que iba bajando hacia el lobby del edificio.
—Pero... capaz que vuelven, ¿no?
—Solo la quise para tener sexo, nada más.
—¿Y te la trajiste a Italia solo para tener sexo con ella? —Abrió más los ojos—. Para eso podías conseguir a otra acá.
—No creas que es fácil encontrar a alguien.
—Sos figura pública, te llueven las mujeres, no podés decirme eso.
—Pero te lo digo de verdad. Crees que es fácil porque estoy expuesto por ser famoso, pero es más complicado de lo que piensas, la mayoría cree que soy un imposible o al revés. Pero yo estoy buscando otra clase de mujer.
—Bueno... En ese caso, en algún momento la encontrarás.
—Te encontré y me rechazaste. Te dije que gustaba de ti y me dijiste que tú no sentías nada por mí. Cuando tenía sexo con ella pensaba en ti. Lo siento si mi confesión te suena rara, pero es la verdad.
Amarilis no supo qué decirle, solo quería que las puertas del ascensor se abrieran de inmediato para no tener que escucharlo, y como si lo hubieran hecho, el elevador llegó al subsuelo y se abrieron las puertas.
—Llegaremos tarde y la ópera empieza puntual.
Demetrio revoleó los ojos y salió de allí.
¿Y ahora? ¿Qué creen que pasará entre ellos? Demetrio está libre de nuevo y estaba muy claro que solo andaba con Chloé para intentar olvidarse de Amarilis, pero todo en vano. Cuentenme qué opinan del capítulo y qué piensan que seguirá a continuación. Las leo. =)
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