▦ Capítulo 9

Los días transcurrían y soportar a Loki dejaba de ser un reto de otro mundo, aunque eso no quería decir que dejaría de toparse con sorpresas cada vez. Quién diría que Tony Stark tendría suposiciones acertadas acerca del futuro; tal vez Loki no metiera arañas en sus sábanas pero sí que lo hizo en sus calzoncillos. Todo se resumía a bromas sin sentido, impredecibles y a diversión del propio dios. Era aceptable para Peter, porque incluso algunas travesuras llegaban a Ned y eso llegaba a causarle gracia —sólo un poco porque después tenía que fingir seriedad y reprender a Loki—. Ya ni siquiera pensaba en una catástrofe que se pudiera ocasionar, supo analizar de lo que era capaz o no, y esto ciertamente privilegiaba su preocupación a la travesura que lo saludaba al inicio de cada día. Todo cabía dentro de lo que se podía categorizar como aceptable, todo menos una combinación que detestó desde el principio: Flash Thompson y Loki.

La profesora de química emitió una pregunta y como era de esperarse, tres alumnos alzaron la mano al instante. Bueno, ahora eran dos porque un azabache con magia en las manos hizo a Peter bajar la suya a la fuerza. La mujer cedió la palabra al dúo, extrañada nuevamente de que Parker hubiera desistido a participar. Loki fue quien contestó la teoría y Thompson complementó aplicando un ejemplo. La respuesta fue correcta y los chicos que compartían la mesa chocaron los puños con complicidad.

¿Cómo no iban a llevarse bien siendo esos dos unos perfectos engreídos? Y es que no era lo único que los unía. Como bien dicen algunos: nada fomenta mejor una amistad que un enemigo en común. Además, Peter seguía sin poder aceptar que Flash hubiera enseñado a Loki un gesto como el de chocar los puños. A este paso el azabache ya tendría todas las herramientas para ser un adolescente actualizado y con la capacidad de molestarlo de todas las maneras 'midgardianas', tal y como éste se refería a la tierra.

— ¿Qué pasa, Parker? Espero no me digas que Hulk te arrancó la lengua. ¿O es que finalmente aceptas que no eres el más listo de la clase? —se burló Flash al pasar al lado de la mesa de Peter tras el timbrazo de cambio de clase.

— Nada de eso —Peter apretó sus labios mientras recogía sus cosas, conformándose esta vez a que Loki se haya salido con las suyas; igual si reclamara no era como si pudiera detenerlo.

— Estoy ansioso por la siguiente clase. No me hagas las cosas fáciles, piensa en mi, ¿sí? —y sin más, Thompson se retiró hacia la puerta.

— Sería interesante ver que Hulk te arranque la lengua —comentó Loki mientras se recargaba en la mesa metálica con media sonrisa en el rostro.

— Seguramente. Aunque ni siquiera tengo el placer de conocerlo. ¿Qué me dices tú? El señor Stark me contó que tuvieron un gran encuentro —mencionó Peter con pequeña malicia mientras se echaba la mochila al hombro.

La sonrisa en el rostro de Loki se borró. Por supuesto que aquello no le causaba en absoluto gracia.

— ¡Hulk aplasta! —imitó Ned con una especie de rugidos, sorprendiendo a Loki por detrás.

El azabache se retiró indignado, eso por esconder el sobresalto interno que le provocó la broma de Ned.

— Gracias, amigo —Peter chocó la mano con el moreno.

— Para eso estoy —se encogió de hombros para posteriormente responder al gesto, tratando de ignorar el hecho de que algunos estudiantes restantes en el aula se le quedaron viendo raro por su acción.

— Flash debió quedarse en sus cursos de física. Desde que volvió es más odioso, o es odioso porque ahora Loki está junto a él —comentó mientras caminaban por los pasillos.

— ¿Flash puede ser más odioso? —inquirió Ned.

El castaño movió su cabeza de un costado a otro. Eso tenía sentido.

— Tienes razón. En todo caso es la segunda opción —concluyó.

— ¿Telequinesis? —sacó de pronto Ned, nada que ver lógicamente con lo que estaban hablando hace unos momentos.

— ¿Qué?

— Vamos, en esta semana he visto como bajas la mano de pronto cuando intentas participar y no parece que lo hagas a voluntad propia. Dime, ¿el poder de Loki es la telequinesis? —inquirió curioso.

— ¿Eh? No, bueno... ¡No!

— Sabes que puedes confiar en mi, hermano. Puedo ser bueno guardando secretos —Ned apoyó su mano en el hombro de su amigo.

— Ajá, tan bueno que cuando descubriste mi identidad casi me pones en aprietos.

— Fue por una buena causa. Y hablando de eso, ¿qué tal está Liz?

— No he hablado con ella —admitió con una voz más queda.

— ¡¿Cómo que no lo has hecho?! ¿Para que sirven las redes sociales entonces?

— Shh, Ned. No es para tanto —dijo entre dientes mientras se encontraban llegando al salón. 

— ¿Cómo que no es para tanto? —repuso Ned, bajando su voz de igual manera—. La tenías. A ti te gusta, a ella le gustas. Que la distancia no sea un problema, amigo.

— Es complicado, Ned —llegó a su lugar, dejando sus cosas allí.

Ned estuvo a punto de presionar a Peter con el tema de su chica, pero con lo despistado que llegaba a ser, la escena que observó a espaldas de su amigo le hizo bifurcar el rumbo de la charla.

— Míralo. Lleva dos semanas aquí y tiene más status social que nosotros —comentó mientras suspiraba.

Peter llevó su vista hacia atrás, viendo a Loki con un reducido grupo de alumnos haciéndole compañía en su lugar mientras charlaban de cosas triviales. Sí, Loki era encantador. Supuestamente inofensivo y con un estilo de emo no tan emo, además de que su físico y rostro le favorecían. Podría no llegar a esconder lo extraño de su forma de ser, pero aún así había quienes se atrevían a acercarse al extravagante compañero, cosa que nunca ocurriría con ellos porque eran unos completos 'losers' y lo tenían pintado en la cara desde el primer día que llegaron al instituto.

— Ya me acordé —pronunció de pronto Michelle, encontrándose a un lado de Peter sin que éste se percatara anteriormente, cosa que le hizo sacar de su ensimismamiento por la impresión de tenerla al lado tan de repente.

— ¿Ve-venías detrás de nosotros? —cuestionó desconcertado.

Sólo existían dos personas que lograban engañar su sentido arácnido: Michelle y Loki. La primera porque era más silenciosa que nada en el mundo, y bueno, el segundo porque prácticamente se trataba del mismísimo Loki.

Michele ignoró la pregunta y prosiguió:

— Esa es tu sudadera, ¿no, Peter? —inquirió Michelle refiriéndose a la prenda verde que usaba Loki. La morena volteó a ver al castaño para corroborarlo en su expresión.

— ¿Sí? —dijo, algo inseguro puesto que la sonrisa que se formó en el rostro de la chica fue para él un gesto inusitado.

— Que lindo, Peter —y con esa misma expresión feliz, si es que se pudiera definir así, Michelle palmeó el hombro de su amigo para volver la vista a su libro y continuar andando sin ver al frente hasta su asiento.

— ¿Soy yo o esa expresión es nueva en ella? —preguntó Ned, quien ahora estaba en las mismas que Peter.

— Creo que es nueva.

Ambos intercambiaron una mirada y sintieron el escalofrío recorrer su cuerpo. Quién sabe que cosa estuviera pasando por la cabeza de Michelle en esos momentos.

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