🎬 22 📸

Florencia

Il Salviatino

Demetrio le preguntó si quería caminar por los jardines del hotel antes de ir a dormir así conversaban un poco más también. Y aunque a Amarilis le extrañó su oferta, la aceptó.

Caminaron por la arcada que tenía una enredadera con flores, asientos y almohadones, donde se encontraron a la pareja de ancianos que les había quitado una de las habitaciones que habían reservado. Estaban sentados mirando el paisaje del jardín mientras escuchaban las cosas que se decían cuando caminaban.

—¿Recuerdas esa cena sorpresa que te preparé aquí mismo?

—Claro que la recuerdo, había luces colgando de las enredaderas, una linda mesa decorada y velas. Siempre fuiste un romántico y lo eres aún —le confesó la mujer apoyando la cabeza sobre el hombro de su esposo y este la abrazó.

—Qué lindo —susurró Amarilis.

Demetrio quedó observando su perfil durante unos minutos, sabiendo que le hubiera encantado abrazarla por los hombros y darle un beso, pero ella creería que se estaría aprovechando de la situación.

—¿Qué te parece si nos quedamos unos días aquí? —cuestionó como sugerencia.

—¿Querés tomar un descanso? —Frunció el ceño de manera intrigada.

—Sí, del 29 de mayo al 1 de junio no tengo nada para hacer, podríamos quedarnos unos días aquí, le puedo preguntar al conserje, ya que nos arruinó lo de las reservas...

—Podés pedir dos habitaciones, me pago yo la estadía por los días que nos quedemos.

—¿Entonces aceptas?

—Sí, pero depende de lo que haya en el hotel. ¿Por qué querés quedarte? Entiendo que capaz estás cansado, venís desde hace días durmiendo poco.

—Te aseguro que desde que te contraté que duermo mejor y en horarios normales, antes cuando no tenía a nadie quien me organizara la agenda era flojo, no iba adonde me invitaban, un desastre era. Ya lo sabes.

—Sí, me contaste.

—Quiero descansar, pero sobre todo quiero que tú descanses, necesitas reponerte de ese golpe y creo que con los masajes que hay en el spa podrás relajarte.

—Con el tiempo el dolor se me irá, las pastillas me están haciendo bien porque no me duele tanto cuando me las tomo, eso sí, me dejan un poco somnolienta —respondió sujetándose el costado.

—¿Te duele? —preguntó refiriéndose al costado al ver que se tocaba la zona.

—Me molesta un poco, todavía no me tomé el medicamento.

—¿Cuándo te toca?

—Supongo que, dentro de un rato, no traje el celular.

—Son las once y media.

—A las doce y media tengo que tomarla.

—Demos una vuelta alrededor y entremos para que te tomes la pastilla, así puedes dormir mejor.

—Está bien.

En silencio fueron caminando, se escuchaban los árboles moverse con el sutil viento nocturno, el calzado de ambos contra el pavimiento y luego sobre el césped, los silencios no eran incómodos, solo ellos parecía que se entendían aún cuando no hablaban y se sentían bien, cómodos con la presencia del otro.

Apenas entraron al hotel y avanzaron hacia los ascensores, Demetrio le dijo que fuera a la habitación porque iba a arreglar con el conserje cómo se podía hacer para estar más días allí, le entregó la llave y ella subió al cuarto.

Amarilis aprovechó en ponerse el pijama dentro del baño por las dudas y cuando salió se sentó en el sillón individual revisando lo que tenía en su Instagram y en el Instagram de Demetrio para darle algunos likes también. Cuando golpearon la puerta, se asustó y preguntó quién era, al escuchar la voz del actor, ella le dijo que estaba abierto.

—¿Por qué golpeaste la puerta? Podías haber entrado sin problemas.

—No sabía si estabas en ropa interior o vestida, prefería golpear antes que entrar sin permiso.

—Gracias. ¿Pudiste arreglar algo?

—No, no hay habitación doble disponible y tampoco dos por separado.

—Supongo que tampoco esta está disponible, ¿no? —Quiso saber Lis.

—No, por el tema del festival no todos los hoteles tienen disponibilidad.

—Es normal que no haya. Más si junta mucha gente para ver los espectáculos de música. Bueno, en ese caso, se volverá a Roma. Ya tendrás otra oportunidad para estar acá de nuevo. En vacaciones de verano, por ejemplo.

—Tenía pensado irme a Grecia o a alguna isla, para realmente descansar.

—Me parece bien, creo que te las mereces por lo que estás haciendo, que no es poco.

—¿Tú qué harás?

—Ni siquiera me diste vacaciones, ¿y ya querés saber qué haré?

—Sí.

—Pienso visitar a mis papás.

—¿Por qué no vienen ellos para acá? Es verano, creo que les vendría bien. Y ya después tú vas para vísperas de fiestas para allá.

—No sé...

—No necesitan visa, nada, solo alguien que viva aquí, aparte el departamento tiene un cuarto de más.

—Después veré qué opinan sobre eso.

—Seguro que les gustará.

—Cambiando de tema, necesito el teléfono de tu hermana, quedé con ella para hablarle en algún momento, pero con todo lo que pasó me olvidé en pedírtelo.

—Te lo enviaré al WhatsApp.

—Okey.

Amarilis se levantó con cuidado del sillón para tomarse el calmante.

—¿Querés un poco de agua o algo caliente antes de dormir? —Le ofreció a su jefe.

—Sí hay café, estaría bien. Otra cosa, fíjate para un hotel en el centro de Florencia, me empecino cuando quiero conseguir algo, así que, busca algo para pasar los días que hay de descanso.

—¿Estás seguro?

—Sí.

—Está bien, me fijaré ahora.

—No, mañana lo harás, tienes que descansar, Amarilis.

—¿Y si para mañana no hay nada?

—Algo habrá, no creo que todos los hoteles estén llenos.

La chica se tragó la pastilla y dejó el vaso vacío sobre la bandeja junto a la botella de agua mineral.

—Bueno, pero no habría estado mal que me fije ahora un poco.

—No, debes dormir.

La muchacha le llevó el café para dejárselo en sus manos y ella sacó una foto a la vista que tenía desde el cuarto.

—Gracias —le dijo cuando la vio caminar hacia la ventana.

—Avisaré que estarás en el festival.

—De acuerdo.

Demetrio quedó mirándole la espalda cubierta y la cintura, era pequeña de arriba, pero sus curvas comenzaban a asomarse desde la cintura para abajo y no podía negar que tenía un buen trasero. Como hombre que era, se fijaba en esas cosas, era algo imposible de evitar. A pesar del pantalón largo que tenía de pijama y la remera de mangas cortas, se notaba el cuerpo que tenía y sería un tonto negar que no le gustaba.

—¿Te molesta si duermo del lado de la ventana? —preguntó ella.

—Adelante, no hay problema.

—Gracias —se acercó a la cama y la desarmó.

Con cuidado se fue metiendo dentro y se tapó sentándose, y recargando su espalda contra el respaldo.

—A la una de la tarde tenés que estar mañana en el festival.

—Está bien. ¿A qué hora piensas poner la alarma?

—Como a las ocho.

—La pondré yo también a esa hora, por las dudas.

El actor se puso de pie, tomó su ropa de cama y se metió al baño para desvestirse.

Amarilis suspiró de alivio cuando se encontró sola de nuevo. Sentía que se sofocaba con su presencia, ya estar en la misma habitación la estaba poniendo nerviosa y peor iba a ser cuando él se metiera en la cama. El peso de su cuerpo a su lado, el perfume masculino, y esa cara que era un pecado la iba a tener mal durante todo el viaje.

Cuando sintió la puerta abrirse, volvió la atención a la pantalla de su celular.

Demetrio dejó su ropa dentro de la maleta y desarmó la cama de su lado para entrar y taparse.

—¿Publicaste la foto? —cuestionó curioso acercando su cabeza a la pantalla y mirando.

El perfume del cabello le llegó a la nariz de la chica y cerró los ojos por un instante.

—Estoy en eso —los abrió de repente—. Pero si seguís mirando vos, yo no puedo hacer mucho, esa cabeza que tenés es como el globo aerostático —rio casi a carcajadas.

El hombre levantó la cabeza y la miró, entre serio y ofendido de forma falsa por el chiste, con los ojos fijos en los de Lis, y quedó muda de repente.

—Tenés los ojos como los de tu mamá —fue lo único que pudo acotar.

—No los tengo iguales a ella, los míos son más azules, aunque a veces cambian, se ponen más transparentes. Y soy hombre.

Amarilis tragó saliva con dificultad.

—Okey... —contestó sin saber qué más decirle—, ¿me dejas terminar de subir la foto?

Certo (Sí) —le habló en italiano con una ceja levantada y una sonrisa de lado.

El hombre se acomodó en la cama, alejándose de ella y se metió en su red social.

demetrio.cabassi Hoy, hemos hecho un paseo por esta maravillosa ciudad.

mellea.cabassi Siempre hermosa Florencia. Te amo hermano mío ♥


gio.9 Casi que esta foto es más hermosa que la suya XD ♥

Si querés seguirme en alguna red social, acá te la dejo:

Instagram: elyseefrancesca

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top